En el País Vasco, su Gobierno autonómico, ha bautizado la que podría llamarse "ayuda económica al necesitado" con una ambigua frase: "Renta de Garantía de Ingresos". En resumen es un plan de subsidios que se aplica, sin distinción de clases, a los que no tienen medios para costearse una subsistencia digna, como cada uno (o cada una) y sus familias se merecen. Excelente idea, inmejorable propósito.
Solo hay un reparo: que cada día toma más cuerpo un clima de protesta a cargo de nativos vascos, que malamente llegan a fin de mes sin deudas y sin ayudas. Este sistema de renta garantizada es, para ellos, una injusticia y un insulto. La picaresca mafiosa, -dicen- han encontrado en el País Vasco un chollo que favorece el tráfico migratorio de la peor especie. Vienen a vivir mejor que muchos jubilados vascos, con ingresos inferiores a estas rentas garantizadas, pese a que cotizaron a lo largo de toda una vida para asegurarse una pensión mínima
Insisto. No hago sino constatar un hecho: el malestar de muchos vascos a pie de calle por cómo se lleva la cosa. No paso ni quiero pasar de esa línea. La intención del proyecto es loable. Su ejecución es causa del malestar, por los abusos que las gentes detectan.
Esto es todo, ¡pero no es moco de pavo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario