El sector social llamado "centro" existe en España, esta ahí a la espera de que alguien lo distinga, lo aglutine, lo valore y lo sitúe, haciendo justicia, en lo escala de poder donde merece estar.
Es muy fácil localizar a los integrantes de tal "centro", también conocido como clase media. Materialmente, todos están fichados en eso que ahora llaman "agencias tributarias" y antes decíamos la "Hacienda Pública". Resultan ser el núcleo fiel que con más constancia contribuye a sostener el peso de la Nación. El núcleo más castigado; el que más aporta proporcionalmente al sostenimiento de este complicado País al que ahora, por ignorancia cargada con suficiencia, van a terminar arruinando algunos botarates apoyados en la demagogia populista.
El PP tiene que dejar de presumir por su gran número de afiliados. Ha de asomarse a la calle para comprobar, primero, como de puteado está (y perdón por la expresión pero no tengo otra tan expresiva) este sector del centro desde los organismos oficiales. A fuerza de años, el continuo aumento de esa presión "oficialista" sobre las clases medias, ha conseguido que la máxima aspiración de sus retoños, sea doble: la de ingresar en cualquier escala de funcionarios o para- funcionarios públicos o la de huir al extranjero, eso que algunos llaman emigrar.
Los Gobiernos de España han conseguido -desde hace décadas- que los empresarios españoles de la mediana y pequeña empresa, en su mayoría centristas (además de estar cargados de impuestos y fritos a costa del papeleo oficial que se les exige), sean recaudadores, a título gratuito y en beneficio del Estado, de los tributos que sus trabajadores devenguen por el IGR y cuotas de la Seguridad Social. ¡Y todos felices! Es como ponerle al toro banderillas de fuego. Hacer daño y envilecer al paciente.
Un buen examen de conciencia, es índice seguro para saber por donde hay que empezar a poner las piezas en su sitio. Tarea engorrosa pero necesaria.
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