OCASO DEL BIENESTAR.- Son mayoría los políticos que confunden el bienestar con la igualdad. Para ejercer como demócratas hay que predicar la igualdad, algo imposible porque la naturaleza pura y dura nos ha hecho desiguales.
Entonces nos lo explican: no se trata de la igualdad lisa y llana: estamos hablando de la igualdad de derechos y deberes. Es verdad. Pero la vida es un muestrario y las leyes no hacen otra cosa que corregir los excesos, administrar las desigualdades, aplicar la equidad (dar a cada uno su merecido).
Sobre este supuesto, lo que cada uno desea, lo que considera justo y equitativo, es un mínimo de bienestar. Un mínimo, entiéndase, que a su vez es distinto, según sea el grado de madurez de cada individuo, sea cual fuere su sexo, pero dependiendo de su circunstancia.
Para resolver esta ecuación surge la política y, para desgracia de las colectividades, hay un gran número de políticos y políticas que confunden el bienestar de las mayorías con su propia felicidad,
No se muerda usted la lengua, estimado lector, para reconocer que una gran mayoría de españoles van en oscura desbandada perdiendo bienestar y cayendo en la miseria. Las estadísticas no valen para medir las desgracias de un pueblo.
¿Podemos prescindir de los políticos?
Nunca.
De verdad. Por mucha democracia que se anuncie, unos políticos sin criterio, cuando ven una dificultad se van de viaje para evitar que se descubran que son incapaces.
La democracia, por mucho que se predique no,puede prescindir de la escuela.
de polítios
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