martes, 14 de mayo de 2019

PÚBLICO O PRIVADO

     Si diéramos a elegir al vulgo de la España actual, entre los servicios públicos o privados, los electores se inclinarían en favor de los primeros mayoritariamente. Entre la escuela pública o la privada, triunfa la primera.
      Esta preferencia da lugar a una apreciación favorable al magisterio público, sin tener en cuenta que la excelencia, en cada sector docente, depende de dos raras virtudes: la vocación y el talento aportados por el profesor y por  cada alumno. Lo cual exige una íntima dedicación en la que, desde las primeras letras, influyen los padres de cada criatura.
      El valor y los resultados de esta dedicación no suelen ser apreciados como es debido porque los padres, por lo general, creen que la escuela hace milagros y con esto basta.
      Los resultados de la enseñanza a la española, puestos en valor ante la crítica internacional, no son buenos. ¿Por qué? Porque el sistema docente en práctica .-tanto público como privado- no está, en España, en la vanguardia de la enseñanza mundial. Año tras año todo sigue más o menos igual. Y España no progresa.
     ¡Eso dependerá de los políticos! -pensará más de uno.
      Pues no. Depende de quienes votan. Eso y de la formación de cada elector.
     
        

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