Quiero que se comprenda mi actitud. Es un libro escrito y editado sin propósitos mercantiles; más bien su contenido es político. Un libro concebido con ideas constructivas dedicadas a todos aquellos que valoran lo esencial y dejan para un segundo plano lo accidental. En este libro trato de distinguir virtudes y defectos de unas generaciones humanas medievales que fueron básicas, en medio de una guerra que duró siglos -según mi punto de vista- para multiplicarse en un país de países llamado España, no por intereses políticos; sí por circunstancias sentimentales.
Mi experiencia me dice que el tal libro, que afecta a muchos, interesa a muy pocos. Naturalmente no busqué editor y decidí promover por mi cuenta una tirada corta, dispuesto a perder una inversión asequible; y hasta ese punto he llegado. ¿Y qué procede hacer ahora? ¿Ofrecer su venta a las librerías de Vitoria? No merece la pena ni tengo años para emprender esta tarea.
Voy a venderlo directamente y sin propósitos de lucro. Es decir, contaré con un pequeño grupo de amigos, para que me ayuden a colocar un ejemplar en manos de aquellos que sintiéndose alaveses y españoles estén dispuestos a una tarea noble: dedicar los fondos recaudados a estudiar la forma de facilitar el acceso de nuestros queridos descendientes, a centros o núcleos de enseñanza limpios de imposiciones doctrinales. Es decir, dando absoluta prioridad al Conocimiento -con mayúscula- que es la llave que mejor puede encender las luces para acertar en el intento.
Ahora me dirá más de uno: ¡Qué ganas de meterse en pleitos! Y tienen razón. Pero es que no quiero morirme sin echarle un par... a la verdad de los fueros. Y este es el caso. El libro se titula: "El fuero, el huevo y las verdades del tintero".
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