martes, 31 de mayo de 2016

LOS TRES PROBLEMAS DE ESPAÑA.

     Mucho ha de cambiar el concepto que una mayorìa tiene de la política para que, con la legislación electoral española, no se reconstruya el bipartidismo. Y mucho más difícil aún la ruptura del partido único, si  los populistas llegasen un día a ostentar  el poder central  y orillasen a la oposición, tal y como sucedió -y lo sufren- en naciones como Venezuela.
      El caso es que en las próximas elecciones se ventila la hegemonía del grupo, frente  a la del individuo: la de PODEMOS y los secesionistas, frente a  los constitucionalistas que reconocen y defienden los derechos individuales, aunque en un mar de contradicciones
     Ya estamos viendo en España, en el ámbito municipal donde ejercen el poder los populistas, cómo tienden a que sea  el sector público el que cargue con el servicio de atención a  las necesidades del vecindario. Así, cuando advierten que la iniciativa privada tiene entre manos la posibilidad de hacerse con un servicio o emprender la realización de un proyecto ambicioso, los populistas son capaces de paralizar su desarrollo, por  entender que sobre el beneficio que persigue el capital, prima  el bien común tal y como ellos lo entienden.
    Así, según los populistas, la gran empresa privada, fundamentalmente, beneficia a quien  o quienes aportan el capital, y no al vecindario ni  a las personas asalariadas contratadas al efecto. La idea de municipalizar puede ser positiva, pero el capital necesario no llega sino  por la vía del tributo, hecho que no favorece al contribuyente. La prosperidad no se alcanza sin  fuertes inversiones. Surge  así, aunque no se  desee,  el estado totalitario  donde los derechos individuales no funcionan.
    Pues a pesar de todo, se abre camino la idea de oficializar toda empresa - escuela, sanidad, transportes, prensa, radio, televisión etc. - porque el principio de igualdad suele ser fácilmente asumido por muchos electores,  sin tener en cuenta que las experiencias conocidas hasta el momento no dieron los resultados prometidos.
    Por esa razón, por dirigirse a grupos con afanes de justicia igualitaria, partidos como PODEMOS encuentran el terreno abonado para  que arraiguen sus doctrinas. Ningún otro partido de los que se presentan a las próximas elecciones puede ofrecer con credibilidad ideales parecidos y tan tentadores.
    Por supuesto el PSOE y el PP no están en esa onda; por eso pueden fallarles las encuestas. Y  no digamos a CIUDADANOS que, de seguir así, se convertirá en un partido vacuo y sin norte.
    Tres grandes problemas  tiene hoy  España, y ninguno -salvo el primero y no con claridad- parece preocupar a nuestros políticos: el económico-social, el territorial con Cataluña por medio y el migratorio que viene arrollando.
    Deberían dedicarse un rato a meditar sobre el estado de la Nación, afectado por esas tres amenazas.
   

lunes, 30 de mayo de 2016

COMPRENDER AL SEÑOR SÁNCHEZ

     La faceta más nefanda de la relación entre políticos es  la costumbre establecida de hablar mal del adversario; hablar mal y mantener viva su afición -propia de  colegiales- de dar respuestas a problemas impersonales, mediante el ataque a persona o personas destacadas del partido rival. Nadie escapa a esta costumbre. A fuerza de hablar mal de Mariano Rajoy lo han convertido en el líder menos discutido entre los suyos.
     Pero lo peor es que, por añadidura, este estilo de hacer política está levantando  un muro insalvable que dificulta todo entendimiento entre españoles de buena voluntad que quieren seguir unidos.
     El hecho es -y me me niego a las críticas personales- que, probablemente,  la forma de encauzar las soluciones a los problemas que hoy preocupan a los españoles, tiene una vía sin estrenar: la de unirse los partidos constitucionalistas -diferencias personales aparte- para hacer frente a las tres crisis que pueden llevarnos al atolladero: la crisis económico-social, que ha empobrecido a millones de españoles, la crisis territorial que forzosamente conduce al caos o a reformar la Constitución  si no queremos taifas,  y la crisis migratoria, que se nos viene encima sin tener la más mínima preparación para afrontarla con justicia y equidad.
     Esta es la problemática escena vital de los españoles que demanda algo más que discusiones de pan  y melón. Para empezar, alguien  ha de redimirse y redimirnos de tanto debate inútil; y  debe pararse a meditar sobre cómo dar los primeros pasos para  un entendimiento entre las tres fuerzas políticas constitucionalistas.
     Si  sus líderes  no lo quieren o no  saben llegar a un entendimiento directo,  han de ceder el juego a segundas figuras,  con talante emprendedor, para llevar a buen puerto una tarea que nunca suele ser fácil y menos cuando va a estar precedida de una lucha personal al calor de unas elecciones.
     No se trata de infravalorar a nadie. El proyecto no puede llevarse a buen puerto sin generosidad ni altura de miras. Entre ellas está la de comprender al político señor Sánchez. Habrá que reservarle un puesto de relieve -aunque inofensivo- para satisfacer su ego de forma que no estorbe un pacto o acuerdo que se pide hasta por los más destacados líderes del proyecto llamado Europa, al que se unen millones de españoles con razones de peso.
     Otros socialistas de relieve supieron renunciar al marxismo o dar luz verde al ingreso en la OTAN.
     Luego, hay precedentes.

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sábado, 28 de mayo de 2016

CUANDO EL ENEMIGO ES PODEROSO

     En sus comienzos, el grupo que se reveló como el más capacitado para aglutinar a los descontentos con la España democrática pactada para suceder al franquismo, fue el  que hoy acaudilla (acaudillar: guiar, conducir, dirigir) el profesor don Pablo Iglesias II.  Los caudillos se hacen obedecer de dos maneras: con arengas más o menos enfáticas según los casos o por uebos (véase el diccionario en la U).
     Una de sus víctimas de ese caudillaje fue "la casta". Y uno de los vicios de esta "casta" corrompida,  la institucionalización de las "puertas giratorias"; puertas de paso por las que los políticos  en el poder alcanzaban   cargos sustancialmente remunerados  al  llegarles el retiro.
     En las últimas elecciones municipales Pablo II y su muchachada comprobaron que iban por el buen camino y el PSOE -dejando en el rincón del olvido,   befas,  burlas e insultos- se lió la manta y se entendiò en componendas varias con don Pablo y su harka sin mirar al futuro ni establecer distancias. Por la vía oral y la de los hechos, el Sr. Sánchez, don Pedro, le echó los  perros al Presidente del Gobierno y del PP y le dijo a las claras  que con él no iba ni a cobrar el premio de la lotería.
     Pablo  II se sintió hechizado por el regalo, se subió a las predicaderas de la T.V seguro de su poder de convicción (es un buen actor) y en cosa de un año se ha puesto a la altura de los hechos y está escenificando el periodo pre electoral con aires de ganador, pasando  por encima   del histórico PSOE que, en el último año, ha jugado a la política con la simpleza de un novicio.
     Sólo quería dejar constancia de unos hechos. El Sr. Sánchez acaba de decir que el 26 de junio quedará despejado el horizonte para formar gobierno. ¿Se unirá el PSOE a PODEMOS? No son sus amigos, pero... cuando el enemigo es muy poderoso...
     En el lugar del PP, me estaría apretando  los machos. De los que aún no salieron del patio de recreo de la enseñanza elemental se puede esperar cualquier cosa...
   
   
   

viernes, 27 de mayo de 2016

LA HEGEMONÍA DEL PODER

        Es indudable que España y  por ende los españoles tienen un serio problema sin resolver que se agrava al paso de los días: el secesionismo planteado en Cataluña, latente en el País  Vasco y tocando a vísperas en Galicia. Tal vez podría decirse que pasamos por una crisis del poder hegemónico.
        Desde tiempo inmemorial, los seres humanos se agruparon para convivir y hacer frente a los elementos hostiles que dificultaban la subsistencia personal y colectiva. Y se jerarquizaron.
        Todo país, por muy democrático que se estime,  además de regular las libertades, de promover la igualdad ante las leyes de sus ciudadanos y de procurar un cierto bienestar a todas las clases sociales, tiene constatado que el poder  -para gozar de estabilidad y cumplir sus fines- ha de estar estructurado a partir de una jerarquía bien disciplinada y montada sobre bases firmes,  con cuatro pilares básicos de actuación: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. El peligro  está, en que sin esas limitaciones, los jerarcas se vuelven tiranos, sátrapas, asesinos, ladrones... una lista interminable; todo menos santos.
       Esto es tanto como decir que el poder  necesita contrapoderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial,  también jerarquizados; e incluso el cuarto poder -la opinión pública-  sin el cual todo estaría más  podrido de lo que ya está.    
      Si  no hay jerarquía se corre el riesgo de que aparezca la anarquía o un régimen de dependencias basadas en el servilismo.  Desde el momento en que el Presidente de un gobierno nacional, percibe remuneraciones inferiores a las de una autoridad jerárquicamente inferior, o un guardia civil tiene peor salario que  su equivalente  -un policía autónomo-, se está cometiendo una injusticia y se resiente la  hegemonía jerárquica;  y esto no es bueno. Cuando el poder central decae, se abre la espita para que los poderes periféricos hagan de su capa  un sayo. Fríamente, lo que divide y fracciona nunca  dio buenos resultados.
      Nada más. Quería situarme para estar prevenido ante lo que puede sucedernos.

jueves, 26 de mayo de 2016

LA LIBERTAD DE ENSEÑANZA

     Uno puede ser partidario de la libertad de enseñanza pero la enseñanza por libre es cara y, por tanto, sólo pueden disfrutarla quienes pueden pagarla.
     Cierto que los colegios privados, si no estuvieran concertados, serían más caros para aquellos que los eligen para educar a los escolares. No es menos cierto que el gasto público aumentaría notablemente  si no existiera la enseñanza concertada.
      Ahora bien, si examinamos todas las circunstancias y limitaciones que concurren en la enseñanza española, puede sostenerse que no existe en todo su territorio una verdadera libertad para elegir escuela.
      La enseñanza tal y como se imparte en nuestros días es cara y está en poder de los políticos, atados como es sabido a la adulación de las masas para conseguir votos y con ellos el poder que luego lo administran a su antojo, al que también  llaman programa.    
      La primera condición que ha de cumplir la enseñanza para ser libre, es poder impartirla a bajo coste para que llegue a las mayorías. Y esto exige darle un cambio al sistema docente, a riesgo de que no sea bien recibido por parte de los políticos y menos por los enseñantes. Una enseñanza barata, no interesa; perderían poder muchos sectores deseosos de que todo siga igual.
      Pero no se olvide: la docencia "on line" está llamando a la puerta de todos  y, si aquí no interesase a los medios oficiales y a los docentes nativos, se colará por las rendijas del territorio vallado; con dificultades al principio, pero se colará.
      No confundir la enseñanza a distancia con la enseñanza "on line". Manejen su ordenador, naveguen, exploren... Verán cómo está la cosa.
     
     

miércoles, 25 de mayo de 2016

LA CAÍDA DE DOS PARTIDOS TRADICIONALES

    A mí, que no he puesto mi fe en los cambios prometidos por los políticos y si creo en los generados por una constante y  mejor formación de las personas, me preocupa la deriva del conjunto de España. Trato de valorar los hechos del día a día y cómo enfrentarse a ellos, y no veo a las generaciones actuales -en general- decididas a prepararse para  dar un do de pecho. Para arriesgarse -por citar un caso-  a crear puestos de trabajo de los que tan necesitados estamos.
    Es más: los políticos se ofrecen para hacer el milagro como si tuvieran la varita mágica creadora de empleo. ¡Qué más quisieran! Al final, como remedio, recurren a subsidiar al necesitado hasta donde llegue el dinero. Y cuando se acabe, se acabó. ¡No hay más! El cambio, para millones de personas, se quedará reducido a esperar las migajas de la caridad o a la implantación de un poder totalitario donde el Estado se convierte en patrono.  Todos  pierden,  menos los que se mantengan en el poder político
     Para empezar, aquí  donde resido -País Vasco- vamos viendo como dos partidos de ámbito estatal y constitucionalistas van paso a paso dejando de ser partidos de algún relieve dentro de su esfera de influencia. Eso sí, se comprueba que el hecho carece de importancia y se le espera como algo lógico y consecuente, dadas las circunstancias que vienen a coincidir con una radical pérdida de hegemonía del poder central.
      El PP y el PSOE, de la vieja escuela,  caen del árbol como peras maduras. Y no es así: caen porque el peral está secándose, ya que  los responsables no supieron  ver que necesitaba riego y abono, o sea nuevas ideas para resolver nuevos problemas.  
      La política ha de atender -a mi entender-  tres puntos básicos  muy sensibles e importantes: el social, el cultural y el territorial. Y al examinar esa tríada que demanda tarea, es fácil deducir si se le prestó la atención que se merece.
     En consecuencia: estoy desilusionado.  Verán:
     Vámonos al  sector social: si se examina la realidad que nos rodea, una mente lógica nos indica que no hay mejor bienestar personal que el conseguido por medio de un trabajo seguro y digno. La necesidad indica que las mocedades han de ser educadas en tres virtudes, por lo menos:  formación profesional, iniciativa y constancia para emprender,  trabajar y cooperar  y  sobriedad en la vida diaria. La educación del carácter ha de ir por delante del adoctrinamiento del signo  que fuere. Y eso no sucede en nuestros días.
     Por ahí  empezaron  a descuidarse los partidos tradicionales aludidos. ¡Ya veremos en qué terminan estas misas! No creo que los políticos  nos obsequien con el rosco de pascuas.


martes, 24 de mayo de 2016

¿QUIÉN MANDA EN ESPAÑA?

      El gran fallo de los políticos, presuntos  constitucionalistas, se advierte  cuando, siendo aludidos, no responden a las acechanzas de los secesionistas tal y como de ellos se esperaba. España es, probablemente, el único país del planeta Tierra donde se manifiestan las multitudes, impunemente, contra el himno nacional con silbidos insultantes.
     Esto sucede porque no tienen fe en la ley de leyes. Da la impresión de que la Constitución española es poco más que el  reglamento de un gimnasio; no despierta entusiasmos. Por el contrario, los secesionismos han hecho doctrina, artículo de fe, de sus aspiraciones independentistas que se condensan en un catecismo: adoran sus símbolos patrióticos.
     Los reglamentos sirven para andar por casa; los catecismos para ganarse el cielo. El ciudadano de buena fe, puesto a jugarse el futuro, no lo duda; cree que lo importante es el cielo.
    Es cierto que la prosperidad y la abundancia tienen un efecto demoledor para el creyente, puesto que los afortunados, cuando las palpan, se inclinan por la buena vida, dejando para un segundo lugar otras  aspiraciones. Las sociedades modernas y pujantes son hedonistas y esa práctica les aleja de la promesa celestial. Pero viven unidos.
     En  consecuencia, para mantener unido a un país en un sistema democrático, sólo hay dos vías: la de la fe o la del bienestar.  Pero además, el poder central ha de ser hegemónico, es decir ha de gozar de supremacía cultural, económica y  funcional  en todo el territorio bajo su gobierno.
     Cuando el  poder central cede su  hegemonía a poderes de rango inferior -caso de la España autonómica- surgen los secesionismos más pujantes cada día y, si detectan su fortaleza y la ejercen con audacia, no paran hasta conseguir la secesión..
     España no tendrá remedio si el poder central no consigue ser hegemónico, dentro de una democracia auténtica, en tres sectores: el territorial, el social y el educativo.
     La democracia es perfecta cuando el pueblo gobierna para el pueblo aunque sea por delegación  El acierto está en seleccionar bien a los representantes de ese pueblo. Hay que ponerse de acuerdo, a sabiendas de  que el sistema actual no responde al merecimiento  de una mayoría de españoles. Por eso estamos en decadencia
     Y la decadencia tiene consecuencias irremediables: entre ellas la pérdida de hegemonía del poder central. Buena prueba de ello: el Presidente del Gobierno de España está peor pagado que una mayoría de presidentes de los gobiernos autonómicos. O un Guardia Civil, peor que un Policía autonómico.
     Así, esto  nunca podrá funcionar. ¿Y hay algún político que piense en implantar este cambio?




lunes, 23 de mayo de 2016

PRIMARIAS TRAMPOSAS

     Los partidos políticos, desde el momento en que se proclaman  partidarios de la democracia, tratan de guardar las formas en todas su actuaciones y siempre, siempre,  un núcleo importante de su equipo dirigente cumple lealmente, en el fondo y en la forma, con los mandamientos democráticos.
     Pero hay que advertir que para destacar en cualquier profesión, al protagonista se le exige talento, y,  para probarlo, ha de superar numerosas pruebas que lo demuestren. Esto no pasa en la política.       Triunfar entre políticos,  es una aventura muy rentable para el que sube sin méritos y  muy costosa para los contribuyentes que lo sufren. Lo malo es que el triunfador crea intereses y para defenderlos se crean escuadras sugerentes y combativas, capaces de vender la burra ciega llevándola bien acicalada de pueblo en  pueblo, repitiendo siempre el mismo sonsonete como, por ejemplo, "España es una nación de naciones", algo que puede ser un desgracia en manos de un incompetente.
     La exigencia de las primarias parte de este supuesto: los electores del futuro gobernante son tan listos que, por fuerza, elegirán al mejor. Falso de toda falsedad.  Pueden remitirse a casos prácticos que demuestran todo lo contrario. En el PSOE se cuentan varios fracasos que sirven de ejemplo.
     Gestionar y dirigir un partido político, capaz de asumir el gobierno de un país, es bastante más  difícil que dirigir una orquesta. Y compruébenlo: el que dirige a unos músicos previamente seleccionados con rigor -si quiere que el conjunto funcione-  es implacable, porque en ello va su prestigio; no le pasan ni una. En  política, al revés, siempre hay quien echa un cable hasta al que más desafina. En el primer caso se impone el talento. En el segundo el compañerismo.
      ¿Se pueden elegir directores de orquesta mediante unas primarias? Sí, siempre que los elegibles
hayan demostrado antes su valía. El inútil, por mucho que lo elijan, seguirá siendo un inútil. Por eso el PSOE -y no por otra razón- seguirá bajando escalones. Pero hay muchos intereses por medio y nadie enmendará la plana a nadie. Tienen algo con lo que consolarse: No son los únicos.
   




sábado, 21 de mayo de 2016

EL HUMOR SECESIONISTA

        Entre los catalanes secesionistas se cultiva el humor del colonialista, que  consiste en ponerse lentes de aumento para ver las pajas en el ojo ajeno,  y los prismáticos del revés cuando se trata de examinar las vigas en el  propio.
        Ellos prohíben que un comerciante en Cataluña se anuncie únicamente en castellano  y multan al infractor para conseguir el efecto deseado, mientras se pasan por la entrepierna la libertad de expresión;  y arman la marimorena cuando quieren manifestarse con banderas estrelladas, en pro del independentismo catalán, en una sonada final de fútbol española;  se salen con la suya y aquí paz y después gloria.
        Los susodichos secesionistas van consiguiendo que, -entre los gobernantes que no ven porque no miran, y algunos otros robaperas  partidarios de la libre  interpretación de las leyes-  convivamos españoles de dos clases: los secesionistas más demócratas que Demócrito, del que dicen que se arrancó los ojos para no distraerse de sus obsesiones, y la tropa sin graduación que somos el resto de los mortales de España, no atraídos por la Cataluña prometida.
        Llevar multitudinariamente una enseña o símbolo de una expresión política, como lo es la bandera estrellada, es una manifestación antiespañola; es una protesta colectiva  de los secesionistas
contra los principios constitucionales.
       Españoles de dos clases: los  secesionistas -protegidos- y los constitucionalistas -ignorados-. No sé para que nos hacen perder el tiempo con tantas elecciones, si luego los llamados a dirigir nuestra patria, unos nos  roban y a otros les importa la unidad de España lo que una higa.
      No estamos dando alas a la libertad de expresión. Estamos dando refugio a una manifestación política antiespañola en el burladero de una competición deportiva  puramente hispana.
      Es como mearse con la capa puesta.




viernes, 20 de mayo de 2016

SENTIMIENTO E INTELECTO

     Cuando los políticos de la facilidad  razonan sobre el desempleo y sobre los incentivos que pueden promover la creación de puestos de trabajo,  manteniendo salarios dignos y otras constantes que encarecen  los productos, están poniendo en juego un acto de justicia social que los ennoblece.
     Puede decirse que los políticos piensan con el corazón, algo opuesto a las razones que manejan  los emprendedores,  a quienes no les cuadran  los números. Las leyes del mercado son las que son y una simple alteración de los precios del petróleo, -controlados por unos pocos- puede hacer que se cierren millares de empresas en distintos países. Como consecuencia, los especuladores generan desempleo.
     Prados Arrarte fue un prestigioso economista español que vivió exiliado tras la guerra civil y   pudo regresar  en la segunda mitad de los años cincuenta, cuando en España se proyectaba el llamado "Plan de desarrollo"; este Plan  empezó por cargarse todo el entramado de la autarquía.
     Recuerdo una conferencia de Prados Arrarte  en Vitoria en la que demostró las ventajas que supondrían  para  España su ingreso en la Comunidad Europea, pero se detuvo, también,  a examinar las desventajas: entre éstas,  estaba el cierre de empresas fabriles subsistentes gracias a los bajos salarios vigentes en la España franquista,  gracias a una estabilidad política añadida que garantizaba la permanencia de tal situación por años.
     Pero si la situación cambiara, si los obreros lograran aumentos salariales propios de países avanzados,  y contaran con organizaciones sindicales para defender sus demandas, las cosas cambiarían y terminarían por  cerrarse  o  trasladarse a otros  países con bajos salarios muchas empresas que, de otra forma,  no podrían competir y menos si se abrían las fronteras al comercio libre de aranceles en beneficio de miles de empresas que habían sustituido la mano de obra por técnicas avanzadas; empresas que prosperaban gracias a ganarse clientes por la calidad y precios de sus productos fabricados con criterios vanguardistas.
     Dado que España, ahora en nuestros días, está a medio camino en cuanto a modernidad, y que la estabilidad política sigue pendiente de un hilo, el intelecto dice: renovarse morir. Algo muy relacionado con la escuela y centros docentes, es decir con los razonamientos hilados desde el cerebro con las técnicas de los países más avanzados
     Pero para la España del montón las ideas van por otro lado: todo es posible -piensan- si los políticos así lo disponen. Y  ¡a vivir que son dos días!  Por eso las fáciles promesas se abren paso. Hablan al sentimiento.
     Luego viene el desengaño. Miren a Venezuela.
   






jueves, 19 de mayo de 2016

LOS CAMBIOS IGNORADOS

    La escuela donde me inicié en la lectura de las primeras letras y en la cantata coral de las dos reglas (sumar y multiplicar), era un espacio libre de tabiques en el primer piso de una casa rural; unos setenta metros  cuadrados  que se alcanzaban por una escalera exterior, por cuyo pasamanos aprendimos a deslizarnos cuesta abajo, contra la voluntad del maestro asesorado por nuestras madres, que no ganaban para reponer petachos culeros en nuestros pantalones.
     Era una escuela pública infradotada a la que en invierno acudíamos  con un hato de leña para cargar la estufa.  El maestro hizo con nosotros lo que pudo hasta que llegó la República, año de 1931.
Recuerdo que retiraron un librito de historia moderna, donde aparecía en huecograbado la fotografía de Alfonso XIII, Rey de España, y nos lo cambiaron por otro nuevo, ahora con la foto de don Niceto Alcalá Zamora, Presidente de la II República; y días más tarde descolgaron el Santo Cristo.
     Al paso de los años, al recordar estos episodios, deduje que en la escuela se enseña, pero también se adoctrina. He sentido la curiosidad de someter este aserto a una comprobación sistemática y he visto que, además, los doctrinarios ni siquiera se molestan en disimular su postura: "rojo y amarillo, caca de chiquillo".
     El artículo 27 de nuestra Constitución señala: "Todos tienen derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza." Mentira. En España la libertad de enseñanza es "rara avis!" La mejor prueba está en lo debatidas que son las leyes que regulan esta materia. Cada autonomìa tiene su particular doctrina. Cada partido, aprovecha la enseñanza para labrar de paso su futuro.
     ¿Y los colegios privados? También tienen su doctrina pese a estar supeditados a cumplir requisitos limitativos, como consecuencia de las subvenciones  oficiales que les permiten subsistir.
     La evolución de la enseñanza en los países vanguardistas está dando un cambio notable que en España apenas si preocupa a las familias. No olvidemos los medios que hoy se han puesto en juego por  quienes se preocupan por la enseñanza a distancia. Es un cambio que los políticos en mayoría ni lo huelen.
     Pero todo se andará.





miércoles, 18 de mayo de 2016

ELLOS TAMBIÉN VOTAN

     La literatura española recoge la existencia de un figurón, el "Tío Alhiguí", personaje carnavalesco que salía  a las calles con su caña dotada de un largo sedal, a cuyo extremo libre enganchaba un higo seco. Desplegaba el aparejo y ponía el higo al alcance de los niños a los que animaba a comérselo: "al higuí, al higuí, con las manos no, con la boca sí". El fracaso estaba cantado porque el cañero alzaba el señuelo tirando del sedal cuando los invitados iban a zampárselo
     El juego sólo funcionaba con niños hambrientos que no perdonaban la ocasión de satisfacer sus ansias, aunque fuera en pequeñas dosis, con un higo deshidratado.
      Es tétrico recordar la escena. Hay que imaginarse un país lleno de pobreza para poder llamar la atención de la chiquillería; parece un episodio de novela picaresca, solo  posible si se vive de cerca y con plenitud la hambruna  de un amplio sector social.
      Adviertan ésto: son muchos los políticos que en período electoral salen con su oferta a jugar al higuí con fabulosas promesas,  más llamativas cuanto mayor es la penuria de los electores. Lo traigo a colación en estas fechas, por una razón: la poca sensibilidad social de algunos políticos  respecto a la pobreza española de nuestros días.
     Creer que la justicia social acabará con esa pobreza mediante la casi milagrosa creación de puestos de trabajo, es un desiderátum, un ideal difícilmente alcanzable. En una sociedad avanzada, donde el índice de vida se alarga mientras las familias se deshacen,  los niños estorban, la droga lamina y las guerras expulsan; donde los desahuciados se quedan sin hogar y sin calor, los mejor preparados huyen de la iniciativa, del trabajo propio y de la sobriedad como estilo de vida; donde hay cada día más pobres y menos clases medias y aumenta el número de los que terminan por quedarse  solos y desvalidos... En suma, donde la solución es caritativa y pobre, pero  pierde en equidad y justicia, no todo es economía, ni hay para todos, de todo, ni valen las soluciones precisamente milagreras, por muy arropadas que estén con sucedáneos técnicos.
     Hace falta educación cívica y ética, porque los desasistidos también votan. Sobre todo hay que saber distinguir el  "cambio", tan prometido como idealizado,  del alhiguí que se  ofrece como solución  de todos los males.
   

martes, 17 de mayo de 2016

QUIEREN PACTAR CON LOS "ABUELOS"

    Los expertos en recuentos  estadísticos nos avisan: el ìndice medio de vida de los españoles, crece: cada año que pasa aumenta el censo de ancianos; muchos  están llegando a los noventa y pico años y algunos sobrepasan la centena con naturalidad y decencia; pero no producen riqueza alguna y encima hay que mantenerlos y asistirlos en sus achaques y enfermedades.
    Al fin, mantener ese creciente  censo de viejecitos (ellas y ellos) es demasiado caro para los Estados que viven  del sacrificio del contribuyente medio; dado que sobran y duran demasiado tantos ancianos, hay  que hacer algo:  inventar fórmulas para el aumento de ingresos con que sostenerlos o frenar esa tendencia a vivir hasta hacerse muy antiguos. Pueden ser la ruina.
    La vejez nos lleva a reforzar la asistencia médica, a consumir mucho más en botica, a contar con más residencias,  con más medios asistenciales,  etc... Para poder costear tanta demanda y reducir el gasto público, se estudia la legalización del suicidio reflexivo y de buena voluntad, la muerte dulce...      Llegaremos a inventar algo sí como un premio - un pasaporte para el cielo- que induzca a los ancianos a cruzar  la laguna Estigia y  desocupar espacios en favor de los  que aún pueden ser rentables  y tienen plenos derechos a vivir en el planeta Tierra.
    Traigo a colación estos supuestos, porque lo exégetas de la política populista, anuncian que los podemistas, en sus programas de futuro, proyectan reducir la edad del retiro y aumentar la  que podríamos llamar  pensión mínima de todo nuevo jubilado. Esta idea sirve, según piensan,  para animar el cotarro  y conseguir el voto de todo pensionista que se precie, pero  "¿de dónde sacan, p`a tanto como destacan?"
     A uno, que anda ya por los noventa y cuatro y no ha perdido el humor, se le ocurre pensar que,  a nada que  viva un poco más, con políticos de tan poco fuste no habrá remedio y en pocos años liquidarán las menguadas reservas que se conservan por milagro para seguir pagando retiros.
     ¡Ya me dirán, llegado el caso y si esto también falla, cómo me pago yo las pastillas de "Sintrom"!  




lunes, 16 de mayo de 2016

LA CRISIS AFECTA AL SISTEMA

 
     Estamos viviendo una crisis política a la que apenas se presta la atención que se merece.  Vivimos
un momento decisivo de dudoso futuro del que pueden derivarse consecuencias graves. Están llamando a la puerta quienes, si llegasen al poder, no se van a conformar con una simple federación de comunidades autónomas. No sería ningún disparate pensar en una Unión de Repùblicas Socialistas Ibéricas, no al estilo moscovita, sino al bolivariano.
     Estas cosas no suelen asumirse  por el  pueblo o los pueblos de España. Pasó con el fascismo. Nos metieron a cambio un nacional catolicismo y el saludo brazo en alto quedó  sustituido por la señal  de la cruz. Aquella pasada de cuatro pueblos y algunos más, perjudicó a la Iglesia. Ahora se vé.
     Hoy me refiero al sistema pactado en 1978: el que "propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político", todo articulado sobre el principio de que "la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado".
    Este sistema, para los podemistas (si se interpreta su programa) está en  fase de mírame y no me toques. Ellos quieren que las nacionalidades y regiones, ejerzan el "derecho" de autodeterminación para ser soberanos. Estando planteada -como está- esta programación secesionista, la situación de hecho es muy negativa para la soberanìa nacional. Y  los partidos políticos constitucionalistas se dedican a templar gaitas.
    Lo cierto es que mientras unos maduran la idea de abrir un nuevo período constituyente, para posibilitar la decisión de que España deje de ser  una monarquía y  convertirla en un nidal de repúblicas más o menos unidas, otros se la juegan a saber si somos o no los dirigentes de un cambio que se limita a reducir o aumentar el déficit o la deuda correspondiente.
    ¡Ya me dirán! Estoy entre  los pocos no afectados. Lo siento por  ustedes.

sábado, 14 de mayo de 2016

DE CAMBIO, ¡NADA BUENO!

     Si pudiésemos ver y oír las ideas con las que manipulaban la política en España algunos líderes partidarios del "cambio", podríamos medir su inmadurez y hasta su falta de lecturas o,  lo que es peor, su ignorancia deliberada de la evolución admitida y criticada - pero implantada-  en los países más avanzados del planeta Tierra; es decir aquellos que gozan de mejor  nivel económico y social.
     Los de verdad constatables, son los cambios experimentados por personajes políticos como Pablo Iglesias o Pedro Sánchez; y nadie sabe si son definitivos.
     En el fondo, el móvil de ambos políticos fué desde un principio el mismo: anunciar  distintas ofertas para captar más votos, no tanto para que prosperara España, como para situarse ellos en fase de bienestar a todo trapo.  De otra forma no se explican "cambios" como los de Pablo Iglesias, capaz de pasar del  insulto al elogio, de la cal viva a la dulce mermelada, para ganarse apoyos en las filas socialistas; ni se entiende la dulzura con que  se recibían en el PSOE la ofertas podemitas y  el reniego de los últimos días, como si les ofrecieran , ahora, la esponja  empapada en hiel del oficio de tinieblas.
     Cambio por cambio, el que les espera cuando,  si triunfan cualquiera de las figuras citadas,  vayan los listos de la clase a negociar en Bruselas el pago de la deuda que acecha a los españolitos que nacen,  ¡nos valga Dios! Deuda que  condicionará a los vivos -como ya sucede-; deuda causa de los cambios que nadie anuncia, pero pueden producirse a la vuelta de un año si Europa quiere.
     Luego, como siempre a la hora de pagar,  los peces gordos romperán la red y escaparán; los pequeños se colarán entre las cuerdas y se largarán libres de cargos. Pagarán por todos, los de siempre: las clases medias atrapadas por las agallas y sin escape posible.
     O sea que, de cambio, ¡nada bueno! Va un café.







viernes, 13 de mayo de 2016

LA ESPAÑA DEL CORTO PLAZO

    En los años de la II  República, coincidiendo con que yo era un mozalbete inmerso en sus prematuras aficiones deportivas (ciclismo y fútbol), empecé a leer algunos  periòdicos de los editados en Madrid para conocer las crónicas de las primeras firmas especializadas en estas inquietudes,  que terminaron,  en otro plano, en la forja de sendos espectáculos capaces de mover mucho dinero.
    Leer era muy sencillo,  a la par que barato y entretenido: la biblioteca pública estaba en los bajos del Instituto y, entre clase y clase, podías ilustrarte a plena satisfacción. Diarios y revistas ocupaban la encimera de una sensacional mesa de roble, una colección poco manejada, porque en España se leía (y por  ahí  le andamos) muy poco.
     Así las cosas, era inevitable para aquellos pocos lectores  la consulta de páginas que ponderaban o combatían al nacismo alemán, al marxismo moscovita o al fascismo mussoliniano, frente a los cuales, con  viento de babor, se enfrentaron las dos más importantes democracias europeas: Gran Bretaña y Francia.  Todo un problema continental que  se complicó con la guerra civil española.
    Pues bien en esos días, la noticia que más dolores causaba a la sufrida cartera del español asalariado, era esta: "sigue bajando el valor de la peseta".
    Dicho de otra forma: "Aumenta la inflación a ritmo galopante". Algo que después de la guerra, se expresó con grafía humorística: "cuando suben los precios lo hacen por  el ascensor y olvidan a los salarios que lo hacen por la escalera".
    Todo viene a cuento de los cambios que prometen los políticos con el bello propósito de hacernos felices.  ¡Ni repajolero caso!
    No veo más que programas de dos tipos o clases, formulados sin garantía alguna de que puedan funcionar. Es decir, si no se cumplieran esos programas cargados de promesas,  nadie entre quienes las formularon, saldrá responsable.
    Las más engañosas de estas promesas, las formuladas con idea de cumplirlas a corto plazo, son las ideadas  para ganarse el voto de los más desasistidos. Prometen aplicar el remedio directo, vía subsidio, para no demorar la eficacia del proyecto: la felicidad a corto plazo.
    Solo hay un inconveniente: los políticos, en España, ya no tienen la máquina de imprimir moneda, como sucedía antes de que ingresáramos  en la UE. Si la tuvieran, no faltarían billetes para cumplir lo prometido, a cambio de una inflación galopante,  madre de toda pobreza crónica.
    Pero la Europa (la que otorga  créditos a sus socios) actúa bajo esta disciplina: o corta usted el gasto que gasta, o nosotros cerramos el grifo.  Vease el caso de Grecia. En suma, nada.
   Otro día les hablaré de las promesas a largo plazo.

jueves, 12 de mayo de 2016

LO PAGAREMOS TODOS

     La aparición de PODEMOS y los resultados electorales del 15-12-05, hicieron que muchos llegaran a exclamar: ¡Adiós al bipartidismo en España! ¡Estamos salvados! El bipartidismo fue calificado como maligno.
     Aparecieron cuatro partidos que  por no entenderse en una primera convocatoria, forzaron unas nuevas elecciones.¡Ya me dirán  que trajo de bueno la novedad cuatripartita!
     Alguno, mejor informado, hizo esta advertencia: "El bipartidismo, es una consecuencia lógica derivada de la Ley de Hont, es decir  del método de recuento  impuesto para elegir los cargos; esta ley trata de evitar el multipartidismo".
     Los cuatro partidos más votados en la primera convocatoria, se van reorientando. PODEMOS, un partido ahora de izquierdas, imaginativo y maleable, dirigido por un personaje dotado de la virtud mimética -adopción como propios de los comportamientos y opiniones ajenos- fue populista a la bolivariana,  luego socialdemócrata a la nórdica y ha pasado,  ahora,   a ser comunista a la carta. A efectos prácticos será el líder de la izquierda española, cumpliendo con este  objetivo: echar del liderazgo al PSOE, (Ellos dicen echar al PP, pero no es verdad; éste y PODEMOS se retroalimentan)
     ¿Qué papel juega CIUDADANOS? El mismo  que el PP con una diferencia: que su plantilla de políticos aparece como ejemplar. Inmaculada. Pero las tesis socio-autonómicas de CIUDADANOS y las del PP son parecidas e intercambiables.
    Así que, de cara a las nuevas elecciones, todos los números de la rifa están sin vender; ganará la carrera el que mejor prepare los escaparates de su mercancía. ¿Y en qué se diferencia esta mercancía?
    En  que la nueva izquierda viene a dar socialmente de lo que no tiene y, territorialmente, a editar una nueva Constitución para facilitar la desconexión de Cataluña  (y de otros  comunidades autonómicos que así lo quieran), del resto de España.
    Esto es, lo que nos jugamos, expuesto en román  paladino. Pero no nos equivoquemos: antes de votar tenemos el derecho a saber cuánto nos costará  a todos y cada uno de nosotros, la posible y tan anunciada desconexión de territorios que llevan tiempo funcionando al amparo de una misma soberanía: la de España.
    Como se puede comprobar  volvemos al bipartidismo salpicado con los aromas de los partidos secesionistas, siempre dispuestos a estrenarse como nación  en beneficio de unos pocos y en perjuicio de unos muchos.
    Estamos en una País donde todos han pagado su cuota de subsistencia, algunos con mayor dedicación, esfuerzo y sacrificio que otros para ser libres. La libertad de elección es de todos, sin olvidar el cumplimiento de aquellos deberes, que también han de ser atendidos, por todos los territorios que integran España.
    ¡Hay que ir a cuentas! Y luego a dialogar. Porque el coste de un mal paso lo hemos de pagar todos.  No es broma.


miércoles, 11 de mayo de 2016

NO METAMOS MIEDO DESDE EL GOBIERNO

     Es una verdad comprobable que gran número de políticos se han introducido en la camada de los "llamados", con la vocación cambiada. No es que les falten ocasiones de lucirse; es que no las ven venir y en cuanto se sienten solos para opinar o decidir, arman la gorda.
     Y otra verdad a tener en cuenta: algunos jefes de gobierno, puestos a elegir ministros, no siempre, pero sí a veces, se dejan guiar por el compañerismo, corriendo el riesgo de confiar la solución de una raíz cuadrada al tonto de la clase.
     Estamos en una encrucijada. La primera figura del socialismo andante, ya ha dado muestras de que  Dios no le ha llamado por el camino de la política. En poco más de medio año ha conseguido que el liderazgo de la izquierda sociológica de  España, haya pasado de las manos del PSOE a las de PODEMOS. ¡Todo un éxito!
     ¿Y la derecha? Los dioses ciegan, etc. Están ya barajando  las bazas del miedo para horrorizarnos
con la que nos espera si PODEMOS se hace con el poder. Y sí, es verdad: dan miedo. Con una particularidad: si se pregona el miedo por los que gobiernan, la gente no se lo toma en serio. ¿Por qué? Muy sencillo: ningún gobierno habla bien de sus rivales. Tan elemental que da vergüenza decirlo.
      Cosa muy  distinta sucedería si los votantes, por si mismos, manejando datos verosímiles, terminaran por decidir: con PODEMOS en el gobierno, esto sería una ruina.
      El secreto está, como  lo adivinaría un escolar, no en que lo diga el maestro, sino los  listillos de la clase que suelen ser los que meten mas goles y, por eso,  son más populares que los políticos del  PP. La misma verdad, dicha desde abajo surte otros efectos
     Pero la política, más  que ciencia parece  un arte. Y artistas quedan pocos y, si te descuidas, son los  primeros en marchase con las perras a los paraísos fiscales.
     ¡Por eso estamos donde estamos!

martes, 10 de mayo de 2016

NO NOS ENGAÑEMOS

      El pueblo español vive días confusos,  tiempos de tribulación, dubitativos, críticos... No están los líderes partidistas atinando a la hora de situar en su espacio más pertinente a los electores  que van a inclinarse por uno de los cuatro partidos políticos de ámbito nacional.
      PODEMOS -que acaba de estrechar lazos con IU- sitúa a sus posibles seguidores  entre las que llama "clases populares". Sacan a relucir muchos de  los símbolos que se hicieron "populares" durante la II República, cuando se anunciaba la "revolución del proletariado". Son una mezcla de intelectuales anti monárquicos y de partidarios del trágala, con una idea: establecer unos servicios públicos gratuitos en "beneficio" de la mayoría, sobre manera de los más necesitados. La pobreza creciente les asiste y proporciona  una base de votos generosa. Pero todo tiene un límite. Si ganan, todos perderemos.
     El PSOE, que se declara socialdemócrata, no acaba de ganar credibilidad -con ese abanderamiento-, entre los socialistas natos, obreros o descendientes de familias que trabajaron generalmente como asalariados para sobrevivir en medio de grandes dificultades; y siempre, dentro de un plan de vida reivindicatorio. Hoy se sienten más cercanos a PODEMOS que a CIUDADANOS. Ante la nueva generación de partidos, no aciertan a explicarse la forja de alianza alguna sincera del PSOE,   ni con CIUDADANOS ni con el PP. ¡Ellos sabrán!
      CIUDADANOS quiere posicionarse en el centro de la gama, un equilibrio inestable, ni chicha ni limonada; con un andamiaje dialéctico pero irreal. Terminan por jugar el papel de templa gaitas pese a contar con primeras figuras entre sus seguidores.
     No nos avergoncemos. Tenemos  al PP. Sus  votos proceden, en su mayor parte,  de  hogares descendientes de familias derechistas que hicieron la guerra civil del 36 en las filas nacionales, y que si aceptaron el cambio constitucional, fué bajo la promesa de que -fuera la que fuere  la vida anterior- todos, absolutamente todos, orillarían el pasado; y  a cambio de entrar en un clima de olvido y perdón mutuo, pactado como básico para una pacífica convivencia, podría España gozar de una democracia verdadera y duradera. Pero la  promesa  no se ha cumplido, ni se cumple,  aun a sabiendas de  que puede  precipitar la aparición de una ultra derecha intransigente y combativa, favorecida por una inmigración incontrolada y de mala digestión popular.
      Pero todo esto no puede hacernos olvidar que los políticos, tan preocupados por el bien común, se sienten primordialmente atraídos por eso que se llama Poder. Dicen que discuten programas. No es verdad. Discuten cargos, puestos desde donde mandar.
     Quiero aclarar que ni quito ni pongo: me baso en hechos. Pero no me resisto a constatar que algo han hecho (y están haciendo)  mal el PP y el PSOE y por eso pierden votos. Si no lo ven así, peor para ellos.

   
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lunes, 9 de mayo de 2016

TREMENDISMO ELECTORERO

     Al término de la guerra civil del 36, impuesta la paz necesaria para superar los años del hambre, todos, más o menos, teníamos una historia que contar preñada de sinsabores y disgustos; sólo quienes sufrieron de veras, hasta los tuétanos, llevaron sus penas en silencio; la mayoría descargaba su morriña con el primer conocido que surgía a la vuelta de la calle. Fueron los años del tremendismo   literario,  prodigiosamente novelado por Camilo J. Cela en "La familia de Pascual Duarte".
     Ahora nos toca  vivir el tremendismo electorero.  Para ser exactos, llevamos año  y medio largo, viviendo la misma corrida. El ruedo se ha montado en  las plataformas  de rodaje televisivas. Los diestros,  conocidos personajes mediáticos ayudados por sobresalientes  del periodismo y de la farándula, actúan con el rigor marcado por el moderador,  protagonista que recibe órdenes superiores por un pinganillo.
     ¡Tremendo espectáculo! Nunca como ahora fue tan válida aquella frase  digna del pintor Dalí: "Lo importante  es que hablen de uno aunque sea bien..."
    También dijo: "De lo único  que nadie se cansará,  es de la exageración". Aquí se equivocó. Por tanto exagerar, la dramatización de cada día suena a falsa. El telespectador como el drogadicto, necesita para conseguir los mismos efectos una mayor dosis de veneno. Pero todo tiene un límite.
    La droga en este caso viene envuelta -intencionadamente- en la corrupción del PP. Es tanto el tremendismo  basura que se necesita para producir los efectos del desprestigio que,  si este partido aguanta el chaparrón que le viene encima, es señal de que el desparrame de aquella ya no pita.
    El PP haría bien en mantenerse indiferente a los ataques, espigar dentro de su programas sus mejores lemas y poner el énfasis en los que afectan al corazón y al bolsillo de los votantes.
    ¡Se trata de dos òrganos muy sensibles al dolor y muy agradecidos al alivio que puedan prestarle sus protectores!



sábado, 7 de mayo de 2016

PROBLEMA GRAVE Y DADO AL OLVIDO.

     No es fácil. Tampoco difícil. Lo que  parece cierto es que al voto, como a los peces, lo capturan con señuelos. El señuelo, según su cuarta acepción de la RAE,  es una "cosa que  sirve para atraer, persuadir o inducir con alguna falacia". Es decir, con algún engaño, fraude o mentira.¡Otra corrupción a tener en cuenta!
     En algunas circunscripciones electorales, en el siglo XIX y parte del XX, un voto costaba un duro y muchos lo vendían para correrse una juerga dominguera. En esa época el cacicazgo político, estaba íntimamente ligado a la compra de votos. España llena de caciques, pero mal gobernada, estaba en ruinas.
     Han cambiado mucho las cosas porque también lo ha hecho el índice cultural de la sociedad española; pero no del todo, respecto a otras naciones europeas con las que nos codeamos. Y eso hace que nuestra democracia vaya rezagada y que sea el pueblo quien  padezca y pague este retraso.
     Porque ¿cuál es el grave problema que frena el desarrollo de España?
     Los gobiernos no lo quieren atacar y los partidos políticos -menos los separatistas que lo alimentan-  no lo quieren ni oler. De toda la variedad de ofertas políticas que se han puesto en juego y seguiran en candelero en España, no hay una que pida el voto para estudiar la solución que mejor proceda, a fin de enderezar la deriva que ha tomado la evolución autonómica, con secesionismos que se imponen con paso firme, quebrantando las leyes más fundamentales del País.  De ellos, los secesionistas, depende el futuro de España.
       Entre españoles interesados en el tema, hay  dos posicionamientos:
.     - A). Uno, a favorable a resolver el problema reconociendo el derecho de auto determinación a los territorios autonómicos que lo demanden.
     - B). Otro,   que entiende han de ser todos los españoles los que decidan el cambio, si procede.
      En ambos casos sería precisa una reforma constitucional porque   la situación actual,  con unos gobiernos centrales muy debilitados, no resiste el paso del tiempo sin alteraciones impuestas desde la calle por los que defienden la oposición A).
       Los políticos se están valiendo de otras triquiñuelas,  con otros señuelos, para ignorar este problema. Sin embargo, los partidos que venían defendiendo tradicionalmente la unidad constitucional de España, pierden votos a esgalla y poder político en Cataluña y en el País Vasco, donde más han avanzado las tesis separatistas.
      Los integrantes del sector A, siguen firmes en mantener sus ideas; los del sector B,  inseguros, se ven sin perspectivas de futuro. Las próximas elecciones no despiertan entusiasmo, entre los que se sienten más capacitados para para soportar las presiones secesionistas que se barruntan.
     Entre tanto, funcionan los señuelos.  El, señuelo que más  atrae,  es el más simplista: la promesa de aumentar el gasto público, para  dar remedio directo a los más necesitados. Bajo ese supuesto de un auxilio  social en favor de los más necesitados, se consiguen más votos con cierta facilidad. Porque ¿de que les sirve la unidad de España si no tienen para comer?






viernes, 6 de mayo de 2016

EL ATAQUE PERSONAL DEL SR. RIVERA

     El  líder y gerifalte de CIUDADANOS, don  Albert Rivera, ha mostrado de cien maneras su vocación pactista: mantiene, por sistema, una "tendencia favorable al pacto o al compromiso, obligándose mutuamente a su observancia" (RAE).
     Hablemos de su forma de ser o de mostrarse en público: el Sr. Rivera nos confirma -día a día- su complacencia por defender este clima pactista en  el que vive. Sostiene que para él nada es imposible, siempre se puede cerrar un  pacto, un  acuerdo:  "Yo creo que "imposible" es sólo una opinión e intento aplicármela en cada cosa para seguir luchando". En suma: siempre es posible, entre políticos, ceder para llegar al pacto.
      Dicho esto, don Albert se contradice, con la frescura de un lechuguino, antes de ser trasplantado: "¿Pactar con  don Mariano Rajoy? ¡Imposible!" Los porqués son muy simples: no se puede  confiar en un hombre que ha tolerado la corrupción en su partido. Luego hay que vetarlo, por estar invalidado para  mantener la honestidad entre los suyos. ¿Pactos' ¡Imposible!
      En esto, para empezar, se equivoca el Sr. Rivera, pues el hecho de vetar al Sr. Rajoy no ofrece garantías para evitar corrupciones. Se conseguirìa mejor este propòsito, si los señores Rivera y Rajoy, o Rajoy y Rivera,  alcanzaran de "motu propio" la puesta en práctica de un conjunto de medidas, cuyo cumplimiento podría confiarse a un organismo instituido con las garantías máximas para cumplir sus fines depuradores en el sector público.
       El ataque contra  hombre personalizado en el Sr. Rajoy, a cargo de su rival político Sr. Rivera, no solo es una falacia (argumento "ad hominen" o ataque al hombre), sino un error para conseguir un objetivo encomiable: acabar con la plaga de corruptos, prestando el mejor servicio a este país llamado España.
       No puede uno enfrentarse a más de siete millones de votantes que han elegido a don Mariano Rajoy democráticamente,  con falacias, con argumentos "ad hominen"; y menos cuando puede a abrirse  -como ya lo tiene asumido el PP- un abanico de medidas eficaces anti corrupción decidido de mutuo acuerdo.
      No nos haga pensar Sr. Rivera que, también para usted, una cosa es predicar y otra enredar con los cascabeles. ¡Creo que se entiende!







jueves, 5 de mayo de 2016

PELEA DE GALLOS.

     Salvemos las distancias, pero mantengo la opinión de que los debates televisados entre líderes políticos, son poco útiles desde la perspectiva del conocimiento; al final lo que se discute es quién ha ganado en la pelea.  Y la suele ganar el que más daño causa a su adversario. Los observadores cuentan las heridas recibidas  y las huellas que han dejado. El suceso despierta el mismo morbo que una pelea de gallos
    Una de las medidas preventivas a seguir por todo aquel que se sienta inspirado para ejercer de político, consiste en hablar poco, hacerlo con templanza y decir aquello  que  interesaría oír a  una mayoría de votantes, cualquiera que fuere su partido favorito; el político  ha de tener el dominio de la improvisación, para omitir todo lo que pueda esgrimirse contra él por su rival y para salir dignamente del acoso, si éste se produce.
     En el debate organizado entre el Presidente del Gobierno y del PP, Sr. Rajoy, y el Secretario General del PSOE, Sr. Sánchez en el último período electoral,  ambos "combatientes" anduvieron a la greña y por eso perdieron muchos votos.
      Hay que imaginarse que por  TV se registran audiencias millonarias y que lo dicho por cada político, si no sirve para ganar votos, no sirve para nada. En consecuencia el político ha de procurar que sus intervenciones  sean sinceras y equilibradas,  haciendo que su palabras lleguen al corazón de los televidentes. Una vez en el  uso de la palabra y se haya acusado recibo del mensaje del político contrario, -del que debe tomar buena nota- , se ha de ir con calma y flema poniendo todo su interés en demostrar que atenderá  las demandas de los electores, que son los que importan, sin perder el tiempo en oponerse a los contrarios, salvo en casos realmente ofensivos, no a él, sino a los intereses de los electores  cuyo voto quiere conquistar.
      El debate es un acto de propaganda; tal y como se concibe en España, pura publicidad.(Hoy por hoy gratuita). Como en todo buen anuncio, al adversario ni se le cita. El tiempo hay que aprovecharlo para hablar bien del producto que uno vende, sea este un libro, un automóvil o las esperanzas que se encierran en un voto.
      Esa es mi  opinión. ¡Allá cada uno con la suya!
   
   
   

miércoles, 4 de mayo de 2016

POLÍTICA PREVENTIVA

     Les haré una confesión que a muchos les daría vergüenza hacerla: las primarias en política no rinden los beneficios que algunos proclamaban. Es un sistema electivo que, por primario, resulta poco razonable, que quiere decir sin substancia.   Por consiguiente, para no equivocarse, es preferible que los partidos políticos cuenten con un plantilla de políticos experimentados y dotados de un buen curriculo; sobre todo, en defensa del interés general, siempre serán preferidos aquellos (damas o caballeros) que lleguen  a la política con su vida resuelta.    
     - Pues verá, en los EE.UU. -demócratas de pura sangre- se valen de unas primarias para elegir a sus candidatos...
     - Bien, ¿y qué?
     - Es evidente que...
     - No hay evidencias que valgan. Los aspirantes llegan a las primarias previa tras una durísima selección hecha desde sectores influyentes de cada partido. Pese a todo, no es difícil señalar que en los EE.UU. eligieron,  en más de una ocasión, a verdaderos cenutrios -como luego se demostró- para ejercer el cargo máximo de Presidente.
     A mí no me entusiasma el fútbol pero en España, es el  modelo a imitar. Ni los  entrenadores ni los futbolistas se eligen en primarias. Sólo a los muy expertos, ¡y a qué  precio! se les considera útiles y pasan los filtros para ingresar en los clubs de  primera división.
     Siendo como es la política, para todos,  más importante que el fútbol,  parece mentira que España destaque en ese espectáculo deportivo (que no deporte puro)  y seamos tan ingenuos al elegir los políticos, que deciden sobre algo tan importante como nuestro cocido en el día a día. En el fútbol, en los  clubs españoles, se   meten  goles con malabarismo circense. En política aparecen demasiados intentos para cambiar el juego  limpio, por manifiestos deseos de comprar al àrbitro.
     España es un país enfermo políticamente hablando. Demasiadas reglas, también llamadas leyes, que no se cumplen. Demasiadas prohibiciones,  porque estamos mal educados. Demasiados listos, para tanto votante  ingenuo  al que hacen creer -como dicen por Castilla- que el tocino es de oveja.          ¡Así nos va!
     En medio de todo, con tantos enemigos dentro y  por el  solo hecho de vivir,  España es un milagro.

martes, 3 de mayo de 2016

PODER POLÍTICO Y BIENESTAR SOCIAL

     Otra vez, de nuevo, estamos ante unas elecciones generales, período que aprovechan unos significados personajes, llamados políticos, para ser elevados a los altares del poder con el fin hacernos felices a todos. ¡Noble tarea!
     Tarea dudosa, sin embargo, porque esos  buscadores del poder caen en la tentación -no todos, pero sí una mayoría- de anteponer su  propia felicidad como gestores, a la del gran pùblico que viene a ser el gestado (gestor: el que hace gestiones para hacernos felices; gestado: el que aporta el dinero para el gestor,  bajo promesa, a cambio, de servicios sociales que tal vez lleguen pero muy mermados).
      Desde estas líneas les aseguro que los políticos, de un forma u otra,  van a ofrecer bienestar social para todos, empezando por los más necesitados, lo cual sería posible a medias,  aunque de forma que sería aceptable, si todos los partidos y su representantes se mantuvieran unidos como  una piña, para vencer dificultades, poniendo todo su empeño  en reducir  las diferencias que les separan y  en acortar distancias para mejor entenderse. Pero como  buscan la propia felicidad, lucharán por ella y la defenderán con fiereza, convirtiendo el hemiciclo en una palestra selvática, marcada con la bilis que destilan los políticos más feroces.
      ¿Por qué han de ir unidos? Porque las promesas son abundantes en exceso: pensiones, salarios mínimos, subsidios por desempleo, educación gratuita, servicios sanitarios  universales, ayudas para emigrantes, viviendas dignas, etc. etc. Hace falta mucho dinero y para discurrir de dónde sacarlo, sin faltar a la equidad ni a la justicia, o nos unimos todos -gobernantes y   gobernados- para aceptar sacrificios, o lo pagan (o dejarán a deber) los de siempre,  y para esa feria no se necesitan tíos vivos.
      Apuesto otro café a que no yerro  en el pronóstico. Por ahí deberían empezar las encuestas: por
saber cuánto nos va a costar la broma para cumplir el programa del vencedor, quiénes la van a  pagar y cómo o en qué medida aumentará la deuda que se tardará  en pagar, pero siempre condicionará la soñada libertad en democracia.
      ¡No nos engañemos! Ahí está como anticipo lo que pasa en Grecia.



lunes, 2 de mayo de 2016

SUSANA DÍAZ NOS DIVIERTE

     Fue un recreo divertido ver y oír a la socialista andaluza, doña Susana Díaz, pronosticar en la Sexta el próximo triunfo del PSOE en los comicios que se anuncian para el día 26 del mes de Junio próximo.
     Con  su media sonrisa complaciente y amable y un dominio escénico que para sí quisiera su jefe de filas, doña Susana demostró que el PSOE lleva en sus genes el sello de "ganador" y, ante  tal evidencia, todos  nos bajamos del burro: habemus Papam.
     Lo que pasa es que el 26 de junio es para muchos españoles -socialistas incluidos-  el arco final de un puente que dará comienzo la víspera de San Juan.
     Como es sabido,  entre los genes que impulsan las votaciones y los que invitan a pasar unos  días en la playa o en parajes solariegos, hay una lucha endiablada. La comezón genética de un bien nacido se inclina por las delicias vacacionales. Por lógica, la abstención influirá en los resultados electorales.
     Habrá que deducir a quién perjudica la espantada y -a mi modesto entender- el PSOE está muy vinculado (desde que dejó  el marxismo) a las decisiones  de las clases medias,  que son las que llenan las playas de veraneantes o vuelven a visitar sus pueblos de origen, con más razón si se anuncia  buen tiempo. El puenteo perjudica a los clásicos.  
     Pero es que además, el jerife mayor del PSOE cree  que su "adversario-enemigo" es el PP,  cuando quienes  van a zumbarle el pandero a los sociatas son los "podemitas" que están con ganas desmedidas de golear a la izquierda clásica para hacerse de una vez con las puertas giratorias, ahora que -según don Jorge W- son socialdemócratas.
     Los podemitas han corregido el tiro y ya anuncian en son de halago: "socialistas del amor hermoso: no os, preocupéis; si ganáramos, hay un sitio para vosotros.¡Contad con ello!" ¡El zorro halagando la voz de la corneja para que suelte el queso pinzado por su  pico.
     Vamos a tener un espectáculo cargado de emociones que no garantizan nada. Es un consuelo.