LA REFORMA CONSTITUCIONAL ESPAÑOLA.- Un buen día, un periodista de confianza lo pilló bienhumorado al Presidente del Gobierno de España e hízole esta pregunta: ¿Qué me dice usted de una posible reforma constitucional?
El Sr. Rajoy, optimista y precavido, contesto mas o menos: Yo creo que si el tiempo lo permitiera y hubiere espíritu de consenso, podría convenirse la apertura de un diálogo que sirviera para estudiar un acuerdo que nos condujera a una reforma constitucional siempre que los dos primeros partidos tuviéramos voluntad de hacerla.
¿Que no lo dijo exactamente así? Les doy la razón. Pero lean el texto original e inalterado, lo interpretan, sacan sus conclusiones y luego me lo cuentan
El PSOE - partido aludido- se expresa, como es lógico, por boca de sus Secretario general que -en forma parecida a como hacía el aspirante a la Alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona- se proclama ganador universal de las elecciones generales próximas y contesta como jefe del Gobierno "in péctore": ¿Yo con el PP? Ni a ordeñar orugas.
Por eso... hay que entender al Sr. Rajoy y no especular con aquello que terceros lo hacen inviable.
Además, a una Constitución tan farragosa como la actual, conseguida para un "tente mientras cobro", habría que despiezarla minuciosamente; y bien se crea una nueva mirando a Europa, -competencias autonómicas racionalmente compartidas, inspiradas en los principios de proporcionalidad y subsidiariedad- o se deja como está hasta restañar heridas, que las hay y gordas, vigentes ahora en perjuicio de los de siempre, que no son los que más lloran. ¿O no?
¡Mucha carga para un carromato sin tiro ágil y fuerte!
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