Me atrae la política, pero no me apasiona. Es decir, trato de ver y apreciar los aciertos -según mi criterio- y no negar (o disfrazar que es peor) los errores que nos toca padecer con la sonrisa en los labios.
Hoy, el insomnio matutino que me seduce ha traído a colación el futuro de la derecha centrada vasca. Digo de antemano, que no me gusta una nomenclatura que me retrotrae al siglo XVIII, al diferenciarnos según la bancada que ocupen los leguleyos; ni tampoco me seduce "centrarme". Quiero referirme a los que practican la "moderación" con visión universal y democrática aplicada a
un territorio singular, como es el País Vasco.
El insomnio me dice, para empezar, que los moderados vascos están viviendo la soledad más globalizada que han conocido los siglos. Carecen. de un líder significado que empiece a construir la casa por los cimientos. Es decir, por la escuela.
Me dirán que una escuela no se instituye en una tarde de primavera. Cierto. Pero no es tan difícil para un auténtico y decidido líder el intentarlo. Una escuela sin paredes, cierto también. Una escuela con ideas.
¿Una escuela para moderados vascos? ¿Sabe lo que dice y propone? ¿Moderarse en el País Vasco? ¡Ni lo curas!
Pues sí, los hay. Y muy moderados. Tanto que la mayoría están callados o han cambiado de residencia. Tampoco es necesario el grito.
Importa más el hacer y el convencer. Es decir, la escuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario