Les confieso con modestia. Los días, a medida que pasan, traen consigo una lección. Sin perder de vista al futuro- dan para pensar si, con tantas promesas de felicidad, no vamos a caer en la miseria. Los políticos de un país, como el nuestro, escaso de medios hasta no saber, - como reza el cuplé- "de donde saca p´a tanto como destaca" harían bien a todos si fueran un tanto calculadores,.
El pago de las pensiones en España, -con arreglo a las normas vigentes- moviliza una masa de dinero desproporcionada si se compara con el PIB (Producto Industrial Bruto) de la Nación y se mira a su índice de productividad.
Supongo -y si me equivoco estoy dispuesto a rectificar- que una inmensa mayoría de los afectados por pensiones mínimas, no están en situación de valorar estos dos factores (PIB y productividad) y, en consecuencia, aumenta su credibilidad ante los predicadores del milagro; milagro sólo posible, a fuerza de ciencia y talento y haciendo inversiones muy rentables de las ae nunca hablan. Lo demás -y aquí recurro a la frase hecha, perdonen- es como llamar a Cachán con dos tejas.
En España, por costumbre se valora poco el tiempo productivo que pasa y no vuelve . Dedicamos demasiadas horas a eso que llaman folklore, muy plausible, -por cierto- , pero mucho más si dejara beneficios sustanciosos para la colectividad necesitada de ayudas generosas. Y esto no sucede.
Añadan que a los españoles, leS ha caído encima una economía sumergida que no paga impuestos y con ella una plaga de inútiles, -unos de casa y otros extraños- que por falta de control y carencia de buenos políticos, no ayudan a evitar gastos inútiles, tan necesitados como están por falta de medios, millones de jubilados.
¿Y dónde ponemos a los miles de personas (que no "las" miles) que se dedican al bello deporte de la evasión de fiscal?
¡Ya me dirán! Solo la prostitución tolerada por todos los gobiernos y libre de impuestos, suponen una pérdida de varios miles de millones de euros, y no pasa nada, España es el prostíbulo de Europa
Y no se olviden: sobran burocracia y organismos oficiales de nula productividad. Cuestan muy caros.
No quiero alargarme. No estoy preparado. Lo confieso. Pero ¡ya lo creo que hay tarea!
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