Ayer (30/03/2016) la rueda sucesiva con las huestes mediáticas, a la que se sometieron Pablo y Pedro sin la presencia de Alberto, recuerda el paso, de una a otra orilla del río, de un lobo, un cordero y una col encomendado a un barquero. No cabían las tres unidades en la barca y, en el ir y venir de una a otra orilla, podía el lobo comerse al cordero o éste engullirse la verdura. ¡Y ahora nos falla hasta el barquero!
Pablo prometió en más de seis ocasiones su buena disposición para despellejarse vivo en el altar de los sacrificios. Pedro, en su afán de convertir la política en números, cinceló en su memoria la suma de 199 (votos que aspira a reunir). Alberto, ausente en estos encuentros periodísticos, tiene que estar desmoralizado.
Y a todo esto ¿qué hacemos con el PP y su lista más votada?
Dan ganas de pensar para no gemir. ¡Esta derecha de centro ha tropezado tantas veces en la misma piedra...! Y sin embargo... con su mayoría absoluta en el Senado y una reposada lectura de "El Príncipe" de Maquiavelo, pueden estos senadores hacer diabluras. Claro está que, según recomendaba Don Quijote, "al que has de castigar con obras, no trates mal con palabras", y esto exige muchos propósitos y actos de humildad y grandes dosis de candidez cargadas de astucia. Estas cosas se aprenden en unas primarias dentro de casa si se toman en serio, y no para vestir el muñeco como hacen las mal llamadas izquierdas de centro.
Pero, ahora caigo... ¡Ustedes perdonen! ¿Quién soy yo para desfacer entuertos?
jueves, 31 de marzo de 2016
miércoles, 30 de marzo de 2016
LA FEDERACIÓN NUNCA EXPLICADA
Federar -en sentido lato- es unir por alianza, liga o pacto a unidades políticas, profesionales, deportivas, etc. que cumplen funciones similares para desenvolverse mejor en su desarrollo. El resultado es una federación de Estados, de Naciones, de Clubs de Fútbol,de Colegios Profesionales, etc. etc., según sean quienes se federen.
Esta es la solución que propone el PSOE para frenar a los movimientos separatistas, que no convence ni a catalanes ni a vascos; ellos quieren que sus territorios autónomos sean naciones soberanas.
El "federalismo" es la solución que, sin detenerse en más explicaciones, aparece en el acuerdo suscrito entre el PSOE y CIUDADANOS para un futuro gobierno de España, si llegaran a conquistar el poder.
Pero una Federación de Territorios Autónomos no está permitida por la Constitución (artículo 145) y por tanto, cualquier iniciativa en este sentido, llevaría a una reforma previa constitucional y eso exige conseguir primero un consenso entre partidos que, aislando al PP -como lo hacen con todo descaro sus adversarios- no va a poder darse y además es imposible.
La lógica separatista de cualquier territorio, reclama su derecho a ser "nación soberana" lo que supondría gozar de Constitución propia y decidir lo que más y mejor les conviniera desconectados de España.
La conclusión a la que llega toda persona con sentido comùn, a nada que se ponga a discurrir, es que los separatistas saben qué quieren, lo pueden explicar y llegan a convencer, mientras los "unionistas" , como nos decía un fraile marianista, ni saben, ni se entienden, ni comprenden y por tanto no convencen.
No crean ustedes que los votantes del separatismo están preparados para grandes discursos jurídico políticos. Al revés: funcionan con argumentos sencillos. "Mi patria es Euskadi (o es Cataluña)" y uno es de donde pace, no de donde nace. Gozaríamos de una prosperidad sin límites si nos dejaran funcionar sin la carga de lastre que para nosotros supone España"
Señores "unionistas": empiecen por demostrar lo contrario. Es lo que hacen en Francia, en Alemania, en EE.UU... Es lo que nunca supieron hacer los gobiernos de España.
Esta es la solución que propone el PSOE para frenar a los movimientos separatistas, que no convence ni a catalanes ni a vascos; ellos quieren que sus territorios autónomos sean naciones soberanas.
El "federalismo" es la solución que, sin detenerse en más explicaciones, aparece en el acuerdo suscrito entre el PSOE y CIUDADANOS para un futuro gobierno de España, si llegaran a conquistar el poder.
Pero una Federación de Territorios Autónomos no está permitida por la Constitución (artículo 145) y por tanto, cualquier iniciativa en este sentido, llevaría a una reforma previa constitucional y eso exige conseguir primero un consenso entre partidos que, aislando al PP -como lo hacen con todo descaro sus adversarios- no va a poder darse y además es imposible.
La lógica separatista de cualquier territorio, reclama su derecho a ser "nación soberana" lo que supondría gozar de Constitución propia y decidir lo que más y mejor les conviniera desconectados de España.
La conclusión a la que llega toda persona con sentido comùn, a nada que se ponga a discurrir, es que los separatistas saben qué quieren, lo pueden explicar y llegan a convencer, mientras los "unionistas" , como nos decía un fraile marianista, ni saben, ni se entienden, ni comprenden y por tanto no convencen.
No crean ustedes que los votantes del separatismo están preparados para grandes discursos jurídico políticos. Al revés: funcionan con argumentos sencillos. "Mi patria es Euskadi (o es Cataluña)" y uno es de donde pace, no de donde nace. Gozaríamos de una prosperidad sin límites si nos dejaran funcionar sin la carga de lastre que para nosotros supone España"
Señores "unionistas": empiecen por demostrar lo contrario. Es lo que hacen en Francia, en Alemania, en EE.UU... Es lo que nunca supieron hacer los gobiernos de España.
martes, 29 de marzo de 2016
LA LEGÍTIMA AMBICIÓN DE PODER
Ayer (28/03/2016), por la Sexta, un jerife del PSOE dijo (¡ya es valor!) que a Pedro Sánchez si algo le preocupa es España. Y que para salvar a España hay que barrer de la palestra política a Mariano Rajoy y a todo lo que representa con el PP incluido, para darle a él la vara del poder.
Claro está, para echar a Rajoy, hay que hacerlo responsable único de todo lo malo que pasa, por ejemplo, dejar a España en la ruina; una ruina ejemplar, como se ha visto probado con la alegría turística de la Semana Santa, de la que habría mucho que hablar.
La forma de encajar las piezas del revuelto rompecabezas es dándole a Sánchez el máximo poder gubernativo. Al día siguiente todos felices. La preocupación por España de Pedro Sánchez está muy relacionada con el aplazamiento del 39º. Congreso del PSOE hasta que se constituya el Gobierno del Reino de España. Si sus deseos se confirman, Sánchez no perderá las opciones que hoy tiene para presidir ese nuevo Gobierno español. En resumidas cuentas, este aplazamiento lo hace en beneficio de España; nada tiene que ver con la ambición de poder de Pedro Sánchez.
Sánchez, que no pudo culminar sus propósitos en las últimas elecciones y se dió la morrada al no reunir la minoría mayoritaria necesaria para ganarse la Moncloa, carga las culpas, como siempre al mismísimo Rajoy por no haberse estrellado antes en parecido intento.Conclusión: Rajoy no quiere luchar por España y, por eso, hay que barrerlo, para que pueda gobernar Sánchez, claro está).
Pero patriotismos a un lado, ¿qué hay de malo en llegar a presidir un Gobierno si se cumplen todas las condiciones impuestas por la ley? ¿Será que el aludido percibe que le faltan méritos y sabiduría para ejercer ese cargo? Puede ser...
Mañana van a reunirse las potestades del PSOE y de PODEMOS para hacernos felices a todos los españoles (sobre todo a los mas desamparados). Los del PSOE quieren hablar de la partitura. PODEMOS quiere decidir antes sobre quiénes van a ser los solistas y el director de orquesta.
¿Qué es lo importante para que la interpretación suene? Indudablemente, las personas y a la cabeza su director.
A Sánchez le cuesta reconocer esta realidad. ¿Por qué? ¿Tal vez porque una voz interior le dice que no da la talla? ¡Tal vez...!
Pero patriotismos a un lado, ¿qué hay de malo en llegar a presidir un Gobierno si se cumplen todas las condiciones impuestas por la ley? ¿Será que el aludido percibe que le faltan méritos y sabiduría para ejercer ese cargo? Puede ser...
Mañana van a reunirse las potestades del PSOE y de PODEMOS para hacernos felices a todos los españoles (sobre todo a los mas desamparados). Los del PSOE quieren hablar de la partitura. PODEMOS quiere decidir antes sobre quiénes van a ser los solistas y el director de orquesta.
¿Qué es lo importante para que la interpretación suene? Indudablemente, las personas y a la cabeza su director.
A Sánchez le cuesta reconocer esta realidad. ¿Por qué? ¿Tal vez porque una voz interior le dice que no da la talla? ¡Tal vez...!
lunes, 28 de marzo de 2016
MENTIRAS POLÍTICAS DE TRAZO GRUESO.
Voy a fijarme en dos políticos señeros, es decir únicos, sin par; ambos de reciente aparición: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Pablo Iglesias dijo que nunca formaría parte de un gobierno si no fuera presidido por él. Y Pedro Sánchez dice que su entrega y sus sacrificios, para dotar de Gobierno al Reino de España y evitar una nueva convocatoria de elecciones, solo están motivados por un noble afán: el bienestar de los españoles; presidir ese Gobierno es algo secundario; lo importante es el programa.
La verdad es que los dos se despepitan por alcanzar el poder. A Iglesias no le importa ser Vicepresidente, siempre y cuando desde ese cargo controle un conjunto de ministerios punteros y algunas instituciones que son claves para la gobernanza de España. A Sánchez, le pierden sus intentos por fingir lo contrario de lo que resulta ser: un perdedor nato. Siente pavor ante la caída del PSOE que continuará tras una nueva llamada a las urnas. Por eso le urgen los apoyos de su adversario más directo: PODEMOS.
Casi todos los politólogos pronostican que una nueva convocatoria de elecciones, serviría para poco, ya que los resultados serán parecidos a los registrados y hoy todavía vigentes. Pero, en realidad, no se sabe qué pasará, porque cualquier acontecimiento puede influir de manera decisiva en el futuro. Sin embargo, el que más riesgos corre de perder escaños es el PSOE, en favor de PODEMOS. Mal asunto para los partidos constitucionalistas. Porque en realidad, con los resultados actuales, una mayoría muy cualificada no está pidiendo el cambio,-como sostiene P. Sánchez- sino la vigencia de la Constitución actual en la que caben reformas pactadas para dar estabilidad a la nación llamada España.
Este hecho no lo admite Pedro Sánchez y, antes de reconocerlo, prefiere negar la existencia del PP. No lo quiere ver, imagina que no existe y se mete a formar Gobierno teniendo que vender para ello el derecho de primogenitura que, además, no es suyo.
Vivimos en un mar revuelto, donde la mentira han de soportarla millones de españoles como si fueran tontos. Se equivocan quienes piensen tal cosa.
Pablo Iglesias dijo que nunca formaría parte de un gobierno si no fuera presidido por él. Y Pedro Sánchez dice que su entrega y sus sacrificios, para dotar de Gobierno al Reino de España y evitar una nueva convocatoria de elecciones, solo están motivados por un noble afán: el bienestar de los españoles; presidir ese Gobierno es algo secundario; lo importante es el programa.
La verdad es que los dos se despepitan por alcanzar el poder. A Iglesias no le importa ser Vicepresidente, siempre y cuando desde ese cargo controle un conjunto de ministerios punteros y algunas instituciones que son claves para la gobernanza de España. A Sánchez, le pierden sus intentos por fingir lo contrario de lo que resulta ser: un perdedor nato. Siente pavor ante la caída del PSOE que continuará tras una nueva llamada a las urnas. Por eso le urgen los apoyos de su adversario más directo: PODEMOS.
Casi todos los politólogos pronostican que una nueva convocatoria de elecciones, serviría para poco, ya que los resultados serán parecidos a los registrados y hoy todavía vigentes. Pero, en realidad, no se sabe qué pasará, porque cualquier acontecimiento puede influir de manera decisiva en el futuro. Sin embargo, el que más riesgos corre de perder escaños es el PSOE, en favor de PODEMOS. Mal asunto para los partidos constitucionalistas. Porque en realidad, con los resultados actuales, una mayoría muy cualificada no está pidiendo el cambio,-como sostiene P. Sánchez- sino la vigencia de la Constitución actual en la que caben reformas pactadas para dar estabilidad a la nación llamada España.
Este hecho no lo admite Pedro Sánchez y, antes de reconocerlo, prefiere negar la existencia del PP. No lo quiere ver, imagina que no existe y se mete a formar Gobierno teniendo que vender para ello el derecho de primogenitura que, además, no es suyo.
Vivimos en un mar revuelto, donde la mentira han de soportarla millones de españoles como si fueran tontos. Se equivocan quienes piensen tal cosa.
miércoles, 23 de marzo de 2016
CAUSA DE LOS GRANDES CAMBIOS
Si examinamos las circunstancias que concurren para generar los grandes cambios que en el mundo han sido, veremos por lo menos dos cosas: que pillaron desprevenidos a la inmensa mayoría de los seres humanos testigos del fenómeno y -como consecuencia- su respuesta estuvo incontrolada durante un tiempo, por lo que generó conductas muy diversas.
Un ejemplo, la invención de la imprenta que permitió la divulgación masiva de los textos escritos, cobró importancia a medida que progresaban las naciones cultas que terminaron por dominar a las menos cultas.
Naturalmente, nadie acusó a la imprenta de las injusticias surgidas como consecuencia de su aparición, porque era un instrumento y el hombre fue, y es, el responsable de su manejo o de su olvido.
Al fin los cambios siguen produciéndose por distintas causas. La vida de los pueblos -activos o pasivos- también cambia y los que antes asumieron el fenómeno promotor de ese cambio, antes lo dominaron y lo usaron en su provecho.
Tan importante como la imprenta, lo es en nuestros días el invento de las comunicaciones electrónicas. La divulgación informativa y la de opinión están al alcance de cientos de millones de personas que se multiplican cada año que pasa. Este gran cambio de nuestra era, influye de modo incomparable en todos nosotros, por activa por pasiva: la información da poder.
Las migraciones multitudinarias con el volúmen que hoy registran, son una de las consecuencias de este cambio. Si se producen con la fuerza y efectos nunca superados antes, es porque la comunicación electrónica ha creado estímulos o temores que se divulgan en horas y dan celeridad y masificación a las iniciativas que despierta, hasta hacer inútiles las líneas fronterizas.
Estamos viviendo tiempos de confusión y miedos. Pero no equivocarse. Los pueblos cultos seguirán dominando el cambio. Y no olvidarse: la cultura se acepta y funciona en la misma medida en que se acepte y funcione la escuela. No es cuestión que se resuelva por la vía legislativa que puede ayudar no entorpeciendo. Es una cuestión de hábitos asumidos por las familias. Téngase en cuenta que la escuela está también en internet como están los juegos para pasar el tiempo. Y nuestros niños están más tiempo -mucho mas- en el patio de recreo de internet que en sus aulas.
Son los pueblos cultos quienes seguirán dominando el cambio.
Un ejemplo, la invención de la imprenta que permitió la divulgación masiva de los textos escritos, cobró importancia a medida que progresaban las naciones cultas que terminaron por dominar a las menos cultas.
Naturalmente, nadie acusó a la imprenta de las injusticias surgidas como consecuencia de su aparición, porque era un instrumento y el hombre fue, y es, el responsable de su manejo o de su olvido.
Al fin los cambios siguen produciéndose por distintas causas. La vida de los pueblos -activos o pasivos- también cambia y los que antes asumieron el fenómeno promotor de ese cambio, antes lo dominaron y lo usaron en su provecho.
Tan importante como la imprenta, lo es en nuestros días el invento de las comunicaciones electrónicas. La divulgación informativa y la de opinión están al alcance de cientos de millones de personas que se multiplican cada año que pasa. Este gran cambio de nuestra era, influye de modo incomparable en todos nosotros, por activa por pasiva: la información da poder.
Las migraciones multitudinarias con el volúmen que hoy registran, son una de las consecuencias de este cambio. Si se producen con la fuerza y efectos nunca superados antes, es porque la comunicación electrónica ha creado estímulos o temores que se divulgan en horas y dan celeridad y masificación a las iniciativas que despierta, hasta hacer inútiles las líneas fronterizas.
Estamos viviendo tiempos de confusión y miedos. Pero no equivocarse. Los pueblos cultos seguirán dominando el cambio. Y no olvidarse: la cultura se acepta y funciona en la misma medida en que se acepte y funcione la escuela. No es cuestión que se resuelva por la vía legislativa que puede ayudar no entorpeciendo. Es una cuestión de hábitos asumidos por las familias. Téngase en cuenta que la escuela está también en internet como están los juegos para pasar el tiempo. Y nuestros niños están más tiempo -mucho mas- en el patio de recreo de internet que en sus aulas.
Son los pueblos cultos quienes seguirán dominando el cambio.
martes, 22 de marzo de 2016
¿ADÓNDE NOS QUIEREN LLEVAR?
En la Europa más o menos organizada en reinos desde el siglo XVI, los tres estamentos privilegiados sobremanera eran la Corona, la Nobleza y el Clero, dicho a grandes rasgos para no alargarnos en pormenores que están más que estudiados. Coinciden en denunciar esta situación distintas personalidades y al final la plebe -realmente perjudicada- se moviliza a finales del XVIII y desmonta el tinglado de la antigua farsa. Aparecen las naciones al calor de revueltas de signo liberal y con ellas el capitalismo, gran invento que favorecerá el crecimiento de la burguesía, nueva beneficiada, y de las masas proletarias perjudicadas.
Pasa el tiempo, evolucionan los países, las comunicaciones son más rápidas, corren las noticias, surgen nuevos pensadores, denuncian las injusticias que sufre el proletariado y cobran fuerza el comunismo y el marxismo allí donde triunfan las repúblicas democráticas populares; pero también aparecen los fascismos nacionalistas y entre unos y otros se hacen dueños del poder en varios países de Europa (siglo XX) y para perdurar idean los Estados totalitarios donde se aplica la doctrina de la igualdad que servirá de marco al paisaje de la pobreza, en beneficio del poder detentado por una clase jerarquizada, cuyo único propósito termina por ser el de perdurar en los puestos de mando.
La historia se repite con nuevos hombres y nuevas mentiras fruto de un parecido ideario, porque todo está inventado. Ahora, con esta amenaza presente en España, se despepita Don Pedro Sánchez para recomendarnos el cambio e imponerlo, en cuanto pueda, a rajatabla con tal de ser el amo, que es lo que busca. Pero se encuentra con un hueso difícil de roer: el neo comunista, camarada Pablo Iglesias que naturalmente -para eso está en la política- también quiere mandar. Lo dice por las buenas y en paz. Para alcanzar el poder que Pablo Iglesias ambiciona, ha pasado desde el insulto al PSOE y sus dignidades, calificadas despectivamente como "casta" maldita, hasta buscar alianzas con ellos para formar gobierno y convivir juntos hasta caerseles la baba. El caso es apalancar el triunfo.
¿Quién trae en su mochila el cambio que incluye el desplazamiento del adversario? ¿Iglesias? ¿Sánchez? ¿Los dos? ¿Ninguno? ¡Ya, lo están viendo! Se valen del descontento creado por los gobiernos que les precedieron (centro derecha y socialismo) a los que acusan de abusos deshonestos en la administración del Estado, lo que siendo cierto, puede olvidarse por un Pablo Iglesias enternecido siempre y cuando le garanticen el acceso al poder. Ahora, los socialistas ya no son "casta".
Sánchez tiene poco olfato pero es un buen tipo (por su físico). Iglesias magro de carnes, cumple en el probador y poco más, pero es listo (por su química) y le va a birlar el objeto de sus deseos a Sánchez.
Pero si esto sucediera, ¡ya lo verán!, ¿quienes van a pagar las consecuencias si no pudieran macharse a otro país? Los más débiles¡Y Sánchez, de apuntalador de esta posible ruina! ¡Los dioses ciegan a quienes quieren perder!, como dicen que dijo Eurípides.
Pasa el tiempo, evolucionan los países, las comunicaciones son más rápidas, corren las noticias, surgen nuevos pensadores, denuncian las injusticias que sufre el proletariado y cobran fuerza el comunismo y el marxismo allí donde triunfan las repúblicas democráticas populares; pero también aparecen los fascismos nacionalistas y entre unos y otros se hacen dueños del poder en varios países de Europa (siglo XX) y para perdurar idean los Estados totalitarios donde se aplica la doctrina de la igualdad que servirá de marco al paisaje de la pobreza, en beneficio del poder detentado por una clase jerarquizada, cuyo único propósito termina por ser el de perdurar en los puestos de mando.
La historia se repite con nuevos hombres y nuevas mentiras fruto de un parecido ideario, porque todo está inventado. Ahora, con esta amenaza presente en España, se despepita Don Pedro Sánchez para recomendarnos el cambio e imponerlo, en cuanto pueda, a rajatabla con tal de ser el amo, que es lo que busca. Pero se encuentra con un hueso difícil de roer: el neo comunista, camarada Pablo Iglesias que naturalmente -para eso está en la política- también quiere mandar. Lo dice por las buenas y en paz. Para alcanzar el poder que Pablo Iglesias ambiciona, ha pasado desde el insulto al PSOE y sus dignidades, calificadas despectivamente como "casta" maldita, hasta buscar alianzas con ellos para formar gobierno y convivir juntos hasta caerseles la baba. El caso es apalancar el triunfo.
¿Quién trae en su mochila el cambio que incluye el desplazamiento del adversario? ¿Iglesias? ¿Sánchez? ¿Los dos? ¿Ninguno? ¡Ya, lo están viendo! Se valen del descontento creado por los gobiernos que les precedieron (centro derecha y socialismo) a los que acusan de abusos deshonestos en la administración del Estado, lo que siendo cierto, puede olvidarse por un Pablo Iglesias enternecido siempre y cuando le garanticen el acceso al poder. Ahora, los socialistas ya no son "casta".
Sánchez tiene poco olfato pero es un buen tipo (por su físico). Iglesias magro de carnes, cumple en el probador y poco más, pero es listo (por su química) y le va a birlar el objeto de sus deseos a Sánchez.
Pero si esto sucediera, ¡ya lo verán!, ¿quienes van a pagar las consecuencias si no pudieran macharse a otro país? Los más débiles¡Y Sánchez, de apuntalador de esta posible ruina! ¡Los dioses ciegan a quienes quieren perder!, como dicen que dijo Eurípides.
lunes, 21 de marzo de 2016
VALORES DE LA DERECHA.
Cuando me refiero a la derecha, estoy aludiendo a la derecha sociológica y no a los políticos que la pastorean. Sé de sobra que gran parte de esa derecha se abstiene de votar o vota a otros por alejarse de los malos recuerdos generados por una corrupción inmerecida que sufren los electores.
Podría decirse que la derecha sociológica, ajena a este tinglado de venalidades y sobornos, ha perdido prestigio en medio de tardíos y muy guarnecidos actos de contrición y de una débil condena del deterioro causado.
Cabría argumentar que la corrupción estaba generalizada, también entre muchos demócratas de pacotilla que presumen de ser auténticos. Sería y es un pobre argumento que nunca aliviaría el daño causado. Y a estas alturas de lo sucedido la mancha es tan extensa y de consecuencias tal mal calculadas, que sólo una catarsis entendida como purificadora, seguida de un sincero arrepentimiento, podría mitigar y no del todo el mal causado.
Pero además, la derecha poíìtica tendría que reafirmar unos principios, unos valores, una doctrina que hoy está difusa en esos programas políticos donde se advierte, bajo pretextos varios -tal vez erróneamente- que la economía no está al servicio de la política, sino al revés.
Los valores familiares de quienes suelen votar a las derechas, pueden ser de signo conservador, pero no por ello se apartan de un comportamiento que tiene muy en cuenta, la justicia social, la unidad territorial de España y el empuje cultural de una sociedad estable e integrada.
Creo que las derechas sociológicas, por otros llamadas "centro" sin perder su carácter, tienen en España, esos tres sectores donde reafirmar y proteger estos valores: el social, el cultural y el territorial, por este orden. Precisamente tres valores conectados a una inmensa mayoría de familias que constituyen -si se hicieran bien las cosas- el común denominador de un amplio sector de votantes que, hoy por hoy, se inclinan hacia la izquierda con iniciativas mejor explicadas o más aceptables que las de una derecha carente de dotes didácticas.
Sin embargo les diré de nuevo: "No hagan caso; puede ser ensoñaciones de un visionario". Pero "eppur si muove", los votos se van hacia la izquierda ayudados por sedicentes secesionistas.
Ya hablaremos.
Cabría argumentar que la corrupción estaba generalizada, también entre muchos demócratas de pacotilla que presumen de ser auténticos. Sería y es un pobre argumento que nunca aliviaría el daño causado. Y a estas alturas de lo sucedido la mancha es tan extensa y de consecuencias tal mal calculadas, que sólo una catarsis entendida como purificadora, seguida de un sincero arrepentimiento, podría mitigar y no del todo el mal causado.
Pero además, la derecha poíìtica tendría que reafirmar unos principios, unos valores, una doctrina que hoy está difusa en esos programas políticos donde se advierte, bajo pretextos varios -tal vez erróneamente- que la economía no está al servicio de la política, sino al revés.
Los valores familiares de quienes suelen votar a las derechas, pueden ser de signo conservador, pero no por ello se apartan de un comportamiento que tiene muy en cuenta, la justicia social, la unidad territorial de España y el empuje cultural de una sociedad estable e integrada.
Creo que las derechas sociológicas, por otros llamadas "centro" sin perder su carácter, tienen en España, esos tres sectores donde reafirmar y proteger estos valores: el social, el cultural y el territorial, por este orden. Precisamente tres valores conectados a una inmensa mayoría de familias que constituyen -si se hicieran bien las cosas- el común denominador de un amplio sector de votantes que, hoy por hoy, se inclinan hacia la izquierda con iniciativas mejor explicadas o más aceptables que las de una derecha carente de dotes didácticas.
Sin embargo les diré de nuevo: "No hagan caso; puede ser ensoñaciones de un visionario". Pero "eppur si muove", los votos se van hacia la izquierda ayudados por sedicentes secesionistas.
Ya hablaremos.
sábado, 19 de marzo de 2016
LA DERECHA ESPAÑOLA AL PAIRO
Quedarse al pairo viene a significar, coloquialmente, que la embarcación está con las velas tendidas en sopesada quietud, sin avanzar, tal vez a la espera de sucesos, quizá y sin quizá previendo que los problemas los resuelve el tiempo. En la mar, puede ser; en la vida real con tierra de secano, rara vez sucede.
Les confieso -y pido perdón por publicar estas nimiedades que a nadie importan- que en las noches de insomnio que padezco, en vez de contar ovejas o preocuparme sobre cómo ganar el cielo, me sublevo y agarro unos cabreos soberanos al ver a una derecha sociológica trompicada y cuesta abajo, a punto de darse la morrada, por no saber sus líderes cómo se domina el temporal y por no poner en posición de firmes y con los bolsillos del revés a los de casa, (para ver que no se llevan nada); y me pongo malo por sufrir una dialéctica hiriente proyectada a chorros por sus adversarios, a la que se responde tarde y mal, tal vez para mantenernos precavidos sobre la utilidad de los colegios de pago.
La derecha española -con toda su historia a cuestas- puede y debe ser moderada, pero nunca hacer de punch ball de la colección unida de rivales. Ni siquiera en tiempos de la II República se vio algo parecido, porque daban leña, sí, pero tenían respuesta. Lo malo es que si no cambian las cosas, esta derecha sociológica dejará de votar y entonces se verá la valía del tiempo perdido. Pero no nos pongamos a llorar a destiempo.
La derecha tiene tres campos por explorar ante los que patina, no se sabe si por falta de sensibilidad o por carecer de cultura política propia. Esos tres sectores son: la promoción social en favor de las personas desasistidas; la promoción cultural no leguleya, sino eficaz, en favor de todos los que pongan voluntad de aprender; y la promoción autonómica, hasta liderarla desde la racionalidad, que no tiene nada que ver con los nacionalismos separatistas ni con las promesas federales socialistas.
La derecha rectora lleva años despreocupada de su doctrina. Vean su publicidad. Está a la defensiva. Nos anuncia: "Defendemos el crecimiento y el empleo" donde deberían proclamar: "Como partidarios de la justicia social, fomentamos el desarrollo y el empleo". No es lo mismo "defender" que "fomentar" ni el "crecimiento" que el "desarrollo".
Los valores cuentan, pero hay que saber narrarlos y dar ejemplo.
¡Ya sé! No hagan caso: son elucubraciones de un pobre visionario que además duerme muy poco. Pero la derecha española está al pairo.
Les confieso -y pido perdón por publicar estas nimiedades que a nadie importan- que en las noches de insomnio que padezco, en vez de contar ovejas o preocuparme sobre cómo ganar el cielo, me sublevo y agarro unos cabreos soberanos al ver a una derecha sociológica trompicada y cuesta abajo, a punto de darse la morrada, por no saber sus líderes cómo se domina el temporal y por no poner en posición de firmes y con los bolsillos del revés a los de casa, (para ver que no se llevan nada); y me pongo malo por sufrir una dialéctica hiriente proyectada a chorros por sus adversarios, a la que se responde tarde y mal, tal vez para mantenernos precavidos sobre la utilidad de los colegios de pago.
La derecha española -con toda su historia a cuestas- puede y debe ser moderada, pero nunca hacer de punch ball de la colección unida de rivales. Ni siquiera en tiempos de la II República se vio algo parecido, porque daban leña, sí, pero tenían respuesta. Lo malo es que si no cambian las cosas, esta derecha sociológica dejará de votar y entonces se verá la valía del tiempo perdido. Pero no nos pongamos a llorar a destiempo.
La derecha tiene tres campos por explorar ante los que patina, no se sabe si por falta de sensibilidad o por carecer de cultura política propia. Esos tres sectores son: la promoción social en favor de las personas desasistidas; la promoción cultural no leguleya, sino eficaz, en favor de todos los que pongan voluntad de aprender; y la promoción autonómica, hasta liderarla desde la racionalidad, que no tiene nada que ver con los nacionalismos separatistas ni con las promesas federales socialistas.
La derecha rectora lleva años despreocupada de su doctrina. Vean su publicidad. Está a la defensiva. Nos anuncia: "Defendemos el crecimiento y el empleo" donde deberían proclamar: "Como partidarios de la justicia social, fomentamos el desarrollo y el empleo". No es lo mismo "defender" que "fomentar" ni el "crecimiento" que el "desarrollo".
Los valores cuentan, pero hay que saber narrarlos y dar ejemplo.
¡Ya sé! No hagan caso: son elucubraciones de un pobre visionario que además duerme muy poco. Pero la derecha española está al pairo.
viernes, 18 de marzo de 2016
DESCONECTARSE DE ESPAÑA
Creo no estar equivocado si afirmo que los territorios autonómicos de España son desiguales. No entiendo que haya de dárseles el mismo tratamiento si lo que se pretende es su desarrollo y progreso en beneficio de sus habitantes y en suma de todos los españoles.
A veces surge la protesta de los olvidados. La sociedad turolense, por citar un caso, conoce de sobra las limitaciones de su provincia y su grito de "Teruel existe" es la más expresiva declaración que puede gritar una provincia olvidada.
Provincia por provincia las desigualdades existen y los factores que influyen en esas diferencias no interesan en las más ricas o mejor dotadas. Las provincias más pobres son, casi todas, las del interior peninsular y un criterio inspirado en un reparto equitativo y justo de competencias autonómicas, siempre debió de tener en cuenta este factor cuando estudió la promoción de un nuevo desarrollo descentralizado. Algo parecido podría decirse de algunos distritos de las gran des ciudades.
Esta realidad vigente es una prueba más de la insolidaridad entre españoles. Sus políticos ni se han tomado la molestia de reconocer y enumerar estas diferencias y mucho menos remediarlas. Ni los autores que diseñaron la estructura autonómica española, se detuvieron a pensar en darle racionalidad y equilibrio al sistema. Desde cada territorio, sus políticos, procuraron dotarse de competencias tratando de justificarlas con antecedentes históricos y diferencias lingüísticas (donde pudieron) como lo hicieron en el País Vasco y Cataluña, sin tener en cuenta que en estos dos territorios subyace, en parte, el viejo anhelo de desconectarse -según versión moderna- del resto de España.
¿Quién es capaz de deshacer, a estas alturas, tal maquinación? ¿Y cómo hacerlo? ¿O cómo dar racionalidad autonómica, justa y equitativa, a las gentes de España?
Ya hablaremos, pero antes... habrá que conocer bien la dimensión del problema, ahora que estamos en la Unión Europea.
A veces surge la protesta de los olvidados. La sociedad turolense, por citar un caso, conoce de sobra las limitaciones de su provincia y su grito de "Teruel existe" es la más expresiva declaración que puede gritar una provincia olvidada.
Provincia por provincia las desigualdades existen y los factores que influyen en esas diferencias no interesan en las más ricas o mejor dotadas. Las provincias más pobres son, casi todas, las del interior peninsular y un criterio inspirado en un reparto equitativo y justo de competencias autonómicas, siempre debió de tener en cuenta este factor cuando estudió la promoción de un nuevo desarrollo descentralizado. Algo parecido podría decirse de algunos distritos de las gran des ciudades.
Esta realidad vigente es una prueba más de la insolidaridad entre españoles. Sus políticos ni se han tomado la molestia de reconocer y enumerar estas diferencias y mucho menos remediarlas. Ni los autores que diseñaron la estructura autonómica española, se detuvieron a pensar en darle racionalidad y equilibrio al sistema. Desde cada territorio, sus políticos, procuraron dotarse de competencias tratando de justificarlas con antecedentes históricos y diferencias lingüísticas (donde pudieron) como lo hicieron en el País Vasco y Cataluña, sin tener en cuenta que en estos dos territorios subyace, en parte, el viejo anhelo de desconectarse -según versión moderna- del resto de España.
¿Quién es capaz de deshacer, a estas alturas, tal maquinación? ¿Y cómo hacerlo? ¿O cómo dar racionalidad autonómica, justa y equitativa, a las gentes de España?
Ya hablaremos, pero antes... habrá que conocer bien la dimensión del problema, ahora que estamos en la Unión Europea.
jueves, 17 de marzo de 2016
UNA DERECHA SIN RUMBO
Las observaciones que voy a formular, referidas a la derecha moderada española, (también llamada centro) no están en uso ni merecen gran estima entre los comentaristas políticos de nuestros días. La corrupción puede con todo y, hasta que no pasen las consecuencias del tsunami, será difícil que los pescadores mediáticos abandonen este caladero.
Da vergüenza confesar que uno es votante de la derecha, aun cuando -como sucede en España- no es porque haya dejado ser conservadora y moderada. Mucho peor: es timorata, camina cargada de remordimientos y de respetos humanos. Tiene sus razones para ser así pero, al final, si esto sucede no es porque le sobren principios nobles y con empuje de los que sentirse orgullosa. Los pocos que maneja los utiliza raramente.
Los dirigentes de la derecha creen de buena fe que todo se arregla siguiendo fielmente determinados axiomas económicos que sirvan para animar a los votantes; pero el sistema va decayendo y las promesas de un futuro esplendoroso acogido a teorías económicas que muy pocos entienden, van de capa caída, sobre todo si se exigen sacrificios como una mayor presión tributaria con la que cargan los de siempre.
La política ha de apoyarse en doctrinas acompasadas con nuestra forma de ser, con nuestra idiosincrasia, nuestra educación cívica.
La izquierda dice saber hacerlo. A la voz de "uníos hermanos proletarios", dicho con lemas puestos al día, concita a las masas a que les den el voto, porque ellos, los titulares de esa izquierda van por uvas en cuanto llegan al poder, si es preciso nacionalizando bancos para que no haya desahucios. Falsa promesa, que acaba cuando se agotan las reservas.
La derecha no tiene doctrina política y la que maneja, la económica, no llega a entusiasmar a sus posibles votantes, propensos al escepticismo.
Lo primero que ha de hacer la derecha es ponerse de acuerdo en unos fundamentos doctrinales, capaces de emocionar a las masas, para mantener un rumbo. Han de proclamarse en favor de una doctrina, con claridad, con valor, y hacerlo convencidos de estar en el buen camino.
¿Qué esto no se lleva? ¿No será que esa derecha no ha elegido su trayectoria y navega sin rumbo? Como anticipo les diré que da muchos más votos un buen rumbo que un buen caudillaje sometido a academicistas económicos.
Se puede demostrar repasando la historia.
Da vergüenza confesar que uno es votante de la derecha, aun cuando -como sucede en España- no es porque haya dejado ser conservadora y moderada. Mucho peor: es timorata, camina cargada de remordimientos y de respetos humanos. Tiene sus razones para ser así pero, al final, si esto sucede no es porque le sobren principios nobles y con empuje de los que sentirse orgullosa. Los pocos que maneja los utiliza raramente.
Los dirigentes de la derecha creen de buena fe que todo se arregla siguiendo fielmente determinados axiomas económicos que sirvan para animar a los votantes; pero el sistema va decayendo y las promesas de un futuro esplendoroso acogido a teorías económicas que muy pocos entienden, van de capa caída, sobre todo si se exigen sacrificios como una mayor presión tributaria con la que cargan los de siempre.
La política ha de apoyarse en doctrinas acompasadas con nuestra forma de ser, con nuestra idiosincrasia, nuestra educación cívica.
La izquierda dice saber hacerlo. A la voz de "uníos hermanos proletarios", dicho con lemas puestos al día, concita a las masas a que les den el voto, porque ellos, los titulares de esa izquierda van por uvas en cuanto llegan al poder, si es preciso nacionalizando bancos para que no haya desahucios. Falsa promesa, que acaba cuando se agotan las reservas.
La derecha no tiene doctrina política y la que maneja, la económica, no llega a entusiasmar a sus posibles votantes, propensos al escepticismo.
Lo primero que ha de hacer la derecha es ponerse de acuerdo en unos fundamentos doctrinales, capaces de emocionar a las masas, para mantener un rumbo. Han de proclamarse en favor de una doctrina, con claridad, con valor, y hacerlo convencidos de estar en el buen camino.
¿Qué esto no se lleva? ¿No será que esa derecha no ha elegido su trayectoria y navega sin rumbo? Como anticipo les diré que da muchos más votos un buen rumbo que un buen caudillaje sometido a academicistas económicos.
Se puede demostrar repasando la historia.
miércoles, 16 de marzo de 2016
UN VIAJE A CATALUÑA
Considero -soy muy osado- que crece el número de advertidos y convencidos de que el problema autonómico, a medida que se agrava, puede dar al traste con muchos proyectos que afectan al bienestar de los españoles; es decir, de los que hoy por hoy tienen esta nacionalidad.
En circunstancias difíciles, en plena transición, me tocó en suerte (sin mérito alguno por mi parte) defender el Concierto Económico de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, desde una posición moderada de derechas; y lo hice convencido de que este régimen concertado era una medida de positivos efectos para el bienestar de España (lo digo ahora, como lo decía entonces en plena oleada terrorista) siempre que funcionara el principio de solidaridad entre los distintos territorios y entre todos los españoles.
El principio de solidaridad quedó recogido en la Constitución española, pero nunca se pusieron en juego los mecanismos que ofrecieran garantìas de que, en efecto, estaba legalizado pero vivo y,
por tanto, funcionaba con seriedad sometido a los poderes del Estado.(También las CC.AA. son Estado)
En el día a día, la política autonómica se fue embarrando y lo mismo servía para impartir una enseñanza doctrinaria, que para meterse en obras faraónicas o para corromperla en favor de un voto clientelar. Así funciona. Y naturalmente con ese ideario, la corrupción se generaliza y aquí nos tienes a media España, luchando contra la otra media queriendo aparentar lo que no somos: demócratas.
Viendo venir el futuro y las reticencias puestas en juego por los más significados derechistas que ejercían el poder central al incumplir con su deber, no es de extrañar que el nacionalismo, sobre todo en Cataluña y Vasconia, creciera en forma desorbitada. Lo digo porque no es lo mismo -por ejemplo- legitimar que un Guardia Civil, en el País Vasco, haya de ganar un treinta por ciento menos que un Policìa Autónomo, es un ejemplo de insolidaridad que da vergüenza a cualquiera que se sienta español. Les ahorro citar otros ejemplos: son para llorar.
Y mientras tanto, el jerife máximo del PSOE se nos va a Cataluña a templar gaitas con los separatistas de este territorio que ya están poniendo en marcha su propia hacienda, y no pasa nada. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué España les roba? Si es verdad -que puede serlo- es otro ejemplo de insolidaridad. Y si no es verdad -que puede no serlo- difundir la mentira también es un acto insolidario. ¿Por qué no se hacen cuentas de una vez y con números en la mano se inicia un periodo solidario, equitativo y justo?
Comprenderán que me considere en público un fracasado de la política. Pero tengo razón: el principio de solidaridad no funciona. ¡Ya hablaremos!
En circunstancias difíciles, en plena transición, me tocó en suerte (sin mérito alguno por mi parte) defender el Concierto Económico de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, desde una posición moderada de derechas; y lo hice convencido de que este régimen concertado era una medida de positivos efectos para el bienestar de España (lo digo ahora, como lo decía entonces en plena oleada terrorista) siempre que funcionara el principio de solidaridad entre los distintos territorios y entre todos los españoles.
El principio de solidaridad quedó recogido en la Constitución española, pero nunca se pusieron en juego los mecanismos que ofrecieran garantìas de que, en efecto, estaba legalizado pero vivo y,
por tanto, funcionaba con seriedad sometido a los poderes del Estado.(También las CC.AA. son Estado)
En el día a día, la política autonómica se fue embarrando y lo mismo servía para impartir una enseñanza doctrinaria, que para meterse en obras faraónicas o para corromperla en favor de un voto clientelar. Así funciona. Y naturalmente con ese ideario, la corrupción se generaliza y aquí nos tienes a media España, luchando contra la otra media queriendo aparentar lo que no somos: demócratas.
Viendo venir el futuro y las reticencias puestas en juego por los más significados derechistas que ejercían el poder central al incumplir con su deber, no es de extrañar que el nacionalismo, sobre todo en Cataluña y Vasconia, creciera en forma desorbitada. Lo digo porque no es lo mismo -por ejemplo- legitimar que un Guardia Civil, en el País Vasco, haya de ganar un treinta por ciento menos que un Policìa Autónomo, es un ejemplo de insolidaridad que da vergüenza a cualquiera que se sienta español. Les ahorro citar otros ejemplos: son para llorar.
Y mientras tanto, el jerife máximo del PSOE se nos va a Cataluña a templar gaitas con los separatistas de este territorio que ya están poniendo en marcha su propia hacienda, y no pasa nada. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué España les roba? Si es verdad -que puede serlo- es otro ejemplo de insolidaridad. Y si no es verdad -que puede no serlo- difundir la mentira también es un acto insolidario. ¿Por qué no se hacen cuentas de una vez y con números en la mano se inicia un periodo solidario, equitativo y justo?
Comprenderán que me considere en público un fracasado de la política. Pero tengo razón: el principio de solidaridad no funciona. ¡Ya hablaremos!
martes, 15 de marzo de 2016
EL PODER Y LA GLORIA
Se comenta y comentará, en las esferas mediáticas, la nula relación que mantiene el Secretario líder del PSOE con el Presidente del PP. Protagonista: Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy.
Los dos se presentan como sacrificados personajes de la farándula política española, ejercitantes desinteresados del poder -según su criterio- lo cual no impide que don Pedro le toque la paciencia a don Mariano, sin tener en cuenta que la llave de salida del laberinto donde han metido al PSOE, puede estar en una alianza forjada entre ambos.
Téngase en cuenta que el poder y la gloria son consustanciales con la vocación de todo político que se precie de serlo y que en principio, la lucha suele favorecer a terceros, antes que a los contendientes
Malo resulta para cualquiera no aceptar esta realidad; y peor, aún, como en el caso que nos ocupa, que cada uno de los dos citados políticos no acabe de cerciorarse de que es víctima de sus errores. Don Pedro repite hasta creérselo, que el resultado electoral demuestra pide un cambio. ¿Y eso qué significa? ¿Cambio para bien o para mal?
En realidad, los electores quieren bienestar. Y quieren bienestar sin salirse de los dictados constitucionales. Eso explica la lógica propuesta de Rajoy: una alianza y un gobierno de los res partidos que netamente defienden el sistema constitucional vigente, incluso para proponer toda suerte de cambios.
Rodríguez Zapatero, cuya memoria es de difícil olvido, nos dejó al país sumido en la crisis y al borde de la ruina: para unos porque se vieron sumidos en un mar de deudas y para otros porque se quedaron a la luna de Valencia, fenómeno también llamado desempleo, y con el piso a medio pagar. La pérdida de puesta de trabajos fue la consecuencia de una mala gestión gubernativa.
Este es el cambio que urge: crear riqueza y para ello facilitar las iniciativas de quienes pueden promoverla con éxito.
A punto de superar esa fase, no chinguemos a la peladita. Bien mirada, la única diferencia seria, existente entre los meritados políticos, radica en que Rajoy mantiene el poder sin gloria y Sánchez ha de conformarse con la gloria, sin tocar poder. Y ninguno de los dos está conforme.
Ahora bien, el Sr, Sánchez recurre con demasiada facilidad a los sofismas para engañarnos y hacernos creer que el poder es suyo: "Tengo más votos (131) que Rajoy (123)". Es como si una entidad bancaria nos prestara diez millones de euros para montar un negocio y termináramos por adquirir un palacio con un Ferrari en el garaje. Cuarenta y uno de esos votos se los han prestado al PSOE (no al Sr. Sánchez) y eso no es tener, sino deber. Ese préstamo le obligan a renunciar a ciertas doctrinas socialistas y a doblegarse ante otras de signo liberal. Es un voto prestado que si no llegara a funcionar castigaría, en las próxima elecciones, a quien no supo sacar partido de ese crédito.
Veremos en qué terminan esas misas, pero llego a intuir que quien menos habla y promete
se llevará el gato al agua.
Los dos se presentan como sacrificados personajes de la farándula política española, ejercitantes desinteresados del poder -según su criterio- lo cual no impide que don Pedro le toque la paciencia a don Mariano, sin tener en cuenta que la llave de salida del laberinto donde han metido al PSOE, puede estar en una alianza forjada entre ambos.
Téngase en cuenta que el poder y la gloria son consustanciales con la vocación de todo político que se precie de serlo y que en principio, la lucha suele favorecer a terceros, antes que a los contendientes
Malo resulta para cualquiera no aceptar esta realidad; y peor, aún, como en el caso que nos ocupa, que cada uno de los dos citados políticos no acabe de cerciorarse de que es víctima de sus errores. Don Pedro repite hasta creérselo, que el resultado electoral demuestra pide un cambio. ¿Y eso qué significa? ¿Cambio para bien o para mal?
En realidad, los electores quieren bienestar. Y quieren bienestar sin salirse de los dictados constitucionales. Eso explica la lógica propuesta de Rajoy: una alianza y un gobierno de los res partidos que netamente defienden el sistema constitucional vigente, incluso para proponer toda suerte de cambios.
Rodríguez Zapatero, cuya memoria es de difícil olvido, nos dejó al país sumido en la crisis y al borde de la ruina: para unos porque se vieron sumidos en un mar de deudas y para otros porque se quedaron a la luna de Valencia, fenómeno también llamado desempleo, y con el piso a medio pagar. La pérdida de puesta de trabajos fue la consecuencia de una mala gestión gubernativa.
Este es el cambio que urge: crear riqueza y para ello facilitar las iniciativas de quienes pueden promoverla con éxito.
A punto de superar esa fase, no chinguemos a la peladita. Bien mirada, la única diferencia seria, existente entre los meritados políticos, radica en que Rajoy mantiene el poder sin gloria y Sánchez ha de conformarse con la gloria, sin tocar poder. Y ninguno de los dos está conforme.
Ahora bien, el Sr, Sánchez recurre con demasiada facilidad a los sofismas para engañarnos y hacernos creer que el poder es suyo: "Tengo más votos (131) que Rajoy (123)". Es como si una entidad bancaria nos prestara diez millones de euros para montar un negocio y termináramos por adquirir un palacio con un Ferrari en el garaje. Cuarenta y uno de esos votos se los han prestado al PSOE (no al Sr. Sánchez) y eso no es tener, sino deber. Ese préstamo le obligan a renunciar a ciertas doctrinas socialistas y a doblegarse ante otras de signo liberal. Es un voto prestado que si no llegara a funcionar castigaría, en las próxima elecciones, a quien no supo sacar partido de ese crédito.
Veremos en qué terminan esas misas, pero llego a intuir que quien menos habla y promete
se llevará el gato al agua.
lunes, 14 de marzo de 2016
NO QUIEREN NUEVAS ELECCIONES
Pasa el tiempo y en España los partidos políticos no acaban de rematar la construcción de alianzas mayoritarias que puedan gobernar, sin riesgos de perder el poder por un voto de censura; y lo más inquietante: si el PP no entra a formar parte de Gobierno, nadie puede privarle de su mayoría absoluta en el Senado, competencia que, bien manejada, ralentizaría y hasta impediría algunas de las profundas reformas de las que anuncian sus adversarios.
En suma, las nuevas elecciones dependen de que se acepte o no la propuesta del PP, y no dejen de advertir que se está ofreciendo al PSOE (como partido y no a su Secretario General) la posibilidad de formar un Gobierno conjuntado (PP, PSOE y CIUDADANOS) contando con un programa que se basa en la búsqueda del bienestar de los españoles, con preferencia a la afirmación de valores ideológicos; la base de esta unión sería el ideario constitucional vigente, admitido por las tres fuerzas citadas.
El propio Felipe González baraja esta posibilidad, en pie de igualdad con la que también cita para ir con PODEMOS, lo que nos indica que dentro del PSOE existe una corriente de opinión favorable al pacto constitucionalista, que tiene en cuenta la historia reciente de otros acuerdos asumidos en situaciones críticas en las que los políticos supieron lo que era tragarse un sapo en beneficio de la ciudadanía.
Solo una oposición: la de un ambicioso político que antepone sus ansias personales al beneficio que puede alcanzar a todo un pueblo.
Pensemos: aún puede prosperar la idea. Equivaldría a situarnos con la mayoría europea.
En suma, las nuevas elecciones dependen de que se acepte o no la propuesta del PP, y no dejen de advertir que se está ofreciendo al PSOE (como partido y no a su Secretario General) la posibilidad de formar un Gobierno conjuntado (PP, PSOE y CIUDADANOS) contando con un programa que se basa en la búsqueda del bienestar de los españoles, con preferencia a la afirmación de valores ideológicos; la base de esta unión sería el ideario constitucional vigente, admitido por las tres fuerzas citadas.
El propio Felipe González baraja esta posibilidad, en pie de igualdad con la que también cita para ir con PODEMOS, lo que nos indica que dentro del PSOE existe una corriente de opinión favorable al pacto constitucionalista, que tiene en cuenta la historia reciente de otros acuerdos asumidos en situaciones críticas en las que los políticos supieron lo que era tragarse un sapo en beneficio de la ciudadanía.
Solo una oposición: la de un ambicioso político que antepone sus ansias personales al beneficio que puede alcanzar a todo un pueblo.
Pensemos: aún puede prosperar la idea. Equivaldría a situarnos con la mayoría europea.
sábado, 12 de marzo de 2016
RÉGIMEN AUTONÓMICO EQUITATIVO
El centro derecha y la derecha dura y pura españolas, están poco propicias a meter el diente al que ahora llaman problema territorial (la autodeterminación de las regiones), que históricamente se conoció bajo el epígrafe de "movimientos separatistas", ceñidos en España a Vasconia y Cataluña, con posibilidades de extenderse a Galicia y ¡quién sabe!
Para ser sinceros, en la guerra civil del 36, desde el bando nacional, se enfrentaron a dos problemas: el separatismo nacionalista y el marxismo revolucionario. Así como para combatir ideológicamente al marxismo se implantó al terminar la guerra, como sucedáneo, el nacional sindicalismo, el único recurso para enfrentarse a las patrias catalana y vasca, fue rearmar la patria España manteniéndola bajo un centralismo a rajatabla.
Ganaron los mejor armados. Pero la lucha ideológica sentimental entre patriotismos regionales enfrentados al poder central, se mantuvo latente, fue ganando vida durante la dictadura y estalló, al fin, cuando el régimen se vio debilitado, con una virulencia separatista muy superior a la social. Mientras la lucha social se limitó a refundar el sindicalismo horizontal frente al ya decaído sindicalismo vertical, los separatistas radicales hicieron su guerra, contra la España centralizada, bajo la figura del terrorismo.
La lucha por la patria vasca, -y de rebote por la catalana- se apoyó en la violencia de ETA y dígase lo que se quiera, el hecho es que el Gobierno democrático de España, presionado por esa guerra no declarada, tuvo que ceder en el sector autonómico como nunca se había pensado. Y los organismos competentes parieron un sistema de autonomías muy poco racional y por ende muy costoso, con el que ni se ha resuelto el problema ni se sienten satisfechos millones de personas. En suma: está cada día más enredada la solución del separatismo español.
¿Por qué? Estamos a mitad del camino. Unos, los separatistas, esperanzados con su independencia, se mantienen firmes y esta firmeza que les ha sido rentable, les induce a seguir con su política y sus presiones, ahora dialécticas, hasta alcanzar el reconocimiento de nuevas pequeñas naciones soberanas. Otros, los autonomistas, queriendo poner remedio a una ruptura de España, tratan de convencer a las mayorías con los recursos de un federalismo "ad hoc", sin explicar en qué consiste; lo ofrecen esperanzados, cuando en realidad es de incierta y difícil aplicación. Por fin, están los de siempre, los unionistas, o sea quienes defienden la igualdad centralista para todos los españoles, que desearían volver a épocas pasadas y el que no esté contento que pida la baja.
Esa es la situación trazada a grandes rasgos. Son muchos los que empujan pero recuerdan a los bueyes del cura de Villalpando. Van ciegos a lo suyo y van sudando. Muy meritorio, aunque para una inmensa mayoría de españoles, está ya siendo un mal negocio.
Habría que tratar el problema poniendo razones que pudieran triunfar sin herir los sentimientos particulares de los españoles de cada territorio. Y esta tarea parece que nadie la quiere iniciar. Ni el centralismo radical, ni las taifas autonómicas vigentes, ni el separatismo, son solución para ese viejo problema de la España insolidaria. ¿Por qué?
Porque, en principio, son muy pocos, -por no decir nadie- los que admiten la existencia de esa insolidaridad. Se expresa de mil maneras. Hasta en los juegos deportivos.
Para entrar en razón (y ser racionalmente justos) hay que partir de un análisis frío del problema. Se llega a una consecuencia: no valen parches ni lociones tópicas; hay que deducir la solución por otras vías. Y, por principio, la solución ha de ser equitativa. La actual no lo es. Por eso chirría. Ya hablaremos.
Para ser sinceros, en la guerra civil del 36, desde el bando nacional, se enfrentaron a dos problemas: el separatismo nacionalista y el marxismo revolucionario. Así como para combatir ideológicamente al marxismo se implantó al terminar la guerra, como sucedáneo, el nacional sindicalismo, el único recurso para enfrentarse a las patrias catalana y vasca, fue rearmar la patria España manteniéndola bajo un centralismo a rajatabla.
Ganaron los mejor armados. Pero la lucha ideológica sentimental entre patriotismos regionales enfrentados al poder central, se mantuvo latente, fue ganando vida durante la dictadura y estalló, al fin, cuando el régimen se vio debilitado, con una virulencia separatista muy superior a la social. Mientras la lucha social se limitó a refundar el sindicalismo horizontal frente al ya decaído sindicalismo vertical, los separatistas radicales hicieron su guerra, contra la España centralizada, bajo la figura del terrorismo.
La lucha por la patria vasca, -y de rebote por la catalana- se apoyó en la violencia de ETA y dígase lo que se quiera, el hecho es que el Gobierno democrático de España, presionado por esa guerra no declarada, tuvo que ceder en el sector autonómico como nunca se había pensado. Y los organismos competentes parieron un sistema de autonomías muy poco racional y por ende muy costoso, con el que ni se ha resuelto el problema ni se sienten satisfechos millones de personas. En suma: está cada día más enredada la solución del separatismo español.
¿Por qué? Estamos a mitad del camino. Unos, los separatistas, esperanzados con su independencia, se mantienen firmes y esta firmeza que les ha sido rentable, les induce a seguir con su política y sus presiones, ahora dialécticas, hasta alcanzar el reconocimiento de nuevas pequeñas naciones soberanas. Otros, los autonomistas, queriendo poner remedio a una ruptura de España, tratan de convencer a las mayorías con los recursos de un federalismo "ad hoc", sin explicar en qué consiste; lo ofrecen esperanzados, cuando en realidad es de incierta y difícil aplicación. Por fin, están los de siempre, los unionistas, o sea quienes defienden la igualdad centralista para todos los españoles, que desearían volver a épocas pasadas y el que no esté contento que pida la baja.
Esa es la situación trazada a grandes rasgos. Son muchos los que empujan pero recuerdan a los bueyes del cura de Villalpando. Van ciegos a lo suyo y van sudando. Muy meritorio, aunque para una inmensa mayoría de españoles, está ya siendo un mal negocio.
Habría que tratar el problema poniendo razones que pudieran triunfar sin herir los sentimientos particulares de los españoles de cada territorio. Y esta tarea parece que nadie la quiere iniciar. Ni el centralismo radical, ni las taifas autonómicas vigentes, ni el separatismo, son solución para ese viejo problema de la España insolidaria. ¿Por qué?
Porque, en principio, son muy pocos, -por no decir nadie- los que admiten la existencia de esa insolidaridad. Se expresa de mil maneras. Hasta en los juegos deportivos.
Para entrar en razón (y ser racionalmente justos) hay que partir de un análisis frío del problema. Se llega a una consecuencia: no valen parches ni lociones tópicas; hay que deducir la solución por otras vías. Y, por principio, la solución ha de ser equitativa. La actual no lo es. Por eso chirría. Ya hablaremos.
viernes, 11 de marzo de 2016
EL ASTUTO Y EL APUESTO EN LUCHA
El astuto mandamás de PODEMOS y el apuesto secretario general del PSOE, con la ayuda de sus respectivos compadres y distinguidos conmilitones, hicieron cálculos tras las últimas elecciones y llegaron a un misma conclusión: entre socialistas, podemitas, comunistas y alguna ayuda marginal, tenemos, todos revueltos, más votos que el PP lleno de cuitas.
Era verdad en términos contables. Y sin embargo la realidad, traducida en poder o no poder, estaba a favor del PP, ya que con su mayoría absoluta en el Senado podía controlar cualquiera de las iniciativas de cambio ideadas por sus adversarios. Por muchas vueltas que le dieran, lo más sustancial de sus promesas, podría verse aplazado..
El apuesto secretario con sus denuestos, y el dubitativo y premioso presidente con sus cuitas, saltaron a la palestra: el primero para decir "aquí estoy yo, con un par"; confundía el valor con la temeridad, ya que habiendo perdido las elecciones y siendo el candidato socialista peor votado desde que se instauró la democracia, se sentía capaz de alzarse como mandamás del Reino sin reconocer sus limitaciones; y el segundo para, advertir al pretendiente: "de eso nada, porque, aunque llegaras a presidir el Gobierno no ibas a comerte una rosca".
¿Y qué hace el astuto podemita que ya se postulaba como Vicepresidente de un futuro Gobierno izquierdoso de España? Prepararse para mandar tras unas nuevas elecciones. Pasa por ser el amo de la corrala izquierdista; lleva la etiqueta, la marca de populista a la europea. Al socialismo imperante se le ofrece ese dilema: se deja seducir por los arbitrios puestos en juego por el podemita para alzarse con la Presidencia de un nuevo Gobierno podemizado, o se derechiza.
Un panorama de película. "El apuesto y el zorro", con más espectadores que los "Ocho apellidos vascos". ¡Y a qué precio! El apuesto no quiere soltar el queso y el astuto no tiene prisa porque espera alzarse con todo en unas pròximas elecciones.
Siempre nos quedaría el recurso de que el PSOE como partido, se decidiera por prepararse para unas nuevas elecciones y dejara de dar la matraca con su frustrado matrimonio ciudadano. A no ser que se derechice para ir de la mano con el PP.
Pero el PP -sin iniciativas con las que afirmar su vigencia- parece incardinado en el limbo de los justos y -la verdad- en esa nube nadie se prepara para ganar unas elecciones. ¿O creen que les bastará con reeditar un programa que ya nació muerto para el recorrido electoral ya vencido?
El PP bien se merece otra reflexión.
.
Era verdad en términos contables. Y sin embargo la realidad, traducida en poder o no poder, estaba a favor del PP, ya que con su mayoría absoluta en el Senado podía controlar cualquiera de las iniciativas de cambio ideadas por sus adversarios. Por muchas vueltas que le dieran, lo más sustancial de sus promesas, podría verse aplazado..
El apuesto secretario con sus denuestos, y el dubitativo y premioso presidente con sus cuitas, saltaron a la palestra: el primero para decir "aquí estoy yo, con un par"; confundía el valor con la temeridad, ya que habiendo perdido las elecciones y siendo el candidato socialista peor votado desde que se instauró la democracia, se sentía capaz de alzarse como mandamás del Reino sin reconocer sus limitaciones; y el segundo para, advertir al pretendiente: "de eso nada, porque, aunque llegaras a presidir el Gobierno no ibas a comerte una rosca".
¿Y qué hace el astuto podemita que ya se postulaba como Vicepresidente de un futuro Gobierno izquierdoso de España? Prepararse para mandar tras unas nuevas elecciones. Pasa por ser el amo de la corrala izquierdista; lleva la etiqueta, la marca de populista a la europea. Al socialismo imperante se le ofrece ese dilema: se deja seducir por los arbitrios puestos en juego por el podemita para alzarse con la Presidencia de un nuevo Gobierno podemizado, o se derechiza.
Un panorama de película. "El apuesto y el zorro", con más espectadores que los "Ocho apellidos vascos". ¡Y a qué precio! El apuesto no quiere soltar el queso y el astuto no tiene prisa porque espera alzarse con todo en unas pròximas elecciones.
Siempre nos quedaría el recurso de que el PSOE como partido, se decidiera por prepararse para unas nuevas elecciones y dejara de dar la matraca con su frustrado matrimonio ciudadano. A no ser que se derechice para ir de la mano con el PP.
Pero el PP -sin iniciativas con las que afirmar su vigencia- parece incardinado en el limbo de los justos y -la verdad- en esa nube nadie se prepara para ganar unas elecciones. ¿O creen que les bastará con reeditar un programa que ya nació muerto para el recorrido electoral ya vencido?
El PP bien se merece otra reflexión.
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jueves, 10 de marzo de 2016
EL INSULTO ENTRE POLÍTICOS
Lo pintoresco del caso es, en la lucha política planteada por los líderes del PSOE y de C`s contra el PP, que el ataque no va contra las tesis o el programa político que defiende este partido, sino contra las personas, contra el hombre, contra su Presidente, contra Mariano Rajoy. Ataque insultante con alevosía, sin riesgo para el que agrede de palabra.
Estamos ante un paradigmático argumento "ad hominem": como este señor no es mi tipo, que le den morcilla, por no mandarlo a un sitio peor. Al enemigo ni agua.
La democracia está basada en dos pilares fundamentales: el respeto máximo hacia la persona, cualquiera que sea su condición y circunstancias que la rodean, y el culto a la libertad para, sin faltar a ese respeto, poder afirmar o combatir las ideas que los políticos ponen en juego.
El día en que el Sr. Sánchez llamò "indecente" al Sr. Rajoy, estaba dando una coz a ese respeto personal y negando su pretendido comportamiento democrático. Otro tanto le sucede a quien tropieza en las mismas diatribas para solo ver defectos personales en la conducta de cualquier otro político.
Lo pintoresco es que no van contra la doctrina: van contra la persona, la descalifican, niegan sus capacidades, se la desprecia, se la condena. Al temido opositor se le llenan la fauces con el autoelogio comparativo: no somos como ése que está solo, que nadie le quiere, que va contra el cambio, que se desvive por el poder, que no atiende el servicio a los demás, que es indecente... Nosotros, -éste, áquel, yo- somos auténticos demócratas... ¿El poder? No nos afecta... Es cierto: si lo aceptamos es como un sacrificio al servicio de los demás. ¡Dios se lo pague, hermano! Pero... las huellas que van dejando no otorgan siquiera verosimilitud a sus promesas.
España, desde antes de la guerra civil está pidiendo tres cambios en tres sectores interinfluídos: el cultural educativo, el económico social y el territorial hoy autonómico. Y si algo ha cambiado nuestro país, ha sido, no gracias a sus políticos, sino pese a ellos. Ha sido el pueblo, o los pueblos que integran España, los que han sudado y se las han ingeniado para ir mejorando cada uno en el plano individual y así cambiar el país, eso sí, en perjuicio del paisaje.
¡Claro que han existido minorías con las cuales hemos sido poco y mal agradecidos! ¡Claro que hemos tenido algunos políticos excepcionales en general poco apreciados! ¿Y el resto? ¡Para qué hablar!
Sería una suerte y una bendición que esos políticos, sensibles, trabajaran para ponerse de acuerdo sin tanta verborrea, y para organizarse y organizarnos en una actividad constructiva.
Estamos ante un paradigmático argumento "ad hominem": como este señor no es mi tipo, que le den morcilla, por no mandarlo a un sitio peor. Al enemigo ni agua.
La democracia está basada en dos pilares fundamentales: el respeto máximo hacia la persona, cualquiera que sea su condición y circunstancias que la rodean, y el culto a la libertad para, sin faltar a ese respeto, poder afirmar o combatir las ideas que los políticos ponen en juego.
El día en que el Sr. Sánchez llamò "indecente" al Sr. Rajoy, estaba dando una coz a ese respeto personal y negando su pretendido comportamiento democrático. Otro tanto le sucede a quien tropieza en las mismas diatribas para solo ver defectos personales en la conducta de cualquier otro político.
Lo pintoresco es que no van contra la doctrina: van contra la persona, la descalifican, niegan sus capacidades, se la desprecia, se la condena. Al temido opositor se le llenan la fauces con el autoelogio comparativo: no somos como ése que está solo, que nadie le quiere, que va contra el cambio, que se desvive por el poder, que no atiende el servicio a los demás, que es indecente... Nosotros, -éste, áquel, yo- somos auténticos demócratas... ¿El poder? No nos afecta... Es cierto: si lo aceptamos es como un sacrificio al servicio de los demás. ¡Dios se lo pague, hermano! Pero... las huellas que van dejando no otorgan siquiera verosimilitud a sus promesas.
España, desde antes de la guerra civil está pidiendo tres cambios en tres sectores interinfluídos: el cultural educativo, el económico social y el territorial hoy autonómico. Y si algo ha cambiado nuestro país, ha sido, no gracias a sus políticos, sino pese a ellos. Ha sido el pueblo, o los pueblos que integran España, los que han sudado y se las han ingeniado para ir mejorando cada uno en el plano individual y así cambiar el país, eso sí, en perjuicio del paisaje.
¡Claro que han existido minorías con las cuales hemos sido poco y mal agradecidos! ¡Claro que hemos tenido algunos políticos excepcionales en general poco apreciados! ¿Y el resto? ¡Para qué hablar!
Sería una suerte y una bendición que esos políticos, sensibles, trabajaran para ponerse de acuerdo sin tanta verborrea, y para organizarse y organizarnos en una actividad constructiva.
miércoles, 9 de marzo de 2016
VIVIDORES DE LA POLÍTICA
Es para tener preparado el paracaídas ante el futuro que nos espera a los españoles, si los partidos no empiezan por marcarse una "línea roja" para seleccionar a sus candidatos, ante unas próximas elecciones, con criterios racionales y para que triunfe -en la gobernación del País- el sentido común. El mal de nuestra política es que ha de satisfacer el apetito de un excesivo número de vividores. Por ahí se cuelan los compadres de la corrupción, la carcoma capaz de llevar a la ruina a los partidos más fuertes y sólidamente constituidos; la carcoma que pudre las vigas maestras de un país, sin dejar huellas externas de la desgracia inminente.
Para un próximo votante, para un elector consciente de lo que ocurre, no es admisible que los representantes políticos de una cámara legislativa se apiñen para aplaudir el discurso de un orador de su cuerda, cuando con él se humilla sin necesidad a un adversario; sus aportaciones interesan siempre que contribuyan a resolver los innumerables problemas del país. El aplauso revanchista no conduce a nada constructivo.
En nuestra Constitución, los miembros de las Cortes Generales no están ligados por el voto imperativo. Si honestamente algún parlamentario no estuviera de acuerdo con lo preconizado por sus líderes, podría votar en contra. Nunca se hace, y tanta unanimidad resulta sospechosa. Si además, se mantiene la costumbre del palmeo imperativo, los protagonistas de ese despropòsito terminarán por convertir el hemiciclo en un "hemicirco". ¡En esas estamos! Ya hemos asistido, en las últimas semanas, a varias escenas circenses como la del beso en la boca y la del mamoncillo incluidas. No es bueno confundir el sentido del humor con burdas payasadas.
Es decir estamos en una asamblea donde los llamados a la templanza para hacer justicia, se entregan a la imprudencia del vituperio o a la adulación del aplauso, que son la más expresiva negación de la fortaleza.
Y así no hay quien se entienda. En suma, nos esperan nuevas elecciones, más gastos y pérdidas de un tiempo, muy necesario, éste, para que no se compliquen los problemas que más agobian a millones de españoles con el pretexto del cambio.
Para un próximo votante, para un elector consciente de lo que ocurre, no es admisible que los representantes políticos de una cámara legislativa se apiñen para aplaudir el discurso de un orador de su cuerda, cuando con él se humilla sin necesidad a un adversario; sus aportaciones interesan siempre que contribuyan a resolver los innumerables problemas del país. El aplauso revanchista no conduce a nada constructivo.
En nuestra Constitución, los miembros de las Cortes Generales no están ligados por el voto imperativo. Si honestamente algún parlamentario no estuviera de acuerdo con lo preconizado por sus líderes, podría votar en contra. Nunca se hace, y tanta unanimidad resulta sospechosa. Si además, se mantiene la costumbre del palmeo imperativo, los protagonistas de ese despropòsito terminarán por convertir el hemiciclo en un "hemicirco". ¡En esas estamos! Ya hemos asistido, en las últimas semanas, a varias escenas circenses como la del beso en la boca y la del mamoncillo incluidas. No es bueno confundir el sentido del humor con burdas payasadas.
Es decir estamos en una asamblea donde los llamados a la templanza para hacer justicia, se entregan a la imprudencia del vituperio o a la adulación del aplauso, que son la más expresiva negación de la fortaleza.
Y así no hay quien se entienda. En suma, nos esperan nuevas elecciones, más gastos y pérdidas de un tiempo, muy necesario, éste, para que no se compliquen los problemas que más agobian a millones de españoles con el pretexto del cambio.
martes, 8 de marzo de 2016
AL ADVERSARIO, NI MENCIONARLO
Ayer (07/03/2O16) me entretuve en charlar, un buen rato, con el hijo de un personaje vitoriano, candidato en una de las elecciones que se convocaron por la II República, muy popular entre el pueblo llano de aquellos días. El hijo del republicano, educado en una familia de casta liberal y con méritos contrastados, me contó que su padre fue a dar con un adversario electoral que, habiendo sido monárquico, llenó la ciudad de carteles en los que presumìa de todo lo contrario.
El cabreo del auténtico republicano fue sonado y hasta provocó el chiste por cómo soportó el disgusto. Pero un amigo comerciante, le dijo: "Tú no venderías un carrete de hilo sacando a relucir los defectos de tus competidores. Al adversario, - por principio- aplícale la más generosa indiferencia. Tienes que ingeniartelas, para que los votantes te conozcan bien a tí, que sepan de tus virtudes y méritos y sean ellos los que comparen y saquen conclusiones".
Me contó que su padre contestó al reto del candidato pseudo republicano, con otro cartel en el que destacaba su nombre en letras grandes y esta leyenda de base: "El único candidato que siempre fue republicano". Dejó que la gente hablase y debatiera sobre este único dato. Y ganó las elecciones, entre cosas porque decía la verdad.
Perdón por mi libertad al repasar y transcribir este episodio. pero lo hago al ver cómo los políticos de nuestros dìas se tiran a degüello. Pierden un precioso tiempo en valorar mal a sus rivales y en sacar a relucir sus defectos, cuando podrían dedicarse a pregonar -con habilidad, ingenio y tiento- las ideas propias, las suyas, sus valores positivos, sus éxitos, sin hablar de nadie más.
Basta con servirse de datos breves, claros, bien hilvanados y expresivos, para que el votante deduzca qué hay y qué les viene encima a los españoles ante promesas mal fundamentadas, que son casi todas.
Puede decirse que hay dos valores básicos, en nuestros días, a poner en juego: la defensa de la unidad constitucional y por qué, y la creación de empleo y para qué. En suma, que los electores se enteren a fondo y que lo hagan para luego sacar conclusiones y decidir.
Y como la corrupción se la van a pasar por las narices a más de uno, se quiera o no, ese uno, por uebos (vean el diccionario de la RAE), tendrá que encontrar la fórmula de hacerse perdonar cien veces este pecado y demostrar su arrepentimiento y,en prueba, que sus nuevas listas electorales están depuradas, pruebas al canto.
Un nietecillo que tengo de nueve años, que va para líder, me ha contado cómo mantiene la hegemonía del grupo que le sigue, frente a otro que rivaliza con él. Su forma de actuar me ha inspirado estas líneas: parece ser que el rival es narcisista, y -mi nieto- le lleva flores para el altar donde se auto inciensa. Al fin, algunos remedios los conocen y ponen en práctica, con éxito, hasta los niños.
El cabreo del auténtico republicano fue sonado y hasta provocó el chiste por cómo soportó el disgusto. Pero un amigo comerciante, le dijo: "Tú no venderías un carrete de hilo sacando a relucir los defectos de tus competidores. Al adversario, - por principio- aplícale la más generosa indiferencia. Tienes que ingeniartelas, para que los votantes te conozcan bien a tí, que sepan de tus virtudes y méritos y sean ellos los que comparen y saquen conclusiones".
Me contó que su padre contestó al reto del candidato pseudo republicano, con otro cartel en el que destacaba su nombre en letras grandes y esta leyenda de base: "El único candidato que siempre fue republicano". Dejó que la gente hablase y debatiera sobre este único dato. Y ganó las elecciones, entre cosas porque decía la verdad.
Perdón por mi libertad al repasar y transcribir este episodio. pero lo hago al ver cómo los políticos de nuestros dìas se tiran a degüello. Pierden un precioso tiempo en valorar mal a sus rivales y en sacar a relucir sus defectos, cuando podrían dedicarse a pregonar -con habilidad, ingenio y tiento- las ideas propias, las suyas, sus valores positivos, sus éxitos, sin hablar de nadie más.
Basta con servirse de datos breves, claros, bien hilvanados y expresivos, para que el votante deduzca qué hay y qué les viene encima a los españoles ante promesas mal fundamentadas, que son casi todas.
Puede decirse que hay dos valores básicos, en nuestros días, a poner en juego: la defensa de la unidad constitucional y por qué, y la creación de empleo y para qué. En suma, que los electores se enteren a fondo y que lo hagan para luego sacar conclusiones y decidir.
Y como la corrupción se la van a pasar por las narices a más de uno, se quiera o no, ese uno, por uebos (vean el diccionario de la RAE), tendrá que encontrar la fórmula de hacerse perdonar cien veces este pecado y demostrar su arrepentimiento y,en prueba, que sus nuevas listas electorales están depuradas, pruebas al canto.
Un nietecillo que tengo de nueve años, que va para líder, me ha contado cómo mantiene la hegemonía del grupo que le sigue, frente a otro que rivaliza con él. Su forma de actuar me ha inspirado estas líneas: parece ser que el rival es narcisista, y -mi nieto- le lleva flores para el altar donde se auto inciensa. Al fin, algunos remedios los conocen y ponen en práctica, con éxito, hasta los niños.
lunes, 7 de marzo de 2016
UN POLÍTICO AMBICIOSO PERO CÁNDIDO
Hoy, siete de marzo del 2016, el Sr. Sánchez, máximo líder del PSOE, ha explicado por ANTENA 3 - TV, con sofismas variopintos, no lo bueno que es él y su doctrina, sino lo malos que son los, políticos del PP y PODEMOS; hasta el punto de sostener que PODEMOS ayuda al PP porque en el fondo, al votar "NO" a su investidura, quiere que gobierne la corrompida derecha.
Uno sabe de sobra que los políticos, todos, tienen ambición de poder y que para alcanzarlo son capaces de seguir caminos tortuosos, incluso el de la guerra. También son capaces de decir y hasta de hacer chorradas. Pero cavarse uno mismo la fosa donde ha de ser enterrado no es frecuente. En España -si repasa uno su historia- se da el caso con más frecuencia que en otros paìses. Y el PSOE tiene, entre los suyos, algunos ejemplos. No hace falta personalizar; lean su historia.
El Sr. Sánchez no quiere reconocer que ha perdido votos a raudales y que esa pérdida le impide conquistar el poder por la vía directa. ¿Qué hace? Recurrir al artificio, a lo no natural, a lo falso. Y claro, para que cuele lo artificial hace falta vocación de artista y al Sr. Sánchez no le han dotado los dioses con tal don; se pierde en juegos malabares con una torpeza que asusta.
Su principal argumento, "hay que echar a Rajoy como sea" está produciendo los efectos contrarios. Por otra parte, su alianza con las derechas de Ciudadanos va contra natura y ha puesto a su partido en un trance con difícil salida. Aliados para perder es un contrasentido.
Si tu enemigo es poderoso, únete a él. El azar está en hacer cama con un débil. La culpa de todo lo que sucede la tiene -y terminará por reconocerlo algún día- el Sr. Sánchez que pudiendo haber buscado la ayuda del PP, se fue a hacer migas con un principiante. Aunque lo lògico y lo digno, al ser derrotado en las urnas de forma tan elocuente, era presentar su dimisión.
Tonto no es: ya aprenderá. Lo malo fué que al empezar le faltaban dos hervores.Ahora se le puede pasar el arroz.
Uno sabe de sobra que los políticos, todos, tienen ambición de poder y que para alcanzarlo son capaces de seguir caminos tortuosos, incluso el de la guerra. También son capaces de decir y hasta de hacer chorradas. Pero cavarse uno mismo la fosa donde ha de ser enterrado no es frecuente. En España -si repasa uno su historia- se da el caso con más frecuencia que en otros paìses. Y el PSOE tiene, entre los suyos, algunos ejemplos. No hace falta personalizar; lean su historia.
El Sr. Sánchez no quiere reconocer que ha perdido votos a raudales y que esa pérdida le impide conquistar el poder por la vía directa. ¿Qué hace? Recurrir al artificio, a lo no natural, a lo falso. Y claro, para que cuele lo artificial hace falta vocación de artista y al Sr. Sánchez no le han dotado los dioses con tal don; se pierde en juegos malabares con una torpeza que asusta.
Su principal argumento, "hay que echar a Rajoy como sea" está produciendo los efectos contrarios. Por otra parte, su alianza con las derechas de Ciudadanos va contra natura y ha puesto a su partido en un trance con difícil salida. Aliados para perder es un contrasentido.
Si tu enemigo es poderoso, únete a él. El azar está en hacer cama con un débil. La culpa de todo lo que sucede la tiene -y terminará por reconocerlo algún día- el Sr. Sánchez que pudiendo haber buscado la ayuda del PP, se fue a hacer migas con un principiante. Aunque lo lògico y lo digno, al ser derrotado en las urnas de forma tan elocuente, era presentar su dimisión.
Tonto no es: ya aprenderá. Lo malo fué que al empezar le faltaban dos hervores.Ahora se le puede pasar el arroz.
sábado, 5 de marzo de 2016
ESPAÑA EN CRISIS
España en crisis: ética, política, territorial y social. Resultado: dos sesiones de investidura inútiles: un sonado fracaso de los políticos contumaces, entregados al insulto y al desprecio personal en perjuicio del análisis de sus propias carencias y del reconocimiento de su incapacidad para abordar y debatir serenamente sobre los problemas que desazonan a los españoles y aportar ideas para su solución por la vía de un necesario entendimiento.
Si esto es democracia, la intolerancia es una virtud democrática.
No es cosa de buscar responsables ni de calentar los ánimos. Pero, si lo que se quieren nuestros políticos en nómina (que tan caros resultan) son soluciones pactadas, se ha de empezar por reconocer que no dan la talla. Carecen -salvo excepciones- del espíritu conciliador necesario para emprender cualquier reforma.
En los rifirrafes, primero, y descalificaciones, después, sobrevenidos en el proceso de investidura del Sr. Sánchez, el desgaste y desprestigio de los líderes -a juicio de un elector equilibrado- es de tal calibre, que resulta difícilmente reparable. A fuerza de confundir la dialéctica constructiva, con el ataque personal, han conseguido que las diferencias sean tan grandes como insalvables.
El sector político español -que comprende a los profesionales de la política y a los profesionales mediáticos que atizan el fuego- necesita remansarse, olvidar odios inquisitoriales y revanchas bélicas y construir desde el respeto mutuo. Y este respeto no consiste en darse besos en la boca entre conmilitones, sino en poner en evidencia los problemas y prestarse apoyo mutuo entre adversarios para resolverlos.
La última guerra civil (o incivil) española empezó en el Palacio de las Cortes. Se puede demostrar.
Si esto es democracia, la intolerancia es una virtud democrática.
No es cosa de buscar responsables ni de calentar los ánimos. Pero, si lo que se quieren nuestros políticos en nómina (que tan caros resultan) son soluciones pactadas, se ha de empezar por reconocer que no dan la talla. Carecen -salvo excepciones- del espíritu conciliador necesario para emprender cualquier reforma.
En los rifirrafes, primero, y descalificaciones, después, sobrevenidos en el proceso de investidura del Sr. Sánchez, el desgaste y desprestigio de los líderes -a juicio de un elector equilibrado- es de tal calibre, que resulta difícilmente reparable. A fuerza de confundir la dialéctica constructiva, con el ataque personal, han conseguido que las diferencias sean tan grandes como insalvables.
El sector político español -que comprende a los profesionales de la política y a los profesionales mediáticos que atizan el fuego- necesita remansarse, olvidar odios inquisitoriales y revanchas bélicas y construir desde el respeto mutuo. Y este respeto no consiste en darse besos en la boca entre conmilitones, sino en poner en evidencia los problemas y prestarse apoyo mutuo entre adversarios para resolverlos.
La última guerra civil (o incivil) española empezó en el Palacio de las Cortes. Se puede demostrar.
viernes, 4 de marzo de 2016
SEPARATISMO PARLAMENTARIO
En la exhibición oratoria de componedores patrios, todos dispuestos a restañar el País, participó un extranjero, no español y, además, orgulloso de no serlo porque era un catalán separatista. O, mejor dicho, separatista catalán, que es lo mismo pero con matices: antes separatista que catalán.
No le dí mayor importancia, pero alguien susurró: "Si no es español ¿qué pinta en el Parlamento de los españoles?". Pregunta lógica, porque en su forma descompuesta de discursear se advertía que, actuaba por imperativo legal; el destino le tenía reservado tiempo y espacio entre españoles para decirnos muy cabreado: "en breve gozaré de la libertad catalana; adiós España"; es decir no se sentía libre, si bien nunca pudo demostrar que renegaba de su escaño, con derecho a púlpito y a saneados honorarios, para dar la murga a los españoles.
Pero tampoco sabremos si, además del imperativo legal, era parlamentario en España por puro masoquismo: un placer enfermizo donde para mejor gozar de la patria prestada, ésta le ponía la cama. ¡Pobres españoles unitarios! ¿Acaso piensan que los separatistas catalanes, en su vieja patria, consentirían algo parecido a un constitucionalista español partidario de la reintegración de Cataluña al Reino de España?
Hoy me preguntaban: que diferencia hay entre un patriota y un separatista. Está claro, le dije al pesquisidor: el patriota siente, el separatista dogmatiza. El patriota practica el amor y no quiere la guerra; el separatista exalta a la ira y llega a morir y a matar, todo por la patria. Es el camino hacia la guerra.
Así es la vida. La Unión Europea surgió de un proceso iniciado tras la "II Guerra Mundial". La causa de tal guerra, fue la reiterada exaltación nacionalista de Francia por un lado y de Alemania por otro. Esto que ya pasó -se prometieron- no podemos consentirlo. El amor a la patria ha de tener sus límites. Y mucho más: era preciso borrar diferencias, suprimir fronteras, compartir leyes y mercados...
En España se llama progreso a lo que en países adelantados, modernos, en vanguardia, consideran que es un retroceso. Por eso el populismo triunfa propagado una modernidad inexistente: os venden la burra vieja como si fuera un Ferrari. Algo que también sucede con el separatismo. Las taifas ya peleaban en la España medieval.
No le dí mayor importancia, pero alguien susurró: "Si no es español ¿qué pinta en el Parlamento de los españoles?". Pregunta lógica, porque en su forma descompuesta de discursear se advertía que, actuaba por imperativo legal; el destino le tenía reservado tiempo y espacio entre españoles para decirnos muy cabreado: "en breve gozaré de la libertad catalana; adiós España"; es decir no se sentía libre, si bien nunca pudo demostrar que renegaba de su escaño, con derecho a púlpito y a saneados honorarios, para dar la murga a los españoles.
Pero tampoco sabremos si, además del imperativo legal, era parlamentario en España por puro masoquismo: un placer enfermizo donde para mejor gozar de la patria prestada, ésta le ponía la cama. ¡Pobres españoles unitarios! ¿Acaso piensan que los separatistas catalanes, en su vieja patria, consentirían algo parecido a un constitucionalista español partidario de la reintegración de Cataluña al Reino de España?
Hoy me preguntaban: que diferencia hay entre un patriota y un separatista. Está claro, le dije al pesquisidor: el patriota siente, el separatista dogmatiza. El patriota practica el amor y no quiere la guerra; el separatista exalta a la ira y llega a morir y a matar, todo por la patria. Es el camino hacia la guerra.
Así es la vida. La Unión Europea surgió de un proceso iniciado tras la "II Guerra Mundial". La causa de tal guerra, fue la reiterada exaltación nacionalista de Francia por un lado y de Alemania por otro. Esto que ya pasó -se prometieron- no podemos consentirlo. El amor a la patria ha de tener sus límites. Y mucho más: era preciso borrar diferencias, suprimir fronteras, compartir leyes y mercados...
En España se llama progreso a lo que en países adelantados, modernos, en vanguardia, consideran que es un retroceso. Por eso el populismo triunfa propagado una modernidad inexistente: os venden la burra vieja como si fuera un Ferrari. Algo que también sucede con el separatismo. Las taifas ya peleaban en la España medieval.
jueves, 3 de marzo de 2016
REDUCIR LAS DESIGUALDADES
En España, país donde millones de sus habitantes aborígenes no acaban de salir de la pobreza, se detecta la existencia de un sentimiento insatisfecho de igualdad. Lógico: entre españoles somos muy desiguales.
La libertad y la fraternidad, -esta última también llamada solidaridad- importan menos; y mucho menos entre personas que viven en condiciones miserables
En la propaganda política las promesas se orientan a crear la igualdad, siempre por arriba; se toma como modelo a los mejor situados con un argumento eficaz: no es justo que unos pocos tengan tanto y sean demasiados los que se hayan de conformar con tan poco o nada.
Las facciones políticas en busca de adeptos, ofrecen el acortamiento de distancias, hacernos más iguales. Cualquier político que se precie está obligado a combatir las desigualdades, pero nunca en sentido negativo (iguales en pobreza), sino con signos positivos (iguales en riqueza).
Son pocos los que piensan que lo que no puede ser, termina no siendo. El igualarse en riqueza es imposible. El solomillo del vacuno se lo comen unos pocos. No hay para todos
En la propaganda política las promesas se orientan a crear la igualdad, siempre por arriba; se toma como modelo a los mejor situados con un argumento eficaz: no es justo que unos pocos tengan tanto y sean demasiados los que se hayan de conformar con tan poco o nada.
Las facciones políticas en busca de adeptos, ofrecen el acortamiento de distancias, hacernos más iguales. Cualquier político que se precie está obligado a combatir las desigualdades, pero nunca en sentido negativo (iguales en pobreza), sino con signos positivos (iguales en riqueza).
Son pocos los que piensan que lo que no puede ser, termina no siendo. El igualarse en riqueza es imposible. El solomillo del vacuno se lo comen unos pocos. No hay para todos
Al político -como a todo profesional- cualquiera que sea su sexo y condición, le interesa detectar las posibilidades que brindan las desigualdades para, en unos casos combatirlas (izquierdistas) o justificarlas (derechistas) y con ese argumento ganar en poder y en capacidad económica, salvo excepciones que, en ambos casos, confirman la regla. Cualesquiera que sean los políticos y el país, los resultados, siempre al fin, fueron los mismos: unos pocos, mucho; muchos más, poco; muchísimos màs menos.
¿Usted a quién votaría? Yo votaré a los que predican libertad y solidaridad. No lo arreglan todo, pero estropean menos. Y se reparten mejor las existencias.
Les voy a dar unos datos: en casi todas las dictaduras populistas que funcionan en el planeta Tierra, hay muchas menos desigualdades que en España. También hay menos libertad. La solidaridad la dirige y administra el Estado. La pobreza está más extendida, afecta a mayor número de habitantes. La riqueza la controlan los políticos. Son más iguales, pero viven peor.
Viven peor, pero no es para que los nuestros se sientan orgullosos; ni para presumir de nada. Una sociedad como la española, ha de soportar (y pagar) un fabuloso número de instituciones oficiales y sociedades públicas, de muy difícil control, en manos de las mesnadas políticas y de una burocracia excesiva, muy costosa y fuente, además, de muchas desigualdades a través de la corrupción. Si tuviéramos menos polìticos y menos burocracia y sus secuelas, habría más igualdad, más libertad y más solidaridad.
Sería un gesto de solidaridad que algún partido político nos prometiera una buena limpieza. Algo así como una cuarenta por ciento de adelgazamiento de esa pesada carga pública. Y en algunas autonomías que hoy no cito, un cincuenta por ciento.
miércoles, 2 de marzo de 2016
AUSTERIDAD Y CONSUMO.
Es muy sencillo de entender: según los teóricos de la economía -referida a grandes grupos de seres humanos- si se dictan medidas de austeridad se reduce el consumo, disminuye el gasto, se cierran empresas, aumenta el paro, empobrecen los pueblos, no crecen... En consecuencia, la austeridad es perniciosa.
Desde otras posiciones, todo consumo supone un gasto y mientras pueda mantenerse sin pedir dinero prestado, la cosa marcha; pero si los pueblos se endeudan, esa deuda de una u otra forma se ha de pagar por las personas y las familias y esto lleva a la pobreza, a la ruina personal y familiar. En consecuencia, el consumo alegre y confiado es igualmente pernicioso.
¿Qué nos sucede en España?
En principio, que no tenemos criterio formado sobre nuestras posibilidades como pueblo y si por aquello de favorecer el consumo el Estado (entendido en toda su amplitud) se inclina por potenciar, por ejemplo, las asistencias sociales, al aumentar el gasto, o desnuda a un santo para vestir a otro, o aumenta la presión fiscal, que es como imponernos la austeridad por la vía de la opresión tributaria. Ejemplo el que nos da Grecia que ha vivido todo el, proceso impuesto para que pueda pagar sus deudas.
¿Dónde está la solución de este círculo vicioso?
Solo hay un camino y es de recorrido lento para una gran parte de la población. Estudiar, aprender, competir y ejercer la sobriedad, no por mandatos o imposiciones políticas, sino por pura convicción.
La carga (como siempre ha sucedido desde que Adán y Eva salieron del Paraíso) es de cada uno y un buen aprendizaje enseña a llevarla erguido y a elegir mejores políticos, y no los que prometen mucho pero dan poco.
Para comprobarlo basta con atender y distinguir los discursos de investidura. Verán cómo las promesas no fallan. Pero predicar no es lo mismo que dar trigo.
Desde otras posiciones, todo consumo supone un gasto y mientras pueda mantenerse sin pedir dinero prestado, la cosa marcha; pero si los pueblos se endeudan, esa deuda de una u otra forma se ha de pagar por las personas y las familias y esto lleva a la pobreza, a la ruina personal y familiar. En consecuencia, el consumo alegre y confiado es igualmente pernicioso.
¿Qué nos sucede en España?
En principio, que no tenemos criterio formado sobre nuestras posibilidades como pueblo y si por aquello de favorecer el consumo el Estado (entendido en toda su amplitud) se inclina por potenciar, por ejemplo, las asistencias sociales, al aumentar el gasto, o desnuda a un santo para vestir a otro, o aumenta la presión fiscal, que es como imponernos la austeridad por la vía de la opresión tributaria. Ejemplo el que nos da Grecia que ha vivido todo el, proceso impuesto para que pueda pagar sus deudas.
¿Dónde está la solución de este círculo vicioso?
Solo hay un camino y es de recorrido lento para una gran parte de la población. Estudiar, aprender, competir y ejercer la sobriedad, no por mandatos o imposiciones políticas, sino por pura convicción.
La carga (como siempre ha sucedido desde que Adán y Eva salieron del Paraíso) es de cada uno y un buen aprendizaje enseña a llevarla erguido y a elegir mejores políticos, y no los que prometen mucho pero dan poco.
Para comprobarlo basta con atender y distinguir los discursos de investidura. Verán cómo las promesas no fallan. Pero predicar no es lo mismo que dar trigo.
martes, 1 de marzo de 2016
NO NOS ENGAÑEMOS
"No nos engañemos" es la frase más discreta que, en los días que corren, se les puede ofrecer o insinuar a los políticos en general, para explicarles que el pretendido cambio propuesto entre unos y otros, no pasará de las musas al teatro. Estamos en la UE y cualquier floritura política tiene un precio. El cambio, contracorriente, hoy por hoy puede salirnos caro.
Los políticos del PSOE ponen su mejor voluntad en aceptar y en dar apoyo a su Secretario general, pese a que viene acreditando su falta de madurez para dirigir y gestionar la marcha de un partido con historia y gran número de afiliados. Las nuevas ocurrencias del Sr.Sánchez, son de muy mala digestión para sus compañeros socialistas de la Unión. Pagaremos por ello.
Los políticos del PP, pese al persistente descubrimiento de corrupciones abultadas y cínicas de una parte de destacados miembros alistados en sus filas, han decidido de hecho, cargar con el muerto y asumir el desprestigio en perjuicio de los que nunca lo merecieron: sus votantes. Ya nos les vale ondear la bandera blanca de la inocencia; están contaminados.
Estos dos partidos han ido perdiendo votos en sucesivas consultas electorales, pero es de temer que tal hecho sea considerado como algo accidental por sus políticos. No quieren aceptar que la caída -irremediable- es la lógica consecuencia de los hechos que apuntamos.
La lógica -no nos engañemos- apunta a que en un futuro pròximo, si ambos partidos siguen la ruta marcada, perderán votos. Si esto sucediera, será un hecho ruinoso para cada uno de ellos. y también tiene su precio.
Claro está: todo este lío político que se ha montado en España sería menos complicado, si la decencia hubiera estado presente en ambos partidos citados y la ignorancia consentida no hubiera. condicionado la evolución europea de la socialdemocracia española.
En la evolución política, como pasa en los mercados, la moneda mala desplaza a la buena: por eso dejaron de circular las monedas de oro -que cada día valen más- para ceder el paso a las monedas de papel. Eso es lo que -salvo muy contadas excepciones- pasa con los políticos españoles: los malos desplazan a los buenos. Y luego dicen que quieren hacer una segunda transición.
¡No nos engañemos!.
Los políticos del PSOE ponen su mejor voluntad en aceptar y en dar apoyo a su Secretario general, pese a que viene acreditando su falta de madurez para dirigir y gestionar la marcha de un partido con historia y gran número de afiliados. Las nuevas ocurrencias del Sr.Sánchez, son de muy mala digestión para sus compañeros socialistas de la Unión. Pagaremos por ello.
Los políticos del PP, pese al persistente descubrimiento de corrupciones abultadas y cínicas de una parte de destacados miembros alistados en sus filas, han decidido de hecho, cargar con el muerto y asumir el desprestigio en perjuicio de los que nunca lo merecieron: sus votantes. Ya nos les vale ondear la bandera blanca de la inocencia; están contaminados.
Estos dos partidos han ido perdiendo votos en sucesivas consultas electorales, pero es de temer que tal hecho sea considerado como algo accidental por sus políticos. No quieren aceptar que la caída -irremediable- es la lógica consecuencia de los hechos que apuntamos.
La lógica -no nos engañemos- apunta a que en un futuro pròximo, si ambos partidos siguen la ruta marcada, perderán votos. Si esto sucediera, será un hecho ruinoso para cada uno de ellos. y también tiene su precio.
Claro está: todo este lío político que se ha montado en España sería menos complicado, si la decencia hubiera estado presente en ambos partidos citados y la ignorancia consentida no hubiera. condicionado la evolución europea de la socialdemocracia española.
En la evolución política, como pasa en los mercados, la moneda mala desplaza a la buena: por eso dejaron de circular las monedas de oro -que cada día valen más- para ceder el paso a las monedas de papel. Eso es lo que -salvo muy contadas excepciones- pasa con los políticos españoles: los malos desplazan a los buenos. Y luego dicen que quieren hacer una segunda transición.
¡No nos engañemos!.
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