jueves, 4 de mayo de 2017

POLÍTICOS AL ACECHO


     De verdad: si los políticos se despiertan creyendo que los votos se ganan poniendo en solfa al adversario, estamos perdidos.
     ¿Por qué? Es muy sencillo. El fin de todo buen político, su destino, resolver los problemas sociales, es una noble tarea que no cuadra con insultos, despechos, amenazas y palabras necias, y menos si van dirigidos a sus adversarios. Los problemas, si han de ser resueltos,  exigen meditación, diálogo, entendimiento   y mutuo   apoyo entre los llamados a debatirlos.
      Los resabidillos, que no son  muchos pero sí capaces de  crear tensiones que dejan  huella, no pueden crear escuela. Algunos, en apoyo  de lo  contrario, afirman que los parlamentarios del Reino Unido, se insultan sin reparos, a la brava,  en medio de un ambiente hostil. Lo que ustedes digan, pero esa actitud no conduce a nada que podamos calificar de constructivo.  El Reino Unido, tal vez por eso, no es ya el que antes fue.
      ¿Hay gentes de probada validez entre los políticos españoles? Claro que sí. Pero no están en activo, por algo que también es muy sencillo de entender: los políticos prudentes y educados, no están dispuestos a exponerse al ridículo, dando respuesta a las prácticas viciosas, trufadas con mala uva, que se sirven a diario (salvo excepciones, menos mal)  por sus rivales.
       Así estamos, dicho con todos los respetos: al acecho y a la greña. ¿Han visto ustedes a los constitucionalistas, partidarios de la unidad de España, que se hayan reunido aluna vez para hacer frente, dialéctica, pacífica  y legalmente, a este hecho de la desmembración de España?
       Podría éste ser un punto de unión político, porque los españoles, muy mayoritariamente, se
arriesgan a perder mas que a ganar con la  dispersión, por otros defendida como solución con futuro para todos.
      Solo quería dar a entender que la paz se gana con razonables reflexiones.
      ¡Con el permiso de los vociferantes!


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