viernes, 30 de septiembre de 2016

EL PUEBLO TAMBIÉN SE CANSA


     En la actualidad, el futuro autonómico de todo el País está pasando por momentos críticos. Los movimientos secesionistas en Cataluña han llegado a una fase decisiva. Es el gran problema de España.
    Esta realidad explica que, desde algunos sectores políticos, se estudie un  nuevo posicionamiento autonomista teniendo en cuenta las experiencias vividas desde que se aprobó la Constitución y se pusieran en marcha los  Estatutos de Autonomía de toda España.
          Esta realidad llevada al extremo -el secesionismo catalán- es la que ha puesto en trance de ruptura al PSOE. Ha sido el "derecho a decidir" el que frenó todo intento de pacto para ir con PODEMOS de socio amigo. Al PSOE lo puso en decadencia Rodríguez Zapatero cuando dio el pistoletazo de salida, con sus nada meditadas promesas autonómicas, al viejo radicalismo separatista catalán. Despertó las esperanzas siempre en vela de un soberanismo clásico. Hoy, con Pedro Sánchez, se ha descubierto el pastel.
     Si algo está claro, en esas fechas, es que el proyecto del actual Gobierno de Cataluña incluye la idea de "arrancar"un pacto independentista del Poder central. Van a  poner todos sus argumentos sobre la mesa y hacer jugar todas sus influencias para dejar instituidas las bases de una inmediata independencia respecto al Reino de España. 
             Hecha esta breve digresión, sin perjuicio de recurrir a futuras ampliaciones, detrás del plan de Cataluña está el regulador de un  futuro para  Euskadi. Aunque planteado de otra manera, no parece disminuir las aspiraciones soberanistas plasmadas en el fracasado Plan Ibarretxe; aspiraciones que no podrán desarrollarse sin atender los deseos de otras regiones que, en la actualidad, no están dispuestas a resignarse y a consentir marcadas diferencias de trato por no proclamar afanes  independentistas.
            La historia nos dice que a toda fase de tolerancia suceden otras de rígida aplicación de las disposiciones legales. Intuyo que el pueblo español está atento y nada conforme con estos amagos separatistas. Así se explica la pérdida de votos,  en unas elecciones generales, de los partidos que se muestran propicios al "agitprop" separatista fuera de los territorios implicados. Y se comprende la subida del PP - contrario a todo separatismo- en el resto de España.
           Malo para todos si se rompiera un clima dialogante. Pero el pueblo que cede, a   veces se cansa. 
             ¡No es lo deseable! 




jueves, 29 de septiembre de 2016

MILITANTES VERSUS VOTANTES

     Los socialistas que defienden a Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE,   buscan el apoyo de los militantes del partido para mantenerlo en el poder; sus adversarios, también socialistas, exponen los resultados electorales como argumento decisivo y sostienen que, en las democracias, el votante está por encima del militante.
     Es cierto; en los regímenes totalitarios, en las dictaduras, manda la militancia. Y cuando no hay más remedio y para cubrir las vergüenzas y mantener las apariencias democráticas se recurre a las urnas, los resultados suelen estar amañados. ¿Por quién? Normalmente por la militancia.
     Vayamos a la verdad de los hechos, ni más ni menos: el fracaso de Pedro Sánchez como líder carismático estaba cantado. Sánchez nunca se sintió socialista a la europea y se dejó seducir por un grupo que -por falta de perspicacia- estaba de acuerdo con un socialismo anticapitalista puro, frente a una social democracia ligada al espíritu economicista. Sabido es que el economicismo concede prioridad a los factores económicos para enfocar la solución de los problemas sociales.
      Sánchez y un gente se equivocaron de partido. Sánchez y su gente encajaban a las mil maravillas con los grupos que ocuparon la Puerta del Sol para protestar contra el austericidio. Pero... esa militancia -aparentemente anárquica- estaba ya en fase de ser controlada por los grupos de cabecillas que hoy integran la masificación mal jerarquizada que responde al  denominador común de PODEMOS.
      Parece hasta mentira que en el PSOE, después de las vejaciones sufridas por iniciativa de algunos caciques de PODEMOS, quedaran simpatizantes de la casta hispano-bolivariana. Pues sí: ¡quedaba y ahí están!
     Esta es una parte de la verdad. Las consecuencias están por verse. De todas formas, a mi entender, Pedro Sánchez es un buen hombre nada preparado para ejercer de político. Aunque ganase esta batalla,  no llegará  muy lejos.
     ¡No sabe dónde se ha metido!






miércoles, 28 de septiembre de 2016

UN APUNTE, TODO UN PROGRAMA.

     Intuyo que,  desde el nuevo Parlamento Vasco por constituir, le van a plantear al Poder central un proyecto reformista del vigente Estatuto de 1979, de cuyo alcance sólo  tenemos indicios. Intuyo, también, que el reafirmado principio de "Euskadi es una nación", repetido por algunos próceres del nacionalismo vasco, es como chispa suelta indicativa del objetivo que quieren alcanzar con esta premisa.
      Alguien -en una tertulia televisada- dijo algo  así: "Veremos cómo responde Alfonso Alonso Aranegui, (del PP), que se proclama foralista,  a esta propuesta nacionalista".
      Está claro que son  distintas doctrinas, con la particularidad de que las forales vienen a ser tildadas de derechos históricos, algo así como navegar a vela cuando los motores ya son supersónicos... Algo así como volver a las antiguas cocinas del caserío, dotadas de un banco  corrido trabajado en roble  que escondía en los bajos un tipo de jaula  donde engordaban  dos o tres pollos capados (capones) y,  al mismo tiempo, sirviendo de asiento para  una parte del grupo familiar. ¡Una antigualla!
     Cierto, pero el concepto doblemente utilitario de la caponera -asiento y jaula-  sigue siendo  una idea cargada de modernidad y eficiencia en un mundo que derrocha en demasía y luego y tiene a millones de personas desocupadas y pasando hambre.
     Claro que el nacionalismo no es eso, -dirá más de uno sintiéndose moderno-. ¿No? No lo sé, pero puestos a contar  hay más naciones donde las gentes en abrumadora mayoría lo pasan mal, frente a las que pueden presumir de haber alcanzado el estado del  bienestar
      "En el País Vasco español no lo pasamos tan mal", dirá alguno. "Entonces, ¿de qué nos quejamos?", preguntará otro...
       ¿Qué tipo de nación ofrecen los políticos nacionalistas? ¿Cómo  Suiza? ¿Cómo Albania? ¿Y eso cuánto cuesta? ¿Ya se han hecho cálculos? ¿Y cuál será el idioma oficial? ¿Saldremos o no de la Unión Europea? ¿Pondremos una aduana en la muga de Miranda de Ebro? Y así...interrogantes a docenas.
       Un foralista ¿qué puede pedir? Muy sencillo: modernizar la caponera en todo lo que puede ser útil y provechoso para la sociedad y al menor costo posible.
       ¡Todo un programa para un país donde la tarea pendiente está a la vista!





martes, 27 de septiembre de 2016

UN PERDEDOR NATO

    Hace de esto unos cincuenta años, más o menos. El Dr. Gregorio Marañón publicó un ensayo histórico sobre el Conde Duque de Olivares; obra muy interesante, enriquecedora, inolvidable. Y por venir a cuento,   en plena dictadura, forjó la teoría del descrédito interno, -generado entre los  suyos- , del poder hegemónico del mandamás; del  jerarca con alma de dictador. Aunque el aludido no lo vea así,  son los de casa quienes lo derriban.
    Este descrédito fue el que precedió al ocaso del Conde Duque   y de tantos genios imperantes  que en el mundo han sido.
     Salvando las distancias y las categorías, este proceso, calcado a la antigua, ha sido el seguido por la vía ràpida, por el Secretario  General del PSOE; perdedor nato, porque los enemigos los tenia dentro. No digo si merecidamente o no, ni siquiera si se los ganó con su conducta o surgieron como setas espontáneamente. El caso es que él los delató (a sus enemigos) y ellos lo van a derribar o dejarlo listo para el arrastre.
     Los neófitos de la política suelen disfrazar sus públicas desavenencias, con la socorrida careta de la libertad de expresión; es decir, tratan de que sus rebotes metafóricos, poniendo en solfa a un compañero de partido, pase como si fuera una virtud: como si fuera una disparidad de criterios expresada con libertad y con nobleza, entre compañeros del alma: "Sí, sí... ¡y un jamón!" que diría el tonto del pueblo.
     Los partidos políticos si no funcionan cerrados en piña, ¡mal porvenir! Esto explicarà que un político nato, como Mariano Rajoy, peque por su consabida propensión a no condenar a sus compañeros ni cuando se descubren sus latrocinios; sufre cuando tiene que repudiar a sus correligionarios corruptos. A los insultantes desprecios de Pedro Sánchez, responde Mariano Rajoy ofreciéndose a negociar la formación de un Gobierno conjunto, en bien de España, pese al no, no y no destructivo del sociata.
     ¡Triste destino el de Pedro Sánchez! Es el fruto de una elección primaria. Y es que la política no se puede dejar en manos de aficionados.





lunes, 26 de septiembre de 2016

GANAR ES UN ACTO DE FE, SI LO TRABAJAS

     Ayer (25-09-2016) coincidí en el colegio electoral de Mendizorroza con un líder del PP a la hora de introducir la papeleta en la urna.
     Me conozco;  e incapaz como soy de disimular mi resignación perdedora, le dí un giro positivo a mi saludo y sentencié en voz alta: "Esto  sólo se podría remediar si la política del PP en el País Vasco vibrara al unísono con el sentir de sus gentes; hay que dar con la llave que abra esa puerta del sentimiento y desde Madrid han de comprender el valor de esa iniciativa y respetarla".
     No le dije al líder dónde estaba esa llave;  no tuve  tiempo:  lo secuestró la turba mediática.(Turba: grupo de personas que actúa espontáneamente) La llave está en la escuela y en la buena administración de los bienes financieros  que se manejan en toda empresa; sin olvidar que la política ha de ir por delante de la intendencia.
     Luego, tomando un café, me pude explayar con un sacrificado amigo que me soporta con sabia paciencia. Le dí a entender, mejor o peor, que la Constitución española vigente, a través de su articulado,  ofrece oportunidades para llegar hasta la médula de los problemas familiares en todas las regiones de España, incluido el País Vasco. Y le hice ver que para llegar a esas familias hay que entrar por la escuela, hoy en poder de la competencia.
     ¿Y qué más? Las finanzas, amigo: las finanzas. No pueden faltar los medios económicos que, bien utilizados, permitan conseguir nombradía y prestigio. Medios alcanzados con limpieza y honradez, premisa inexcusable; como la mujer del César, además de ser honestos hay que  parecerlo.
     Para llevar a buen fin un proyecto de ese tipo  ha de estar precedido de un debate concienzudo, mantenido con personas que pueden aportar ideas positivas. Y hace falta, también, un  equipo competente que pueda desarrollarlo; todo ello desde una humildad franciscana, para convencer, influir y ganar poder.
     Y eso ¿cuánto cuesta? Mucho menos de lo que algunos piensan si se hace con talento.
      Ahí quedó la cosa.
      Esto aparte, ya estoy acostumbrado: no se preocupen.  Es más fácil analizar que realizar. Sólo pretendo registrar mis vivencias sobre procesos decadentes que están cantados.
      ¡Ustedes perdonen!



sábado, 24 de septiembre de 2016

ESPAÑA, UNA NACIÓN IRRACIONAL

     Un país que constitucionalmente se proclama unitario y al propio tiempo consiente que existan   parlamentarios autonómicos que conspiren, valiéndose del cargo y de las instituciones democráticas,
contra la Patria soberana, es una nación  irracional y sin futuro.
     Un país donde los parlamentarios de las Cortes soberanas juran o prometen lealtad a la Patria y se comprometen a cumplir y hacer cumplir Las leyes y, a pesar de ello,  cambian la fórmula ritual  por otra de su invención sin que pierdan un ápice de sus derechos ni se les inhabilite  para ejercer el cargo, es una nación irracional y sin futuro.
     Un país donde el Jefe del Gobierno Central  dotado del máximo de competencias recibe un salario inferior  al de muchos alcaldes  y numerosos cargos de menor rango, es una nación irracional y sin futuro.
     Un país abundante en Universidades y Escuelas Superiores, de cuyas aulas salen  titulados millares  de jóvenes  de ambos sexos, para colocarse en oficios básicos de diversa especie y mal pagados, es un nación irracional y sin futuro.
     Un país que, además del Parlamento legislativo nacional, cuenta con otros quince parlamentos autonómicos, que legislan,  como si pusieran huevos, hasta complicar y paralizar la iniciativa privada y cargar de funcionarios a la pública, es una nación irracional y  sin futuro.
     Un país donde la iniciativa  privada se paraliza y aumenta la pública año tras año y, sin remedio, aumenta la presión tributaria por el triste destino de matar a las gallinas de los huevos de oro, es una nación irracional  y sin futuro.
     Un país que se ve obligado, cualquiera que sea su gobierno,  a tolerar un alto porcentaje de economía sumergida, porque de otra forma esto sería un infierno, es una nación irracional y sin futuro.
     En fin: un país que cuenta con "generosos" políticos que llevados por  su ambición personal se mantienen tercos en sus posiciones,  haciendo pagar los daños al sufrido contribuyente, es una nación irracional y sin futuro.
     Y todos coinciden en que quieren arreglar el País.
      No me hagan reir. ¡Puedo morirme en plena carcajada!
 






viernes, 23 de septiembre de 2016

ASI SON LAS COSAS

     Corre la voz de que el Secretario General del, PSOE, inefable Pedro Sánchez, quiere intentar, de nuevo, formar Gobierno con la ayuda de la militancia "podémica" y  de algunos secesionistas catalanes y vascos. Está en su derecho y cualquier político con sensatez, se libraría muy mucho de meterse a enmendar tal entuerto. Perdiendo se aprende.
      Como decía un viejo castellano, acogiéndose al refranero más clásico y olvidado, para casos así, "con probaduras y más probaduras, se le fue el virgo a la Juana". El papel de la pobre Juana lo está desempeñando España y políticos de cierta calaña -y no cito nombres- son los responsables de las calamidades que derivan de una virginidad perdida en malas condiciones.
      Los hechos que  corren recuerdan, en versión sainetesca, a  la formación del Frente Popular donde el PSOE encabezó la marcha  y de paso, sus amigos,  le dieron para ir tirando. ¡Esperemos que, ahora, todo se resuelva en paz!
      De esta hecha los partidos políticos, todos, -salvo alguna excepción regional- van a tener que tomarse en serio dos valores que  no por antiguos dejan de ser democráticos: la honestidad, (consistente en ser honrado y parecerlo) y la eficiencia (cumplir las promesas dadas sin demoras).
     Para servir a estos dos principios -de tan sencilla formulación- los partidos políticos tendrán que barrer las listas de su militancia,  donde se han colado y colocado millares  de robaperas y ganapanes, banco nutricio del bandidaje que les rodea, del que no  aciertan a desprenderse.
     Ahora, como la cigüeña del cuento,  van a pagar los que menos culpa tienen: los electores.
     Es de esperar que las generaciones actuales y las venideras, aprendan la lección, aunque muchos tengan sus dudas. Y también sus razones para dudar.
     ¡La carne siempre fue atractiva!








jueves, 22 de septiembre de 2016

NACIÓN Y HERMANDAD.

     Según recoge Mauro Elizondo en su recopilación de textos sabinianos,  bajo el título "Sabino Arana, padre de las nacionalidades", al ser  requerido éste, por un juez,  para que "manifestase de modo claro y preciso si el Partido Nacionalista Vasco se propone como uno de sus fines y, acaso, el más principal, la independencia completa de Vizcaya o de las tres Provincias Vascas con un régimen constitucional único, que no sea el del Estado Español", responde: El fin verdadero, como último, es la cristianización del pueblo  vasco, es decir, ponerlo en condiciones de que fácilmente pueda servir a Dios y facilitarles esto mismo a todos sus miembros,  y que como medio legal para facilitar este fin, tiene el retorno al goce de todas las libertades de que antiguamente, hasta el segundo cuarto del siglo XIX, disfrutó, de suerte que si viese que este medio no es el más propicio para llegar a los fines indicados, lo dejaría para emprender otros caminos".
      Según Sabino de Arana, su propósito se ceñía a un  solo fin: llevar al cielo al mayor número posible de vascas y vascos.
     Al parecer, el PNV actual ha "modernizado" sus fines: sustituir la  cristianización del pueblo vasco para "emprender otros caminos", como instituir la Nación Euskadi,  independiente de España con la cual se "resignaría" a firmar un pacto bilateral entre iguales. Un rasgo de generosidad.
     En nombre de Cristo, Sabino de Arana dió un paso adelante con ingenio y agudeza sin abandonar sus  principios nacionalistas. Y salió bien librado de manos de la Justicia.
     Por el mismo método, -cortina densa de humo que impide la perspectiva,-  los sucesores de Sabino de Arana, basándose en las "leyes viejas" de la Vasconia peninsular,  es decir en la tradición foral, se lanzaron a luchar por la conquista del cielo que supone el Poder para unos pocos: esto es la independencia de Euskadi, valiéndose del esquema procesal de su adversario, el liberalismo  (división de poderes, sufragio universal, libertad, igualdad, democracia, laicismo, etc.),  implantado gracias a la Ilustración. Quieren culminar sus deseos de independencia para Euskadi, aunque  ahora sea desde la indiferencia religiosa.
     ¿A cuento de qué esta historia? Muy sencillo. A que por lo  menos unos pocos comprendan que las ideas antiguas como los muebles con historia hechos de noble madera, tienen valor pese a sus años, sobre todo si no se adulteran con adornos plásticos y otras faramallas.
     Quiero decir que el principal objetivo de los nacionalistas, es la Nación  y el poder que de  ésta dimana para unos pocos. Y el objetivo  principal de la "ley vieja", tambièn llamada "fuero", son las personas, y por ello persigue que reine entre ellas la hermandad.
     En virtud de la tradición foral,  Álava, Vizcaya y Guipúzcoa eran provincias hermanas. No eran una Nación,  ni aspiraban a serlo. Formaban, los tres territorios forales,  una Hermandad, que es algo más serio y políticamente más avanzado que ser nación.
     De paso, les haré una pregunta: ¿Por qué no plantean los nacionalistas vascos en Francia la misma demanda que preparan para España?
     A ver si nos entendemos: La Persona es más importante que la Nación.





   


miércoles, 21 de septiembre de 2016

AL VOTO POR EL ESTÓMAGO

     Si nos introducimos en el pozo de la política se ha de tener en cuenta que nada es verdad ni es mentira...  Verán:
     En un artículo publicado en EL MUNDO, País Vasco (17-09-20169) del que es autora Emilia Landaluce, se recoge  ese párrafo suscrito por Andoni Unzalu, asesor de Patxi López: "Hay que tener en cuenta que de la administración  vasca dependen laboralmente 310.000 personas  (de las 870.000 que trabajan)".
      Cuando un gobierno asegura el bienestar relativo (cocina, ropa y cobijo) a más de un tercio
de la población laboral de un Pueblo,  no pretenderá usted  convencer a los votantes con la bonita y resobada teoría del cambio. Parece mentira que Patxi  López no tuviera debidamente informado a su líder Periko Sánchez. (Con las cosas de comer no se juega).
     Viene esto a cuento porque son muchos los que se preguntan: ¿Cómo se explica que el socialismo auténtico esté  perdiendo en Euskadi votos a esgalla?
     Es muy sencillo. Un axioma no escrito que me acabo de inventar reza: "Si aseguras a un tercio de la población activa un digno salario, no hay socialista que te gane con el cuento del cambio".
     Para más "inri" no  olvidemos que el socialismo se implantó en Vizcaya, cuna del nacionalismo vasco, con la debida anticipación, es decir antes de que Sabino abjurará del carlismo para forjar el PNV.
     Claro que los liberales vascos del siglo XIX, adversarios de los socialistas (y luego  del PNV, pero menos) tampoco se preocuparon del tal axioma y así les  fue; algo parecido ocurre con los del PP actual, que si algo no reconocen es que van muy rezagados en la carrera de lo social, de lo  cultural y de lo autonómico, vistos desde corrientes innovadoras. ¡Si yo les dijera!
     El estómago, como el cambio, no está en los partidos políticos, está en las personas. Y para convencerlas, el primer ejercicio es dar ejemplo. Y tener don de gentes.
     ¡Es algo que en nuestros días  no se aprecia!
 


   

martes, 20 de septiembre de 2016

JORNADA SIN SOLUCIONES

     Muchos españoles, alejados del País Vasco peninsular, creyeron y creen que de la victoria electoral del PNV, en las elecciones autonómicas del próximo domingo (25-09-2016), dependerá un pacto que facilite la investidura de un Jefe de Gobierno de centro derecha para España. Craso error;  pueden dar por perdida toda esperanza.
     ¿Por qué? Muy sencillo: el PNV no quiere tratos con el PP, si nos atenemos a las promesas altisonantes formuladas en público por los dirigentes del partido ganador vasco. Y con el PSOE tampoco, si tomamos en consideración los números y las consecuencias que podían derivarse de una oposición cerrada con  ciento setenta votos reunidos entre  PP y "C´s", más la mayoría absoluta del Senado. El PNV es un partido con olfato selectivo y sabe elegir dónde, cuándo y cómo.
     ¡No pasa nada!  En las elecciones generales de diciembre, si el PSOE no modula sus noes,  y a nada que acompañe el mal tiempo, puede arreglarse el desbarajuste, siempre que los electores del centro derecha -el voto más consciente, con sus jubilados incluidos- sigan siendo fieles y voten como si fuera verano, mientras los demás acrecientan las cifras de la abstención.
     Pero si no fuera así, si el PP perdiera esa oportunidad,  es muy difícil hacer pronósticos sobre el futuro de España. No olvidemos que en Navarra, un pacto de apoyo mutuo entre nacionalistas y populistas de Pablo II,  se hicieron con el poder echando  a un lado al centro derecha, lo cual, bien mirado, no es una solución.
     ¿Y qué sería del PP? Sólo le quedan dos caminos: Se disuelve o se regenera desde las oposición. Todo es posible y cualquiera de las soluciones puede ser buena si se toma en pequeños tragos, en dosis comedidas pero constantes y sin perder el ritmo. ¡Seamos optimistas!
     Respondo   así en unas líneas a la pregunta que ocupa el tiempo de las tertulias televisivas para no resolver nada; porque la solución rápida para desmontar este tinglado, está en manos de un perdedor nato del PSOE, elegido en unas primarias para desprestigio del partido fundado por Pablo Iglesias el Bueno.




   


.

lunes, 19 de septiembre de 2016

TESIS PARA UN FUTURO VASCO

     La disposición adicional primera de la vigente Constitución Española, tiene dos párrafos: 1º.- "La Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales" y 2º.- "La actualización general de dicho régimen foral se llevará a cabo, en su caso, en el marco de la Constitución y de los Estatutos de  Autonomía".
     Sobre estas bases, el PNV ha ido elaborando un proyecto que tiene por objeto lícito y legítimo: aumentar la capacidad de autogobierno de los territorios forales unidos en una Nación de nuevo cuño: Euskadi.
     Podría decir, -aunque no demostrar, porque no lo hice ante notario-  que en 1964 redacté un pliego de iniciativas para remodelar y renovar el centro derecha vasco, poniendo el énfasis en una idea reivindicativa de las Diputaciones Forales, auténticas instituciones emanadas de los viejos fueros.
     Este pliego lo entregué personalmente al Sr. Fraga, tan ocupadísimo entonces con las crisis del partido que fundó, que no es extraño se traspapelara.
     Dejé la política en el 66 y al surgir Unidad Alavesa, pensé que eran ellos los llamados a defender la foralidad vasca. Pero fracasaron.
     Y aquí estamos, con un centro derecha vasco-español esperando que alguien dé en la diana: es decir, que alguien ponga en marcha un proyecto político-social para la Vasconia peninsular;  un proyecto más eficaz, menos costoso y más justo, equitativo y solidario con el resto de España,  que el que anuncia el PNV para poner  en marcha en un próximo futuro.
     Claro  que el PP podría estudiar esta posibilidad de dar  a las Diputaciones Forales la competencias que,  aplicando los principios de subsidiariedad y de proporcionalidad, pudieran corresponderles, pero... para eso hace falta estudiar un proyecto, divulgarlo  y, también, contar con un cuadro de dirigentes dispuestos  a dar el do de pecho en el certamen y a poner todo su empeño en conseguirlo. Algo que no puede suceder hoy porque, entre otras cosas, no hay proyecto. Algo que nunca dije, por no salirme del tiesto y que a mi edad no puedo  ya silenciarlo.
    La idea que barajo sería aplicable para el resto de España en bien de todos. Sería algo así   como cambiar un autonomismo sentimentaloide, por  otro racional, eficiente y menos costoso.
     ¡Ustedes perdonen!

sábado, 17 de septiembre de 2016

INDEPENDENCIA VASCA

     Después de oír a Urkullu y a sus competidores en el debate preelectoral vasco (el 15-09-2016), no me siento capaz de perder la ocasión de aclarar ideas y apostillarlas, aunque sea a beneficio de inventario; es una meditación personal y para andar por casa.
     Urkullu nos dio a entender que un próximo intento -no dijo cuándo- plantearían, ante el poder central y desde las instituciones vascas, sus aspiraciones reformistas del vigente Estatuto, para que, previa consulta popular, Euskadi fuera reconocida como Nación y pudiera regirse como un Estado independiente. ¡Así de claro!
     También dijo que para alcanzar ese fin, según su idea, era necesario un acuerdo o pacto entre las representaciones españolas y vascas. Objetivo: cambio sí, pero dentro de la ley. Se hace preciso, por tanto, conciliar las aspiraciones democráticas (derecho del pueblo vasco a decidir su futuro) sin contravenir ninguna ley vigente.
     Esto hace pensar que no quieren convertir las manifestaciones multitudinarias favorables a los deseos de independencia, en un plebiscito vinculante o de obligado cumplimiento. Todo lo que haga falta para alcanzar el objetivo, debe de pactarse dentro de la ley, en la seguridad de que todos saldríamos  beneficiados.
      Urkullu habló de un acuerdo bilateral entre Euskadi y España. Los acuerdos bilaterales suelen ser frecuentes entre naciones que en su virtud contraen derechos y obligaciones mutuos, sin perjuicio de otros convenios con terceros,  con los que pueden o no coincidir. Esto  significa que los vascos nacionalistas no quieren acogerse a la legislación que pùdiera dictarse con carácter general para toda la España autonómica.
     Pensando así, para mantener unas buenas relaciones con Euskadi,  no es necesaria una reforma constitucional. Basta con firmar y cumplir ese acuerdo  bilateral al que alude Urkullu sin especificar su contenido.  Puede advertirse que el planteamiento del PNV es muy distinto del proceso que siguen los separatistas catalanes.
      Observación final: nadie entre sus compañeros de debate pidió aclaraciones sobre este proyecto. Urkullu  dió a entender que hablaba de un plan tan bien estudiado como inédito, que le permitirá llevar la iniciativa política y esperanzadora a sus filas, como ya sucede. Sus adversarios en el debate pudieron hacer objeciones y preguntas a lo que dijo Urkullu,  pero los televidentes nos tuvimos que conformar con lo dicho por el líder nacionalista, que es para pensar. Por mi parte llegué a la conclusión de que, en tanto los dirigentes del  PNV tienen estudiado el proyecto,  sus rivales políticos están en Babia y el Gobierno central, idem de lienzo.  No les quiero sorprender, pero tengo la impresión (sólo impresión) de que el PNV tiene preparados las estructuras de un Estado independiente para Euskadi, listas para funcionar con normalidad,   en menos de un año, si consiguiera sus propósitos.
     Y los españolitos de a pie, tan felices. Ya les diré por qué o a cambio de qué.
     




   







r

viernes, 16 de septiembre de 2016

ELECTORES DESENCANTADOS

     No descubro nada nuevo si constato que los partidos constitucionalistas, aquí en  el País Vasco, están pasando por horas bajas. Se pronostica que van a tener malos resultados electorales y, en consecuencia, van a perder parte del poder que otorgan los votos; van a influir menos en la evolución que pueda proyectarse para el desarrollo de la Vasconia peninsular y de rebote de  toda España.
      ¿Por qué esta pérdida de prestigio?
       Es demostrable que la corrupción, criticada en toda España, ha tocado fibra en los dos principales partidos políticos e  nuestra democracia: PSOE y PP. Corrupción que una sociedad puritana no la habría consentido y sí castigado de inmediato borrándolos del mapamundi. Pero en España -no nos engañemos- la trampa, la artimaña y el esplique tienen arraigo de siglos; podemos crear escuela; y no se desarraigan fácilmente.
        No quiero decir con esto que en el País Vasco seamos distintos, como sostenía Sabino de Arana; pero como somos  pocos y en general nos conocemos todos -siempre atentos a lo que pasa en la casa del vecino- sabemos guardar las formas y, por tanto,  no se llegan a montar las escandaleras vomitivas que están inundando España.
        Pero el desprestigio se paga. Lo que quiero exponer está claro: en el País Vasco surten efectos negativos los tinglados montados en otras latitudes y son, en gran parte,  causa del deterioro electoral del PP y del PSOE.  Tanto los abusos, trapisondas y mentiras de sus conmilitones, como los debates que originan, han afectado a la vajilla de los vasco-españoles.  ¿Y quién va pagar los platos rotos? Los que menos culpa tienen.
       Por supuesto no es mi propósito erigirme en juez de nadie, pero séame permitido sostener que en Vasconia estos procederes propios de la casa de tócame Roque,  dejan huella, dicho sea con todos los respetos para las personas que se sientan afectadas.
       ¿Soluciones?  Los líderes vascos del PP están arrepintiéndose en público todos los días por culpas ajenas. Y están, también, cortando por "do más pecado había"
       Reconózcase al menos.










jueves, 15 de septiembre de 2016

NO LES QUIERO ABURRIR

        Sí; no  les quiero aburrir con la señora Rita. Ustedes perdonen. Es más entretenido que les cuente cosas de mi pueblo.
        Teníamos un peluquero joven que lo llamaron a filas en plena guerra y, para que se acostumbrara, lo llevaron directamente a la batalla del Ebro -donde ya no se contaban los muertos-; lo pusieron al mando de un mulo resabiado portador de aquellos cañones de montaña que tanto daño hicieron. El mulo caprichoso y resentido, se encabritaba a nada que oía el silbido de un proyectil. Y así lo hizo cuando pasaban por un sendero que bordeaba el precipicio de la sierra. "Este hijo de perra, me quiere matar", se dijo el peluquero. Fue entonces cuando, sin medir la gravedad del acto, solo y sin testigos, le dió un empujón al mulo y lo despeño. Llegó al punto de destino con las manos vacías. "Mi sargento: el mulo se ha despeñado con toda la artillería". "¿Se ha despeñado o lo has despeñado?" Era tal la gravedad del momento que ya nadie se acordó del episodio. Y así lo pudo contar años más tarde en la peluquerìa del pueblo.
     Es un hecho comprobable que los pueblos más cultos, creativos e innovadores  son los más equilibrados y los que más cerca están del soñado Estado del bienestar. Y no es menos cierto que la formación de las personas, aunque lo hagan  en grupo, es una tarea individual; cada uno lo consigue con su esfuerzo, poco a poco, a base de constancia y  sin perder el tiempo. El peluquero estaba entre los listos, aunque sea condenable aquel suceso. Pero se explica.
      Yo nací en una comarca alavesa cuya única riqueza era agrícola, mínimamente ganadera, carente de industria. Eran pobres y, sin embargo, nadie pasaba hambre. Los residentes en los pueblos habían cultivado la listeza. En la zona vivían sobriamente, pagaban pocos impuestos, y se aseguraban  unos servicios relativamente dignos aunque pobremente dotados: maestro, médico, veterinario, farmacia, sastre, zapatero, tiendas,  tabernas, transportes, pastores, etc., todo  pagado mediante igualas o tarifas muy apañadas.
       Los pueblos eran el fruto del esfuerzo y dedicación  de cada una de las personas que allí vivían en familia, a sabiendas de que esa tarea, formarse para vivir en un pueblo empezaba con los primeros pasos. Todo era vencer dificultades.
      ¿Y la escuela? No lo olviden: estaba pobremente dotada, pese a ser un complemento de la familia. ¿Por qué? Por desidia de los gobernantes. Los maestros ganaban poco y funcionaban según su leal saber y entender; estaban muy solos. Y las familias de los alumnos,  nunca supieron que  la enseñanza no es un gasto, sino una inversión. Un país que invierte sin miedo en la enseñanza, no se liquida en guerras civiles.
        En la pequeña comarca vivíamos poco más de tres mil habitantes repartidos en unos treinta pueblos. Hoy solo residen unas mil personas y varios de estos pueblecillos se han despoblado.
        Los políticos  no aprecian lo negativa que resulta esta pérdida. Los ven así, en ruina, pero  a nadie se le ocurre cómo repoblar estos descampados. Les falta sensibilidad y sentido  del equilibrio. Y el  mal se padece en toda España,  que lentamente pierde ríos,  pierde bosques que arden a mansalva, pierde flora y fauna,  gana en tierras erosionadas y estériles,gana  en una creciente desertización, gana en un mayor calentamiento de la tierra. Todo en perjuicio del paisaje y del paisanaje.
    En fin,  colaboramos como  idiotas para  destruir,  por no saber apreciar lo poco que nos queda de lo poco que teníamos. Es que -aunque digan y presuman de lo contrario- la escuela no funciona.
    ¡Claro que sí! España necesita un cambio.
  





   

miércoles, 14 de septiembre de 2016

EN MANOS DE ANALFABETOS

     En una charla sin importancia cometí el error de justificar un dato: ¿desde cuándo España es una nación?
     El vocablo nación tiene varias acepciones. Entre todas ellas, a la que aludía y me interesaba, estaba la referida a la nación española, proclamada como tal y definida en un acto político constitucional. Esto sucedía en 1812, 19 de marzo, en Cádiz. El artículo primero afirma: "La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios". Y en el tercero dispone  "que la soberanía reside esencialmente en el pueblo español..."
     Al fijar la fecha de esa proclamación no se niega la existencia de otros conceptos sobre los que fundamentar la nacionalidad española. Pero dar forma legal y reconocer la soberanía del pueblo español es un hito en la historia de España que no puede pasar desapercibido.
     De lo aprobado en Cadiz sólo quedan los territorios peninsulares, las islas adyacentes y las plazas de Ceuta y Melilla: es decir la España de Europa que no ha perdido la virtud de llamarse  así y se ha ganado el ingreso como tal en la Unión Europea.
     Pero  sin duda, el paso que se dió con el artículo segundo constitucional fue  radical. La soberanía en España se ejercía por el Rey, siguiendo una norma hereditaria.  Gracias a la Constitución de 1812, se rompe esta norma.  "La Nación española es libre e independiente y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona".
     En Cadiz estuvieron representaciones de todos los territorios españoles, también vascos y catalanes, extremo éste que raras veces se tiene en cuenta. De hecho la Constitución  de Cádiz solo
estuvo vigente por temporadas. Fernando VII a su regreso se encargó de desmontar lo acordado y recuperó todos sus poderes. De allí salieron dos bandos: los serviles y los liberales. Y anduvieron décadas peleando en vivo. Nunca se entendieron. El analfabetismo generalizado impermeabilizó  las dosis de tolerancia de aquellos españoles. Fueron capaces de organizarse para sostener varias guerras civiles.También tomaron partido y guerrearon  catalanes y vascos. Luego dirán que no son españoles.
     Se acabó el bipartidismo pero  España está dividida en dos bandos. Y no se entienden porque entre ellos sigue habiendo mucho analfabeto, aunque presuman de todo lo contrario. Analfabetos que imponen sus criterios. Las calles están entra onda.
     ¡Dios nos ampare, hermanos!





martes, 13 de septiembre de 2016

CATALUÑA Y LA ESPAÑA QUE ROBA

     No descubro nada nuevo. Cualquiera que siga la evolución secesionista de Cataluña, llega a la misma conclusión de forma inmediata. Es un problema incontrolado, duradero y mientras no se resuelva, empobrecedor; es un problema que en gran parte nace de una España que  -según algunos- roba a Cataluña; nadie lo desmintió con credibilidad, porque nadie han echado  cuentas.
      El problema crece y tiende a convertirse en crónico. Parece que  ninguna de las partes  conoce ni quiere saber la verdad. De ahí viene el descontento y la bronca.  Las dos partes interesadas en este asunto, Cataluña y el resto de España, deberían conocer la esencia del robo y las consecuencias a las que ha dado pie, entre ellas a un secesionismo rampante. Se sabría lo bueno y lo malo del caso, si es que existió; es decir, la verdad,  que nos llevaría al triunfo de lo justo. 
       Las decisiones multitudinarias no suelen ser democráticas y sí suelen ser contraproducentes. Las masas no tienen por qué estar bien informadas sobre lo que más les conviene para poder votar racionalmente y no emotivamente; para votar con objetividad.
      Lo primero que debemos exigir,   para llegar a un acuerdo entre secesionistas e integristas, es la apertura de un expediente que recoja las incidencias surgidas entre los catalanes  y los Gobiernos de España a lo largo del tiempo. Los hechos han de reflejarse en  números y habría que ajustar  cuentas. ¿Cuánto le ha costado a Cataluña y cuánto al resto  de España convivir  bajo una misma bandera, en  misma Nación y con una misma Hacienda?
     ¿Qué sentido tendría este examen? Muy sencillo: hacer justicia.
     Conforme a esas cuentas -conformidad que llevará su tiempo- que serían  divulgadas para conocimiento de los pueblos, procedería, en justicia,   reajustar los desequilibrios.   
      En ese momento se podría hablar sobre lo que más conviene a todos. Al reducir las diferencias a números y con  las cuentas resueltas y conocidas por todos, acortar  distancias sería más sencillo que hacerlo arrollados por las multitudes desinformadas. Puede que la solución llegara por concertar el pago de las deudas pendientes - si las hubiere- y liquidar cada año la correspondiente al  último ejercicio.
     ¿Quedarían aminoradas las emociones en un ambiente sin  vencedores ni vencidos? Probablemente. Pero, como conozco el paño, sé que este tipo de propuestas suelen ser desechadas por tirios y troyanos. Les conviene el lío, la confusión, que España se parezca a  la casa de tócame Roque... El refranero los retrata: ¡En río revuelto...!
      Ni usted ni yo estamos entre los pescadores, ¡supongo! 






lunes, 12 de septiembre de 2016

LA ESPAÑA PLURINACIONAL SOÑADA

     La vida, entendida tanto en lo personal como colectivamente, es un puro cambio; lo malo llega cuando esos cambios quedan fuera de control.
     Acabo de ver, vía T.V., un documental ilustrativo sobre el funcionamiento del corazón, la aparición de las arritmias y su peligroso desenlace con la anomalía del ictus. Conmovedor. Se lo dice a ustedes un "sintrónico";  un paciente crónico preparado para el cambio más dramático: verse convertido en un vegetal  o en cosa parecida a nada que pinten bastos.
    La guerra civil fue un cambio esperado y estúpido que quedó fuera de control para una mayoría inmensa de españoles. Otro cambio: los años del hambre y de la pandemia tuberculosa. Más cambios: los tiempos de la autarquìa  y su desenlace con la llegada de los tecnócratas opusdeistas;  el tardo   franquismo y el hundimiento del sindicalismo vertical; el apaño democrático con una Constitución duradera pero envejecida en menos de cuarenta años; la liberación de prejuicios anti eróticos y politizados que veían siendo un impedimento para el " mundo mejor y placentero" de algunos; y así hasta que llegue el día de alzar la veda a los límites soberanistas y el Condado de Treviño se constituya en nación-estado y luego en paraíso fiscal. ¡Me apunto!
     Convendrán conmigo en que nunca se había siquiera soñado un cambio que nos condujera hacia una España plurinacional.
      ¿Y eso que es? ¿Un puñado de pequeñas naciones soberanas con abundante  burocracia y muchas embajadas a cargo de diplomáticos bien pagados y en compañía de  numeroso séquito distribuidos por el mundo entero? ¿Algo muy bueno para unos  pocos? ¿Las taifas morunas?
       Verán: Europa sintió acabada su preeminencia  -Reino Unido incluido- después de dos  guerras internacionales y hubo de resignarse a ver su influencia universal recortada  y a comprobar cómo la hegemonía pasaba a ser ejercida por dos potencias supranacionales: los EE.UU. y la URSS. Ruinosos y destrozados los principales países europeos, algunos hicieron valer sus tesis: hay  que UNIRSE para resurgir de las cenizas. Así nació la idea del auge europeo, para evitar guerras entre naciones vecinas. Francia y Alemania alumbraron los primeros brotes de una Europa unida. Sobre esta base se fueron mentalizando otros países y aumentando los adictos. Otras  naciones se unieron al núcleo originario europeo.
      Está  visto que muchos españoles,  contra  la corriente europeista y en cuanto a geopolítica se refiere, siguen sumidos en el siglo XIX. Ésos permitirían partir España en varias naciones soberanas. Lo bueno del tal  cambio es que nadie piensa en quién y cómo pagará los platos rotos.
      El día que se sepa ese coste, veremos quién se apunta a la ensalada.




sábado, 10 de septiembre de 2016

ESPAÑA POBRE FUERA DE EUROPA

     Les juro por mis ancestros que no llego a comprender a nuestros  políticos -tanto a  los que ejercen como tales, como a quienes los estimulan- por sus escasas (por no decir despreciables) referencias a cuanto supone nuestra integración en la Unión Europea para el bienestar de los españoles.
     Aún más: muchos de estos políticos, y tras ellos millones de personas, creen que han sido las autonomías, es decir el acierto político de sus creadores, la causa fundamental del desarrollo español.
     Sólo voy a transcribir un párrafo del informe que Ignacio Samper escribió  y tituló en el año 2015,  "Treinta razones para treinta años de España en la UE" que dice así: "La UE ha invertido sólo en fondos regionales (FEDER, FSE y COHESIÓN) en España, la friolera de 150.000 millones de euros, desde 1986 hasta hoy". Era  el año 2015.
     Quisiera saber la cifra gigantesca de los derroches consumados, en sus desacreditadas aventuras inversoras, por muchos de nuestros políticos, en  una larga serie de despropósitos regionales. El mal causado es una consecuencia de la corrupción política española, de la que no podemos escapar millones de españoles que la consintieron por ignorancia -tal vez la mayoría- pero que revela una carencia de formación en valores cívicos del paisanaje que nos rodea.
      Y mientras tanto   sumidos todos -políticos y comentaristas- en una discusión inútil que deja de atender sus compromisos con terceros (incluida la UE) nos lleva por la vía de los hechos (que no del derecho)  a ir a la deriva, con el serio peligro de desconectarnos a los  españoles entre sí y a muchos de ellos con la Europa unida.
     Al fin pobres, como fue tradicional durante siglos.







viernes, 9 de septiembre de 2016

ESPAÑA A LA DERIVA



     Perdonen si les confieso que mis contactos con el nacionalismo vasco comenzaron en el otoño de 1933, cuando aparecieron por el pueblo unos señores que hablaron desde un tingladete pìdiendo el voto para  los candidatos de su partido.  Vinieron  con un "otxote" que interpretaba canciones vascas, con un grupo de "dantzaris", con su banda de "txistularis" y  regalaban globos, banderitas muy llamativas y caramelos, como si aquello fuera un bautizo. Todos quedamos encantados, los niños, sobre todo, pero también los mayores.
      Al recordar aquel pasaje de mi vida, comprendí la eficacia de unos actos preparados para hacer amigos, no desde el razonamiento, sino desde la emoción, sobre todo si ésta se vestía con anhelos de justicia: a los vascos les habían anulado sus fueros por los que  se gobernaron durante siglos; una injusticia.
      Claro  que, seis años más tarde, en 1939,  sexto de bachiller, cambié de opinión cuando un profesor de historia nos demostró que la guerra organizada y declarada por Hitler era una guerra nacionalista (del nacional socialismo) y predijo que si no se ahormaban las gentes a su mandato, todas sufrirían  sin límites. Visto lo que pasó,  deduje que la guerra civil española, además de un conflicto social no resuelto por vías pacíficas, fue una guerra nacionalista: el nacionalismo vasco y el catalán contra el nacionalismo español, o viceversa.
     Años posteriores de hambre, enfermedades y miserias, me indujeron de nuevo a repensar que una cosa era el sentimiento patriótico,  que no  se traduce en dogmas, y otra  la doctrina nacionalista que exige la exaltación de la Patria hasta idolatrarla; la patriolatría.
     En ese momento dejé de ser nacionalista español. Y poco a poco llegué a la conclusión de que a un nacionalismo no se le puede vencer con otro nacionalismo sin caer en irreparables injusticias. Eso sí; nos harán ver, los luchadores nacionalistas y sobre todo los  del bando vencedor, que no han hecho otra cosa que reparar  injusticias allí donde estuvieren.¡Mentira!
      Aquí, ahora y siempre, lo que interesa es vivir y trabajar en  paz;  y mal  asunto si entre españoles -más o menos emparentados en  todo sus territorios-, se tensa la cuerda. Nos acordaríamos de la vituperada manía, del Gobierno actual, de remitir los conflictos nacionalistas  al Tribunal Constitucional, cuando podría utilizar medios más eficientes para defender a la nación España, sin salirse del cumplimiento de la ley.
      Como sea, España va a la deriva y la cuota de responsabilidad de los políticos actuales es algo que a todos interesa; algo que se percibe pero no se mide  y va siendo hora de sacar el metro.
      Los  partidos constitucionalistas no pueden jugar con algo tan delicado como es la paz. No estaría de más que algunos de los jerifes,  ya muy  quemados de tanto  arrimar el ascua a su sardina, pidieran el relevo. Ganaríamos todos.
      Esto aparte, la situación exige una reforma del sistema autonómico, pero hecha  con cabeza sin caer en improvisaciones, como sucedió durante la transición. Sobre todo, con el cuento del plurinacionalismo, no nos lleven a crear un remedo de la finiquitada Yugoeslavia
      No olvidemos  que, para superar a los nacionalismos se ideó la Unión Europea.
   





   
   











jueves, 8 de septiembre de 2016

EUSKADI Y LAS CLASES MEDIAS

    El Presidente del PNV en Euskadi  ha comparecido el día 07/09/2016 en la emisora televisiva de Antena 3 -poco  antes de las nueve de la mañana- y a preguntas de su interlocutora Susana Griso, ha manifestado que la presión tributaria en Euskadi, es superior a la del resto de los territorios autónomos españoles.  Si el señor Ortuzar lo dice, tendrá razón.
    Lo que no ha dicho es quién soporta esa carga, quién ha de arrimar el hombro para distinguirnos en el capítulo de las ayudas sociales que se otorgan en Euskadi a las personas desfavorecidas; ayudas que lejos de criticarlas aún diría que se pueden mejorar.
    Vaya por delante que la sociedad vasca está mayoritariamente compuesta por clases medias y por familias pobres: las que ya están y otras que llegan; los ricos, ricos, casi todos,  hace tiempo que se fueron de la Vasconia del sur, también llamada Euskadi. Insisto: si no todos, casi todos.
    Me ausento unos momentos para buscar datos y  constatar otra realidad: ¿Cuántos vascas y vascos trabajan en el sector público, en empresas total o parcialmente de la Euskadi autónoma, foral y municipal, es decir, más o menos controladas por las instituciones autóctonas?
    En una noticia  publicada en EL CORREO.COM  el 22/10/2014,   se afirma que el número de empresas públicas de Euskadi era unas 450 "que dan empleo a más de 45.000 personas", "nómina de notables proporciones teniendo en cuenta que el cuerpo de funcionarios (públicos) está estimado en 77.000 trabajadores..."
     El tema como es lógico habrá sido objeto de debate en el Parlamento Vasco,  caso por caso, y  nada que objetar ante tan pulcro comportamiento. ¡Así se hacen las cosas en democracia!
     Pero verán: las estadísticas indican que la masa de ingresos de los entes públicos -según datos publicados por los políticos- se soportan por las clases medias, el pueblo trabajador y los pensionistas. Está muy bien controlados porque cobran por nómina, en cuanto a los  tributos que gravan la renta; y  porque constituyen la gran masa de consumidores que cotizan por el impuesto sobre el valor añadido.
     ¿Está usted atacando a las instituciones vascas? ¡Nunca haría eso!
      Estoy acusando a la oposición del partido que gobierna en Euskadi,  por aquietarse ante un hecho que no parece justo: que  los vascos estén sometidos a una mayor presión tributaria que el resto de los españoles sin que se conmuevan los cimientos de la madre patria. ¿Cuáles son las causas? ¿Sólo la mayor atención que se presta a los desvalidos?
      No es por nada. Advierto un vacío, sobre todo en los partidos de ámbito nacional, más notable en período electorero.
      ¡Así les va!



miércoles, 7 de septiembre de 2016

ESPAÑA ANTE EUSKADI

       Les hablaba ayer de una posible reacción del centro derecha español, ante las elecciones autonómicas convocadas para finales de este mes de septiembre del 2016. Veamos la cosa desde la realidad; veamos hasta dónde hemos llegado.
       Al estudiarse por la ponencia constitucional el desarrollo del título VIII referido a  la organización territorial del Estado (año 1979), los parlamentarios españoles tuvieron muy en cuenta la opinión dimanada del PNV, como inspirador autonómico bien documentado, sobre las aspiraciones de Euskadi que,   para los nacionalistas vascos, abarcaba  a las provincias de Álava, Vizcaya y  Guipúzcoa y al territorio de Navarra.
        No se olvide que estos nacionalistas, tienen sus miras puestas en una meta final: Euskadi ha de ser una Nación.
        Por la vía de los hechos consumados, durante la guerra del 36, los nacionalistas constituyeron un Gobierno de coalición para el Euskadi autónomo. Gobierno que funcionó de hecho como  el de una nación independiente y soberana.  El  Estatuto de 1936, que sólo era autonómico, dejó paso de hecho a la cimentación de su ideal, que no era otro que hacer de Euskadi una una nación-estado independiente y soberana. Crearon su propio ejército, emitieron moneda, negociaron por su cuenta con otras naciones hasta llegar a rendirse  a una potencia extranjera...
      En el nuevo Estatuto, el actual,  llamado  de Guernica, dejaron claramente  expuestas sus pretensiones en una disposición adicional única, que transcribo:  "La aceptación del régimen de autonomía que se establece en el presente Estatuto no implica renuncia del Pueblo Vasco a los derechos que como tal le hubieran podido corresponder en virtud de su historia, que podrán ser actualizados de acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico".
      Este apunte secesionista se aprobó por el poder legislativo español, está vigente y pendiente de aplicación; tal vez a expensas de que un tribunal  interprete conceptos tan vagos como los de "Pueblo Vasco"  "de acuerdo con lo que  establezca el ordenamiento jurídico" en  beneficio de los secesionistas.
      Por tanto el primer punto de un programa propio de un partido de centro derecha español, llevaría a saberse a fondo el Estatuto Vasco y a tener informados,  en general,  a todos los vasco españoles- de lo que supondría una posible secesión de la Vasconia sureña.
     Estar bien informados supone conocer  las ventajas e inconvenientes de una secesión;  es el primer dato que permitiría a todos saber con precisión qué es lo que se juegan. No es una broma. Cuando los gobiernos de España viven horas de debilidad y desconcierto, como  es el caso, hay que estar preparados. Sin exageraciones. Desde la transición,  nunca los gobiernos de España, estuvieron tan tocados.
     Respecto a la parte demandante, los secesionistas nunca, desde la meritada transición... claro, lo tuvieron tan fácil.  Lo cual no me impide creer que están equivocando el rumbo. Los españoles... en esta lucha siguen dormidos. Los veo  víctimas de alguien que, parafraseando al futbolista de aquel
"Atletic"  de los tiempos de las gabarras, el buen Belausteguigoitia,  diera el grito: "Sabino: a mí  que los arrollo".






   





martes, 6 de septiembre de 2016

ESPAÑA DESIGUAL E INJUSTA

     Acabo de escuchar a través de una emisora televisiva vasca, que la derecha española no tiene una idea clara sobre el desarrollo político que desea para Vasconia a no ser que confunda un proyecto de vida con el hecho de poner de relieve los errores atribuibles a sus adversarios. ¡Triste destino!
      Como se trata de un tema al que vengo dando importancia desde hace años, quiero coincidir en el hecho expuesto, pero voy a explayarme:
      Empecemos porque pocos reconocen que en  tierras españolas, habitadas por españoles, no se viven idénticos problemas ni bajo iguales características ni en las mismas circunstancias. Y tampoco en Vasconia, que al fin y al cabo, en parte, sigue siendo España.
      Por ejemplo, la agricultura de Álava se diferencia o es distinta que las de Guipúzcoa y Vizcaya;  y no digamos cómo aumentan las distancias si comparamos las zonas marítimas del Cantábrico con las cuencas regadas en Álava por los afluentes del Ebro.
     No pueden ser iguales -y empleo una expresión de Sabino de Arana y Goiri fundador  del PNV- ni a tiros de cañón.
     Y sin embargo, todas gozan y sufren con el mismo Estatuto: unos más y otros menos. De paso, las Diputaciones Forales, auténticas instituciones del régimen foral de Álava, de Guipúzcoa y de Vizcaya,  no han sumado nuevas competencias a las que ya tenían desde tiempo inmemorial; no las han sumado desde que se aprobó el Estatuto de Guernica. Están por conseguir una mejora en su repertorio autonómico.
      En  ese sentido, pese a que la historia ha demostrado que las Diputaciones administraban muy bien -tanto entonces como ahora- y a menor coste, están soportando dos centralismos: el de Madrid y el de Lacua, donde tiene su sede el Gobierno Vasco. Administraban al céntimo, porque eran sobrias y no gastaban con la liberalidad de un Gobierno aspirante a que Euskadi sea un estado-nación. Este proyecto,  no lo duden, resulta ser muy caro.
     Visto esto que digo y otras cosas, de las que hablaré si me dejan y el  tiempo no lo impide, me llevarán a extenderme en las ventajas que derivan de un régimen foral actualizado, al alcance de alaveses, vizcaínos y guipuzcoanos de todas las clases sociales; al fin,esta realidad solo supone defender los auténticos derechos históricos de los territorios forales, tal y como se recoge  en la disposición adicional primera de la Constitución vigente.
     Unos derechos que  pueden basarse en los principios de proporcionalidad y subsidiariedad propios de un sistema democrático actual, justo, equitativo y deseable. Y cuando digo equitativo, hablo de la equidad íntimamente relacionada  con la justicia.
      Es decir, hablo de solidaridad para compensar a las autonomìas deficitarias en función de sus méritos. Lo justo y con las cuentas a cara vista.
     ¡Ya les diré!  Porque lo de España desigual e injusta tiene remedio si se empieza por convenir, antes que exigir, un plan de cuentas claras.  





l

lunes, 5 de septiembre de 2016

EUSKADI ES UNA NACIÓN

      Con ocasión de la investidura abortada del líder del PP, Mariano Rajoy y Brey, el portavoz del PNV, Aitor Esteban Bravo, dió una voz de alarma: "Euskadi es un nación".
      Nadie respondió a esta incitación, lo cual puede estar justificado por dos causas: por considerar, dada la insignificancia  del hecho, que no merecía la pena desmentir tal afirmación o porque, sencillamente, los que defienden la unidad de España carecen de argumentos convincentes que demuestren cómo se llama la nación donde está ubicada la CA de Euskadi.
       Da igual. A mi modo de ver, la idea de "nación" que tuvo su razón de ser al desmontar los reinos, los ducados y otras marcas del Antiguo Régimen - cambio necesario para dar hegemonía a  los tres poderes clásicos de las democracias modernas: legislativo, ejecutivo y judicial -,  está quedando trasnochada ante el avance de los poderes globalizados: el financiero (por eso se creó el EURO),   el de las fuerzas armadas (por eso se creó la OTAN)  y el difusor de ideas,  ciencias y doctrinas, (por eso se creó INTERNET). Los tres con carácter global dominan a las clásicas y viejas naciones.
      Las luchas nacionalistas del siglo XX, ahora, en el siglo XXI que corre, quedan tan fuera de lugar como las luchas dinásticas en  el XIX. En ese tiempo, en España se peleaban entre hermanos en defensa de los intereses coronados. En otros países, entonces,  se consolidaba la nación. España, es una nación sin consolidar. Y por otro lado, las guerras que se libran en nuestros días, no son entre naciones, sino entre civilizaciones
     Sólo nos falta, ahora,  rompernos la crisma por si fueron o no romanizados los vasco parlantes, o por hacer de España una federación de  taifas y montar otra guerra civil. Hoy nos corresponde ganar puestos de influencia en las estructuras supranacionales del mundo. Para lo cual han de funcionar muy bien las escuelas y universidades, algo que no sucede en España. De ahí viene  la ramplonería de nuestros políticos, salvo excepciones muy contadas.
     Es maravilloso ver al Secretario General del PSOE  y a su  equipo de expertos, auto satisfechos y optimistas,  a vueltas con sus intentos  federativos de un Estado plurinacional. Dicho sea con todos los respetos- están en riesgo de regresar a la edad media. ¡Vaya progreso el de estos chicos, afirmar que España es un Estado plurinacional,  cuando estamos inmersos en Europa, camino de un Estado supranacional, con finanzas y moneda  propia,  ejército multinacional bien armado  y poder para dictar doctrina en el ámbito universal.
       Si volvemos la vista a las fuerzas políticas españolas, habría mucho que hablar. Otro día, lo dedicaremos  a la sufrida derecha española; no a sus políticos, sino a sus bases.
      ¡Dios las pìlle confesadas!






sábado, 3 de septiembre de 2016

ESPAÑA A PUNTO DE DARSE DE BRUCES

     El nivel de calidad de los políticos españoles se pudo medir en la sesión  parlamentaria celebrada ayer (02-09-2016) para la improbable investidura de Mariano Rajoy como Presidente de un  nuevo Gobierno para España. Sin más, la nota que se merecen todos, sobre diez,  no pasa del  número dos.
     Lo normal sería que -conocidos los problemas de España que  nos afectan a todos- se propusieran soluciones, y el debate de nuestros Diputados sirviera para garantizarnos el cumplimiento de las medidas aprobadas para alcanzar los fines propuestos. Uno cree que los políticos están donde están para ayudar  a los demás, (es decir a todos incluso a los que votaron en blanco) para resolver los problemas y facilitarnos la convivencia.
     Pues bien, no es así: en la sesión citada no hubo algo que hiciera pensar que nuestros parlamentarios vayan a resolver nada, a  no ser el problema de colmar sus propias ambiciones. Me recuerdan a Gómez Manrique: "Nobles discretos varones/que gobernáis a Toledo/en aquestos escalones/desechad las aficiones/codicias, amor y miedo./Por los comunes provechos/dexad los particulares... etc.
     Todos los protagonistas políticos de la sesión -aunque trataran de disimular su actitud- fueron aplaudidos por los suyos,  desempeñando, sin querer,  el papel  de estómagos agradecidos. En toda sesión de cualquier modesta junta de copropietarios de un inmueble, cuando tratan de acabar con las goteras que perjudican a la comunidad o de tener limpio el portal y las escaleras (esta vez en beneficio de todos), nunca se aplauden unos a otros por tratar de resolver sus problemas. Es lógico. Luchan por lo que es de todos y tratan de ponerse de acuerdo. No es ese el caso de nuestro Parlamento, porque en su seno se defienden -aunque otra cosa quieran demostrar- no los intereses de todos, sino la tajada del león para consumo propio. La "tajada" es el poder: no es lo mismo gobernar que estar en la oposición.
     ¡Es triste, pero es así!
                               

viernes, 2 de septiembre de 2016

SECESIONISTAS CONTRA UNIONISTAS

     Estaremos de acuerdo en que la desgarrada lucha entre políticos, para hacerse con el poder en España, está dando un protagonismo extraordinario a los secesionistas de Vasconia y Cataluña. Este hecho  responde a una ley universal:  cuando un país se debilita, aparecen los depredadores que intentan sacar tajada. Y casi siempre la sacan.
      Los secesionismos periféricos se fortalecen cuando la nación España se debilita. Dirigentes de partidos españoles que se  proclaman unitarios y  constitucionalistas, están dispuestos a perder el trastero en luchas inútiles que les pueden llevar a la búsqueda de apoyos entre quienes persiguen la disgregación  de España. ¡Absurdo, pero posible! Es el harakiri
       Los secesionistas siempre hicieron política y la propagaron, dándole  significado positivo y, si me apuran, agresivo:  "Vamos a construir Euskadi" "Haremos de Cataluña una nación puntera". Puede no ser verdad, pero estos lemas levantan el ánimo de muchos votantes. Movidos por la emoción votan a los suyos.Y motejan a sus contrarios de retrógrados, catetos y ladrones: "España  nos roba".
       Sus adversarios, los unionistas, limitan su tarea al plano defensivo y se expresan: "nunca dejaremos que se rompa España". Lema negativo: "nunca", que "no" se rompa España. Algo que no emociona;  ni siquiera  induce a razonar: ¿Como conseguir ese propósito los que nos sentimos españoles si llevamos siglos peleando a muerte limpia?
      ¿Qué  exagero? ¡Ya lo verán!  Si los políticos españoles que dicen defender "la indisoluble unidad de la Nación española"  no hacen lo que deben para que "no se rompa España", está claro que  nos lo merecemos por ser desecho de tienta y cerrado.
       Claro que si  la unidad de la Nación española es "indisoluble", como reza  la Constitución (artículo 2º.) ¿que necesidad hay de luchar, fuera del ámbito judicial,  si no hay disolvente que pueda con ella?
      Tal vez por eso al catecismo unitario español (la doctrina) se le da por desaparecido. ¡Ni está ni se le espera!

jueves, 1 de septiembre de 2016

UNA DERECHA DIALÉCTICAMENTE INERME

     No estoy muy de acuerdo con la opinión generalizada en los libros de historia; opinión que, dando por fracasado el golpe  de Estado iniciado por los militares en el Marruecos bajo protectorado español, considera este hecho como  causa de la guerra civil.
     No puede negarse que España presentaba en 1936 una sociedad partida en dos,  en un escenario europeo donde las dictaduras fascistas arrasaban y las democracias se pararon a verlas venir. La guerra civil era una salida anunciada por quienes sabían  algo de España y de sus gentes
     El golpe militar estuvo precedido por horas de sendos intentos de  rebelión popular de amplio contenido en muchos puntos de España, rebelión provocada por el asesinato de José Calvo Sotelo y defectuosamente armada, pero con intentos de asumir - tanto por las derechas como por las izquierdas-  un poder totalitario  de cuyo resultado, incierto en un principio, supieron sacar partido los militares. Y con la decidida, pronta y eficaz ayuda de las potencias fascistas Franco ganó la guerra.
     El poderoso y triunfante Generalísimo, ya  mientras dirigía la guerra, empezó  por organizar  un país totalitario puesto bajo el lema del "nacional sindicalismo". Suprimió los partidos políticos,  también los de derecha afines a él, para fundar un Movimiento Nacional Sindicalista  (domesticado) y a medida que Alemania e Italia perdían fuerza y batallas en la II Guerras Mundial,  Franco viró, miró a Roma,  y se pasó con armas y bagaje al "nacional catolicismo", creyendo de buena fe que los curas le iban a estar agradecidos y  que los EE.UU entendería el mensaje. Le fallaron los primeros y acertó con los segundos.
      La  "guerra fría" y el "telón de acero" favorecieron los planes de Franco. El "nacional catolicismo" funcionó, sin  que los partidos  derecha le fueran necesarios al Caudillo. El reloj de la evolución política se paró. Las derechas dejaron de existir, de modernizarse y órgano que no se ejercita se atrofia.
      Se acabó la dictadura; las izquierdas  y los nacionalismos periféricos resurgieron con  fuerza numérica  y dialéctica, forjada en la clandestinidad. Terminarían por ejercer el poder. ¿Qué había pasado? Que la dialéctica  de las izquierdas y de los nacionalistas que perdieron la guerra era creativa y la de los partidos de derecha estaba oxidada y a la defensiva y contaminada de franquismo.
      Quedó constancia de que los partidos de derecha habían dejado de existir y nadie ponìa sus esperanzas en tímidas reformas continuistas. Dilema: se volvían creativos e innovadores o irían -con lentitud pero fatalmente- perdiendo fuerza en un sistema democrático a la europea.
      Por ejemplo, ante una reforma previsible y cantada de la Constitución de 1978 -por la presión de fuerzas secesionistas- la derecha española no tiene doctrina ni  programas que en ella se basen. En el fondo, en 1978, pasaba otro tanto; las izquierdas y los secesionistas no fueron más allá en sus
demandas, por miedo a los militares. Las derechas, inermes  y carentes de ideas -digan lo que quieran- estaban en la higuera.
     Recurramos al refranero: de aquellos polvos estos lodos.