sábado, 23 de julio de 2016

UNA CONVIVENCIA ENCABRITADA

     El ejercicio de la política trasciende y es por tanto público. Los políticos llamados a desempeñar una tarea para la que son elegidos por las masas, han de ser conscientes de que ganarían votantes si acertaran a ser discretos, sin olvidar otras virtudes entre las que destaca un sincero respeto personal cuando aluden, nombran, debaten e incluso se enfadan con sus adversarios.
      Si uno quiere sacar adelante un proyecto comunitario, ha de convencer a muchas personas y esto se alcanza con ese don de gentes  que se exige al político. Ser amable no significa blandura; ser educado no impide tener criterio; ser respetuoso con las personas, con todas y más con las del mismo gremio, no indica falta de fortaleza.
       Los políticos en España, por lo menos en público, se llevan a degüello y muchos  no pueden disimular el odio que emana de su conducta. En vez de  exponer  los hechos y condenarlos cuando surge el caso; en vez de plantear lo sucedido con toda naturalidad y pedir  que se investigue y se descubra a su autor, se encara con su rival y le dice "usted es un indecente... un ladrón".Y no es lo malo que lo califique sin pruebas; lo  peor es que al protagonista de esta secuencia le parezca  que ha prestado  un servicio a su patria.  
       El hecho más repetido e injurioso  que hemos visto en los últimos  tiempos, es la descalificación que, a título personal, le dedica un  significado político al presidente del Gobierno. Le acusa y pide sus ostracismo, porque lo considera más o menos el jefe de una mafia. Mafia que, de existir, el propio presidente ha condenado  y está demostrando su disposición impedir que ciertos hechos se repitan. 
      Esa inquina personal  termina por ser padecida no solo por él condenado a priori, sino por millones de personas  que votan  y lo hacen contra los deseos del inquisidor.
      Que conste: los aludidos me merecen como personas el mayor respeto; los  hechos que protagonizan, no.
      Solo me referido a los hechos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario