ir en las listas. Hay que cuidar como nunca a los elegibles. El pueblo está escarmentado.
Desde luego cada partido tiene sus normas, cada maestrillo su librillo. Todos los afectados por el proceso electoral, presumirán de juego limpio; todos -nos lo hacen creer- postergan sus ambiciones personales, para ponerse al servicio del bien común. Pero, si es posible, que no falte el coche oficial.
Es muy prosaico esto que digo; pero la realidad, la descomposición de un buen número de políticos con mando en plaza, está, a la vista. El porcentaje de los que se salvan de la quema, se ignora. No quiere decir que no existan.
Los efectos de esta descomposición son inevitables para los más débiles. Es más fácil recaudar cinco euros por persona a cinco millones de habitantes, en suma veinticinco millones, que sonsacar cinco millones "per cápita" a cinco plutócratas. De ahí deriva muchas corrupciones. Las propuestas son tentadoras.
Los votantes sólo disfrutan de un voto por persona a no ser que...los especialistas del ramo, sepan convencer al prójimo: todo esto te daré si me votas tú y me votan los tuyos y con esos votos me alzo con con el poder y la limosna. Trabaja a la clientela y serás alguien.
No lo olviden: las esperanzas incumplidas que serán muchas, crean decepciones y resabios. Si esta realidad se inflama, se vuelven las desgracias también contra los más indefensos. Es más fácil llevar la guerra a cinco mil débiles que a cinco plutócratas.
También la democracia tiene sus puntos débiles.
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