miércoles, 30 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LXV

     LA  POCA Y MALA PREPARACIÓN ESCOLAR.- Está comprobado  que una mayoría de españoles  tienen una baja formación cultural. España ocupa los últimos puestos de la Unión Europea, y de los países de la OCDE, en el nivel  educativo comparado. Si alguien lo duda le remito a INTERNET donde puede consultar el tema. sobre "la educación  de los españoles". No es que vayamos en la cola de un tren donde todos los vagones se mueven a la misma velocidad; estamos ahí, por incapaces de interpretar una lectura de fácil asimilación y de resolver sencillas cuentas aritméticas. Esto no excluye la existencia de minorías bien  formadas, pero proporcionalmente harto reducidas.
     Dado que el sistema electoral español está íntimamente relacionado con el nivel cultural de las multitudes que votan,  no podemos pretender que el cupo de los elegidos alcance el grado de excelencia. Ahora,  a través de unas primarias (una moda como otra cualquiera) la  selección va a  responder a la voluntad de electores multitudinarios.  Es lógico que los elegidos para ser candidatos al ejercicio del poder, ofrezcan dudosos resultados.
     La escuela en España -salvo excepciones-  está en manos  de doctrinarios desde siglos ha; esto explica el atraso de España dentro de Europa, aunque, antes de reconocerlo, salten en protesta, como  ranas,  los que consideren lo contrario.
     Los doctrinarios, cada cual con su catecismo,  son poco amigos de la libertad de enseñanza; por eso -también salvo excepciones- no hay en España escuelas donde los padres puedan elegir enseñanza para sus hijos, pese a ser un Derecho  Humano recogido en la Carta de las Naciones Unidas y reconocido en la Constitución Española. Y si  no hay libertad, termina por desarrollarse la doctrina. Las escuelas,  entre públicas y privadas, se amoldan en mayoría a los criterios políticos o religiosos dominantes en cada momento.
    Como entre las escuelas no hay competencia, no hay estímulo. Y donde no hay estímulo no hay progreso y si no hay progreso prospera el adocenamiento.
    Para que cambie España (incluidas Cataluña, y Vasconia) hay que cambiar la escuela; y para que ésta cambie hay que liberar la enseñanza y abrir paso a la competencia.
    Desaparecerían muchos de los problemas que hoy nos acosan.

martes, 29 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LXIV

       EL SEÑUELO FEDERALISTA DEL SR. SÁNCHEZ.- Advertencia previa: Los separatistas catalanes se ponen como ejemplo a imitar por sus virtudes democráticas, puestas de manifiesto en todo el proceso que siguen para alcanzar la independencia. No es verdad. Lo cierto es que han actuado faltando a la lealtad debida a la Constitución, gracias a la cual desempeñan los cargos que ostentan. Y la deslealtad nunca fue un recurso democrático.
       Contra esta falsedad, en aumento de sus ambiciones separatistas, desde el Poder central nunca dieron a los detractores una respuesta digna y se limitaron a templar gaitas desde los días de la transición,  a veces en busca de alianzas circunstanciales para lo que fuera, pero no para ayudar a los patriotas españoles residentes  en territorio comanche, aunque estuviera dentro de España.
       No podemos conseguir votos si no se gana uno la confianza de los electores. Eso es lo que ha pasado y pasa  en la España de los mil caballos de Troya llenos de separatistas. Y ahora nos sale un federalista, el Sr. Sánchez que,  por lo que dice y promete, se deduce su ignorancia de  la historia más reciente, llenas  de movidas callejeras en las que algunos de su  partido actuaron de cuajaleches y así nos fue.
       El Sr. Sánchez ha descubierto el señuelo federativo, tal y como lo puso en circulación el Sr. Maragall en Cataluña: hacer de cada Comunidad Autónoma un distrito federal, darles más  competencias y más medios financieros (la "pela"  que no falte),  reconocerles no se sabe qué singularidades y tener a quién echarle la culpa si la idea fracasara.
      Pero no es casualidad  que, ni los separatistas vascos, ni los catalanes, no  quieran hablar de federarse: aspiran a pactar, con el Estado Español, sendos acuerdos bilaterales de forma que no dependiendo de la España que ellos van a mutilar, gocen de las ventajas que supone llevarse bien con el vecino.  Algo así como Gibraltar, pero a lo grande,  sin monos en la roca y con derecho a jugar en las ligas españolas y europeas. (Acuerdo bilateral es el que se firma entre dos partes, sin dar ocasión de intervenir a terceros afectados).
      Naturalmente, estamos ante una independencia pactada que se puede vender muy bien. En el fondo, conviene sobre todo a las oligarquías locales, que dominarían las fuentes del poder en la demarcación independizada, algo de lo que ya sucede en las autonomías hoy vigentes en España, pero corregido y aumentado.
      Cuando se dice que no hay otra solución para resolver estos planteamientos separatistas que la del diálogo constructivo, hay que estar de acuerdo e incluso llevar la batuta. Pero el tema lo han de decidir  todos los españoles -incluidos los separatistas-  en cumplimiento de la ley. Usted que quiere:¿La independencia de su territorio autonómico o más Europa?
      Es es la alternativa sobre la que no han informado, ni han puesto sobre el tapete de verdad los políticos unionistas con  los  medios de difusión e intensidad que el caso se merece; es decir,  con la  furia (claro está, democrática) que ponen los separatistas en defender lo suyo.
     ¿Y qué de malo  hay en pedir el respaldo de toda España ofreciendo la igualdad que nos quieren
quitar unos pocos separatistas? ¿Qué de malo hay, como en el caso de la OTAN, una vez trillada la mies, en convocar un referéndum  en toda España,  para saber si queremos seguir o no siendo españoles?
       Eso es hacer política con un par. Lo demás son huevos a la flamenca.

domingo, 27 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LXIII

     AL PP LE LLUEVEN CHUZOS.- Digo, a modo de anticipo, que no me produce placer alguno que al PP se le enreden sus proyectos electorales y le salgan los tiros por la culata. La culpa no es del que no vota;  es del que no convence.
      A título personal, en plena crisis, he sustentado en público y por escrito que un partido como el PP estaba poniendo de relieve que no se podía ir en vanguardia poniendo a la economía en el altar y dejar en segundo plano a la política. "La política es un arte que ha de  anteponerse a  la intendencia". Y  ponía un ejemplo: no se puede conceder una amnistía fiscal a los que  eluden el pago de impuestos y, al mismo tiempo, aumentar la presión tributaria e  introducir recortes sociales en perjuicio de quienes están al día en el cumplimiento de sus deberes con la Hacienda.
     Castigar a quienes han de aguantar marea, es decir, legislar en daño de las clases medias y bajas, es una mala política; pero hacer coincidir el castigo con el premio  a los que menos se lo merecen, es de necios:   primero, por ser injusto y  segundo, porque con el voto de los desfavorecidos no se puede jugar a la taba.
      ¿Qué ha pasado en Cataluña? Sencillamente,  por tener contentos a los nacionalistas, se olvidaron de los suyos, de los catalanes que sienten a España. Durante décadas,  nadie se preocupó, siquiera con medidas prácticas, de los que defendían el castellano en la escuela o rotular en  lengua española su oferta comercial,  mientras los desleales con el sistema se pasaban las leyes por la entrepierna impunemente.
     No vale decir  "aquí estamos para cumplir y hacer cumplir las leyes",  para luego, cuando se incumplen, pasar  la pelota al poder judicial. Eso es negarse de frente a ejercer con política, desde la política, pensada para el bien común.
      Las promesas del PP en Cataluña, han sido de índole económica cuando en esa región  el miedo se ha instalado, entre muchos de los  que quieren a España por otras razones.Y si se ha instalado el miedo, entre esas gentes, es porque no les merece crédito el Gobierno de la Nación que,  día tras día, solo da muestras de debilidad ante los  que esperan, con una cierta  lógica y  coherencia  que se cumplan y se hagan cumplir las leyes, a todos por igual, con lealtad de la buena. Eso es hacer política.
     Solo un golpe de timón, dado con mucha maestría, podría  cambiar el rumbo de la nave, en este caso del PP.
     Reflexionemos: hay otra fuerza esperando el relevo. Puede ser conveniente para todos, so pena de que tal partido caiga en los mismos dislates de los que ostentan el poder.
   

   

sábado, 26 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LXII

     UN CAMBIO EQUIVOCADO.- La posible federación de las CC.AA. fue  sometida
 a la consideración de diputados y senadores,  en la legislatura constituyente de 1977. El resultado fue negativo. El artículo 148 de la vigente Constitución dispone: "En ningún caso se autoriza la federación de las Comunidades Autónomas".
     Cuando desde el PSOE asoman la patita de su proyecto federativo, insisten en afirmar que por encima de todo defienden la igualdad de los españoles ante la ley, sin perjuicio del respeto que se deben a las singularidades de algunos territorios.
     ¿En qué consisten esas singularidades? ¿Y cómo casan con la promesa de no establecer diferencias entre los españoles de distintos territorios? Es un misterio.
     Las reacciones previsibles en las CC.AA. de la mayor parte de España, serían más que sonadas si se vieran privadas de las "singularidades" reconocidas a otros territorios.
     Sería un cambio que acabaría por desmembrar la España de nuestros días; lo cual no supone novedad, porque ya cuando se aprobó esta Constitución,  entre unos y otros para no cumplirla, se anunció por prudentes personajes del momento que la Nación no aguantaría el envite separatista.
     Desde el POSE, en el fondo, se trata ahora de ganar tiempo  y votos,  con la confianza puesta en la tesis gatopardista: "Algo ha de cambiar para que todo siga igual".
     Por supuesto algo ha de cambiar y para ello los primeros en estar convencidos de corazón -no de pacotilla- son quienes ejercen el poder.
     Solo hay un camino: hacer cuentas, denunciar las desigualdades que las hay, dialogar hasta conseguir  un plan de urgencia  con que corregirlas y, cuando   todo vaya por  el camino que debió de ir siempre,  someter un nuevo proyecto consensuado a la aprobación de todos los españoles.
     Antes de las elecciones generales de diciembre,  el PP tendrá que  empezar por dar ejemplo.
     Ellos se la juegan y el relevo  ya está en marcha.

viernes, 25 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LXI

     MÁS GUAPOS, MÁS LISTOS, MÁS RICOS.- Desde muy niño -con nueve o diez años- por ser amigo de unos colegas de  mi edad, veraneantes vizcaínos llegados al pueblo alavés donde nací y vivía, supe lo que era estar sometido al adoctrinamiento político de signo separatista  vasco, ejercido con afanes didácticos por el padre  de familia, que era maestro  en ejercicio en la villa de Bilbao.
    Mi madre, muy moderna, aunque de pueblo - ya montaba en bicicleta por los años veinte del pasado siglo -, me dijo que a muchos vascos y a otros tantos catalanes les  daba vergüenza ser  españoles.
     Como puede verse, durante más de  cien años los separatistas han seguido con la misma matraca - no quieren ser españoles - y nadie les llama inmovilistas. Por muchos remedios que se quieran  aplicar para contener su demanda, ellos, quieren formar un  estado independiente y todo lo demás son ganas de chingar a la marrana.
     Parece mentira que  un PSOE cargado de historia, a quienes los separatistas le  han metido  goles de sobaquillo que han hecho historia (está documentado),  se dedique  a poner  parches de sor Virginia a un problema que no cesa ni a tiros de cañón. (A no ser que sea un cebo que pueda darles votos en las generales).
      Y parece aún más  mentira, que un  PP con la imaginación en la congeladora,   no haya tenido el valor suficiente para convocar un referéndum en toda España que revalidara la política que correspondía aplicar a la actitud chulesca de los separatistas catalanes cuando se pasaban las  leyes bajo pata: cesarlos en  sus funciones públicas, bajo capa del artículo 155 constitucional que demandaba el caso.
     Lo de ser guapos, listos,  ricos poco  importa si todos fuéramos  iguales ante la ley aplicada  en tiempo y forma.  Y no se aplicó. ¿Por qué?
     Muy sencillo. La vida enseña que si no se actúa con ejemplaridad desde el Poder, los llamados a ejercerlo quedan desautorizados. Y tanto desde el PP como desde el PSOE no fueron ejemplares. Nunca estuvieron dispuestos a contener con prontitud y eficacia los desmanes en sus propias filas... ¿Con qué valor iban a poner el dedo en la llaga de los separatistas catalanes?
     Por eso, la Cataluña separatista  anda subida en la cresta de la ola. Lo malo es que, para más escarnio, el error se pagará por el pueblo llano, como pasó siempre.

jueves, 24 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LX

      LOS PESCADORES DE VOTOS.- Comprendo que oponerse a las mayorías, equivale a perder el tiempo. Por eso, los políticos, pescadores de votos, lo primero que aprenden es a explorar las demandas preferentes de los electores y una  vez detectadas, a poner ante su voracidad el señuelo que mejor pueda seducirlas. Así se forman las mayorías.
      Ejemplo: las familias numerosas terminan siendo una carga para sus progenitores. Sin embargo, a los Estados pujantes, puede convenirles socialmente una mayor natalidad con fines diversos, tales como asegurar las pensiones de vejez. El político empieza por ver que la familia con uno o dos hijos es mayoritariamente aceptada por la comunidad de electores (progresistas); tener tres o más hijos  es doctrina de  minorías (tradicionalistas también llamados carcas).
      El político tiene que elegir entre favorecer el aborto preventivo (o  quirúrgico)  con cargo a los fondos públicos y congraciarse con la mayoría, o primar con subvenciones a las familias numerosas, para contentar  a la minoría, también con cargo al presupuesto.  Como puede  uno suponer, los candidatos  "listos" son progresistas. Los otros no tienen  futuro.
     En realidad, las mayorías siguen a los políticos que ofrecen "el pájaro volando", si además se le llama  "progreso", y olvidan  al que promete   "pájaro en mano" por muy buenas que resulten las previsiones de futuro; y con más razón  si, con ironía, a  esta oferta se la califica de "regresiva" por no decir trasnochada.  La política nunca vende realidades prácticas, aun cuando de ellas dependa la "prosperidad" de los pueblos, que es lo que de verdad importa; vende ilusiones.
     Los separatistas catalanes ofrecen un país independiente con nuevas fronteras, moderno, bien formado donde nadie robe,  pese a tener las guaridas del latrocinio cercanas a quienes prometen juego limpio. ¡No importa!, en cosa de pocos años -según ellos-  estarán a la cabeza del Mundo.
    Los "unionistas" españoles, a la defensiva,  dicen que -al contrario- la prosperidad está en la Unión Europea que ya existe sin fronteras,  para borrar diferencias y reducir costos.
   La Cataluña separatista vence, aunque al final pierda su pertenencia a Europa. Y España pierde, aunque se mantenga europea y por último  gane. Los catalanes separatistas han fomentado un sentimiento mayoritario porque lo sienten así: somos  más guapos, más listos, más ricos. ¿Quién no se apunta?
   En realidad a la Península Ibérica y a todos sus pueblos les ha faltado durante siglos   "escuela y despensa" que pedía Joaquín Costa. Pero no dijo en poder de quién deberían estar ambas: si en manos de la "fuerza"  (al estilo totalitario) como ahora pasa, o en las del  "mérito" (al estilo noblemente democrático) como debería de haber pasado.
    Está todo escrito.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LIX

     LA CIUDADANÍA EUROPEA.- Para empezar: no existe tal ciudadanía. Gozamos de ciertos derechos a título personal por estar nacionalizados en alguno de los países miembros, pero de escasa entidad. Por lo tanto, creerse que al dejar de ser español no pierdes los derechos ciudadanos europeos, es una mentira. No se pierde lo que no se tiene.
     El problema es otro: ¿qué pasaría con las personas,  hoy nacionalizadas como españoles si,  en un supuesto, alcanzada la independencia por Cataluña, quisieran mantener la nacionalidad española?
     Entre los separatistas sostienen que conservarían sus derechos y que, por tanto gozarían de lo bueno de España y de lo también bueno de la oferta catalana: es decir una doble nacionalidad muy ventajosa.
     Esto sería  una ilusión al  cuadrado, todo porque los separatistas  hablan de sus derechos, pero no de sus obligaciones. Es natural que, desde España, se les exigiera el cumplimiento de sus deberes como a cualquier español: por ejemplo pagar los impuestos a la Hacienda española. Y puede ser que se legislaran otras nuevas leyes españolas para evitar el fraude de ser catalán a todos los  efectos y español para recoger solo beneficios.
     Además, sería pintoresco que, mayoritariamente, se diera el caso de que los catalanes quisieran seguir siendo españoles. Sería someterse  a un plebiscito diario en el que fueran mayoría los que quieren ser españoles por sentirse bien tratados bajo el pabellón español.  En esas circunstancias, si en el territorio catalán hubiera una mayoría de españoles, por lógica, aquello sería otra vez España.          De cualquier forma, cuando los planteamientos separatistas llegan a defenderse, como si fueran lógicas, con situaciones que conducen al absurdo, es señal de que están confundiendo los valores de la democracia con los de una lata de sardinas.
     Es difícil hacer funcionar un nuevo Estado, pero mas aún si para ello se necesita parasitar al país vecino del que procede. Estaríamos asistiendo a la proyección de una película para idiotas. Los separatistas extrovertidos piensan que los "unitarios" silenciosos son tontos y  mártires. Por eso tienen tales ocurrencias.
   

martes, 22 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LVIII

    UN SOCIALISMO NACIONALISTA.- La generación de los Ilustrados puso las bases de un auténtico cambio que empezó a surtir efecto desde el siglo XVIII. Pueden citarse algunos precedentes pero fueron ellos los que hicieron la ola que allanó montañas.
     Hasta esas fechas los sectores privilegiados fueron, en la Europa más avanzada, la Corona, la Nobleza y la Iglesia. La Revolución Francesa las arrasó. Pero fueron muchos los que defendieron el  Antiguo Régimen y lo hicieron a sangre y fuego. En España contamos varios episodios bélicos que sirvieron para arruinarnos y mantener odios que durarían décadas, por  no decir centurias.
     Los liberales, "los guiris" partidarios del cambio, se enfrentaron a "los carcas" que defendieron la tradición. El gran avance industrial y mercantil de las naciones, -la revolución industrial- tuvo su eco favorable a un nuevo cambio: aparecieron  las doctrinas socialistas enfrentadas al gran capital, beneficiario de un liberalismo sin freno.Los socialismos, trataron de superar las limitaciones fronterizas:  proclamaron su fe en el ámbito internacional.
     Fracasaron en el intento al aparecer y crecer con éxito,  paradójicamente, los socialismos nacionalistas, siguiendo los pasos -aunque ellos lo nieguen- del fascismo y del nazismo, defensores de su respectivo nacional socialismo.
    No se comprende que socialista alguno consciente de su doctrina,  se aproxime a reivindicar derechos de  supuestas pequeñas naciones, cuando su razón de ser es, básicamente, la redención de los trabajadores -no de las naciones- ignominiosamente explotados por el gran capital en todos los países del mundo;  incluso en aquellos donde  reclaman la conversión de un  pequeño territorio  en una Nación Estado.
    Otra paradoja: la creación de  uniones supra nacionales ha sido posible por una concordia entre países, lograda desde las áreas del capitalismo. El socialismo extremo -disfrazado de populismo y en ocasiones el socialismo conservador-, está de vuelta apoyando la dignidad nacional, como pasa en Grecia y se anuncia en España. Aquí, entre nosotros, inclinándose en favor de la autodeterminación nacionalista, como si las regiones fueran colonias.
    ¡Cosas veredes, Sancho...!

       

lunes, 21 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LVII

     EL CAMBIO QUE YA SE ANUNCIA.- Aquel viejito, en la inmediata posguerra, cuando las plantaciones  patateras se vieron invadidas por un escarabajo voraz y se acertó a combatirlo con un compuesto de arseniato, me anunció: "cuando a la humilde  patata  hay que medicarla  para que no muera, algo está cambiando: vamos a pasar hambre".
     Tenía razón: fueron tiempos de por sí duros, dedicados a reparar los daños heredados de la gran tragedia de la guerra. Los españoles, en medio de un silencio impuesto, pero a pesar de todo aceptado, dieron un cambio tal que, contra todo pronóstico, tras mucho sufrir, al cabo de casi cuarenta años, admitieron las bases del diálogo y la actitud moderada para -haciendo de tripas corazón- llegar a entenderse en cuatro cosas básicas. Así llegó la  democracia.
    La transición puso a funcionar  una serie de instituciones, dentro de un equilibrado reparto del poder. Parecía que todo iba bien. Y sin embargo,   se abrió de nuevo  la lucha de clases -argumentos reivindicativos con  dosis añadidas  de revancha vengativa y una fraseología grosera -, todo ello al amparo de  la libertad de expresión. Alguien -posiblemente otro viejo -,  avisó: "¡Volvemos a las andadas! Esto puede terminar otra vez a hostia limpia".
    Empezado el melón del "aquí todo vale", reaparecieron con fuerza los siempre insatisfechos separatistas y,  a la voz de "somos singulares",  negaron  que su ADN originario se  difuminara y ya no fuera el que fue a fuerza de siglos y de darle al manubrio y otros meneos.
    De  este revoltijo, con  el escarabajo devorando a la humilde patata, todo el sacrificio, todo el sufrimiento de varias generaciones de españoles (catalanes incluidos) se nos va  ahora por el sumidero, a sabiendas de que pase lo que pase, esta batalla que se libra, no es gratuita  y hasta puede ser violenta. Las  peleas que empiezan con ambiciones desmedidas y codicias racistas, en beneficio de unos pocos, suelen resolverse por la fuerza y, en la lucha,  siempre salen perdiendo  los débiles.
    ¿Quién viene a manejar el cambio que se anuncia y a quién beneficia? No se sabe, pero no hace falta ser adivino para decir quiénes van a pagar los platos rotos.
   

sábado, 19 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LVI

LA PATRIA NO ES LA FAMILIA.- Sostener esta tesis no tiene por qué parecer un sueño, en un contexto social donde el número de divorcios, separaciones y nulidades consumados en España llega a la cifra de unos 130.000 por año. En punto a disoluciones matrimoniales estamos, porcentualmente, entre los diez primeros países del mundo. Pese a todo, la familia sigue dando más juego que la patria. La patria es una entidad más amplia en la que cada uno coexiste con otros semejantes con los que llega a coincidir en valores puramente circunstanciales: el idioma, algunas costumbres, la gastronomía, las aficiones lúdicas, el deporte espectáculo, los hechos históricos deliberadamente deformados o convertidos en mito, y cosas parecidas; todas de un valor relativo que -no se sabe bien por qué-, han sido deificadas y nos han llevado a mantener -con cargo a los fondos públicos- misioneros que mantengan vivo ese imaginario patriótico. Los llamo valores circunstanciales porque de haber nacido en otro país serían distintos, sin que alterasen nuestras vidas, como sucedería si -por ejemplo- perdiéramos la salud. La patria idolatrada viene a ser para algunos en la actualidad el elemento que les compensa de una pérdida: la fe religiosa, que escondía un afán de justicia (desconocida en este mundo); justicia que sería satisfecha ganándose uno el cielo. Al fracasar la religión, (y con ella la familia tradicional y posiblemente la patria) el cielo ha quedado sustituido por algo que parece tangible: el estado del bienestar, sostenible siempre que se resuelva esta incógnita: ¿quién lo paga? Porque pobres y ricos siempre los hubo;y para que vivan bien los segundos, tiene que pasarlo mal los primeros. Muchos han querido cambiar esta realidad. Lo bueno nunca llegó para todos. Lo único que han conseguido estos apóstoles del estado del bienestar, es que el buen pasar cambie de barrio; basta repasar la historia. <

viernes, 18 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LV


     LOS POLÍTICOS DESPISTADOS.- A los partidos políticos -que son de todos  pero al mismo tiempo no son de nadie- acuden para dirigirlos  nobles discretos varones y dignas  ilustres damas, con el loable fin de ayudar a la gobernación del país en beneficio del pueblo. Pero, al mismo tiempo y como haciéndonos un favor, concurren los mejores descuideros del reino, que no saben o no quieren pelear "por los comunes provechos" ni  dejar a un lado los particulares. Entre ellos han corrompido y desprestigiado a la política. Y esto, ha de acabar -sine qua non-  para que los electores los crean.
     Dicho lo dicho, tal y como nos hacen las ofertas de felicidad  los  distintos partidos, me atrevo a distinguir tres o cuatro tendencias básicas: la extrema derecha (todo por la Patria), la derecha moderada o centro derecha (cuanto menos Gobierno más dinero en el bolsillo de los particulares), la social-democracia (aumento del sector público para crear más trabajo y fomentar el consumo) y la extrema izquierda (que tiende al control de los mercados y a la nacionalización de empresas privadas)
     Entreverados con estos partidos que se afanan por crear  distintos modelos de sociedad, están los separatistas que quieren fundar un nuevo Estado en su territorio, porque  piensan ("lo pequeño es bello") que  vendiendo bien su belleza y calidad,  sus habitantes (instruidos e industriosos, menos de lo que creen)) pueden darse niveles de vida muy altos. (Caso de Suiza). Lo cual está por demostrar.
     Pero han de reconocerse dos realidades: en nuestros días los  únicos (salvo contadas excepciones) que despiertan el entusiasmo de las masas son los separatistas, capaces de movilizar a sus gentes por centenas de millares; el separatismo funciona como una religión, que promete el cielo, y ningún otro partido, ni  los populistas de extrema izquierda, llegan a tanto como logra el fervor separatista.
    Todo el éxito multitudinario separatista empieza en la escuela y continua en la familia. Estamos ante una política del genero sentimental patriótico. Para combatirlo se necesita, del mismo modo contar con escuelas y familias. Y un ideal sentimental, no de la patria tradicional, sino de la Patria  Europa. Lo malo es que los políticos europeistas aparecen  lejanos, no están  a  pie de calle, como sucede con los nacionalistas comarcanos.
    Ya les diré por qué.

jueves, 17 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LIV

     NO SOMOS  IGUALES.- Este aserto se demuestra  cada vez que coincido con mi nieta de cuatro años en un parque infantil, que tanto le gusta  porque esta lleno de columpios, toboganes y trebejos. Ella sube, baja, prueba  su agilidad y disfruta ajena a cuanto la rodea. Yo me siento en un banco para disimular mi artrosis y me conformo con poder aún caminar apoyado en mi bastón. Evidente: no somos iguales.
     De forma parecida, los catalanes separatistas -aunque por otras razones- se miran y nos miran y concluyen: no somos  iguales, como no  lo son la niña y el abuelo, ni falta que les hace. Ellos tienen sus singularidades y nosotros las nuestras,  que nos les gustan.
     Aquí, en el parque infantil, y allí en Cataluña, lo que se discute y preocupa es quien va a ejercer de amo,  quién va a mandar y a quién va a beneficiar el ejercicio  del poder, sin olvidar que el anciano ha de cuidar a la niña.
      Para consolar a quienes pierden poder nos hemos inventado lo de ser  iguales ante la ley. Tampoco es verdad. Es un ficción, un trampantojo. El caso merece una divagación aparte.
      Hay diferencias que nunca se arreglan, ni siquiera por las democracias. En la  antigua Grecia, cuna de todo rastro democrático, resulta que tenían esclavos. Seguramente, vivían en peores condiciones que los amos. Y gran número de aquellos demócratas griegos, consideraban que la esclavitud era justa, buena y deseable. Esperemos que los separatistas catalanes no lleguen tan lejos pero, en el fondo no se sienten iguales a los españoles, por más que nos quieran hacer ver lo contrario.
     Los separatistas catalanes - aunque ellos no lo digan, hemos de tener el valor de reconocerlo -, son singulares (y  superiores) claro está. Afortunadamente,  esta singularidad y este virtuosismo se contagian,  hasta el punto de que muchos españoles, -junto a  sus  hijos, nietos y demás familia-, a fuerza de pasar muchos años  inmersos en un clima separatista, asumen la doctrina de la superioridad con derecho a reconocimientos singulares, pese a su españolidad,  y se hacen así separatistas..
     Luego está el idioma de Castilla. Como  también es sabido entre separatistas, es un idioma vulgar hablado por tantos mortales que,  al fin, no nos singulariza, sino que nos vulgariza. Eso sí, es uno de los mejores instrumentos para entenderse con quinientos millones de personas sin necesidad de intérpretes. Como puede comprobarse  un idioma regalo, aunque vulgar, que muchos que lo hablan no se lo merecen.
       Dicen por  Castilla que "entre probaduras y probaduras se le fue el virgo a la Juana". Si por uno fuera, merecería la pena dejar a los catalanes separatistas  con su  independencia en régimen de prueba, aún cuando las virguerías hayan dejado de ser una virtud.


miércoles, 16 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LIII

     LAS MAFIAS RESPETABLES.- La tendencia de los seres humanos a ejercer el poder está muy sofisticada y suele legitimarse de mil maneras. A un grupo organizado que trata de defender sus intereses esquivando la ley, también se le llama "mafia". Hay muchas mafias legitimadas. Demasiadas y algunas muy potentes. Los paraísos fiscales están llenos de mafiosos. El medio ambiente donde se desarrolla la política, también les facilita su existencia.
     La plebe, clase social más baja, está dotada de un olfato especial para detectar la presencia de las mafias y consciente de su debilidad, suele estar callada y sumisa hasta que un  día, harta de mangantes, estalla. Para que se produzca el estallido solo hace falta que alguien desde una prístina honradez esté dispuesto a dar la cara y a cantarles  las cuarenta a los vivales mafiosos.
     Algo de eso está pasando en España. Lo malo es que visto el éxito de la protesta son ya muchos -demasiados- los que han cambiado de bando para seguir siendo los mismos con distintos collares.
     Parece ser que al amparo de algunos grupos políticos  -lo digo con todas las reservas y máximo respeto a los que se den por aludidos, queriendo que se me interprete bien y sin ánimo de causar víctimas-  hay gato encerrado. Se demuestra  en la insistente tenacidad de algunos miembros asociados a un movimiento separatista, para  encubrir presuntas actividades mafiosas  en defensa de sus personales intereses.
     Habiéndose publicado estas irregularidades que todos condenan, pasa el tiempo, se diluyen las responsabilidades penales y  políticas en favor del principal y presunto autor de tan comprometido acto mafioso y de todos sus colaboradores;  todo sigue igual
     ¡Estamos buenos!

martes, 15 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LII



      UN ATRASO CONSENTIDO.- El General Espartero, el 18 de mayo de 1837, emitió una proclama dirigida a sus adversarios de las ya conocidas como “las Provincias”  y, entre otras cosas, advertía: “Vascongados, estos mismos que no se cansan de engañaros, os dicen que peleáis en defensa de vuestros fueros; pero no los creáis. Como General en Jefe del Ejército de la Reina y en nombre de su Gobierno, os aseguro que estos fueros que habéis temido perder, os serán conservados, y que jamás se ha pensado en despojaros de ellos”.
     No fue tarea sencilla; se deseaba terminar con la guerra civil y, con  altibajos, se venía gestando el que luego se llamó “Convenio de Vergara” firmado en 1839 que reza en su artículo 1º. : “El Capitán General Don Baldomero Espartero recomendará con interés al Gobierno el cumplimiento de su oferta de comprometerse formalmente a proponer a las Cortes la concesión o modificación de los Fueros”.
La posterior ley de 25 de octubre de 1839 en su artículo primero, proclama: “Se confirman los Fueros de las Provincias Vascongadas y Navarra, sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía”.
Henos ahí ante el primer intento de conciliar la persistencia de los Fueros, sin chirriar, dentro de un sistema constitucional.
     Desde el Poder Central quisieron dar a entender que era posible la coexistencia de la Constitución y de los Fueros y como expresión de su buena voluntad en el artículo segundo de esta Ley se dispuso: “El Gobierno, tan pronto como la oportunidad lo permita y oyendo antes a las Provincias Vascongadas y a Navarra, propondrá  a las Cortes la modificación indispensable que en los mencionados Fueros reclamen el interés de las mismas conciliado con el general de la Nación y la Constitución de la Monarquía, resolviendo entre tanto y provisionalmente y en la forma y sentido expresados las dudas y dificultades que puedan ofrecerse, dando de ello cuenta a las Cortes”.
      En las Vascongadas surgió una protesta fuerista que fue evolucionando hacia el Carlismo, porque  Carlos V de Borbón se enfrentó, por una cuestión dinástica con los seguidores de su sobrina Isabel II. En busca de adeptos, prometió Carlos  la reintegración foral y  de otras tradiciones; tuvo muchos seguidores llamados carlistas. Isabel abrió las puertas a los defensores de la monarquía  constitucional y con ella a un nuevo régimen inspirado en la libertad, la igualdad y la fraternidad y en la supresión de antiguos privilegios; tuvo seguidores llamados isabelinos. Y se liaron a guerrear los unos contra los otros en perjuicio de los españoles que seguían atrasados con respecto al resto de Europa.
      Uno de los efectos de aquella lucha, la supresión de las aduanas interiores supuso el gran paso para que el País Vasco -especialmente  Vizcaya-  pusiera su nivel de vida a la cabeza de toda España
En cuanto a Cataluña las desavenencias datan de la llegada del primer Borbón  que suprimió sus especialidades privativas, con motivo de la guerra de Sucesión en la que Felipe V salió victorioso. Y Cataluña prosperó como no lo hizo nunca, con el esfuerzo de los catalanes, cierto, pero en un mercado, el español,  gracias a una política arancelaria central en favor de la industriosa Cataluña.
       Así de viejo es el pleito y aún remueve conciencias cuando estamos invadidos por los problemas derivados de la globalización de pueblos y naciones; cuando de otros países llegan a Europa, en manifestaciones de dolor y sufrimientos,  centenas de millares de hombres, mujeres y niños de otras latitudes y regiones huyendo de la muerte. Este es el gran problema  ante el que han de estar unidos todos los europeos. Muy al contrario, nosotros seguimos con la matraca de los fueros hoy traducidos en separatismos retrógrados tendentes a la desunión, además traumática.
       En España, como es costumbre enfrascados en ideales con  dos o más  siglos de retraso.

lunes, 14 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LI

     LAS MULTITUDES Y  LA POLÍTICA.- Es indudable que un gran movimiento de masas actúa electoralmente en favor de quienes suscitan la  movilización. Y, además, las multitudes contagian su entusiasmo a muchos indecisos y atemorizan a las bases de quienes mantienen ideas políticas distintas a las muchedumbres que se manifiestan en público.
     En el fondo,  las manifestaciones multitudinarias,  de signo político, están orientadas a dar celeridad a un proceso de cambio, pasando por encima de los inconvenientes o desgracias que pueden derivar del mismo.
     Entre los recuerdos de mi infancia entreveo, en fotografías publicadas en diarios y revistas de la época,  las muchedumbres que festejaron en las grandes ciudades la llegada de la II República. Poco más tarde, divulgadas por el cine sonoro, se conocieron las manifestaciones multitudinarias de los alemanes en loor de Hitler; fueron apoteósicas.  Otro tanto pasaba en la Italia de Mussolini. Luego llegaron las concentraciones callejeras franquistas. Y las celebraciones de la victoria aliada... ¿Y qué?
     Los cambios no  llegaron  gracias a la opinión de la calle. Vinieron por las decisiones de unas minorías influyentes cuyas opiniones no coincidieron,  precisamente,  con  las de quienes lucieron sus entusiasmos callejeros pródigos en banderas, himnos, lemas y otros signos externos con los que animar la procesión.
     La pregunta es ésta: ¿Qué minoría maneja los hilos de la jarana callejera en Cataluña? ¿Y a qué minoría no le conviene? Esto no impide el triunfo inmediato de los unos, pero indica por donde irá al final el cambio.
     La UE es  mucha Europa y la secesión catalana no  favorece a esas minorías que las forjaron;   porque la movilización proyectada al exterior obedece y coincide con ideas que fueron amortizadas tras la II Guerra Mundial y parten de una minoría muy corrompida.
     El paso del tiempo nos lo dirá.

sábado, 12 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA L

         RACIOCINIO O SENTIMENTALISMO. - Hace unos días un niño fugitivo, muerto a la vera del mar en una playa griega, conmovió al  mundo. En otro plano, ayer, el Ministro de Hacienda español, en un rueda de prensa convocada para explicar el  optimista  futuro económico de España,  dejó fría a la concurrencia.
         Saco a colación estas noticias,  por algo elemental: el ser humano se deja llevar y se rinde convencido antes por las  emociones que por las razones.
         Los nacionalistas no suelen  hacer uso de la racionalidad argumental para garantizar días de vino  y rosas a  sus paisanos. Ayer se demostró en Barcelona. Sacan a relucir motivos emocionales. Y aunque en los pueblos, como en las familias,  la prosperidad va casi siempre unida al talento, al grado de formación y a la capacidad de dedicación y trabajo de sus miembros (la racionalidad por delante), en igualdad de condiciones, la lógica  emotiva da mejores resultados: "España nos roba" -dicen los catalanes separatistas. Se induce que de no ser así Cataluña quedaría convertida en un paraíso. Pura tesis emocional.
        Aunque a la dialéctica racional se le otorguen sus méritos, siempre resultará vencida hasta la llegada de generaciones experimentadas en la interpretación  de lo  razonable. Hasta ese momento es más fácil no pararse a pensar y dejarse llevar  por los buenos sentimientos: vencerán siempre los líderes sentimentalistas cuando se dirijan a pueblos que de buena  fe asuman argumentos emotivos,   porque es mas fácil guiarse por el corazón que por el cerebro.
         Al contrario de esto que digo, el Ministro de Hacienda  mostraba ayer, en una rueda de prensa, su verdad económica en gráficos. La materia a explicar no despertaba  emociones. Un tema conceptual no es periodístico. El auditorio  estuvo atento pero silencioso. A mí, espectador a distancia, no me pareció que los presentes salieran del cónclave convencidos. A la cosa le faltó emoción. Es cierto: hay quien no sabe comunicar.Pero es muy difícil convencer con ideas cuando no sintonizan el discente y el docente.
         Le escuché atentamente al Ministro Sr. Montoro y me dejó frío. Acto seguido le leo al ingeniero industrial  Leopoldo Abadía uno de sus escritos socio-económicos y me emociona.
         Menos bien, me digo, que éste monumento de hombre no se presenta como candidato en las próximas elecciones, porque barrería.
        

viernes, 11 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XLIX

      EL PRESTIGIO DE LOS POLÍTICOS.- El prestigio de las personas se traslada, para bien o para mal, a todas las instituciones o entidades que se ponen bajo su responsabilidad.
      Por otra parte es indudable que si en  un partido político se toleran -por acción u omisión- ciertas licencias a sus directivos -licencias que van en merma de sus valores morales -, se genera una  pérdida de prestigio que, quiérase o no,  se transmite a todo lo que tocan  o manejan esos personajes.
      A los políticos separatistas catalanes les ha hecho más daño la corrupción de sus líderes, que toda la dialéctica manejada por los detractores  de sus doctrinas soberanistas.
      Pero, pese a todo, los tales catalanistas  partidarios de la secesión -contra viento y marea y pasándose el espíritu de  las leyes por el forro-, bajo la capa de unas elecciones autonómicas, han montado un referéndum independentista con transcendencia internacional. ¡Un éxito para ellos por el eco que despierta
      ¿Y quién ha colaborado  para que esta convocatoria goce de tan buena salud?
       Yo creo que en cualquier país democrático donde se tomen en serio los fraudes de ley, esta  monserga se habría acabado con la simple y sencilla destitución de los protagonistas del desaguisado,  para lo cual hay argumentos y leyes de sobra.
        Pues no: aquí -entre nosotros- no solamente  damos facilidades a los políticos subversivos para que hagan de la capa un sayo, sino que colaboramos para que unas elecciones autonómicas se conviertan en una cita electoral plebiscitaria: les hacemos el juego, como si fueran  verdad.
        En resumen: los robaperas separatistas están manejando  los destinos de una gran nación y los más afectados, los españoles, desde su propio Gobierno, facilitándoles la tarea.  
        La pérdida de prestigio de todos los gobiernos de España, sobre todo en el País Vasco y en Cataluña,  empieza cuando el artículo 155 constitucional, quedó convertido en un  trampantojo: en una ilusión con la que se engaña  a alguien haciéndole ver lo que no es. (Así define al trampantojo el diccionario de la RAE).
       ¿Por qué sucede ésto? Por varias causas, algunas muy estudiadas, que en el fondo sirvieron de desprestigio para las personalidades políticas del Gobierno Central y, por contagio, del propio Gobierno y de los partidos que los sustentaron. Pero sobre todo sucede por miedo. ¿Miedo a quién? A unos fantasmas.
     Esta es una, entre otras varias, de las causas que han llevado el voto al bando de los separatistas en una lenta pero irreversible pérdida de prestigio de los partidos de ámbito nacional.
     Tendremos ocasión de volver sobre el tema.

jueves, 10 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XLVIII

      LA CASA DE TÓCAME ROQUE.- No se puede pasar desde un país fuertemente centralizado, como  estaba  España antes de implantar el sistema actual, ahora  autonómico, sin haber organizado y regulado en jerarquías justas y equitativas, las competencias  de los distintos poderes: el central, el  autonómico y el municipal, por lo menos.
      Hoy, tal y como está regulado el régimen competencial, asombra saber que  un ayuntamiento decreta, por ejemplo, la creación  de un nuevo impuesto, para lo que carece de competencias, o  decide la remuneración del alcalde y otros jerarcas con sueldos superiores a los que la ley otorga al Jefe del Gobierno. ¡Y no pasa nada!
      Cuando recuerdo los episodios de la desgraciada guerra civil española,  veo a pocos historiadores reflexionar sobre aquella España de los años treinta que, entre todos, habíamos convertido en la "casa de tócame Roque", casa que existió, por cierto, con unos ochenta vecinos donde todos mandaban y   ninguno obedecía.
      ¿Quién ganó una guerra que en realidad la perdimos todos? La ganó quien  antes jerarquizó el
poder. Es un tema  para meditar, pero si llegan a ganar los que perdieron, la República del proletariado, habría sido por haberse jerarquizado a tiempo,  cosa que no hicieron. Y, adviértase: ese triunfo de un poder jerarquizado sin control (el poder convertido en "mando") habría dado pie tras la victoria, a otra dictadura, esta de signo marxista.
      La jerarquía ha de estar reglada  democráticamente.  Para eso se aprobó la Constitución que algunos  jerarcas autonómicos se la pasan por el forro de sus caprichos. Y cuando esto sucede una y otra vez -diga el ministro del ramo lo que quiera- un clamor popular suele pedir la intervención de la  jerarquía mejor organizada,  que viene a ser el ejército. ¿Para qué? Para volver a empezar de nuevo.
      ¡Ya es triste!




miércoles, 9 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XLVII

     LA ESPAÑA CONFUSA Y CONFÍADA.- Los partidos políticos de ámbito estatal, supra autonómicos, creyeron de buena fe, cuando aprobaron la Constitución y poco tiempo después, que con el Estatuto del País Vasco habían puesto el punto final de un conflicto que para esas fechas había costado ya mucha sangre.
     Bien: tan pronto terminó la negociación los mas veteranos del PNV (no hablo  de nacionalistas vascos radicales) se sintieron defraudados, sin duda porque recordaban la autonomía-independencia, con la que funcionaron de hecho con el Estatuto de 1936 durante la guerra civil. Pero fue tan fructífera la  negociación,  tal el avance en materia competencial autonómica logrado con la llegada de los demócratas y tales las posibilidades de futuro que, tan pronto acabaron las sesiones negociadoras, se atrevieron estos nacionalistas moderados a pronosticar: estamos en la estación de partida; somos conscientes de que hemos de ganar la estación término. Habrá que trabajar sin  perder la fe. Queremos la independencia para Euskadi
      ¿En que consistía ese trabajo? En ganar de hecho (aunque no se les reconociera el derecho) el manejo de posiciones competenciales que fueran necesarias para que funcionara Euskadi como nación independiente: por ejemplo la enseñanza, desde los parvularios hasta el doctorado de alta escuela, que está en manos nacionalistas. Otro ejemplo: el sector económico financiero, altamente influido por dominio nacionalista  desde el poder ejecutivo regional. Aún más: la, presión propagandística; desde las hojas parroquiales   hasta la red regional de la TV y gran parte del entramado propagandístico.  Todo está bajo el control de unas estructuras que funcionan como lo harían si Euskadi fuera casi independiente. Les estorba el casi. Un paso más y Euskadi se desgaja de hecho del resto de España con la naturalidad de que se pone bajo una ducha para empezar el día como nuevo.
      ¡Usted exagera! dirá más de uno. No. Lo que sucede, claro está, es que ni socialistas  ni populares  se han querido enterar de ello, han tragado ruedas de molino y han disimulado la digestión a medida que se han acostumbrado  a perder votos y a dejar de ejercer el poder.
      De España quedan aquí, en el País Vasco, pocas cosas: tal vez el Ejército (al se le da por desaparecido, y hace bien),  tal vez un puñado de valientes que aún no ha perdido la esperanza y que ya solo promueven una paradójica  indiferencia; y tal vez media docena de banderas españolas ondeando en media docena de edificios, que más bien parecen oficinas consulares en un país extraño
      Comprendo que la visión no es optimista; pero es una realidad, por otra parte lógica: lo sucedido estaba cantado. Entre tanto, los nacionalistas se lo han trabajado bien y tienen todas las estructuras -o casi todas- para funcionar  como si fueran independientes.
      Y voy más lejos. Pienso que a  los nacionalistas vascos no les preocupa Europa. Algún vasco habrá pensado que Euskadi no necesita ingresar en la UE, puesto que tiene la dimensión ideal para funcionar como un paraíso fiscal.
      Uno llega a creer que los  pensadores políticos españoles  están,  a estas alturas, parados en los años de la transición, hablando de federalismo y otras virguerías parecidas. ¡Que no se enteran!

martes, 8 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XLVI

     LIBERTAD DE EXPRESIÓN CONDICIONADA. - Ellos pueden decir "España nos roba", porque nunca pasada nada. Sostienen que, los despectivamente llamados "unionistas", van subidos en el carro, tocando la flauta en el mejor de los casos,  mientras los catalanes separatistas enganchados al tiro,  no tienen un momento libre para tomar aire antes de subir la cuesta. ¡Y nunca pasa nada!
     Pero si usted  persona normal, que discurre por su cuenta y  sostiene: "Aquí, en Cataluña, los ladrones unidos en camada, son de casa, coinciden con los honestos en el ascensor  y muchas veces, tienen nombre y dos apellidos insignes  y gozan de mando en plaza", ¡no sabe lo que ha hecho! Para empezar, su crítica sirve para que aumente el número de votantes  que quieren la, independencia. Así que ¡chitón! y hágase el tonto si no quiere que le de un disgusto.
     A esto lo llaman libertad de expresión condicionada. Es  lástima que un país antiguo y noble como Cataluña,  esté parasitado por una plaga de personajes que llevan bajo la capa democrática la navaja cabritera. No sólo están creando el silencio de los corderos,  sino haciendo víctimas -las que menos culpa tienen- que si se  sueltan un día el pelo pueden ser causa de muchos disgustos.
     Todo tiene un límite, hasta la paciencia de un pueblo, más sufrido que otra cosa,  que harto de aguantar siempre a los mismos  -totalitarios en el fondo con casacas democráticas- no quieren ver que las muchedumbres también se hartan.
     Si yo fuera político estaría ya advertido de que el Mundo pide un cambio y  no para volver al siglo XIX.

lunes, 7 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XLV

     LA CONFUSA OFERTA SOCIALISTA.- Desde los primeros años de la democracia la oferta política en España respondía a criterios claros y bien diferenciados.
     Según el modelo de sociedad  unos partidos eran liberales  o social demócratas, ambos moderados, en tanto otros se inclinaban por la izquierda o la derecha  más radicalizadas con ideas minoritariamente aceptadas por los electores.
     Según el modelo de Estado, se constituyó la España democrática como una monarquía constitucional autonomista, pero siempre existieron partidos con encastes  republicanos, de una parte, e independentistas de otra: sostenían, estos últimos, que España era una nación de naciones y  para ser justos era necesario modificar la Constitución para adaptarla a  esta realidad.
     Así hemos llegado a tener en nuestros días partidos políticos conservadores, social.demócratas y populistas y, además,  unitarios, federalistas o  secesionistas. Todo ello sobrenadando en un magma que sirve de soporte a las más pintorescas ideas.
.    Procede  llamar la atención  sobre el entreverado modo de opinar de los  que ansían un cambio del modelo de sociedad  ligado a  sus afanes secesionistas que implican, a su vez  un cambio del modelo de Estado.. Por eso hay partidos nacionalistas regionales enfrentados a otros de ámbito estatal de su misma cuerda; y extrañas alianzas entre derechas e izquierdas, dentro de las demarcaciones donde han arraigado las tesis separatistas.
     En estas circunstancias un político bisoño, el socialista Pedro Sánchez, se manifiesta y pregona una solución mágica: un federalismo igualitario que reconozca la singularidades de Cataluña.  Es decir, todos iguales pero afirmando y sosteniendo aquello que nos distingue y separa. Algo así como la cuadratura del, círculo. Porque lo que es bueno para Cataluña, no hay por  qué negárselo a los demás.
     Pero ¿qué singularidades hay que reconocer y recuperar para Cataluña? ¿Y por qué no reconocer las singularidades propias de Andalucía, de Asturias, de Castilla-León y de todos los demás territorios autonómicos, para cultivarlas, dedicarles especial atención y el dinero que, como siempre, lo aporta el sufrido contribuyente?        
     Podría  decirse, en punto a singularidades, que la propuesta del Sr, Sánchez para Cataluña es retardatoria (solución a largo plazo por el efecto llamada; nadie quiere tener menos que un catalán)  y a la vez ingenua, enfermiza e infantil por partir de un error que despertaría la reivindicación de un conjunto de derechos y la aparición de problemas tendentes a disolver la unión de siglos, que es lo que se supone busca el secesionismo catalán.
     Y lo peor del caso es que el Sr.Sánchez, con un desparpajo  circense, toma  a los españoles por niños a los que se puede engatusar, sabiendo (como es  obligado saber  por todo el que se dedique a la política) que si toca una tecla  hará que suenen todas las del piano.
     ¡Qué más quieren los secesionistas  de cualquier índole!
 


sábado, 5 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XLIV

     LA PESCA DEL VOTO.- Estamos en período pre electoral y los partidos políticos andan eligiendo cebos para la pesca del voto. Pesca lícita y encomiable si se respeta  un doble requisito: Cumplir los dictados de la ley y, por tanto, no incurrir en la oferta de promesas ilegales.
     Es posible que, observando estas normas, existan tratados sobre cómo ganar adeptos y captar votos, pero mucho me temo que entre los políticos hay  muy pocos aficionados a la lectura o muchos superdotados en suficiencia.
     Personalmente me ha tocado vivir cerca de la política y he observado que los aspirantes a un cargo electivo, rara vez se juegan su  dinero en la aventura electoral y, por tanto, si pierden, ¡mala suerte!, otra vez será. Cosa muy distinta sería si estuvieran obligados a rendir  cuentas y a responder de las pérdidas, como sucede en cualquier empresa creada con  fines comerciales.
     En España es habitual que los participantes en  las elecciones no valoren en euros contantes y sonantes el coste del cargo al que aspiran. Como consecuencia, los triunfadores consideran, en su mayor parte, que han recibido un regalo y que el desempeño de su función puede hasta ser  decorativa.¡No pasa nada! Con reunirse en cuatro comilonas y viajar en plan turista y por cuenta ajena, creen haber cumplido  y ahí se acabó todo.
    Partimos de un error: casi nadie  lo piensa,  pero un partido político es una organización creada con el fin de alcanzar poder para cumplir un programa ideado en beneficio de la colectividad.
   Un partido político es, al fin, una empresa creada para ganar adeptos y sumar votos. Todos los que participan en las actividades de un partido, han de saber y creer que su objetivo  final es cumplir con un programa, pero su empeño inmediato es el de pescar votos, con un añadido: mantener muy elevada su dignidad y su prestigio.
    A partir de esta realidad tangible para todos los que estén comprometidos con hacer prosperar  la empresa política, no caben bromas. En estos casos, el   que no cumple, sobra. Y un hecho a tener en cuenta, todo el que no colabora a la ganancia de votos, no sirve y por tanto es material de desecho.Otra  nota a no olvidar: todo gasto  que no sirva para captar votos, es dilapidación.   Hay que mirar las cuentas con lupa. Al  dilapidar, crecen los corruptos.
    Todo ello sin salirse del marco legal vigente.

viernes, 4 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XLIII

      MAS VALE PREVENIR.-  Llevo unos días desorientado ante el complejo y enrarecido panorama de la huida. Son millones de personas en  desbandada  por  miedo a sus políticos. Una gran mayoría vienen hacia Alemania. Esta inesperada invasión ha hecho saltar la señal de alarma. Europa y sus gobiernos, no están listos para acoger tan abultado número de personas a las que dar cobijo, alimentos y empleo. Abierto el camino, el efecto llamada es inmediato. Esto puede ser catastrófico -dicen algunos-; pero no se pueden negar auxilios a persona alguna en trance de muerte. Alguien se pregunta: ¿y esto, quién lo  paga?
      Sucede, en casos como éste,   algo parecido a lo que ocurre con los incendios forestales en España: sólo nos acordamos de ellos al llegar los grandes calores. Entonces, cuando todo se quema, se valoran las pérdidas a las que añadir el coste de los aviones apaga fuegos, el servicio de bomberos y elementos auxiliares. Gastos más elevados que los de unas buenas  medidas de previsión, como tener los bosques vigilados,  limpios de maleza y con espacios corta fuegos.  Pero no aprendemos.
   El fenómeno de las persecuciones masivas lo veía venir cualquiera de los que siguen el curso del ventarrón islámico, ya anunciado tiempos atrás por observadores atentos al fenómeno.
   Al terminar la II Guerra Mundial y contabilizar los efectos de tanta barbarie, se crearon organismos internacionales capaces -se decía-  de evitar que algo semejante llegara a fraguarse de nuevo. Ahí estamos. La guerra toma otro sesgo pero existe, tan cruel como todas las guerras. Como ya pasó, la pagan los más inocentes.
   La llamada, en esta ocasión, está sonando en la Europa unida. Y nos pilla desprevenidos. sin una política exterior común, sin planes de absorción del fenómeno migratorio, sin proyectos de futuro propios de un gobierno europeo bien estructurado.
   Como los incendios inevitables, nos han  pillado los acontecimientos desprevenidos. Es el pecado europeo. Para este caso no tenemos ni bomberos.

jueves, 3 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XLII

     EL NIÑO MUERTO EN LA PLAYA.- Es importante el recuerdo de una familia que hace más de dos mil años, huía de la persecución de un tirano y no encontraba cobijo donde pasar la noche. Es importante el recuerdo, para tomarnos un tiempo dedicado a la reflexión, a la vista del niño de tres años encontrado muerto en una playa griega cuando huía, por motivos parecidos,de su hogar,después de veinte siglos luchando por la paz, la tolerancia y la justicia.
     La civilización cristiana nació en el pesebre de un humilde establo y  mirada la historia recorrida entre los que se solidarizaron  con el niño llegado al Mundo en un marco de pobreza y los que ahora lo hacen ante un caso de violencia hegemónica, vemos lo poco que hemos avanzado en el cultivo del amor al prójimo. Hemos pasado del niño nacido en la pobreza, al niño muerto en la tristeza violenta.
    Lo fácil ahora es clamar contra la injusticia, marcarse propósitos de enmienda, pedir a los demás actos de solidaridad cristiana, darse golpes de pecho para irse luego a tomarse un pincho con la conciencia tranquila.
   Mucho ha de cambiar el mundo, sobre todo el que está en manos de las llamadas -no sé por qué- naciones civilizadas con mando en organismos creados para ordenar y resolver los conflictos mundiales.
   El espectáculo de nuestros días no puede ser más deplorable.
 

 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XLI

     EL EJERCICIO DE LA AUTORIDAD.- Ya Platón trató en "La República" de las cuatro  virtudes cardinales: justicia, prudencia, fortaleza y templanza. También se estudiaban en el catecismo cristiano después de reconocer las virtudes teologales.
     No es fácil obrar con justicia; tampoco lo es el ejercicio de la prudencia. Estas dos virtudes  son poca cosa si su valedor carece de fortaleza y templanza.
    Al PP le ha caído repetidamente la suerte  -buena o mala, según se mire- de jugarse las elecciones generales a una carta: en este caso, en nuestros días, la pretendida secesión de Cataluña -problema que  ha ido creciendo como los enanos del cuento de un desgraciado circo-, va a ser decisiva en el resultado electoral que se anuncia para diciembre.
    En este caso  los enanos "in crescendo" son los secesionistas catalanes que, tal y como actúan,  o se les deja que actúen, van a ser capaces de ganar la partida a beneficio de cualquiera menos del sufrido contribuyente  español.
    Tantas veces han incumplido las leyes los líderes del secesionismo catalán y tantas veces se les ha repetido que las gentes del Gobierno están obligados a cumplir y hacer cumplir las leyes que,visto lo visto, los electores -como todo siga igual - se desaniman y bien no votan o entregan su voto al que consideran más fuerte, capaz y decidido al margen del partido en el Gobierno.Lo peor que puede suceder es que los competidores del PP demuestren que éste viene  quedando a la altura del barro por no haber ejercido la justicia con templanza y por no haber actuado con fortaleza con la debida prudencia.
     Es lógico que un Gobierno trate de mantener vigente, con las leyes que fueran necesarias, la soberanía del pueblo español en todo el territorio nacional, puesto que tiene competencias a tal fin. Solo falta ajustarse al dictado de las virtudes cardinales.

martes, 1 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XL

       ¿QUIÉN, DE VERDAD, DA TRABAJO?.- Vamos con un ejemplo sencillo, que se pueda extrapolar a distintos países con distinto  nivel de vida. Se trata de colocar a una persona para  que  cuide a otra imposibilitada a causa de su edad.
        En un pueblo  pobre, tercermundista, no existe ese puesto de trabajo. La pobreza impide a los particulares pagarse ese servicio  y el sector público tampoco suele tener medios para dar esas prestaciones.
        En una nación a medio camino, pueden permitirse, parcialmente, atender estas demandas desde el sector público,  bien otorgando ayudas para que los particulares asuman el pago de estas prestaciones o mediante el servicio oficial propio, con personal a su cargo . Para eso la nación necesita consignar las partidas de gasto correspondiente en los Presupuestos públicos y, claro está, contar con una sociedad pudiente que pueda soportar esa carga. Si no hay fondos no hay empleos, salvo que sean precarios y de corta duración.
       En un tercer caso, el de un país rico porque los son sus habitantes, estos trabajos se contratan directamente  por los interesados o su familias. Los elegidos para estas tareas las aceptan porque no tienen donde elegir; por lo general suelen ser emigrantes.
       Nosotros, los españoles, estamos en el segundo caso de los tres casos citados: una nación a medio camino, con muchas cargas que atender, constituida por una sociedad poco propensa al ahorro,  de escasa y escaldada iniciativa privada, con una deuda  alta en fase creciente, donde la corrupción funciona como elemento disuasorio de  toda iniciativa honestamente concebida.
      En estas condiciones, las de  España, los  que discurren  se fían poco de las promesas políticas, por la cuenta que tiene. Cuando les hablan de cambio, salta para ellos la señal de alerta. Para que algo pueda cambiar, han de hacerlo antes las personas aspirantes al ejercicio  del poder, cosa que no es fácil de conseguir. Pero, ¿no se han dado cuenta? . ¡Vienen , otros, los nuevos con grandes promesas!       Sí, ciertamente: grandes promesas pero pobres realidades. Ya lo estamos viendo. Por lo que se aprecia, apuntan maneras: las mismas con distintos collares.
      Como siempre: votarán al menos malo. Pero no será  fácil crear trabajo que no sea precario, gane quien  gane las próximas elecciones.