martes, 28 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (73)

     España esta pasando una prueba de fuego sin saber cómo se exterminan las causas de un incendio. Este es un misterio de cuya ignorancia pueden derivarse inconcebibles infortunios. Estoy refiriéndome al derrame de muy variadas y extendidas desgracias que derivan de una enfermedad de reciente difusión, sin saber  cómo ni cuándo puede darse por resuelta su presencia.
     A mí que soy un viejecillo -ahora apartado en una residencia, como nunca, de toda relación humana, por si acaso-  que me veo sometido a una prueba de soledad que si no fuera por la compañía de la  "tele" y la llamada telefónica diaria para saber si me he muerto, sería para edulcorar una pócima  y tragársela en busca de la paz. Si me duele saber que son más quienes se sienten sometidos a la dejación de obligaciones, dispuestos a cometer errores a ellos imputables  y no aciertan a cumplir con sus deberes socio-políticos y aún se quejan.
     No sabemos cómo acabarán estas jornadas de suma inquietud. Y según me parece en mis horas muertas, los que tienen poder y mandan quieren hacernos creer que lo peor ya ha pasado... Ya me dirán qué nos espera si, como calculan algunos expertos, la depresión induce a que aumente el paro, y a que nos llegue de fuera más bien pobreza a la que atender pese a todo.
    Uno,  que sabe lo que era pasar hambre en la posguerra -con un paro del que pocos hacen historia-
y conoce al pueblo que huía de la tisis crónica en los afamados pabellones de "reposo" donde muchos morían sin quererlo,  ya no se asusta.
     Lo siento. Mejor no pensarlo...
   
   

SIN MIEDO A LA VERDAD (72)

     Estaba dudando: ¿qué resulta más decisivo en la España que nos ha tocado vivir siguiendo al dictado las frases hechas? (Ejemplo, "perder hasta la piel" según el populismo reinante o "el NO es NO sin perder la pelleja"conforme al socialismo imperante).
     Estamos asistiendo en España a un espectáculo que hará historia cuando dos partidos, políticos con parecido objetivo, se las compongan para ejercer el poder liándose la manta a la cabeza y a cultivar en el mismo huerto el hambre y las ganas de comer.
     Esto conduce a que un tercer competidor por la derecha izquierdosa, y otro -el cuarto combatiente- por la izquierda secesionista, aprovechen el tiempo para crear el primero un conglomerado europeizante  y, el segundo, un federalismo populista mal cuajado, que viene a ser otro amasijo con moneda floja para andar por casa, valiéndose del monedero fuerte  para los negocios especulativos.
     ¿Usted es profeta? se preguntarán los más desconfiados.
      No; soy un pobre vegetariano que ha crecido en un pueblo de altas aspiraciones sin darse cuenta de que esto no es un paraíso.
      No. Es un cálculo que venía haciéndome desde un recodo del camino,  teniendo en cuenta que "el hombre, como el cabrito, es de triste condición; cuando nace es chiquitito, luego se vuelve mamón".
versión que dulcifica el dicho. 
      Un desahogo...

lunes, 27 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (71) )

     Lo poco que tengo aprendido para defenderme en este mundo de la informática lo he conseguido a base de coscorrones y de reconocer que, si no fuera por mis nietos, estaría en la higuera. Mis limitaciones indican que la mayoría de mis coetáneos -y un servidor entre ellos- están viviendo en un mundo distinto al forjado por y para las nuevas generaciones que vienen abriendo brecha.
      No puedo resistir la tentación y me pongo a establecer comparaciones con tiempos pasados. En el siglo XIX, hacia 1840,  el índice de analfabetismo entre españoles, -se descubrió gracias a una de las primeras estadísticas-  rozaba el 61%  . Las provincias más adelantadas rondaban el 40%.
       En la España de esa época se peleaban dos políticas enfrentadas a muerte: la tradicional, con apoyo religioso de signo católico, y la progresista mayormente anticlerical que favoreció el empuje de la masonería.
       Ustedes me dirán que criterio cultural funcionaba: ¿El del pueblo raso analfabeto o el de la minoría culta dividida entre católicos y ateos, ambos en lucha a cara de perro?
       La respuesta que daba España para alzarse -cualquiera que fuera el ideario- a niveles más cultos, no podía ser más lamentable: una colección de guerras civiles.
       Salvando distancias, sus políticos en nuestra querida patria (que se hunde entre listillos de ocasión con aspiraciones mundiales)  han descubierto que la cultura del siglo XXI para España, viene de la China: el mal primero, el remedio después. Ganan siempre los de fuera... hasta los turistas.
       Y las escuelas -con perdón- orientadas por los políticos que nos han tocado históricamente,  entregadas a su suerte
        ¡Ustedes me dirán!

domingo, 26 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (70)

     He recibido, por vías de confianza, un comentario agudo y cargado de sentido común: ¿Cómo se puede conseguir que un partido político -fundado o por fundar- verdaderamente equilibrado, garante y defensor de los derechos individuales con éxito y forjador de un proyecto de solidaridad equitativa, puede alcanzar el triunfo y llegar a gobernar limpiamente, sin trampa ni cartón, según el sentir de los desconfiados? En España es imposible.
     Era la respuesta que me anunciaba mi detractor; con un cúmulo de imposibles, inducía a que su oyente concluyera: vale más lo conocido, que lo bueno por descubrir. Solución que, dicho sea de paso, no me satisfizo.
     Para empezar, no me convencen los partidos políticos,  ni los movimientos, ni siquiera esas llamadas mesas resolutivas cargadas de tópicos. Para empezar -insisto-constituiría una reunión de estudios políticos constructivos. Y para empezar de inmediato a palpar soluciones, solo elegiría seis personas comprometidas y capaces de influir en la opinión publica, sin ocupar cargo alguno o buscar
compensaciones del tipo que fueren, por sentirse buscadores de la equidad sin espíritu de lucro alguno.
     Claro que mi propuesta pide preparación, es vocacional y , de paso, exigente de virtudes generosas exentas de votos imperativos. 
     Ellos, los elegidos con su vivir resuelto y comprometidos a no ocupar cargos oficiales, tendrían derechos colegiados para suspender legalmente cualquier felonía montada por los gobernantes con mando en plaza. 
     ¿Estoy proponiendo un imposible? Pues no. Más difícil es tener aprisionados y sin salir de casa a millones de españoles, bajo la amenaza de una gran multa para evitar su muerte con solo decirlo, mientras ellos -desde el poder- andaban a su aire y no por heroísmo.
     ¡Déjenme que sueñe!

sábado, 25 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (69)

     No estoy fuera de quicio si sostengo que el llamado centro derecha vaco está viviendo días de capa caída. Y empleo el término de "centro derecha" para dar a entender -como se verá- que el "suflé" no se levanta dos veces. Esto es porque el batido de huevos con otras mezclas dura lo que dura, hasta que se come o se descompone. Los postres de mezclas varias siempre fueron efímeros.
     Los vascos -cuyo origen se estudia todavía- terminaron (y empleo el verbo sin fijar fechas) por asentarse en el Pirineo occidental (ambas vertientes), en una franja de la cordillera Cantábrica oriental y en unos valles formados en la cuenca del alto Ebro donde coincidieron con otros pueblos situados cada uno en su sitio.
     Con el paso del tiempo, además, se sintieron atraídos a esas zonas otros pueblos y otras razas y la mezcla, aunque disguste, está presente y nadie se va a morir o a vivir indignamente por estos cruces.
     Pero se quiera o no admitir estas mezclas, los seres humanos están  evolucionando en un medio ambiente territorial con otros seres vivos y -está demostrado- que los méritos o deméritos de las distintas razas, no responden inexorablemente a valores raciales; responden a otras causas muy relacionadas con la necesidad impuesta para facilitar la supervivencia en un medio ambiente lleno de dificultades y enemigos con los que luchar a diario.
    Un debate en torno a este tema, tan interesante en el plano científico, es demoledor en el político.
     Conclusión: en el plano político el racismo ha hecho mucho daño a diestro y siniestro. Además ciega a los partidarios de razas y racismos dentro de unos límites que sobrepasan los principios de equidad.
      Y me preguntan: ¿Donde vamos a parar?
       En reconocer que todo y todos tenemos unos límites.
        Empezaremos por la equidad.


viernes, 24 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (68)

     Sin reparo alguno, a usted lector voy a invitarle a dar un recorrido político para llegar a entender la que nos espera, sin reparo alguno que lo impida, porque -y ojalá esté equivocado- presiento que nos esperan tragos de amarguras.
      Hay un partido que destaca por sus proposiciones casi, casi, sacramentales con las que mueve el sentido de la rectitud sin que nadie repare que su candidez es propia de un ensayo teatral.
      Proposición de salida: retirar de los puestos de trabajo - con los que escasamente subsisten, - a centenas de miles de empleados y empleadas- que de continuar en la tarea correrían el peligro de morir en el intento acometidos por el venenoso coronavirus importado de China.
      Consecuencia inmediata y posible: La empresas afectadas en gran número, sin reservas con las que costear las pérdidas, se verán obligadas a cerrar el negocio con lo que el despido del personal es inevitable y, los aludidos, irán a la calle para no volver.
      Proposición estimable y directa: condenar la injusticia del despido de forma que se indignen los metidos en gobernanzas,  hasta proponer una dieta mensual en favor de estos parados.
      Proposición indirecta y plausible: aprovechar la primera convocatoria electoral para que puedan autoelogiarse los políticos que tanto ayudaron a los que perdieron su puesto de trabajo con el dinero de todos y, de paso, trabajarse el voto que les conviene para vivir a pierna suelta.
      ¡Qué buenos son los padres redentores!
      

jueves, 23 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (67)

     Cualquier país que se preste a promover su prosperidad, ha de tener en cuenta una idea clara y profunda sobre el fenómeno identificado con el término de "globalización". Y, naturalmente, cuando se habla de un país, se tienen muy en cuenta a sus gobernantes y a toda la cuerda de políticos en activo.
     Para que esta referencia  no se confunda, voy a precisar que el significado de este neologismo, la "globalización" es un proceso histórico integrador que influye en el laborioso proceder ante los problemas económicos, políticos, tecnológicos y muchos más artísticos,  sociales, culturales, deportivos, etc. etc...."
     Sin introducirnos en más profundidades, si se quiere que progrese un pueblo como el español, tendrá que darse a cultivar, desde la escuela,  el método a seguir para familiarizarse con las rutinas del lenguaje técnico que permite el manejo del sistema "globalizador"; sistema que es muy generoso si se maneja con éxito; es decir apuntando con precisión y dando en la diana sin excesivos e inesperados gastos.
     Por lo que se comenta en los medios informativos neutrales -los otros no se sabe- el trato que se ha dado, sin acabarse el duelo,  a la problemática curativa, ha sido lento, costoso y desnortado por causas poco divulgadas, imputables a las directivas políticas  en el ejercicio del puedo y mando.
     No tengo derecho ni puedo ejercer una crítica documentada, ni siquiera lo reclamo. Quede claro que me limito a interpretar un diagnóstico que sin quererlo se ha ido deslizando en los medios de opinión. Y lo difícil es saber el precio sin pagar que espera a las clases medias y al pueblo llano en futuro próximo.
     Ya se verá.

miércoles, 22 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (66)

        Aquí y ahora ¿quién manda? ¿cómo manda? ¿para qué manda? Y establecidas las normas para limitar esos mandatos, ¿quién manda al que manda?
         Si supiéramos eso y luego creyéramos de verdad todo lo que dicen los mandarines y mandamases y fuéramos consecuentes hasta las cachas, esto sería un paraíso, pero... ¿quién inventó el demonio que también manda?
         Aquí tenemos aprobado un acuerdo. Aquí mandan los que más riqueza tienen y además la administran con habilidad y astucia sin pasarse de la raya. Lo cual -no pasarse de la raya- se predica pero no siempre se cumple. Y sobrepasados los límites, la plebe se subleva para salvarse de los abusos de poder si puede.
        ¿Perder el poder? ¿Por quién? ¿Quién manda aquí? ¿Los americanos o los chinos? Los japoneses, los chinos...y las razas asiáticas, tienen su estilo, sus conocimientos, su dedicación... Los americanos, más directos, el suyo. Los europeos están más divididos.
         Ya lo presentían nuestros antepasados. Al poder asiático -todavía latente hace un par de siglos- se le asignaba el dicho del "peligro amarillo". La raíz menos precisa, el "poder amarillo",  está a la vista y se quiere ocultar a medias por la vía comercial, elegida para participar en esta agitación pudiente y poderosa con sus remedios sanadores. En  la Europa, solo han empezado a estudiar tal tema.
         En fin. Hasta han descubierto que las tareas delicadas hay que emprenderlas por el sistema tele-doméstico.
         Divide y vencerás.

martes, 21 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (65) )

     Entre los recuerdos de la guerra del 36, conservo uno que me hizo mella. A mis catorce años a cumplir en diciembre, la inocencia de un rapaz enfermizo -tal era mi caso- no salía de una sorpresa para entrar en otra. La lucha sangrienta que hizo historia en el norte Alava, acentuada en Villarreal, tuvo sus repercusiones en el colegio de Santa María de Vitoria, donde se alojó -mientras los alumnos internos disfrutaban en sus casas con las vacaciones navideñas- una compañía moruna para la que cualquier rincón era bueno si les dejaban encender una hoguera, en los patios de recreo, con la que  combatir el frío.
       Cuando los alumnos de este colegio -internos, externos y medio pensionistas- regresamos una vez cumplidas las fiestas hogareñas al colegio, caíamos de culo sorprendidos por las huellas derivadas del hecho bélico que ventilaban moros y cristianos.
         Esto es lo que nunca entendí y me dió que pensar: los requetés nacionales ostentaban su fe católica, llenos de orgullo, y daban caña sin piedad a los que defendían  su misma fe religiosa: los nacionalistas vascos.
        Parecerá mentira, pero las alianzas vasquistas fueron como fueron para pelear a muerte entre hermanos: unos con el apoyo de los  "sin Dios" (socialistas, comunistas y anarquistas) en aquel entonces, y otros con participación de árabes que, fieles a sus creencias, seguían en lucha contra la cristiandad allí donde convenía a lo largo de siglos.
       Y ahora, ochenta y tantos años después algunos se extrañan de que un derechoide, -como dicen que es mi caso- no crea a los unos ni a los otros. Sospecho que estoy buscando una solución equilibrada. Y no es fácil.

lunes, 20 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (64)

     Los episodios que atraen la atención de los medios informativos en el País Vasco peninsular -y por lógica de una gran parte de electores- y la política que fortalece al nacionalismo sabiniano y a sus ideas adaptadas a los tiempos modernos, han debilitando el poderío nacional de España, en perjuicio de las filas vasco-españolistas, hoy muy divididas y desanimadas por razones que no voy a descubrir porque todos las conocen y no agradan a los que juegan en limpio.
     Esta debilidad del centro-derecha vasco -si es que todavía existe- no favorece a los partidos españolistas que han perdido fuelle, votos y prestigio.                                                                                   El caso es que el secesionismo vasco nunca, como ahora, tuvo en su favor una mayoría con la que razonar y sostener su derecho a que Euskadi se constituya como nación independiente. Ni nunca  como ahora  estuvieron tan dispuestos los  empoderados de España para aumentar la lista de competencias  de esa nación vasca, de tal manera que sin ruidos se consolide de hecho una independencia soberana  en paz y sin tirar un tiro.
    Naturalmente esto que deduzco puede parecer a muchos una corazonada, cuando la realidad demuestra que la nacionalidad secesionista vasca, estuvo a punto de dar un gran paso después de las elecciones del abril que corre. No se han celebrado y urge esperar.
     Veamos: es un suceso cargado de incógnitas el que nos distrae  y no conviene a los más interesados que se desplace el interés soberanista vasco, por una endemia que ocupa el primer plano político.
     El suceso lleva también al olvido a los deudores patrióticos: Olvido inexplicable y desidioso puesto que nunca el centralismo español ha estado tan distraído como en esta ocasión  impuesta desde arriba.
     Claro que la  verdad no siempre cuaja, pero nadie me negará que el tema está presente aunque distraído y sin salir de España.
      Ahora es cuando menos puede prosperar la idea opuesta al secesionismo vasco. El éxito, sin embargo, está  en dar con un equilibrio razonado. Esto exige, para empezar, un liderazgo cuya plaza está vacante. Y un equipo presidido por una generosidad solidaria y dispuesta a razonar.
      No siento que algo así se sienta por alguien que valga.

   
   

domingo, 19 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (63)

      Soy un insatisfecho. Y osado. No sé manejar con soltura la transcripción  de ideas por medio del correo electrónico. Por tanto y periódicamente pido perdón a los que suele dirigirme la palabra escrita que siempre es de agradecer. Perdón una vez más. No acierto con el uso de teclas y de mandos
     Hoy, al detectar  las atentas dudas de una amistad  -C.G.G.- referidas a mi último comentario sobre el venenoso coronavirus, no he acertado a comunicarle directamente mis ideas con las que ajustar conceptos. Me preguntaba, amigablemente,  si veo  algún futuro despegue de la plaga que nos invade.
      Pues bien: no tengo elementos de juicio para profetizar sobre tan delicado problema y ¡Dios me ampare! ni capacidad intelectual con la que avalar mi opinión. Lo cual no es obstáculo para advertir que las medidas que se vienen aplicando para reducir los efectos del  tal plaga,  no parecen satisfactorias. No llenan.
      Sospecho, además,  que el coste de los remedios que se han puesto en juego - tal vez millonadas-,  se pagarán mayormente -no se olviden- por  los españoles encuadrados entre las clases medias y por el pueblo llano tirando a pobre. O se dejarán a deber. O las dos cosas.
      A mi entender el problema puesto en juego es mundial y querer resolverlo pueblo tras pueblo -en vez de ir todos a una- tiene sus riesgos.
      Y sobre todo la respuesta en nuestra tierra se ha montado a salto de mata, con demasiadas dosis  improvisadas
       No juzgo. Solo constato.
     
   
     


sábado, 18 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (62)

     Leo en una página de GOOGLE  que la  "globalización" es un proceso histórico de integración mundial. Esto viene a decirnos que si llueve, más o menos, nos afecta a todos.
     Leo que esta "lluvia generalizada" o integración mundial,  influye en los ámbitos políticos, económicos, ecológicos, tecnológicos ... y sus efectos -esto lo estamos viendo- pueden alterar, mundialmente, los usos y costumbres de cualquier pueblo a bote pronto, o sea sin perder el tiempo.
    Vivimos, -está claro-  una oleada perversa, una enfermedad globalizada que se ceba sin freno y a bote pronto, en seres humanos avecindados en las naciones dispersas del globo terráqueo.
     El suceso nos ha pillado en cueros, con el culo al aire, y el remedio puesto en juego para controlar tanta desgracia se limita a prohibir el paso a un veneno que, por el momento, a unos los tiene escondidos sin salir de casa y a otros experimentando científicos intentos para dominar la ruta.
     El mundo revuelto esta imponiéndose al mundo ordenado y -por instinto- los seres vivos, con un proceder cargado de lógica, quieren huir y lo hacen buscando el aire libre, los caminos despejados, la huida hacia las tierras productivas y, si me apuran, el cielo.
      Es la hora de los profetas, de los milagros, de las apariciones sobre naturales... en fin:  dado que el hombre también tiene el recurso del optimismo, podemos soñar...
     En Vitoria -donde resido- cuentan que el cura que asistía a una anciana en trance de muerte, trató de animarla y más o menos le dijo: "Está usted tocando el cielo". Y ella respondió con voz apagada:
; "Yo muy contenta estoy en Vitoria".


   

viernes, 17 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (61)

     Me encuentro desorientado. Hace ya un mes que no salgo a la calle -medicina preventiva, dicen- y, con mi discurrir envenenado, pienso si no estamos recorriendo los pasos previos a un régimen dictatorial de izquierdas. Algo he leído y no veo qué buscan ciertos sectores políticos insensibles a una caída del voto derechoide  que consideran es suyo.
     Recuerdo la frase del líder socialista que sostenía: "Cuando digo NO, es NO". Y se sentía satisfecho y seguro:"NO es NO". Pero un buen día, cansado de tanto aburrimiento, fue SÍ y dió paso, hasta la cresta del poder, al convicto y confeso personaje dedicado al fomento del regateo de pelotas , que tras muchos zarabandas se fundió en una coalición de toma el gas y marcha.
    El clima político, a juzgar por los recuentos de las encuestas, sitúa al PSOE ante una clara victoria que da lugar a una adelantado y barrido avance de una izquierda gobernada por un populismo ansioso que -día tras día- introduce el balón en la cesta de los goles, como quien mama.
     - ¿Tú, -me dice un guasón- acaso no votas a las derechas? Hay que saber perder....
     - Votaba -respondo-. Llevo algún tiempo cediendo el sobre  para que lo llene un acompañante con su  papeleta; a cambio me compensa con un café de calidad.
     Y ¿por qué hago tal cosa? Porque veo a la derecha, menos mala, sin avanzar en su ideario para influir en la existencia de una democracia auténtica, dispuesta a corregir los excesos de la dudosa inventiva de una globalización mal encajada y los defectos de una enseñanza (y correspondiente aprendizaje) influida por poderes no equitativos.
      Es algo que apenas preocupa en España y así nos va
   

jueves, 16 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (60)

     Si a cualquier persona bien informada les dijeran  "ten cuidado  y no te dejes influir por las grandes promesas de los políticos circunstanciales", no le iban a sorprender. En todo caso, al dirigirse a su sentir interno, exclamaría: "verdes las han segado".
     El ser humano, cualquiera que sea el sexo o condición, tiene por costumbre para resistir a los ramalazos de la vida y ganarse el cielo a pulso, primero alimentarse y luego reproducirse, todo ello sin excederse.
     Si se moderaran ambas "necesidades" -lo que nunca sucedió- esto sería el paraíso con minúscula. En el lugar que hoy ocupan más o menos miles de millones de bípedos pensantes, estarían viviendo muy pocos seres humanos de la misma raza y fundación y no sería preciso recurrir a la pléyade de políticos, que  se matan entre sí, para hacernos felices.
     Llegar a estas conclusiones cuando en el Globo terrestre se cuentan a millones los que pasan hambre y se desconoce el número de invertidos -a los que respeto- no es motivo de felicidad compañera de todo optimismo.
     ¿Entonces que hacemos con los políticos si como parece sobran?
      Yo nunca diré tal cosa. El remedio esta en su doctrina. Ellos son buenos. El error es que predican una cosa y luego mal cumplen lo prometido. ¡¡Ya se sabe!! Lo cual no excluye las excepciones.
      Hable con ellos en la intimidad de sus propósitos. Es buena gente. Digo.
   

miércoles, 15 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (59)

     A veces recuerdo un libro incierto, una pretendida novela que no acabo de terminar, en la que reflejo una serie de episodios bélicos entremezclados con la vida vulgar y con la moral exaltada y lista para ganar el poder de la república para unos, nación para otros, a tiro limpio . Las costumbres de algunos, no todos, los que entonces vivían en Vitoria y villas y pueblos enredados en la guerra civil del 36, no daban lugar para suponer que se empezaba una guerra que iba a durar cerca de tres años.
     El personaje que surge para iniciar el relato es un jovenzuelo de 17 años -menor de edad- fornido y bien formado, que se enrola en la columna de voluntarios convocada para unirse a la marcha militar que, desde el norte de España, se uniría a otros sublevados para conquistar su capital, Madrid.
     Nadie pensó que aquellos entusiasmos conquistadores, empezados con ideas creativas de un mundo feliz, iban a durar tres años y mucho menos que terminarían en una dictadura duradera: cerca de cuarenta años.
     El personaje principal, el joven citado, pierde una pierna en el primer encuentro contra una formación republicana y vuelve a casa desmoralizado y triste. No esperaba tan desgraciado desenlace; ni que aquello era el principio de una guerra.
     ¿Y todo esto que es cuento,  tiene algo que ver con la España actual? No y sí. No se el porqué pero veo en la cancha, cada vez más destacados, más seguros de sí mismos, a dos bandos en fase de crecimiento: a los azules y a los rojos y a sus compañeros mártires.
     Claro está que mi memoria me indica que las guerras montadas se dan más en países pobres que ricos. Este es el caso. En la Europa soñada como rica lo único que crece en la última década, es la pobreza. Y en este juego, España tiene entre manos las bazas de perder.
     No me llamen pesimista, por favor,  porque vea crecer a las masas más belicosas por pobres.

martes, 14 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (58)

     Si uno se detiene a examinar el comportamiento de los seres humanos ante situaciones insólitas, termina por sentirse perplejo sin saber que camino tomar. Y sin embargo todo tiene explicación a nada que uno -cada cual- disponga de medios que favorezcan el cambio.
     No es lo mismo emigrar a los veinte años sin fondos de reserva que a los cincuenta con medios  económicos con las que pagarse una buena vida.
    ¿Que le pasa a una gran mayoría de españoles que andan a la deriva sin un proyecto de futuro que merezca una conducta vocacional?
     Les pasa, a uno por uno, que no se sienten estimulados a salir de la manada debido al hábito llamado pereza o ley del mínimo esfuerzo.
      Cuando es una minoría la que rompe los hábitos perezosos, se sale de la fila y sin trampa sube escalones que le dan mayor poder, no suele ser apreciada entre sus paisanos como es debido y entonces -es lógico- los aludidos reaccionan silenciosamente, buscan su bienestar y se despegan de un clima negativo que a nada conduce en su tierra de origen
      Si en los días que corren se para, usted lector, a examinar lo que nos rodea como españoles y es medianamente perspicaz, verá cómo -oh sorpresa- ellas y ellos que asumieron la tarea de combatir en primera línea una enfermedad poco conocida  dando horas de sacrificio y entrega -algunos hasta morir-, se desdibujan; y lo hacen para dar paso a políticos mediocres (salvo contadas elecciones)  que no son capaces de ver las horas que esperan al español bajo de medios económicos y confían en la ayuda de otros pueblos mejor organizados que el nuestro.
     ¡No sea pesimista! ¡No nos amargue! ¡Si hay que ir al infierno, se va! Pero no nos machaque el buen tiempo del veranos que ya se acerca!
     Amigo lector: ¡Yo no he sido!

lunes, 13 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (57)

     Estamos asistiendo en España a un cambio (una revolución y no exagero) encubierto con la coronavirus que atrae -como un imán- la atención de las masas que lo padecen.
      En España, hasta los más avanzados revolucionarios -sin darse cuenta- al disfrazar a la democracia social como si fuera un muñeco, están dando paso a la dictocracia de izquierdas que, si bien se mira, sigue la ruta impuesta en la América latina, donde se ataca de lleno -aunque otra cosa se diga- a las clases medias.
      Y digo esto que cuento porque si uno se detiene a examinar el cotarro que nos rodea (a los españoles) y  advierte que nunca, ni contra el franquismo, se pudo ver una respuesta tan poco convincente como la actual, incapaz de movilizar a una muchedumbre socialmente preparada para  entender una doctrina equilibrada, equiparable por justa y equitativa por muy posible.
      ¿Qué estoy diciendo?-
       Primero, que hay que innovar. La clase media española no puede constituir empresas mercantiles  -se lo han puesto muy difícil- para contratar jornaleros. Han de fundarse de nuevo sobre una idea poco explotada: comprar y vender objetivos. La política de contratar jornales no interesa. Hay que cambiar de método: olvidar el pago de horas trabajadas bajo la dirección del contratante, y sustituirlas por bienes o servicios encargados a empresas especializada en el tema.
       Segundo: Esa misma "clase emprendedora"  debidamente titulada -por dominar con su capacitación la teoría y la práctica- ha de constituir empresas creadas y funcionando por decisión de sus titulados y operarios (parecidas a las cooperativas) que no venden horas trabajadas, sino bienes o servicios terminados.
       Siempre quedarán residuos de la vieja escuela. Es cierto. Pero la escuela -que siempre es necesaria- tiene ahí su razón de ser. Los españoles del montón están poco o nada preparados para operar en equipo.
       Adviertan ésto: el cambio no está en manos de los políticos de nuestros días. Esa es la cuestión. Primero la escuela, luego el resultado.

domingo, 12 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (56)

     Si decidimos asumir los últimos progresos y costumbres que se abren camino en los países más modernizados, hemos de reconocer que en la mayor parte de España estamos a medio camino.
      Los primeros en manifestarse remisos al cambio -aun cuando se proclaman partidarios del pringado progreso al uso-  suelen ser los políticos en el poder que, para más chingarse,  cuando predican al viejo estilo, presumen de modernos al último grito.
       El progreso en su plenitud es tan antiguo como el género humano y por eso, por su antigüedad, es muy difícil fijar quién descubrió la palanca, o la rueda o el papel de fumar que ya ni se usa. Ni quién  ni cómo se le fue sacando partido a esta evolución progresista.
       La aparición del contratiempo mortal llamado "coronavirus" se ha caracterizado por su rapidez difusora. A tono con tiempos pasados, el mal se extendió por gran número de países, distantes entre sí, en cosa de días. Reconozcamos de una vez, lo fácil que es presumir y que difícil precaver.  La España política sigue muy atrasada y han sido los equipos profesionales de la medicina, los que han frenado el progreso de la muerte, y no del todo, por lo que sufren y trabajan con una generosidad que ha hecho historia.
      ¿Quiere decir ésto que la izquierda en el poder está en la higuera? ¿O que la derecha está al tanto de lo que la realidad nos muestra?
       Yo no lo sé pero me huelo que estamos en crisis y que el poder adinerado, frente al curso de los acontecimientos, ni acierta a nivelar los desmadres ni a tomar parte en el progreso para enterarse de que no todo se resuelve con el vil metal.
       Hay que saber ganar la paz equitativamente, para evitar hacerlo bellacadamente.

sábado, 11 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (55)

      Aquí y ahora, al  ciudadano de a pie que obra noblemente y de buena fe lo convencen los predicadores  que dominan la cúpula del mando con cierta facilidad. Es decir que las directivas del PSOE y PODEMOS, que por separado y desde el poder no coinciden en sus argumentaciones,  hacen equilibrios para no perder las posiciones del mando. Cubren las apariencias de fortaleza razonada, pero lo mismo se contradicen con la más cara dura sin perder su estilo.
       Ante esa perspectiva difundida con éxito por los que dicen gobernar España, se les suele atacar directa y personalmente, por la oposición centro-derechista, con argumentaciones difusos y manifestaciones broncas y vulgares que hacen ruido, pero no dan en la diana.
        Lo primero a tener en cuenta por los opositores del adversario en el poder, -cuando a uno le invitan a defenderse- es   que vale más un ser que razona, que el decidido  a convencer al contrario  con ataques personales e insultantes.
        Por ejemplo, ante una crisis que lleva al paro a miles de paisanos, si uno cree que triunfa cargando de insultos a sus oponentes,  se equivoca. Si muy al contrario,  razona  y marca la ruta a seguir para crear puestos laborales y al propio tiempo convence, no lo duden: ganará unas elecciones.
       Tampoco lo duden. El centro derecha español no ha sabido manejar estos argumentos. Y si no sabe, es porque en sus filas han ido apartando a los mejor preparados para convencer a los electores y han dado paso libre a un conjunto de personajes sin escrúpulos que presumen de listos.
       Los partidos políticos con propósitos triunfantes no solo han de contar en sus filas con elegibles discretos, sino también con dirigentes dotados de valores positivos; han de organizarse con un consejo directivo para que los protagonistas elegibles además de leales y honestos, no se salgan del tiesto.
      Son muchos los que dudan ante un centro derecha donde muchos, demasiados, quieren ser caudillos y eso -al fin- solo es posible cambiando de campo, de árbitros y de espectadores, claro está, bajo bandera con la  que presumir de todo lo contrario.
     

jueves, 9 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (54)

     Mi pretensión es muy modesta: quiero imaginar el futuro que nos espera  a los españoles partiendo de un hecho ineludible: cada cual es como es y resulta difícil ponerlos de acuerdo, incluso hablando el mismo idioma. El poder, repito- ineludible está en manos de los que dominan el mercado globalizador. No se les ve. Nadie los cita. Es un silencio rentable y no se engañen: Mandan desde fuera.
      Ayer dediqué mi atención a un pequeño pueblo de las zonas rurales de Álava para constatar como en pocos años habían cambiado las costumbres de los nativos dedicados al sector agrícola. Han ido a menos. Han desaparecido. Y quise señalar que  ese cambio de raíz no se pudo evitar. Las zonas rurales de España se están despoblando. Y en Álava,  la capital -Vitoria- que contaba unos 40.000 habitantes en 1940, tiene unos doscientos veinte mil, y me quedo corto, ochenta años después. Los antiguos que aún viven no han asimilado el cambio.
       Pues bien: en toda España y más en ciudades como Vitoria, está en marcha la reforma de usos y costumbres, esta vez valiéndose del empuje que ya se viene marcando por la evolución mundial de signo globalizador. Vamos a menos, porque las modernas sociedades se han entregado a las ofertas globalizadas, capaces  de vendernos los más raros y originales productos llegados de remotos territorios.
       En  ciudades como Vitoria, bien comunicadas, se está viviendo un proceso decadente que trae pobreza. Las actividades comerciales decaen y no se sabe cómo evitarlo.
       Aunque, a su aire, lo intentan, para llenar el vacío, los más duros resistentes vitorianos con su buena fe a cuestas.
        Y no lo olviden: Vitoria, la clásica, es un punto de partida pese a quien pese y esto no se desdibuja con una simple política.
        Lo explicaré D.m.


miércoles, 8 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (53)

     Después de largas y desordenadas lecturas, he logrado entender que la globalización de vicios y virtudes -ultima reforma impuesta desde la progresía humanística- tiene su lado bueno, bonito y barato y otro, de  enredado pelaje, que hace temblar la fe puesta por el bípedo implume en la felicidad del futuro.
     He de reconocer que yo, -con unos cinco años bien cumplidos en un pueblo chiquito-,  me sentí feliz subido en la cabina de un camión marca USA de segunda mano, al que engancharon un trillo muy grande con unas cadenas muy resistentes,  para cosechar en un día la parva tres veces superior a la que podría resolver en tres jornadas una pareja del ganado de tiro. Sucedía, esto que cuento, por el año de 1927 y cuando lo recuerdo, también oí a un veraneante guapetón y bien vestido, exclamar: "por este sistema desaparecerán los bueyes". Y siendo un niño, recuerdo a otro testigo, raro para mí porque llevaba barba,  que exclamó: "Desaparecerán los bueyes".
     Al paso del tiempo, al recordar la escena, (buena memoria la mía y no la que mal conservo), lo comprobé: tenía razón el barbudo. Se acabaron los bueyes y las eras de trilla consiguientes, y los tratantes, y los labradores clásicos, y el herrador y hasta las moscas pegajosas del ganado vacuno dedicado a la labranza.
     Estoy enganchado por el tema y parecerá mentira:  encuentro relación entre este progreso tardío -muy ligado a la despoblación de las tierras agrícolas por la mecanización del campo- con la tardía aparición del coronavirus que nos forzará a un cambio, de cuya dimensión no se percatan nuestros sabios políticos: quieren arreglarlo a su manera cuando el remedio, lento pero seguro,  está en la escuela  que la tienen abandonada y no se dan cuenta.
     ¡Ya se verá!

martes, 7 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (52)

     .
     Era el año de 1977, días antes de la esperada consulta electoral convocada para darnos  a los españoles un poder legislativo de signo democrático.
     Un servidor estaba en Madrid, de paso, con un amigo que lo invitó a comer en una popular taberna de aire gallego. Al aparcar el coche nos dieron en la mano un lote de propaganda electoral del PC dirigido por Carrillo.
     En el comedor de la taberna nos pusieron en una mesa para dos, muy próxima a otra donde ya estaban sirviendo a cuatro portugueses. Uno de ellos, al ver la propaganda política, me preguntó: "¿Podría ojearla?" y se la pasé sin más.
     Al cabo de un rato volvió a la carga: "¿Cómo ve a la España futura?".
     Le hice un gesto de duda balanceando mi cabeza.  Y me preguntó al fin: "Si tuviera un dinero ahorrado del que depende su familia,  ¿que haría?" Y le dije, sin dudarlo:"Darme a la fuga".
     Se hizo un silencio y el portugués me dedicó una sonrisa. Había salido de su tierra con su fortuna. Y añadió: "Darse a la fuga ¿solo o con la moneda?". Le devolví la sonrisa y corrí la cremallera labial.
     Estamos hoy en el año 2020. Cuarenta y tantos años más tarde. Ni entonces ni ahora podría darme a la fuga. No tenía el ahorro ni tengo el medio de conseguirlo para un largo paseo. Pero...
     ¿No estamos en un tente tieso, mientras puedas, que nos induce al cambio de aires?

SIN MIEDO A LA VERDAD (51)

     Es difícil entrometerse en el mundo de la política. Está admitido entre los especializados en esta materia -el gobierno de los pueblos- un conjunto de superficialidades que hacen temblar al misterio.
     Por ejemplo, ahí está el principio de la igualdad. La jurispericia llegó a conseguir que las leyes obligaran a todos por igual y, por consiguiente, era lógico reconocer a los afectados los mismos  derechos. Pero eso no es igualar. Y ahí se acabo la idea.
     El ser humano propietario de una finca tiene reconocidos los derechos y deberes que le otorgan las leyes; pero si otro personaje, usted mismo, no tiene por ley reconocida una finca, es un desigual. Luego por ese pormenor, que no es broma hay seres por millares y de la misma casta, que son distintos: es decir muy desiguales.
     Luego usted, político avispado, no me ofrezcas imposibles y, menos aún, no me vendas castañas como si fueran piedras preciosas.
     Lo que si puede ofrecer el ser humano inteligente es la creación de una política equilibrada, en la que se marquen como  solución,  teniendo en cuenta las capacidades y las limitaciones de todo ser humano, unos derechos y deberes mínimos. Todo ser vivo tiene capacidad para alimentarse, pero si así no fuere, no se le puede negar ese derecho que poco a poco va generando deberes.
     Con el tema de la igualdad se puede escribir un libro más, pero ya están escritos demasiados que,  al parecer,  se leen por muy pocos.
      Cuando los políticos predican la igualdad en demasía, es porque ellos desean un ascenso. Los igualitarios del montón saben de sobra que lograrlo tiene un precio, muchas veces humillante.
      Que conste: no hago otra cosa que constatar hechos.
   




   



lunes, 6 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (50)

     En los días negros, con horizontes tormentosos y carencia de recursos, (es el caso de los españoles a contar  por millonadas)  es cuando un sexto sentido hace coincidir a los votantes en dos tipos de candidatos a elegir: o te unes armado de "valor" a las ordenes de una mayoría dictatorial y alevosa,  o te decides a ir con quienes buscan soluciones partiendo de sacrificios o sea dispuestos a trabajar con talento y a saber administrar y guardar por mutuo acuerdo, una equitativa, solidaria  y sensata disciplina tanto a ricos como a pobres, a listos como a seres del montón, a sensatos como a los de chavetas alocadas, a los oportunistas políticos, como  a los que se muestran partidarios  de un trato humanitario y justo.
    Esto que digo es algo marginal al concepto que hoy tenemos de los partidos políticos, convertidos en plataformas desde las que se posibilita el salto de un numero inconmensurable (salvo contadas excepciones) de oportunistas a cargos oficiales para resolver sus problemas dinerarios por encima de los que afectan al común de los mortales y paisanos.
     España es un país con pocos pero muy ricos y muchos pero muy pobres habitantes del montón.
     Y ¿qué quieren que les diga, amigos lectores?
     Tengo miedo a decirles la verdad,  pero a mis años  estaría dando mal ejemplo; y estaría mal visto haciendo valer mentiras. Lo diré con todo mi respeto, con sentido constructivo; diré que en España sufrimos el peso de unos gastos públicos desproporcionados.  Gastan  -los gobiernos que son como son- por encima de lo que tenemos y mantienen una deuda desproporcionada respecto al valor añadido de los bienes y servicios que producen los habitantes activos del País.
      Lo malo del caso es que la generalidad de  contribuyentes -más pobres que ricos- son los que soportan las más amargas penas por la vida que llevan los poseedores del País, subidos al tíovivo costeado por las masas; aquellos que , para darse un  buen vivir como "listos" que son,  presumen de patriotas.     
      Esto ni es digno de un país democrático y socialmente concebido,  ni permite prosperar a los que trabajan honradamente.
   

domingo, 5 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (49)

       Amigo lector: hoy he vivido una noche feliz. He dormido a pierna suelta. El sueño me ha dado ocasiones para distraerme con el pensamiento puesto al servicio de las más extraños milagros con los que alejarse de las más injustas dolencias.
       Verán: siento a los políticos de moda y cargados de suficiencia (que tiene su miga) realmente despistados. Esta jodienda a la que llaman "coronavirus" está siendo manejada por personas del oficio de forma tal que han echado a la cuneta a eso que consideran "democracia" de la que se ha hecho burla desde las mejores predicaderas. Quiero decir que estamos en manos y conocimientos de médicos (y red de auxiliares del gremio, profesionales y aficionados) y menos mal. Menos mal que los  políticos han pasado a un segundo plano y los economistas, cautelosos y precavidos, se pronuncian con meditada discreción. Y menos mal que a los curas se le da por desaparecidos y se acabó la moda de quemar iglesias con todos sus valores dentro.
         Un amigo del alma, al que agradezco sus consideraciones, está -sin quererlo ni darle importancia- en medio de este infierno donde se ha impuesto como remedio el llamado "tapabocas" que -como decía años ha el Dr. Ramón y Cajal- está prestando un triple servicio: preventivo, el primero, (impide el intercambio y  desarrollo del veneno) y decorativo el segundo y ercero: no se presta al hábito de la blasfemia y se favorece el entendimiento intrafamiliar.
        El amigo del alma (y todo vecino bien intencionado) es un ser vivo dispuesto al cambio que, en el fondo, induce a bien entenderse con el vecindario y a prestar atención a los más desamparados, por lo menos para irse al otro barrio con la vejez a cuestas y buena salud mal pensionada.
        En fin, prospera la solidaridad bien entendida.

sábado, 4 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (48)

     Hoy es un día señalado para hablar de la plaga que  ha metido en casas, guaridas y cavernas a millones de seres humanos, bajo el efecto de una globalización convocada con cencerros desafinados: a lo bestia. ¡Todo bicho viviente tiene que emparedarse como sea!
     Estamos ante una cencerrada reñida por completo con el toque de campanas, que nuestros antepasados soltaban al eco del aire puro  para sofocar un incendio arrasador, pero nunca pegajoso y, menos,  aliviadores de ancianos adelantándoles el derecho a morirse.
    No podía ser de otra forma. Los viejecitos (y viejecitas) duran más que un bieldo; parece un cachondeo: quieren jubilarse con sesenta años. ¡No puede ser y -como decía el torero mientras se lucía en una larga cambiada- además es imposible. 
   Un servidor, -fiel a las órdenes de carácter de línea dura- lleva quince días más aburrido que una faena repetida para sacar al toro de la  suerte de varas. Solo, fané y escangallado aquí me tienen con miedo a la estocada mortal. ¡La cosa no es para ser calificada de divertida!
    Esto es -lo he mirado en el correo electrónico- un ejemplo de  "globalización incontrolada". Y lo peor del caso es que nadie sabe cuánto va a durar la encerrona.
    Bien está que se saque una conclusión de tan larga escena. Verán: creo que ha llegado la hora de acabar con la rutina inútil de muchas faenas vistosas y, peor aún, si tienen  que emular a las taurinas. Creo que los políticos no deben ser elegidos para cargos responsables electoralmente, ni gozar del derecho a elegir para asesores o cargos parecidos, entre criados, amigos y parientes, sino a quienes demuestren en rigurosos exámenes su capacidad e independencia doctrinal. Es decir, elegidos por seria y dura oposición.
    ¡Otro gallo cantaría!

viernes, 3 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD(47)

     En aquellos días democráticos,  con la UCD en pie y los del PSOE resucitados con mando en plaza, año de 1977, y con todo revuelto, los socialistas vascos se dieron a conocer  con esa seguridad que otorgan la victoria dentro de un cierto orden.
     Chus Viana, joven pero con acusada personalidad, quiso contar conmigo en el periodo electoral     -por aquello de que a  falta de pan buenas son tortas, y por mi o parte acepté contra todo deseo familiar. Así es la vida (fue un episodio novelesco). Trabajé el tema sin méritos por mi parte, pero acerté. Y Chus me colocó con el número dos en la lista electoral de la UCD. Contra todo lo esperado, resulté elegido de rebote.
     Y digo sin méritos míos porque, si en algo acerté, alguien lo tuvo en cuenta. Alguien con poder, claro está.Y cómo no había más remedio e íbamos cortos de dinero, se apoyó la propaganda en una sola idea deliberadamente cauta: defender la foralidad alavesa desde la moderación mas razonable.  
     Indudablemente, no todos estaban estaban  embebidos en aquella onda, pero tirios y troyanos sabían que Álava -pese a los sucesos de marzo del 76- estaba donde estaba gracias a la política fiscal dirigida desde la Diputación alavesa.
     Y si digo todo esto es por una razón muy sencilla de entender: en Álava pintan poco los alaveses, por no decir nada. Y un sector amplio, de estos alaveses, tiene conciencia de que cuanto digo está a la vista de más de uno.
     ¿Qué pasó en aquellos tiempos ya muy superados? Muy sencillo: la UCD local y luego los sucesores se iban a Madrid a contentar a los mandamases. No digo más.
      ¿Y usted que hizo? , dirá más de uno. 
      ¿Yo? Lo tengo claro. Fracasar. ¿Por qué?. Por los nacionalistas que ofrecían más y mejor. Y por los de mi cuerda que salvo excepciones estaban donde estaban por una satisfacción personal, dicho con todos los respetos.
      En el fondo, el menda no era nadie y tampoco vale como pelotari -ya me entienden-.
      

     

jueves, 2 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (46)

     Estoy solo. Solo y comunicado. Presiono en una u otra tecla y, a bote pronto que diría un pelotari puedo conectar con los más distantes interlocutores. ¿Para qué?  Y paro el tecleo. Al fin mi deseo se reduce a ver si en la otra punta de este complejo planeta,  nuestros coetáneos son felices.
     Y para redondear la expresiva pantalla responde: más o menos sufren bien y gozan mal con los mismos pecados y virtudes.
      Estoy solo. El mayor de mis hijos -un abuelo, ¡tiene migas!- me ha mandado una película casera, reflejo vivo de su nieta de seis meses. Quiere, la niña, un objeto que llevar a la boca. Se revuelve bien y sabe reptar. Y, cuando alcanza su objetivo  y toca su meta, se sonríe y mira a sus antepasados muy satisfecha.
     Es el mejor regalo que tanto aprecio. ¿Por qué? Tal vez ..¿nos creemos malos o buenos cuando reptamos y termina el episodio con una sonrisa?
     La soledad no buscada llena sus miserias con la sonrisa de un niño o niña. ¿Tiene respuesta? Entonces ¿por qué las masas eluden la natalidad y la crianza de sucesores?
     Aquí, en el País Vasco peninsular donde resido, nacen menos y mueren más; disminuye la familia vasca. Estadística triste, porque lo que negamos a los de casa -un sitio donde vivir -terminan por llenarlo los de fuera.
     No soy racista. Constato un hecho que la larga duele.

miércoles, 1 de abril de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (45)

     Tal y cómo se está desarrollando el posible desenlace de la enfermedad que se cura dejado vacías calles, plazas y rincones con resguardos placenteros, vamos a tener que idear -para eludir contagios- una especie de casco facial hermético que nos libre de las gotitas de agua venenosas e invasoras que matan a manadas. No es el aire; son las gotas de agua chiquititas  las asesinas. El secreto al desnudo -dicho a lo bestia- está en que las víctimas, no traguen el agua envenenada y evitar así la desgracia de quedarse sin abuelos.
     Conviene a todos que este descubrimiento sea verdad, sobre todo para que radios y televisiones hagan saltar de alegría a la plebe cambiando de tema. Con lo que me gusta a mi que doña Susana, por citar un ejemplo encantador, no sufra y pueda -al contrario- reír a cara descubierta, sin caretas que cierren el paso a las gotas venenosas. Las televisiones hacen milagros.
    Dicho lo cual aquí lo que urge en el plano político-social es que funcionen las escuelas y otros recintos destinados a la docencia, a la par que cada cual se vea suelto para ir al trabajo a cara tapada pero libremente, como reza nuestra carta magna.
     Y ahora vamos  a ver cómo nuestro gobierno central, "de donde saca p´a tanto como destaca". Porque los ancianos y ancianas con porvenir y en fila -que son muchos pese a la plaga asesina- están perdiendo la paciencia. Quieren más y la mayoría tienen razón.
      ¡Ojalá sea cierta la noticia!