sábado, 27 de agosto de 2016

LA CULTURA COMO VEHICULO POLÍTICO



El sector cultural, en la política,  abarca un conjunto de actividades pero si, como sucede en el País Vasco, el campo de la enseñanza está en manos de los nacionalistas,  lo dominan todo. Una vez constatada esta realidad es urgente, para los demás, la adopción de medidas que les permita recuperar una competencia que es de los alumnos y, en su nombre, de los padres,  cuando aquéllos son menores de edad. Pero los partidos de ámbito español, que para vergüenza de todos se consideran constitucionalistas, miran para otro lado. 
Hay un debate que surge entre los más afectados, sobre si la enseñanza ha de ser pública o privada, prejuzgando cuál de las dos es más eficaz. Es un error. No tienen en cuenta que lo perverso es el grado de adoctrinamiento impuesto en muchas escuelas de España bajo un manto cultural. Esto influye en la calidad de la docencia. En los informes PISA no se distingue el País Vasco de los conjuntos nacionales encuestados; nuestro alumnado ocupa los últimos puestos entre  los países de la OCDE.
El que los niños aprendan depende sobre todo de la libertad para elegir  el centro docente donde educar al alumnado. En España el derecho a esa libertad está recogida en la vigente Constitución y leyes concordantes, pero la realidad,  en rigor, se traduce en una limitada libertad para elegir un centro educativo en las cercanías del  domicilio familiar. De hecho, la libertad de enseñanza no existe.
Los partidos de ámbito nacional no  dieron importancia a la escuela y se la entregaron, en bandeja, a los gobiernos autonómicos, muchos de ellos controlados por nacionalistas,  que imponen una  orientación docente marcada por los didactas afines a tal doctrina.
Lo primero y más  urgente, en beneficio de los docentes, sería instaurar la libertad de enseñanza, tarea lenta cuando se ha perdido el poder en las escuelas,  colegios e ikastolas. Habría que empezar fundando una escuela libre, acogida a los Derechos Humanos de la Naciones  Unidas y al texto  constitucional español que  recoge y ratifica estos principios.       Pero una escuela libre no puede depender de subvenciones oficiales, ya que  éstas tienden a condicionar la enseñanza a impartir.
Nos encontramos ante un futuro incierto: la implantación  de una enseñanza que  administre fondos propios. Lo cual solo es posible si se abarata la enseñanza y se adapta a los métodos seguidos por ejemplo, por las instituciones de docencia “on line”, tema a estudiar por ser viable.
¿Quiere esto decir que es una tarea a emprender de un día para otro? Sí.  ¿Significa que es un tema a estudiar sin dilación por los que en Vasconia siguen siendo españoles? Sí. ¿Este estudio tendría que estar dirigido por gente experta apoyándolo en una tarea experimental? Sí.
La libertad de enseñanza es una idea olvidada.  La libertad de enseñanza es una oferta pendiente. Es una oferta política. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario