martes, 8 de mayo de 2018

GOBERNANTES Y GOBERNADOS

      Es muy difícil pronosticar cuál será el destino de los españoles de nivel bajo y medio,  si salen
algún  día del  mediocre presente en el que estamos encharcados. El filón inevitable de políticos (?) que viven con holgura,  ha conseguido que España de muestras de estar saliendo a flote sin que los remeros de la nave -asalariados y autónomos en general -  puedan mejorar sus condiciones de vida.
      Llenos de razón y cargados de esperanza se manifiestan en las calles de España de "motu propio" los jubilados de estos sectores, confiados en el éxito de su tenacidad. ¡Está por ver! Porque, lo cierto es -y no es necesario ser político para sentirlo -  que la  ciudadanía de medio pelo, la asalariada y la que acoge a sus compadres bajo la  condición de "autónomos", es la que arriesga hasta su salud, sus reservas y su ánimo para que esto no se hunda del todo.
       Son muchos los españoles que llenos de optimismo están a la espera de que un puñado de políticos, aunque fueran pocos, se pongan de acuerdo. Que tres partidos, al menos,  lleguen a una inteligente alianza pensando, de verdad, en sacar a los españoles que pagan, de la pobreza que sufren.
       No hay otro camino  que el de enfrentarse a la verdad. No somos ricos. No podemos llevar un tono de vida como si lo fuéramos.
       Ese ejercicio, esa política que aborde los hechos sin falsos optimismos, esa lucha por la verdad, no es posible entre partidos que andan a degüello los unos contra los otros. Han de ayudarse. Han de ser leales. Han de ser honestos. Han de ser propicios a que prospere la justicia.
      ¿Es pedir peras al olmo?
       Por eso me acuerdo siempre de la escuela. Lo explicaré porque si algo está claro es que la generalidad de los políticos, puestos al aire libre, insisto,   no dan la talla.



     

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