lunes, 6 de mayo de 2019

LOS ENGAÑOS DE LA DEMOCRACIA



    Soy consciente de un hecho de fácil comprobación: la democracia  gana como auténtica allí donde la cultura impone su criterio.
    Según esa teoría la cultura ha de ir por delante de las costosas convocatorias electorales. Dicho de otra manera : el ser humano, cuando alcanza un determinado nivel cultural es más exigente que un analfabeto. 
     Los analfabetos no son tontos -me dirán-; suelen elegir con más acierto que muchos "ilustrados".         Cierto. Pero la alfabetización es un vehículo que ayuda a mejorar su grado de cultura a los seres humanos. Y las masas cultas influyen desde unos niveles de exigencia que las mayorías incultas no valoran.
     Son muchos los que consideran que el progreso de los pueblos depende más de la investigación y del estudio que de los afanes puramente democráticos. Cultura y democracia son compatibles. En España se antepone "de boquilla" la democracia; y se pospone el auténtico empeño cultural, que no debe de confundirse con el folklore.
     Es curioso, a la par que útil  y placentero, saber por qué se ganan o pierden las elecciones y quien controla la enseñanza de un pueblo. ¡Todo se explica!   


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