jueves, 31 de diciembre de 2015

MIRAR A EUROPA

    En el fondo del pozo donde están peleando las huestes del PSOE, está la clave del problema a resolver, que no es otro que ser o no ser algo dentro de la Europa unida. Para  más claridad, los del PSOE tienen que decidir sobre si quieren o no que España permanezca en la Unión Europea, no en fase mendicante, sino como país influyente; no sometidos a marcaje, sino con espíritu creador y libre dentro de una disciplina voluntariamente aceptada.
    Al PSOE le ha pillado el empuje europeo evocando la bandera republicana,  cambiando los nombres de las calles y  haciendo la guerra a un general que ya no existe, ni pincha ni corta. Eso lo vió muy a las claras Felipe González, estadista, cuando  abjuró del marxismo, porque era otra la época que nos tocaba vivir, otra el área donde el destino  había situado a los españoles, otro el panorama europeo donde se jugaba la partida.
    El actual líder socialista, tal vez de buena fe, cree que el futuro, tanto suyo como el de su partido, está en enrocarse frente a los conservadores y abrir puertas al populismo rampante. Esto supone seguir por el camino del calvario, sujeto a disciplinas económicas impuestas desde Europa, mucho más duras que la austeridad exigida por las autoridades del propio país afectado por la crisis.
    En estos momentos son muchos los europeos (y los residentes en países prósperos) que permanecen expectantes ante lo que suceda en España y -según sea el desenlace del problema socialista- veremos su disposición a permanecer o alejarse de la Península Ibérica (Portugal también influye).
    Seamos optimistas; pero no por ello dejemos de estar preparados para lo peor, como  buenos europeos. En estos momentos los inversores del ámbito mundial , interesados en negociar con y en España, están atentos a  las noticias que genera la política española. Si el PSOE no cambia de actitud y no se pasa al bando europeísta, las clases medias españolas comenzarán a notar los efectos negativos del cambio bolivariano impuesto por los que se tienen por progresistas.
   

miércoles, 30 de diciembre de 2015

ANTE NUEVAS ELECCIONES

    Después de la guerra del 36, prohibida en  España la presencia de partidos políticos, sometidos a censura los medios de información y controladas las reuniones más inocentes por la vigilancia gubernativa, los ciudadanos vivieron  una disciplina  que sufrió mucho más el común de las gentes que los indómitos rebeldes preparados para escaquearse de tanto  rigor.
    Era el contrapunto ante la caterva de partidos que, por ambiciones personales, fueron incapaces de ponerse de acuerdo durante la II República para gestionar este país llamado España.
    Los españoles vamos de un extremo a otro: todo o nada. Vivimos sin partidos políticos cerca de cuarenta años y cuando se abrió el grifo fueron  tantos los   que se registraron, que se llegó a pensar en gobiernos formados por una sopa de letras.
    Por eso, los legisladores procuraron favorecer el bipartidismo, propio de naciones adelantadas, sin tener en cuenta  que siendo pocos  los partidos en el poder, los favorecidos con cargos políticos en España, a nada que pisan moqueta y cobran por ello, tienden a perpetuarse hasta convertirse en político adictos. Razón para no dimitir. De ahí a valerse de medios sospechosos y hasta delictivos para  redondear fortunas desde la política, solo hay un paso.    No se cansan de  repetir, todos, que luchan por defender la felicidad de los españoles, pero cuando las cosas empeoran las gentes  quieren el cambio; prefieren lo nuevo.
     Al calor de esa novedad surgen  partidos (es el caso de Ciudadanos y Podemos), que empiezan por anunciar sus deseos de justicia  en favor de los más desasistidos de la población y la gente los cree. Los partidos ya gastados, aun diciendo lo mismo,  no son creíbles y caen en picado.
     La salvación de estos partidos viejos está en unirse y crear así una novedad ya ensayada en la Europa unida. Esto lo entrevé Mariano Rajoy que, aun siendo castigado por el desafuero de propios y ajenos,  (que lo van a matar a disgustos) es el más cauto de los políticos al uso en esta España nuestra. Pero  para el PSOE (quién te ha visto  y quién te ve) la terquedad es una virtud.
     Dicen los expertos que unas nuevas elecciones van a favorecer a "Podemos"  y  perjudicar sobre todo al PSOE, partido dividido hasta las cachas.
    Siendo así -lo dicen también  los expertos- , tendremos nuevas elecciones con algunos cambios y, si no quiere ir de culo,  el PP  tendrá que renovar el vestuario y mejorar su programa. Tendrá que ser más emotivo y mejor didáctico. Lo pide el pueblo que vota.
     En fin, España pudiendo ponerse a la altura de Francia y Alemania, puede descender a los bajos fondos de Grecia. ¡En ésas estamos!




martes, 29 de diciembre de 2015

RAMALAZOS DE RENCOR

      La primera crisis económico social, de la que guardo recuerdos imborrables, coincidió con los años de la II República. No  pude evaluar cabalmente los síntomas de aquella crisis -solo tenía unos diez años- pero, con el paso del tiempo, reconocí sus efectos y cómo situarlos en el lugar correspondiente del rompecabezas político de la época, que terminó en lucha abierta y sin piedad; es decir, acabó en una guerra civil, polo opuesto a toda solución civilizada, causa de una pobreza que trajo muertes que jamás se contaron.
     Murieron personas  inocentes, muchos en la flor de su edad, sin enterarse de por qué ni para qué, y sin una  "memoria histórica" quede recuerde  su sacrificio.
     ¿Y por qué se llegó a la guerra?  Muy sencillo: porque los políticos se odiaban y el odio fue calando en el alma de los más inocentes.
     No estoy conforme con la  interpretación de algunos historiadores según la cual, la guerra civil española, fue consecuencia del fracaso de un golpe militar organizado por las derechas. La guerra   vino como consecuencia de la rebelión popular generalizada; rebelión de las derechas por un lado y de las izquierdas por otro. Los primeros por miedo a verse desbordados por la revolución del proletariado, ya ensayada en 1934 en Asturias, y los segundos porque  se sentían merecedores de una justicia social que se les regateaba, incluso al amparo de una República de progreso que la prometió y no la ponía en práctica; todo a juicio de los extremistas que ayudaron a que se proclamara.
    Llegado el estallido del 36, los revolucionarios se rebelaron, pidieron armas a las autoridades republicanas (que en buena parte se las negaron) y pese a ello, se hicieron los amos en muchas provincias; y en la zona nacional los anti revolucionarios hicieron otro tanto y encontraron el armamento en los cuarteles donde ya muchos militares se pronunciaron a  favor  de la rebelión civil conservadora.
     Pero la efervescencia de ese caldo de cultivo, de ese rencor,  fue cosa de los políticos de una y otra cuerda que nunca estuvieron dispuestos a entenderse.
     No quiero con esto establecer comparaciones entre el ayer y el hoy. ¡Dios me libre! Pero nadie negará que se dan casos de rencor como si los españoles, una vez cerradas las rendijas al  odio en la transición, quisieran volver atrás. No se sabe si una parte de la sociedad española quiere que resuciten los fantasmas del odio, pero sin duda algunos políticos disfrutan poniendo el punto de mira  en objetivos  inalcanzables, dispuestos a conseguirlos o a negarlos a cualquier precio. Lo curioso del caso es que esos mismos políticos quieren demostrar lo contrario con  buenas palabras, aunque los hechos sigan el camino de la intransigencia de la que dimana el rencor. El tiempo lo dirá.
    Solo se sabe que ha llegado el turno de las mutuas concesiones en medio de un proceso  descalificador que alcanza a los partidos más sólidos. Esto no ha hecho sino empezar y ya se vislumbran los primeros ramalazos de un odio consentido. No quieren mirar a Europa.

domingo, 27 de diciembre de 2015

UNAS AUTONOMÍAS PROVINCIALES .

      Me van a perdonar el atrevimiento, pero conviene que sepan que manifesté pública y notoriamente mi abstención  cuando se votó por primera vez el texto  constitucional. Muy sencillo: para mí el título VIII y artículos concordantes constitucionales  nos llevarían, al cabo del tiempo, a un callejón sin salida; nos llevarían a replantearnos la secesión  de Cataluña y del País Vasco español para empezar, y de Galicia y otras regiones en fases sucesivas. Y así está sucediendo.
     Ahora veo cómo se van materializando las fases de la secesión a la catalana,  algo que nunca  pude imaginar. Es decir, nunca pensé que sería desde la deslealtad y traición a unos principios, a una legislación y a unas instituciones españolas,  sin  que el Gobierno ni la oposición (anti secesionistas) fueran capaces de ponerse de acuerdo para impedir esta burla; o mejor dicho, este corte de mangas con que los catalanes separatistas nos  han mandado a los españoles y a su soberanía a tomar vientos, por no decir algo peor, incluyendo en el desprecio a partidos políticos españoles y a organizaciones supranacionales
     Pero el asunto es más grave, ya que las autonomías actuales (salvo alguna excepción) fueron concebidas a lo grande. Necesitaron  montar un descomunal aparato autonómico de alto coste, sin que olvidemos el gasto que dimana de las subvenciones y ayudas -muchas de ellas partidistas-, asumidas para mantener vivo el espíritu que aviva el hecho diferencial de cada territorio autonómico.  Ahora, algunas se las ven y desean para cumplir con sus presupuestos y  no ir a la suspensión de pagos;  sin contar con que, en bastantes casos, las tales autonomías han sido fuente de corrupción y manantial de empresas inútiles. Cataluña es  un ejemplo.
    Para más inri se quieren cargar a las Diputaciones provinciales, después de haberlas reducido a la mínima expresión, culpas que no son suyas.  Quieren que desaparezcan, pese a estar reconocida sus existencia en la Constitución. Sí; hace falta emprender una reforma constitucional. Y las Diputaciones pueden jugar un gran papel en esa reforma. Si queremos salir del atolladero al que nos han llevado la osadía de unos y la incuria (poco cuidado, negligencia) de otros en el proceso autonómico español, no habrá otro remedio que idear un cambio y hacerlo con sentido constructivo.
    Las autonomías que hoy abarcan  demarcaciones regionales, podrían  perdurar previa demostración  de un hecho cierto: para que una autonomía funcione bien, no hay necesidad de mantener el costoso aparato y  la excesiva burocracia que hoy se sostiene entre grandes apuros; todo por querer gestionarse  con las pretensiones de un Estado; la realidad es que,  de forma directa o indirecta, los que  pagan y padecen esas autonomías son los españoles del pueblo llano;  sobre todos las clases medias, que soportan una   carga tributaria por encima de sus posibilidades.
    El dinero se nos va en inversiones improductivas, cuando podría destinarse bien administrado, si se redujeran los gastos autonómicos, a inversiones productivas con  las que mitigar, por ejemplo,  el paro.
     El hecho cierto es que  las autonomías podrían desarrollarse y progresar con un reducido costo, como sucedía en  la  Diputación de Álava cuando disfrutaba de una autonomía  foral reducida a su provincia, que resultó muy provechosa para los alaveses por su bajo coste.  No han de desaparecer las Diputaciones, sino más  bien  -basándose en su existencia y por vías democráticas- contando  con ellas para muy concretas tareas;  se podrían racionalizar y reducir muchos gastos.
     Sería bueno y útil  consultar si sus habitantes querrían, sin perder ninguno de los derechos ya alcanzados, que su autonomía funcionara dentro de su ámbito provincial con más competencias, y poder salir así de la situación actual, aparentemente inútil, en beneficio de las fagocitadas zonas rurales. Podría  ser la forma de corregir errores y de  mantener el deseo  de mejorar su provincia y de frenar los separatismos con otro formato.
     Estamos tocando una materia peligrosa, ya que lo que hoy priva,  es separarse de España con pretensiones de constituirse en naciones-estado independientes, con territorios de mayor formato que la provincia. La nación no es fácil que funcione  en una demarcación provincial. Necesita más espacio.
     ¿Que suerte correrían algunos espacios autonómicos si se pudiera dotar de autonomía a cada provincia?

viernes, 25 de diciembre de 2015

¿QUÉ HACEMOS SI AUMENTA EL PARO?

     El triunfo en España de las políticas populistas,  y la tendencia a que sea el sector público quien peche con la carga de dar de comer. de beber y de prestar hogar, calor y un mínimo asistencial a los necesitados, digan lo que quieran los propagandistas de estas doctrinas, tienen un precio.
     La simple sospecha de que el populismo puede triunfar en un país,  despierta el temor de los inversores y, en  general, de todos aquellos que tienen algún dinero ahorrado. Si la sospecha prospera, este dinero emigra en busca de climas más favorables. Al final, cargan con el peso de la tal  política social los contribuyentes de medio pelo (clases medias) que comprueban cómo disminuye su capacidad adquisitiva a medida que aumentan las ayudas en favor de los más necesitados. Así, bajarán escalones mientras los pudientes se marchan, a veces con lo puesto, y los que ya nada tienen que perder, se quedan porque no hay otro remedio;  las clases medias asumirán una pobreza contra la que ya lucharon -pese a los políticos- durante siglos. ¡Vuelta a empezar!
     La igualdad, según  los populistas, ha dado en los países donde se puso en práctica con la iniciativa privada y las clases medias se empobrecieron sin remedio. Se estableció esa igualdad, desde luego, convertida en pobreza generalizada. Todos  iguales, excepto los políticos populistas, que cerraron filas para seguir  prometiendo una  justicia social idealizada, esperanzadora, que se  convirte en la gran promesa, pero de ahí  no sale.
     Ese es el panorama de los países que viven castigados  por un populismo rampante, del que tenemos vivas muestras para el que quiera quitarse las anteojeras.
     Los populistas españoles han moderado su discurso, pero sólo el discurso. Ahora  han dado el primer paso antes de abrir las Cortes: prometen un avance social antes de tiempo. Es decir, muy a tiempo.
    No niego que las injusticias sociales  han de ser corregidas y que  los partidos tradicionales han vivido, aún están adormilados,  y no acaban de emprender esta tarea. Pero quienes han puesto sus esperanzas en promesas gratuitas, harían bien en sopesar la oferta. Nadie dio duros a cuatro pesetas.
      A mi entender alguien está preparándose para ganar unas nuevas elecciones.
   



jueves, 24 de diciembre de 2015

LE FALTAN DOS HERVORES

     Desde la serenidad, sin pasión, con ánimo constructivo, hay que reconocer que Pedro Sánchez no es un líder digno del PSOE. Empezó haciendo trampas y juegos malabares con los artilugios más simplistas, y terminará por tener enemigos entre los políticos de su cuerda.
     Simplista fué la descalificación que hizo en Madrid de un candidato que no le gustaba, pese a ser elegido en unas primarias a las que tanto alabó por ser un claro signo de pureza democrática. En ese mismo momento, me dije: "¡Ostras con Pedrín! Es como para no fiarse del padre de uno".
     He soportado sus discursos, (los del Sr.Sánchez) sus frases, su mímica, su  pobreza idiomática, sus vulgares pensamientos, sus sonrisas de libro y suficiencia del corto. Llegué a esa conclusión: al PSOE le van a dar un palo en las próximas elecciones y su jerife mayor, el meritado Sr. Sánchez, va a tener la caradura de sentirse ganador.      
     Recuerdo los discursos de Indalecio Prieto -nada que ver con los del aludido líder - donde  se comprueba cómo deslizaba ideas para meditar, desde una prosa didáctica, convincente, objetiva, hasta sugerir con sencillez que la razón estaba de su parte,  y de que, en virtud de ese mérito, Prieto se hacía digno de la confianza y del  voto de sus oyentes. Fue el primero en no  caer en las trampas democráticas -consigna staliniana durante la guerra civil- que los comunistas trajeron junto con su armamento y consejeros bélicos, para hacerse con el poder republicano (algo que no tiene en cuenta la tan llevada y traída "memoria histórica" de nuestros amores).
     Miren por donde la historia ofrece situaciones si no idénticas,  coincidentes en algunas líneas. No estamos en guerra. Es la hora de la diplomacia. Las ambiciones hay que dotarlas de un ropaje respetuoso, porque de lo contrario se cierra el  paso a soluciones convenientes para la mayoría. Ya en la escenificación del primer saludo, se adivinaba la mala uva del visitante Sánchez, al llegar al ámbito monclovita.
     ¡El protagonista no daba más de sí! Le faltan dos hervores.
   

miércoles, 23 de diciembre de 2015

ELEGIR BIEN LAS METAS

     A propósito del futuro de una  enseñanza en conexión con los avances informáticos, dice el prestigioso profesor y filósofo  José Antonio Marina  que hay que  "distinguir entre inteligencia y talento: el talento es el buen uso de la inteligencia".  El talento "se caracteriza por la capacidad de elegir bien las metas, e intentar alcanzarlas".
      Siguiendo la  trayectoria marcada por el filósofo Marina, han de elegirse bien las metas. Si nos colocamos ante la situación creada, por el resultado electoral del 20-D, al líder ganador de  las elecciones, Mariano Rajoy, reconoceremos que, con la mayoría minoritaria que le apoya, se encuentra ante una misión imposible.      
     El partido con el que el PP más coincide en puntos ideológicos, es Ciudadanos que ha manifestado un cierto grado de  buena voluntad pero lo único que promete  es su abstención cuando se vote  la investidura de  quien osare  formar gobierno desde el centro derecha. Todos los demás partidos hablan pestes del PP y se supone que si éste no pudiera o no quisiera formar gobierno, el PSOE asumiría esta tarea aunque tuviera que asociarse  con "Podemos".
     En razón  a estas premisas hemos de pensar que, para lo bueno y para lo malo  estamos en la Unión Europea y, en consecuencia, los políticos  españoles se verán forzados a elegir entre dos modelos: el "indisciplinado", a la griega, que lo dirigiría "Podemos", y el "reglado" a la alemana simplemente orientado desde el "PP". Entre orientar y dirigir hay su distancia: el que orienta es capaz de aliarse; el que dirige aspira a ejercer el mando. Es la diferencia que yo veo entre un PP que admite adversarios con los que pactar y "Podemos" que aunque aparente lo contrario -según el modelo venezolano- es irreversible: manda y  exige; se impone aunque aparente lo contrario (preguntar a IU).
      Estas son las metas: solución a la griega con toques bolivarianos o la combinación de apoyo mutuo ala alemana -por duro que resulte- entre socialistas y liberales  para ensayar una social democracia que no niegue ni el pan ni la sal a unas dosis necesarias de capitalismo.
      Pero ¿qué podemos pensar del socialista Sr. Sánchez si carece de la generosidad de un estadista?En el PSOE hay grandes políticos que están mordiéndose las uñas ante las circunstancias que atenazan a sus dirigentes.
     En fin: el talento consiste en tener capacidad para elegir bien las metas y en poder alcanzarlas. Donde no hay capacidad todo es inútil.




















martes, 22 de diciembre de 2015

EMOTIVOS Y MONOCORDES

    En el País Vasco peninsular, los electores nacionalistas se han visto sorprendidos por el triunfo de "Podemos" en unos territorios históricos (antes Provincias exentas) donde las huestes soberanistas (conjunto de seguidores de una causa), esta vez vencidas,  suelen copar las mayorías  al contabilizar las papeletas urna  tras urna.
    ¿Cómo es posible? ¿En qué han fallado?
    Se han publicado a este respecto las más especulativas teorías.  cuando la explicación, en dos tiempos, es muy  sencilla, dentro de la complejidad que supone interpretar los movimientos de las masas humanas.
     Por ejemplo -además de otros condicionantes- el error del PP fue su empeño en  atraer votantes basando su propaganda en un concepto ideológico: mantener la estabilidad de unas medidas que aseguraren el desarrollo económico para salir de la crisis. Esta teoría conceptual sólo es asumible por quienes tienen tiempo para meditarla y ciertos conocimientos. Es una propuesta a la que le falta emoción, sentimiento; propuesta inútil para seducir al voto.
      Muy al contrario, los nacionalistas sí saben manejar  el argumento emotivo, pero no lo renuevan. En el subconsciente de todo soberanista yace la idea  de que los sentimientos de alegría y felicidad no se colmarán hasta que Euskadi no sea el oasis independiente con el que soñaron varias generaciones de vascos. Por supuesto el bienestar más confortable está emparejado al goce de la tierra prometida.
     Ese sueño  prometido, quiérase no, pìerde emotividad cuando pasan los años y no se alcanza; o lo alcanzan unos pocos que por ser nacionalistas distinguidos, viven un poder limitado pero confortable, mientras la mayoría sigue trajinàndose el diario quehacer con  el sudor de sus más delicados poros.
     ¿Cuáles han sido las promesas de "Podemos"? Muy emotivas y entre ellas la deseada autodeterminación de los vascos, mediante  un reforma de las leyes españolas  impuestas desde Madrid,  desde donde quieren mandar; algo práctico, que no han querido para sí los nacionalistas, creyendo que  el sueño paradisiaco se logra desde las orillas del Nervión.
     ¿Y qué mas? Acabar con el paro o  subvencionar a los parados con un salario mínimo para todos, ofrecer estudios universitarios  gratuitos, brindar una medicina pública universal, incluidos emigrantes, prestación de recursos a  los desasistidos,  etc. etc. hasta superar la justicia social de los países más avanzados.
      No cabe promesa más emotiva:  el  cielo en la tierra, sin  perder el derecho  a una justa y saludable autodeterminación soberanista, que nos permita disfrutar de Europa sin pago alguno de contrapartidas.
     No resulta rara su ganancia electoral.

lunes, 21 de diciembre de 2015

LA CORRUPCIÓN PASSA FACTURA

       Es un axioma: el poder corrompe. Los populares y los del PSOE llevaban años turnándose en el ejercicio del poder;  luego si el poder corrompe, por lógica, en el seno de estos partidos políticos anidaba la corrupción. Así fue, y los corruptos -no todos- fueron descubiertos para desventura de unos pocos y escarnio de muchos más.
       Los corruptos provocan el rechazo de los contribuyentes, sobre todo si éstos no pueden escurrir los propios ingresos para liberarlos del despótico recaudador. El odio popular, hacia el corrupto, funciona en muchos casos junto al pecado capital de la envidia. Este odio y esta envidia se desarrollan a las mil maravillas  en cuanto trascienden a la muchedumbre. Los corruptos en potencia, si llegaran a volar obscurecerían al sol.
      No obstante y pese a lo  odiosa que resulta la corrupción, genera anticuerpos en quienes estàn próximos al  gozoso y dilapidador enfermo. Los amigos no toman conciencia de la importancia del mal que afecta al camarada  y se identifican con su conducta por un falso y mal entendido compañerismo;  hasta el punto de oponer sus manos al fuego, en garantìa de una supuesta honradez que -según ellos- nunca les falló. ¡Así de  ciega es la amistad!
     Cuando se descubre la tostada llena de pringue, el cándido compañero dice a grito pelado"yo no he sido", primer  peldaño que pisa para bajar al infierno de los serviles y despedirse de toda gloria. Para el corrupto perdedor y, lo que es peor, para sus valedores y amigos, resulta harto difícil recuperar el terreno perdido.
     Los dirigentes del  PSOE y del PP están en esa fase. Ha pasado en las mejores familias. Una de las principales causas del origen de la Reforma religiosa que dividió a los cristianos. siguió el mismo proceso; nacimiento,  parecido desarrollo y análogo fin: el desprestigio de todos los creyentes del ramo..
     Es un consuelo y una comprobación de este otro axioma: las personas ( y los personos, no lo  olvidemos), siempre tropiezan en la misma piedra.

sábado, 19 de diciembre de 2015

UNA PARADOJA POLÍTICA

     Estoy a punto de cumplir noventa y tres años. Como es lógico, mi discurso se mantiene dentro de unas coordenadas de normalidad y no  babeo ni tengo tembleques, todo ello posible gracias a Dios, como  dijo una vez Don Santiago Carrillo que resultó ser ateo.   Como también es lógico, pensé días atrás que muy probablemente  fuera ésta mi  última participación en unas elecciones generales, algo que tengo asumido con la naturalidad que dan los años.
     Sé que todo esto importa un carajo a la mayor parte  de los mortales  (y de las mortalas, no las  olvidemos, por favor) pero tiene su intríngulis. Lo digo porque leyendo un diario internáutico, ví que ofrecía un cuestionario en el que daban a elegir al lector, que respondiera. con un sí o un no a unas preguntas, para saber si se identificaba,  o no, con unos puntos programáticos expuestos sucintamente por materias. Uno contestaba a las preguntas  con buena fe, daba al botón "enviar" y en unos segundos te contestaban diciendo con que partido estabas más identificado.
      Personalmente respondì al formulario y la contestación que me dieron fue tajante: estaba identificado, hasta un 85% de sumisión, con el programa del PSOE, al que no voy a votar sin saber por qué y ya son años.
      Cuando, ya acostado, hice por la noche examen de conciencia, sentí remordimientos: toda una vida pensando como los socialistas y no haberles votado ni una sola vez, tiene que ser pecado. ¿Por qué? me preguntaba.
      Pensaba en Don Pedro Sánchez. Lo veía cuando empezó de secretario general guiñando el ojo izquierdo y, muy recientemente, en sus mítines, cuando lo contemplo cómo se calienta y,  para remate de sus peroratas, chilla que se las pela en un "crescendo" peligroso para  su  yugular que se inflama con riesgo de llegar al estallido. Entonces me echo a temblar. ¡Con tan buena persona como parece...! Me acordaba del Papa, felizmente en activo. Está visto: solo las personas amables, cariñosas, que  se presentan en público con humildad y hablando bajito y sin guiñar  el izquierdo, se llevan a la gente de calle.
      A lo mejor el Sr.Pedro es responsable de que no vote socialista.

viernes, 18 de diciembre de 2015

LA ESPAÑA REAL Y LA UNIÓN EUROPEA

     Es importante dejar constancia de que, durante el período electoral, apenas se han referido, los partidos con aspiraciones de gobierno, a temas relacionados con  la situación de España, su importancia e influencia, su futuro, dentro de la Unión Europea.
     El español medio está más preocupado por lo resultados de sus clubs  de fútbol que del déficit anual de la  nación, a sabiendas de que un ochenta por  ciento o más del paisanaje no tiene pajolera idea del significado de este concepto ni de su importancia para el bienestar de cada familia y  el progreso del País, ni de como lo vigilan desde Europa.
     Un partido político como PODEMOS que en sus comienzos renegaba de la UE y defendía la salida de España de este, para ellos, contubernio, ha hecho  mutis y se ha olvidado que prometían recuperar la soberanìa perdida por los españoles al dejarse seducir por los europeistas.
     Otra fuerza como el PSOE reniega de cualquier entendimiento  con las derechas españolas, a sabiendas de que su futuro está más relacionado con las alianzas europeas que con las que puedan forjarse tejas abajo de los Pirineos, que  por  fuerza son más quebradizas.
     Otra agrupación  polìtica como el PP se olvida de buscar votos haciendo valer su influencia en la Europa unida,  ante el envite separatista y otras cuestiones relacionadas con el auténtico progreso de los españoles.
     Por más que nos empeñemos, España tiene que evolucionar y romper con el atraso cultural que nos perjudica. Estamos por detrás de las grandes naciones y mucho más preocupados por las lenguas regionales que por dominar el inglés, el francés o el alemán,  con cuyos parlantes hemos de codearnos para ponernos a su altura.
     En fin, si los Gobiernos de España y los españoles no pisan el acelerador para alcanzar una formación cultural sobresaliente, caeremos de nuevo en manos de políticos sin escrúpulos, como sucede en los países  pobres donde, por más que lo prometen, nunca pasan de aprobado en el mejor de los casos.
     Por esta razón perduran en el poder muchos pillos y mangantes impresentables en los países mas avanzados en el plano cultural y científico.
   

jueves, 17 de diciembre de 2015

MALA ÍNDOLE POLÍTICA.

     Cuando alguien quiere resolver un problema, llevar a buen destino un proyecto o ganar en un negocio y necesita la colaboración de terceros, suele proceder con educación y buenas maneras. Si entra al juego ladrando y mostrando los caninos, es difícil que alcance algo positivo;  y si  muerde se hace con un enemigo para lo que le quede de vida.
    Las maneras políticas -la buena índole- son norma habitual entre los vocacionalmente entregados al servicio de los demás. Tales maneras incluyen varias virtudes, entre ellas la habilidad y la diplomacia donde quiera que se actúe. Es la forma de engancharse a la democracia constructiva. Todos tenemos algo  positivo que aportar y se gana más y mejor, para todos, siendo  antes educados que groseros.
     Un político ha de saber decir "no" en muchas ocasiones; este "no" hay que razonarlo, y las razones cuando son  auténticas han de exponerse  de forma  convincente y con buena educación.
     Los políticos españoles, en gran número, han elegido esa carrera por ambiciones personales y se les nota a distancia. Como no tienen conciencia clara del terreno que pisan, les falta finura, delicadeza, educación en ese trascendente servicio  a los demás; sobre todo a los más débiles. Lo cual no impide, en la vida real, la aplicación de una ingeniosa ironía asimilable por todos los que se distinguen por su buen sentido del humor
    Termino: hay  que saber estar firmes y derechos. A la grosería infamante (que deshonra y rebaja) de Pedro Sánchez, debió responder Mariano Rajoy  con firmeza y  derechura, tomando puerta y dejando  a su adversario a solas con el moderador que no sabía su oficio.
     Ya lo dijo con belleza Gómez Manrique en el Siglo XV: "Nobles discretos varones/que gobernáis a Toledo,/en aquestos escalones/desechad las aficiones,/codicias, amor y miedo./ Por los comunes provechos/ dexad los particulares./ Pues vos fizo Dios pilares/ de tan riquísimos techos/ estad firmes y derechos".

miércoles, 16 de diciembre de 2015

EL MIEDO A LA LIBERTAD

      Si lo primero que hace un Gobierno, a poco de tomar posesión de sus carteras los ministros que lo integran,  es establecer un articulado control de la enseñanza, no caben dudas: estamos ante un poder ejecutivo con ínfulas totalitarias que tratará de cubrirlas con banderas y símbolos democráticos.
      Se puede afirmar, en román paladino, que en la España nación  y en sus nacionalidades adyacentes, pese al ordenamiento constitucional  y a la Carta de los Derechos humanos de las Naciones Unidas, ambas  vigentes en este País,  no existe  libertad de enseñanza,  si se considera como tal el derecho  que tienen los padres elegir la educación de sus hijos en el idioma o idiomas y credo o credos que quieran,  una vez cumplidos los requisitos mínimos que garanticen la eficiencia docente deseable, como sucede  entre los países punteros del Universo.
      No se puede afirmar que existe  libertad de enseñanza, cuando el modelo impartido en centros escolares españoles subvencionados, viene impuesto por los Gobiernos del color que fueren, ya que quien pone el dinero no suele renunciar ejercer la influencia  que conviene a sus intereses políticos, como sucede en Cataluña y en el País Vasco,  a las claras,  y en otras comunidades autónomas con apoyos legales.
     No habrá libertad de enseñanza hasta que no sean los padres y particulares interesados los que abonen el coste de la misma y tengan libertad para exigir a  los gobiernos y  a los docentes, dentro de un orden, su aplicación.
     Con este fin, en algunos países funciona  el "cheque escolar" que lo reciben los padres desde el sector público,  para abonar la enseñanza de sus hijos en centros  -oficiales  o privados- que libremente elijan sin cortapisa alguna.
     No hablen en España del "cheque  escolar" porque dirán  que  va contra la escuela publica, (consagrada como intocable), cuando no tendría  por qué ser así, si se hicieran las cosas con arreglo a una Constitución incumplida incluso por los llamados a dar ejemplo.
     No lo olviden: ni las derechas ni las izquierdas quieren la libertad de enseñanza, aunque pesuman de ser demócratas a machamartillo. ¡Mentira y gorda!

martes, 15 de diciembre de 2015

LA GRAN MENTIRA

     Un miembro de mi familia -soltero y telegrafista por más señas, libre de prejuicios, buena persona-, todos los domingos de los años treinta me daba dos pesetas, en moneda de plata acuñada con ese valor, para mis gastos,  y me dejaba ojear las novelas de su tiempo que solía adquirir semanalmente para  que las leyera a mi antojo.  Cayeron en mis manos autores, hoy casi desconocidos, de libérrima prosa. Recuerdo "El negro que tenìa el alma blanca" de Alberto Insua, "Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?" de Enrique Jardiel Poncela, "Las siete columnas" de Wenceslao Fernández Flores... Por estas y otras causas, mi mundo interior estaba hecho un lío, impropio de un mozalbete de once o doce años. Pero poco a poco, sobre la base de nuevas lecturas, se fue deslìando el ovillo y, a estas calendas de mi vida, aun no siendo experto en nada -o tal vez por eso-,  dudo de muchas cosas. Sobre todo de las ideas expuestas por quienes se amparan en la política con la pretensiòn de que prosperen como si fueran verdades científicas.
     Pues verán: no me creo  el cambio anunciado por políticos al uso, aunque los anhelen de buena fe, ni está la Magdalena preparada para estos tafetanes. Muy sencillo: ninguno de los contendientes en la lucha electoral española,   basa sus promesas en una doctrina influyente, como pudo ser  el liberalismo en un caso, o el comunismo en otro. Hemos creado una sociedad a cuya mayoría  le preocupa vivir bien, a ser posible poniendo en juego la ley del mínimo esfuerzo. A esta sociedad le hace falta algo que está por crear: una especie de padre pródigo, que garantice a las multitudes un estado de bienestar perpetuo. Algo impensable ¿verdad? Pues bien, me van a perdonar pero no entro al engaño, pese a que casi todos los políticos  asumen el desempeño del  papel de magos y veo a millones  de creyentes que comulgan con tan gigantescas ruedas de molino.
     Recuerdo vagamente el contenido de "Las siete columnas" de Fernández Flórez. Satanás deja de tentar a los humanos y éstos se liberan de "cumplir" con los siete pecados capitales. Desaparecen la envidia, la lujuria, la codicia, etc. ¿Y qué pasa? Que la vida de las personas se hizo  insoportable por aburrida y se impuso un modelo social que generó una pobreza asoladora. Algo así como vivir bajo un régimen comunista.
     Pienso que Fernández Flórez, que las pasó canutas refugiado en una embajada durante la guerra civil, echaba de menos el consuelo de una religión verdadera. ¡Pero ése es otro misterio del que casi nadie habla en un mar de iglesias medio vacías!. Y lo poco que queda  se lo quieren cargar, muchas veces desde dentro. ¡Ya es mala suerte!

domingo, 13 de diciembre de 2015

UNA RECESIÓN DURADERA Y LARGA

     Vísperas electorales. Días de promesas, sueños y esperanzas. Ante un prolongado período de pérdidas registrado en numerosas empresas,  si se pusieran  trabas al  despido y los salarios tendieran a crecer, se crearía incertidumbre y temor entre los emprendedores. Todo podría cambiar a peor. Depende de quién ganara las elecciones.
     Pero los políticos que anuncian la subida de los salarios no se dan cuenta (o no quieren darse cuenta) de que si no se crea un régimen de incentivos en favor de los empresarios o de  los trabajadores, para que no corran peligro los beneficios del negocio, no hay nada que hacer.  Nadie crea trabajo si no hay expectativas de ganancias
     Se anuncia otro peligro: los sistemas  que recurren al régimen de subsidios corren el peligro de que se desborden los límites del déficit, algo vedado por razones obvias y por la ley que rige entre las naciones cuya moneda es  el euro. Vease el caso de Grecia.
     Por consiguiente dadas las circunstancias que concurren en España, y la posibilidad de que no  se alcance el  consenso entre los llamados a gobernar el País,  la situación puede complicarse, afectar a la estabilidad económica y, como consecuencia, provocar el desánimo inversor, sin el cual no hay creación de empleo  que valga.
    Si se impone por ley una sustanciosa mejora de salarios, es probable que desaparezcan algunas empresas y cunda el desánimo para crear otras nuevas.
    El  solo hecho  de algunas  promesas electorales, anunciadas desde de distintos partidos, está frenando ya la creación de empleo hasta ver los resultados que salgan de las urnas.
    Aún ganando el PP si los demás partidos imponen sus criterios, la trayectoria política actual se vería interrumpida por un plazo largo.  Como consecuencia   bajarían las inversiones y continuaría la crisis con tendencia clara a la recesión. Aumentarías las cifras del paro.
    Si España no crea riqueza, podría entenderse que seguiría el paro hasta mantenerse estable, si es que no crece.
    ¡Estas son lentejas!
   

sábado, 12 de diciembre de 2015

LA CONSTITUCIÓN EN SOLFA

     Al referirme a "la Constitución en solfa" sólo pretendo defenderla de aquellos que tratan de ponerla en ridículo declarandola fuera  de época (algo así como fea, vieja y despeinada). Nuestro régimen, según la Constitución  vigente, es el propio de  un Estado social democrático de Derecho y los valores superiores  que propugna son la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.  (Artículo 1º. del texto constitucional). Un panorama prometedor por alcanzar.
     Sobre esas bases, la Constitución se presta a un mejor desarrollo y tal vez a ciertos retoques; pero no es lo que se busca. Lo que quieren algunos políticos es un meneo a fondo de la ley de leyes siguiendo modelos  que no han pasado  la prueba del nueve.
     Seamos claros: Unos pretenden el medro de un populismo totalitario al socaire de una idea tentadora: reforzar el nacionalismo de España frente a la UE, para no depender de un liberalismo conducido -según ellos- desde las oligarquías financieras. Otros desean que prospere el soberanismo de Cataluña, del PaísVasco, tal vez de Galicia, frente a la Nación  española, que -según su criterio- les perjudica y les obliga a sacrificarse por el resto de las regiones hispanas,  en perjuicio de los pueblos originarios catalanes, vascos y gallegos, dignos de constituirse como naciones..
     En este trance, el pluripartidismo que ya existía saldrá fortalecido después de las elecciones del 2O-D, en perjuicio de una inmensa mayoría de españoles que desean mejoras, cierto, pero sin convulsiones políticas.
     A este  planteamiento se  llegó porque tanto el PP como el PSOE no supieron reaccionar a tiempo contra los brotes descarados de corrupción que se detectaron  en sus filas, de forma que al pueblo llano nadie le saca de la convicción de que todos estaban  pringados. Además, pecando ambos partidos de negligencia en la tarea básica de limpieza, desde dentro, de sus  respectivos patios de Monipodio (la mierda propia se lava en casa), confiaron toda la tarea a los tribunales de justicia a sabiendas de que las  sentencias tardan años en dictarse y los medios  de difusión -durante ese tiempo- tendrían tarea y morbo con los que instruir -y adoctrinar- al personal expectante. De aquellos polvos, estos lodos, todo por  falta de pulso y un  mal entendido compañerismo dentro de cada uno de estos partidos.
     Si ni el PSOE ni el PP supieron  ir unidos para algo tan sencillo como defenderse del chaparrón de basura creado en sus filas, mucho menos iban a formar piña para proteger a la Constitución frente a unos reformistas  de poco fuste. Si hubieran llegado a jugar esa baza (que no impedía ciertas reformas) estarían patrocinando el consenso que une frente al disenso que separa. En este sentido el PSOE ha perdido el norte. Y en política los errores se pagan.
    Ahí están dos perdedores: el PP y el PSOE, debido a sus voluntarios fracasos. Y dos, triunfadores, cada uno convirtiendo el desprestigio ajeno en mérito propio.
    La solución -mala por fuerza, ya se verá- el día veinte de este mes y año.

viernes, 11 de diciembre de 2015

EL CAMBIO QUE VIENE

     Mi escepticismo crece de forma  asombrosa cuando oigo a un político anunciarnos un "cambio" del que, además, se siente protagonista. La realidad es que los cambios llegan pese a los políticos y sin remedio,  muchas veces a causa de una mal entendida política.
     El caso que traigo a cuento lo protagonizó un modesto empresario dueño de un pequeño taller donde se manufacturaban alpargatas de artesanía. Daba trabajo a diez personas todas ellas cobrando el salario mínimo obligatorio. Una demanda sindical y un cambio político, tras unas elecciones, derivó en un aumento de ese salario. El dueño, en edad de jubilarse, cerró el chiringuito porque dejó de ser rentable; sus diez trabajadores se fueron a cobrar el subsidio del paro.
     El hijo del dueño, experto informático, echó cuentas y vió la posibilidad de renovar  el negocio de la alpargata, introduciendo cambios en la empresa.
     Robotizó la producción de forma que solo necesitaba un empleado que vigilara a los robots y un servicio de asistencia técnica contratado por vía mercantil. Ideó unas alpargatas de diseño que puso de moda en las zonas veraniegas de paìses turísticos. Toda la producción era adquirida por una sociedad mercantil que quedó inscrita en otros tantos paraísos fiscales de distintos continentes.
    La empresa fabricante  vendía a la empresa mercantil con un mínimo beneficio, para pagar  en proporción una cuota mínima por impuestos  en el país de origen. La empresa compradora, del propio fabricante aunque con otro nombre, revendía las alpargatas quintuplicando los beneficios  que no cotizaban por estar domiciliada y facturar desde un paraíso fiscal. Negocio redondo.
    Todo un cambio con el que ni siquiera habían soñado los políticos.
     La economía de mercado mundializada es la que está cambiando los comportamientos sociales sin tener en cuenta -o de acuerdo, según casos y países-  a los políticos. Y los votantes  mirándose el ombligo.

jueves, 10 de diciembre de 2015

COMPETENCIA ENTRE POLÍTICOS

     No soy quién, y pido perdón de antemano, para inmiscuirme en  la propaganda que los políticos hacen de sus valores, ideas, programas, intenciones, críticas, etc. 
     Ahora bien, si me hubieran puesto en un trance parecido al que soportaron las cuatro figuras señeras de la política española que participaron en el debate del día 07-12-2015,   tendría en cuenta por encima de todo a los nueve millones de telespectadores y -precavidamente- mantendría una distancia respetuosa y educada con mis adversarios(figuras señeras), restándoles importancia y haciéndoles poco caso,  para volcarme sobre el público expectante.
     Y digo esto por pura experiencia y cierto sesgo intuitivo que padezco  y porque -salvo alguna rara excepción- en mi vida he visto en las peleas publicitarias mercantiles, que cuestan un  dineral  a cada firma a costa de su bolsillo, hablar mal del adversario, porque tal cháchara equivale a  perder el tiempo y el dinero que son sagrados. Y si lo importante para el rival es que hablen de lo suyo, mejor permanecer callado.
     Por mi parte,  habría preparado mi discurso para, en mis turnos  y sin salirme del tema puesto sobre el tapete, demostrar: estas son las previsiones y proyectos de mi partido para resolver  los problemas del caso, esta la organización, estos los medios materiales que pondremos en juego, este el presupuesto y el índice de dónde saldrá el dinero,  estos los medios personales y los  equipos  que trabajará en ello, estas nuestras  relaciones en Europa y nuestra influencia para implicarla en el desarrollo que proponemos, este es el calendario, estos los posibles beneficiados, etc. Todo menos hacer promesas al aire. y andar por las nubes. 
      ¿Y si le atacan por la falta de honradez de sus conmilitones o colaboradores que pueden comprometer y hasta anular sus  proyectos? Diría,  lo mismo: Esta es mi organización, éstas las medidas de régimen interno que hemos preparado para evitar los latrocinios, estos los  avales para responder de las pérdidas si se llegaran a producir, etc...
      ¿Y si los opuestos recurren a la calumnia y al insulto personal? Diría: toda injuria es propaganda favorable a la víctima si ésta demuestra su inocencia de forma  irrevocable.
      Entonces ¿qué le parecieron los protagonistas de tan sonado debate? Muy sencillo: los ví capaces de propagar el aburrimiento entre  los telespectadores medianamente instruidos, porque siempre dicen y prometen lo mismo; siempre  bien dispuestos a sacar provecho de la inocencia y buena fe de los que aún  creen en las promesas, nunca avaladas, de politicastros  predicando  la virtud generadora de realidades, como si vendieran una loción contra la calvicie. 
     Mi padre era uno de los creyentes calvos en busca de crecepelos. Siendo yo un niño, le pregunté por la pócima que gastaba:  "¿Te sale el pelo?" Y me  respondió con dolor: "Sí, hijo mío: en el peine". Pero seguía fiel al uso ilusionado de aquella cara e inútil loción. Así es la vida.
    

miércoles, 9 de diciembre de 2015

MODERAR LA PASIÓN POLÍTICA.

     Las elecciones de febrero de 1936 (cerca de ochenta años nos contemplan)  me pillaron con trece años y las recuerdo por el apasionamiento puesto en juego por los partidos políticos que se disputaban el poder.
     La figura más popular del PSOE, Largo Caballero, no anduvo con medias tintas: luchaba por la dictadura del proletariado y colocó a su conmilitón Indalecio Prieto en segundo lugar, por ser más moderado; probablemente su talento político le indicaba que tanto radicalismo no auguraba una solución pacífica a los problemas de España.
     El más destacado político de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas),  Gil Robes, movilizaba a sus  masas con discursos explosivos y,  pese a conducirse democráticamente, era considerado por las izquierdas como un peligroso fascista.
     En torno a  estos dos ejes se polarizó la campaña electoral en pro de soluciones radicalizadas, unas en piña, bajo el manto del Frente Popular (las izquierdas), y otras en facciones divididas, supeditadas a la suficiencia personal de algunos de sus dirigentes (las derechas).
     Tras de las elecciones se montó una singular contienda política entre las izquierdas victoriosas y las derechas derrotadas.  Crecida la pasión, se desarrolló la mutua intolerancia a tiro limpio y otras lindezas; aquella política derivó en el asesinato de Calvo Sotelo que vino a convertirse  en la señal de partida hacia una rebelión  muy generalizada: así empezó la guerra civil.
     No es el caso actual ni el pueblo español está para ruidos. Pero hay algunos factores en juego, coincidentes con los de 1936,  que convendría superar de mutuo acuerdo: la crisis económica con un paro demoledor, el problema territorial planteado por los separatistas catalanes y una creciente pasión política alimentada por algunos políticos desaforados.
     Creo que a todos nos conviene aplicar buenas dosis de moderación en los remedios que cada partido propone, sobre todo si se examinan los  problemas desde una perspectiva de futuro. Ni la crisis  va a superarse con fórmulas gastadas o con una caridad oficializada vía subsidios, ni los problemas territoriales se arreglan creando nuevas fronteras.
     Hubo quien pedía en tiempos idos y razonablemente, aquello de la imaginación al poder. Lo malo del caso es que, en unas elecciones generales, como la próximas,  cuando como nunca desde España debemos influir en la Unión Europea  (soberanía compartida) y preocuparnos de lo bueno o malo que nos llega desde el exterior, sigamos dándole vueltas a problemas caseros que debieran  resolverse entre todos con la mejor voluntad y no tirándose los trastos a degüello.
     El último debate entre cuatro fué, en ese sentido, de una pobreza lastimosa. ¡Con la que está cayendo!




 

martes, 8 de diciembre de 2015

UN DEBATIDO DESENCUENTRO

      El debate entre cuatro, celebrado bajo el paraguas de un grupo mediático el pasado día 7, ha sido un testimonio más del desencuentro político que han de padecer los españoles en años venideros. No obstante, aviso para navegantes, cada uno o puede sacar sus propias conclusiones.  Las mías son:
     Pedro Sánchez del PSOE. Su actuación, llena de gestos de suficiencia y tópica en la fraseología,  puesto que se repite hasta la saciedad, resultó el menos convincente de los partícipes.
     Pablo Iglesias, de PODEMOS, rapaz en la argumentación al tiempo que voluble, resultó ser el más demagogo del grupo, hasta formular promesas de imposible cumplimiento si seguimos perteneciendo a la Unión Europea.
     Albert Ribera, de CIUDADANOS, dotado de una retórica angelical que vale para todo, ciscó sus discurso cuando no aclaró el juego de alianzas que se trae en beneficio de los suyos, aunque intente demostrar todo lo contrario.
     Soraya Sáenz de Santamaría, del PP,  bastante tuvo con repeler  rabiosos y reiterados ataques por culpas pasadas que nunca cometió ni alentó y siempre condenó; fue la única voz que dió  pruebas fehacientes de que su partido va cumpliendo las promesas que hizo antes de recibir la ruinosa herencia que le dejó el PSOE.
     Los problemas esenciales de la sociedad española: el desarrollo contra el paro,  el problema territorial de Cataluña, la enseñanza como solución de futuro, la desigualdad y la falta de equidad (dar a cada uno según sus méritos) se despacharon con cuatro desplantes de capa y alguna chicuelina, pero el toro volvió vivo a los corrales.
     Mucho tiempo y gran formato para tana poca cosa. Felicitaciones a la organización; pitos a los diestros.
     ¡Otra vez será!



lunes, 7 de diciembre de 2015

EL AZAR DEL CAMBIO

     La convocatoria electoral del próximo día 20, puede llevarnos a situaciones imprevistas y hasta nostálgicas.
     Imprevistas: porque cuatro partidos están en situación de recibir la inmensa mayoría de los votos que se depositen en las urnas. Y estos partidos, por fas o por nefas muy distanciados ideológicamente, están -según sean los resultados- en trance de forjar alianzas de conveniencia para repartirse el poder, en perjuicio del partido supuestamente más votado.
     Nostálgicas:  ya que,  después de haber descalificado al bipartidismo como causa de todos los males padecidos por los españoles (separatistas incluidos), en el caso de producirse la tal alianza (más bien  insospechado lío) recordarán melancólicos que los países más adelantados son bipartidistas, algo ya de por sí costoso.¡No les digo nada con tres o cuatro partidos repartiéndose el poder! ("Ha dicho el diputado, de parte del presidente, que le diga al empleado, que pague el contribuyente").
     En España, desde que existieron reyes que dijeron con  orgullo aquello de que "en su imperio no se ponía el sol", una mayoría de nativos (incluidos vascos y catalanes) émulos de sus caudillos generaron un movimiento filosófico según el cual la felicidad estaba muy ligada a vivir a lo grande tocándose las pelotas (dicho a la española para que se entienda).
     No es de hoy, por tanto, sino que viene de tiempos pasados, que los tocapelotas busquen refugio en el terreno de los políticos de buena fe, que todavía quedan algunos.
     ¿Que ha pasado en España? Que las plantillas de  los viejos partidos estaban llenas y al no haber vacantes, no han visto otra solución que fundar nuevos partidos.
     Y en plena crisis, el sufrido contribuyente, en vez de pagar lo de dos, va a tener que correr con el gasto de cuatro.
     ¡En eso consiste el cambio!


viernes, 4 de diciembre de 2015

POLÍTICA Y VIDA REAL

     La última encuesta del CIS ha ofrecido un resultado sorpresivo. La mayor parte de los consultores (que dan su parecer en virtud de unos datos) han aceptado -no sin sorpresa- que el PP se haya mantenido  firme y en cabeza,  entre los sometidos al pronóstico,  pese a la red de adversarios que le flagelaron (y aún lo hacen) sin miramientos, durante  un periodo de crisis galopante.
     Pero seamos prudentes: una encuesta no es una prueba; estamos ante un tanteo, un cálculo aproximado del comportamiento de los electores dentro de un par de semanas y, eso, en el mejor de los casos, no da seguridades. La previsión,  en materia tan aleatoria como es la del comportamiento de una muchedumbre de votantes, puede alterarse fácilmente por una simple nevada: el frío y la humedad pueden alterar la proporción prevista de votantes y desbaratar todos los pronósticos.
    Ahora bien, conocido el alto porcentaje  de los indecisos (que van a votar pero no saben o no dicen a quién), estoy tentado a ofrecer  mi particular pronóstico, invadiendo el espacio de vida real con un punto de fantasía. Parto de un hecho probable: muchos votantes del PP no confiesan su decisión  ni así los aspen y se ponen, al ser consultados, en fase de "no saben o no contestan". Luego votan a los suyos. Por intuición -a riesgo de equivocarme- presiento que el PP va a  recibir más votos de los previstos en las encuestas.
    ¿Por qué? Muy sencillo. Porque el PP es el que más garantías ofrece de no meterse en aventuras políticas experimentales. Ante tanto cambio como se anuncia, puede más en la práctica el sabio consejo de Iñigo de Loyola: "en tiempos de tribulación no hacer mudanza". O dicho de otra forma: el pueblo que más ha vivido experiencias políticas varias,  va a votar al que menos riesgos ofrece de equivocarse. Tiene su lógica.

jueves, 3 de diciembre de 2015

LA CORRUPCIÓN INTERPRETADA POR EL SR.SÁNCHEZ

     Al menos en dos partidos políticos españoles, sus afiliados han tenido que padecer con vergüenza el hecho de  convivir ideológicamente  con auténticos ladrones, descuideros y chorizos de alta escuela: en el PSOE y en el PP.
     Lo más recomendable, para los  encuadrados en esas filas, sobre todo si  aspiran a ocupar cargos de relieve, es no mentar la bicha en mítines y encuentros políticos, no sea que el tiro les salga por la culata.
     El PSOE, desde que se implantó la democracia, ha  pasado por la vergüenza de ver procesados y condenados a destacadas figuras conocidas por sus altos cargos por el simple delito de robar a pierna suelta.  Estos sucesos no se olvidan fácilmente  y han pasado a la historia de este partido.
     Como tampoco se olvida , en otro orden de cosas, las  altas cifras de paro y desempleo que padecimos durante el último mandato del PSOE con el Sr. Rodríguez Zapatero,  Secretario General del partido que, batuta en mano, ejercía la Presidencia del Gobierno. Se llegaron  a registrar mil cuatrocientos nuevos parados por  día, cifra que no se olvida entre quienes padecieron esta plaga.
     Ayer mismo, poco antes de escribir estas líneas, desde Canarias, el Secretario General del PSOE, don Pedro Sánchez, se ha desahogado citando al PP como partido distinguido en la creación de paro y  dándole un sobresaliente "cum laude" en materia de corrupción  por las actuaciones del Sr. Bárcenas.
     Y es que al Sr. Sánchez, (como se ha constatado por millones de jubilados, que también votan, con tiempo suficiente para seguirle sus pasos),  lo mismo le da adjudicar  al PSOE la legalización del divorcio (obra de la UCD), que hablar por  hablar del paro que imputa al PP el mismo día en que se da la cifra de creación de miles nuevos empleos.
     No se da cuenta el Sr. Sánchez que muchos de estos jubilados (por millones) saben lo que cuesta un peine y van a decidir el resultado de las  próximas elecciones. No han olvidado  quién negó la crisis desde el PSOE,  y quién la va superando desde el PP, pese al cerco que le han puesto los menos espabilados del convento. Cerco -por cierto- que según la sutileza de muchos  socialistas listos, debió convertirse en  una aproximación entre el PSOE y el PP para combatir ambos a dos, en buena compaña y por razones de Estado, tanto la corrupción desde dentro, como la crisis y especialmente el paro yendo juntos de la mano.
     ¡Que distinto sería hoy el panorama político si el PSOE y el PP hubieran ido de acuerdo en este par de asuntos, en vez de andar a mordiscos!
     Malos los que le precedieron  y peor aún el Sr. Sánchez, muy buena persona -es cierto- pero muy verde todavía para llegar a ser un político de altura. Ya está frotándose las manos el relevo que les han montado a los dos partidos mencionados, entre  Ciudadanos y Podemos.
     En política hay que saber escribir derecho con renglones torcidos.
   

miércoles, 2 de diciembre de 2015

EL CICLÓN QUE ARRASÓ A UN PUEBLO

     Durante el período de Gobierno del PSOE que precedió al actual, se desató en España un ciclón económico arrasador que se llevó por delante a miles de empresas. No es cosa de echar la culpa a nadie por tal desgracia, pero es indudable que el Sr. Rodríguez Zapatero, presidente del tal Gobierno, mal asesorado, negó reiteradamente la existencia del ciclón y, en consecuencia, no se molestó en poner remedios para paliar los efectos arrasadores del cataclismo.
      Al producirse el cambio de Gobierno, los recién llegados toparon con una realidad más dura de la esperada y,  conocida la dimensión del desastre, a fin de paliar sus efectos, donde habían prometido rosas tuvieron que colocar espinas; donde existieron edificios tuvieron que retirar escombros. Esta era la realidad de España. Desde la Europa unida, al Gobierno recién constituido, le dijeron: "si ustedes no lo arreglan, tendremos que hacerlo nosotros".
      De cualquier forma, se trataba de reconstruir un pueblo con medios escasos   y sacando los dineros del sufrido ciudadano llevando la cirugía al órgano más sensible al dolor: a su cartera.  Con lo cual todos nos volvimos más pobres en medio de una nación a la deriva.
      Y ¿de quién era la culpa? Los que fueron expulsados del poder, que  no supieron gestionar cuando gobernaban, lo tenían claro: del nuevo Gobierno. Los recién llegados,  también: de la herencia recibida.
      Entonces se alzó la protesta en plena calle y se reprodujo la aparición  del síndrome de "nuevos canes con  los mismos collares" que dedujeron:  la culpa es de los, otros,  de la "casta". Tal fue la aclamación que de allí surgió una "nueva casta", llamada así por su rápida evolución para organizarse como partidos y poner en práctica las mismas habilidades de sus predecesores, aspirantes al  mal llamado control del poder.
     Dentro de poco, el día veinte de este mes, vamos a ver en España hasta donde han calado  la verdad y mentira del ciclón conocido por "la crisis".
     Luego se podrá deducir, también,  hasta donde llega la credulidad de los españoles. Es lo bueno de las elecciones. Lo demás, es la parte más delicada  por fea de toda democracia.
   

martes, 1 de diciembre de 2015

LA CONSTITUCIÓN HERIDA DE MUERTE

     Varios partidos políticos españoles  piden y  prometen luchar por una nueva Constitución con la que reorientar los destinos de España.
      Como viejo experimentado, compruebo  que no cumplimos   los mandatos de la Constitución vigente. Y me pregunto: ¿qué más da una que otra? No es cosa de cambiar los textos legales, sino de educar a la ciudadanía -desde la más alta alcurnia hasta el olvidado mindundi- a respetar las leyes en general, y más las que merecieron la aprobación de las muchedumbres en referéndum.
       "Han pasado muchos años", dirá más de uno. Cierto. Pero cada cuatro años se renueva  el cuerpo legislativo y esa renovación lleva implícita, tanto para electores como elegibles, la conformidad con la ley de leyes, que en más de treinta años solo ha sido objeto de algún pequeño retoque. 
       Bien: ¿Tanto cuesta  -ya que hablan de reforma- saber qué artículos y por qué se quieren reformar?
       Desde un partido se nos dice: "Vamos a suprimir el fuero fiscal del que disfrutan los moradores del País Vasco y Navarra;el Concierto Económico es una injusticia" . "¿Y qué partido es ése?". "El del Sr. Rivera".
       Esa es una obcecación política que demuestra  que el "bla", "bla", de algunos políticos vestidos de seda, sigue siendo algo propio de los  monos que no parar de mostrar  su culo pelado. Si hay injusticia, no es a causa de la Constitución, sino de los que no la aplican. Y de esto se pueden escribir mil historias. 
      El Artículo 2º. constitucional reza: "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones y la solidaridad entre todas ellas".
      Siempre que una singularidad fiscal no lesione la solidaridad, a la que tienen derecho las demás nacionalidades y regiones, y consolide la unidad de la patria común de todos los españoles, ¿qué ventajas ve el Sr. Ribera y otros que les siguen en montar un cirio?
      En España lo que está fallando es la solidaridad entre nacionalidades y regiones, es decir algo que mientras se pueda  medir, también se puede corregir. Cuando algunos catalanes sostienen "España nos roba", el Gobierno debe indagar; debe poner en marcha el equipo de pesquisidores  y probar, de forma indiscutible,  si eso que dicen es verdad o es mentira,  En el primer caso, para rectificar y resarcir a la vïctima de daños y perjuicios;  en el segundo caso para que resplandezca la verdad en bien de todos.
      Lo importante no es la ley; la desgracia viene cuando no se cumple. En ésas estamos. Pero ,los políticos, erre que erre, a lo suyo: a ganar poltronas con la gran promesa del "cambio" que siempre fue un buen señuelo. Pero "no es lo mismo predicar que dar  trigo",  según ya decían nuestros abuelos.