Primera idea: Los europeistas españoles han tomado conciencia de un hecho importante: cobran fuerza los movimientos nacionalistas y ya no se discute que puedan controlar el poder, en
las naciones punteras, los partidarios de divisiones fronterizas.
Segunda idea: Los movimientos nacionalistas se ven secundados por los electores arraigados en cada demarcación, y no admiten, por principio, la invasión de gentes originarias de países pobres. Piensan que si se mantiene esa invasión es en beneficio del gran capital, que necesita mano de obra a bajo precio para las tareas más serviles, y en perjuicio de los nativos que se sienten desarmados para ganar esa lucha.
Tercera idea: Los políticos -cualquiera que sea su doctrina (salvo excepciones)- tienen que velar por ellos mismos (primum vivere) y son capaces de vestir a la mona de seda (es decir acogerse a una ideología facilona) para presentarse en sociedad y ganar votos.
Cuarta idea: el poder más seguro lo da el dinero y desde el diluvio bíblico hasta nuestros días, todos los ensalzados por el voto popular que llegaron a la cumbre, se retiraron con el riñón bien cubierto. Las nuevas generaciones de votantes siguen picando en el mismo anzuelo.
Quinta idea: Los pueblos solo se redimen con el esfuerzo y sacrificios orientados hacia una superior capacidad intelectual. Pero a propios y a extraños -en general- les seduce la pasividad rentable. Eso ya lo saben los políticos y de ahí vienen las grandes promesas, mucho más eficaces si se ayudan con la justicia social y con el amor a la patria chica,. De ahí viene el éxito de "España nos roba".
Naturalmente están autorizados a llevarse la contraria.
P.D- Cuando escribo de nacionalismos a secas, me refiero al francés, al alemán, al español, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario