sábado, 28 de febrero de 2015

LA INDIGNADA GREY ESTUDIANTIL.

    Puesto que no  estoy, en punto a salud,  mal del todo  y debido a que, en mi larga vida,  me han obligado en demasía a comulgar con  ruedas de molino,  me da por  decir lo que pienso sin conmiseración y tirando a degüello, eso sí, sin faltar a las personas, ¡Dios me libre! Me limito a constatar hechos y voy tirando.
    Los universitarios españoles -no todos- se han echado a la calle a montar el cirio,  porque no quieren ciertas reformas.
    Voy al ordenador, tecleo y busco el nivel de los estudios universitarios en España. ¡Jesús qué horror!
     España tiene setenta y siete universidades: cincuenta públicas y veintisiete privadas. Me parece un exceso para lo que suele dar de sí el material.
     El treinta y cinco  por ciento de sus alumnos -según ciertos datos que me parecen fidelignos- no acaban los estudios. Si así fuera,  estamos ante una inversión ruinosa, si se mira el asunto con criterios mercantiles.
    El tiempo medio utilizado para terminar una carrera, por el  conjunto estudiantil, es de los más largos de Europa.
    Ninguna de las setenta y siete universidades españolas está entre las ciento cincuenta primeras, calificadas como las mejores del planeta Tierra.
    En esas,condiciones mover a la muchachada -digo yo- para protestar por algo que viene impuesto por la lógica  destinada a rentabilizar la forja de talentos, es poner en marcha una reclamación que la pagamos todos.
    En un país como España donde siempre hubo delatores resentidos, todo nace de un afán igualitario: Estoy de acuerdo. La generalización de estudios universitarios fue promovida para facilitar a las las familias carentes de recursos,  el acceso de sus vástagos a la universidad. Los ricos siempre tienen medios donde elegir  -como así sucede- la universidad que les conviene y que da brillo a su título. Los alumnos con talento pero pobres, no tenían por què verse  perjudicados. Pero una universidad para tontos y vagos -sean pobres o ricos- no tiene sentido.
    Nos encontramos ahora con que los jóvenes con talento y voluntad,  han de aguantar lo suyo. Es más laborioso y pesado tirar de un carro lleno de tontos y vagos, que soportar a los estudiantes ricos, siempre que no sean partidarios de la molicie.
  Alguien, algún día, analizará las causas de esa mediocridad universitaria que paga España.
  Por algo será.que no estamos entre los ciento cincuenta primeros de la tabla clasificatoria.

viernes, 27 de febrero de 2015

LAS AMENAZAS DE LA DEUDA

     Uno se pierde en las explicaciones laberínticas que nos vienen a demostrar que los efectos de la deuda pública los pagamos todos. E incluidos en  ese "todos" están  las economías domésticas más débiles que, al fin, son las que más sufren.
     Cuando los expertos tratan de explicar este fenómeno  a los legos en la materia, entre los que me incluyo, tiene uno  que valerse de una lógica de ámbito domestico para no perderse.
     El caso es que España tiene un  problema de ahí te espero, como también otros países, (mal de muchos epidemia) con  la llamada deuda pública, cuya cuantía  ronda la suma de todo lo que produce nuestra Nación por bienes y servicios, durante un año.
     En el plano doméstico es como si uno ingresara para sostener a toda la familia, por ejemplo, 24.000  euros al año,  y tuviera una   deuda por la misma cantidad. Para saldar esta deuda tendría que tener ahorrado  el total de esa cuantía. Y no lo tiene. Por eso le dan un plazo.. Tan solo le piden al deudor el pago de unos intereses  y una cuota de amortización anual. Lo normal es que ese padre de familia no acreciente su deuda, porque de otra forma no podría atender sus compromisos habituales o diarios y sería declarado insolvente.
     ¿Y qué le pasa a un país tan grande como España (y a otros muchos) cuando para cumplir sus obligaciones no tiene suficiente liquidez, es decir dinero contante y tocante?  Muy sencillo. Se fían y le dejan que aumente su deuda, porque cuenta con medios para presionar a sus "paganos",  a los que pide más dinero o les quita prestaciones.
     Al Estado, en suma,  le permiten los prestamistas que aumente  su deuda, a cuenta deque atornille a sus paisanos. Y claro está, para  atender esos  nuevo y creciente pago,  unas veces aumenta la presión tributaria y otras recorta el gasto público en perjuicio casi siempre de los más débiles. Puede haber otra solución: producir y vender más a otros, siempre que no sean españoles.
     Eso es lo que pasa en España: nos han aumentado la presión tributaria y nos han recortado salarios, ayudas, prestaciones, etc..
     Y aún hay más: podríamos no pagar la deuda. Estas son palabras mayores, algo que parcialmente quisieron que podrían conseguir los griegos soberanos, que luego se han echado atrás porque el remedio era peor que la enfermedad.
     Y como no hay más cera que la que arde, tanto  en el ámbito doméstico como en el nacional, resulta que por las buenas o las malas, hay que pagar lo que se debe;   no queda otro remedio. Al final, como ya decía mi abuela, -una pobre maestra de pueblo allá por el siglo XIX, cuando las mujeres empezaron a demostrar que eran más espabiladas que los hombres- la solución más conveniente para todos está en ganar más y gastar menos de "motu propio", es decir por las buenas.
     Y eso ¿cómo se hace? Escuela, mucha escuela, para producir más, con más calidad y a mejor precio a fin de asegurar las ventas al exterior. Es difícil,   pero no imposible con buenas dosis de ajo y agua. Por supuesto, siempre que los políticos no nos roben, el problema más serio de España, con la Cataluña de los Pujol incluida.
     La verdad por delante.

jueves, 26 de febrero de 2015

LA MARCA ESPAÑA

     Una de las mentirijillas que ha tomado cuerpo a fuerza de repetirla, es la marca "España".  Se supone que la palabreja "marca" es una señal  que singulariza y distingue. Si hablamos de la "Mercedes", casi todos en el mundo moderno saben a qué nos referimos. Pero España, como marca, ofrece alguna duda.
     España tuvo su "leyenda negra" y citarla era como mentar la bicha, que así llamaban al príncipe de los ángeles rebeldes, es decir al mismísimo demonio. Y la "leyenda negra", mal que nos pese, sigue aún viva aunque con sordina.
    Los españoles no somos  tan buenos como algunos lo piensan, ni tan petardos como otros nos pintan. De uno en uno, tenemos algunos lotes de españoles dignos de toda loa, pero tomados a bulto, es para pensárselo dos veces; cuando recorro  algunas ciudades de España y veo a quiénes han dedicado muchas de sus calles -no en todo caso,  ciertamente -, siento ganas de emular al conde de Romanones, autor de aquella frase lapidaria: "¡joder que tropa!".
   Y no sé  el porqué, pero me dije:¿Cómo podríamos medir la excelencia española, la "marca" de marras, con probabilidades de acierto?  Muy fácil:  veamos como va el gremio de  los inventores españoles y esto nos hará  saber cómo anda el ingenio  de la inventiva  en España respecto de otros países. Gracias al avance electrónico he visto una estadística solvente acogida a la Organización Mundial de la Propiedad Industrial.
     En el año 2012, encabezaba las lista los EE.UU. con 51.610 patentes de invención  registradas. Le seguían Japón con 43.660; Alemania, con 18.713; China, con 18.617; Corea del Sur, con 11.848. España aparecía a mucha más  distancia con 1.713;  y ello gracias, en gran parte,  a las investigaciones  de la Telefónica y del  CSIC. Esa es nuestra "marca"
     No es para quejarse porque las hay peores. Pero tampoco para andar henchidos de satisfacción. No olvidemos que entre no sé cuántos millones de extranjeros que nos visitan, una parte no pequeña busca la "contramarca".  Lo hace para disfrutar del botellón en la vía pública y del magreo a pierna suelta en parecidas condiciones. ¡Y no pagan el IVA! (No se lo cuenten a nadie, pero esa es la "leyenda rosa" de España, muy difundida entre los bárbaros del norte).
    Tampoco  es para llorar, pero no invita al repique de campanas.

miércoles, 25 de febrero de 2015

PROBLEMA PATRIO

     La Nación está enferma. Viendo y oyendo a los padres de la Patria en el templo de los debates, aún llega uno más lejos: la Nación está muy enferma.
     Todos los sesudos varones y sesudas y además estupendas señoras, ayer reunidos en la Cámara baja para analizar el estado de la Nación,  nos dieron a entender que estamos al borde de la quiebra. Y digo "nos dieron a entender", porque todos los que parlaron, menos uno, así lo afirmaron con plena seguridad y el único que se atrevió a abrir la espita de la esperanza, lo hizo con tantas cautelas como para no sacarnos de  dudas.
     Mis recuerdos de niño me  llevan a una escena de familia, reunida ante la  grave enfermedad de la persona que, de morir, se llevaría consigo la llave de la despensa. El médico de cabecera se vio desbordado y sugirió -eran otros tiempos- reunir en consejo a varios médicos para decidir lo conveniente para la salvación del enfermo. Cada uno puso sobre la mesa lo mejor de su sabiduría en un clima de respeto mutuo que generó un debate constructivo. Al final acertaron pero, aun sucediendo lo contrario, salieron de la reunión convencidos de que habían  puesto de su parte todo lo que sabían. Y volvieron a sus casas en paz y en gracia de Dios.
      La Nación, España, está muy enferma, y la reunión de ayer pudo servir para que los apoderados por los españoles para sanarla, se pusieran de acuerdo, primero en el diagnóstico y luego en el plan a seguir para remontar la enfermedad.
     ¿Que hicieron? Ponerse a parir los unos contra los otros y anular al único que aportó unas pocas ideas.
     ¿Sentido constructivo? Nulo. ¿Buena educación? Ninguna. ¿Idea de futuro? Controvertida.
¿Eficacia ante lo que nos puede caer encima? Cero. Cuando los rabadanes no se ponen de acuerdo, oveja muerta.
     Serán los españoles, uno a uno, pechando cada cual con el problema que le ha tocado en suerte, los que habrán de salvar su propio pellejo.
     Ya  pasó en el 36. Los políticos nos llevaron a la guerra. Hundieron al País con todos dentro. ¡Jesús que horror! Luego, a fuerza de hambres y de matar piojos, fueron los españoles de a pie los que tuvieron que reflotarlo.
     La vida es así, pero no aprendemos.

martes, 24 de febrero de 2015

LA POLÍTICA COMO OFICIO

   El oficio de político lo asume una mayoría de personajes sin pasar antes por una escuela donde aprenderlo. Esa falta de formación  se nota  a la legua. Que se lo pregunten si no a la alcaldesa que discurseó en valenciano para hacer el ridículo; es lo peor que puede sucederle a un ser humano que vive de la opinión pública. Se supone que esa falta de profesionalidad no les quita el sueño a  estos robaperas de la política, que recuerdan  a los clérigos  de misa y olla de lejanos tiempos.
   La política tomada como oficio sin la debida preparación, obliga a contar con asesores que paga el contribuyente, con un peligro. Porque ¿a quién elegir como asesor? ¡No preguntes que te dejan de cuadra! Pero ya se sabe: los preferidos suelen ser familiares y amigos. Es lo normal.
      Se me acusa por mi afilada  prosa dirigida contra los políticos,  y esto es verdad. Ataco a los políticos ganapanes  que se forran por oficio, pero  nunca a los que demuestran vocación, conocimiento del servicio que se les pide y auténtica entrega  en defensa del bien común. Estos ganapanes, en todos los partidos, son los que han desprestigiado el noble arte de la política. ¡A mi no me miren!
     No obstante,  la corrupción no es un mal que afecta solo a los políticos. Ellos dan la pauta, cuando debieran ser ejemplo de todo lo contrario. Porque son ellos los que al abusar  del poder emanado de las instituciones o entidades públicas o a ellas paralelas , en beneficio personal o de familiares y amiguetes, están abriendo el surco del todo vale. Y si lo hacen en nombre de la patria (y fingen una su sacrificada entrega, como esta pasando en Cataluña), es. como decían los antiguos,  el acabose .
   ¿Que no hay tanta corrupción como  parece? . "Transparency International" ha medido el índice de corrupción  de muchos países. Al totalmente corrupto, le ponen un 0; a la ausencia de corrupción, un 10. La nota de España, un 6,1 ;  la de Grecia un 3,1.   La de Suecia un 9,2., es decir, un 0,8 de corrupción.
    La, corrupción no es un mal coyuntural, sino un mal cultural, es decir  fuertemente arraigado; muy  metido en las entrañas de un pueblo. Para su desarraigo, hay que empezar desde  la escuela y dar ejemplo dentro de cada familia. Porque,  ¿quién de nosotros no ha escamoteado el IVA cuando el fontanero nos ha cambiado la cisterna del baño o cosa parecida?
     Los países con menor corrupción son los que menor paro tienen, donde más igualadas están las clases sociales, donde mejor viven y con menos pobreza.
     Cuando los políticos, para captar votos nos  hablan de cambio,  nos toman por  tontos. Y si llegamos a creerlos, pecamos como tontos. Los cambios de verdad llegan por la vía del aprendizaje de una asignatura que se llama "calidad ciudadana". Es una tarea de efectos lentos.
    Y los políticos, ¿para qué  nos sirven? Cuando mucho prometen,  suelen dar poco; cuando ofrecen cambio, todo seguirá igual o peor.  Ejemplo: Grecia.

lunes, 23 de febrero de 2015

POBRES Y RICOS.


     Cuando los pobres son más pobres y los ricos mas ricos, la idea más atractiva que se abre paso entre los políticos, como mensajeros de la justicia social, es igualitaria: todas las personas tenemos derecho a unos servicios mínimos y a una renta asegurada que nos permita llevar una vida digna. Hay que acabar con estas diferencias sociales tan extremas y tan dañinas.
     Este ideal,  tan fácil de asumir en teoría,  es además muy equitativo, ya  que al ver las desigualdades reinantes en el mundo,  se llega a pensar si no es la maldad de un porcentaje elevado de seres humanos  la causa de las diferencias abismales entre ricos  y pobres.
     La solución más sencilla que se nos predica -visto que por las buenas casi nadie renuncia voluntariamente a donar parte de lo que le sobra- no es otra que la de crear un sistema fiscal  justo que corrija estas diferencias.
     Tenemos para ello dos clases de impuestos:
     Los impuestos directos: para que cada persona física o jurídica pague con arreglo a sus ingresos, que, según dicen, es lo  más justo para repartir la carga. Pero este sistema termina por llevarnos a una realidad ficticia;  es como un cuento. El ,sistema  fiscal es como una red tendida para la  pesca: la eluden los peces muy pequeños que se cuelan  por los orificios reticulares, o los muy grandes que, con su fuerza,  rompen el artificio.
     Y los impuestos indirectos,  que gravitan sobre el consumo; imposición que, en efecto no es equitativa (los más pobres, proporcionalmente,  pagan más que los ricos).Pero el impuesto indirecto permite una recaudación eficaz  y jugosa; luego, se corrigen las injusticias  otorgando  subvenciones a los más desfavorecidos.
    De esta forma,  aparece el Estado social con su sanidad pública, su enseñanza pública, su sistema de  pensiones público, su transporte público,  etc. etc. y aparecen los pobres debidamente atendidos por el erario público. Con lo cual aumenta el censo de los subvencionables.
    Y todo parece ir bien, o menos mal, hasta que para satisfacer una creciente demanda (en un país donde todo se subvenciona, las necesidades crecen sin  límite) los gobernantes cargan la mano y aumentan año tras año, sin tino,  la presión tributaria. Se producen, por tal razón,  dos efectos negativos:  a), que al aumentar la presión, correlativamente,  crece la defraudación fiscal; b), que se desanima, hasta hacerla desaparecer, la iniciativa privada, tan castigada con tanto tributo. Sus titulares pasan a ser pobres con  derecho a subvenciones.
    Es entonces cuando todos los bienes y servicios de un país, vienen a recaer sobre el Estado. Para ello hace falta un funcionariado fiel,  donde cada empleado público,  en su escala, será el rico de esa nueva sociedad  socialista, mientras los demás, sin esos cargos públicos,  representarán su papel en ese nuevo  y aumentado censo de  pobres, eso sí miserablemente subvencionados. (Miren si no es lo que ya pasó en Cuba,  lo que al parecer, puede suceder  en Venezuela y tal vez llegue a pasar en  Grecia a nada que se crean el cuento de la buena pipa.).
     Bien mirado el tema, no da más de sí, pero ¿no hay acaso un modelo a seguir?. Hasta los "profesores" se dieron cuenta y  fijaron su ideal político en la social democracia de los países nórdicos.      ¡Qué listo es el hijo de don Calixto! Así que nada, aplicamos en España  el cuento de la Caperucita  nórdica y ¡verán  que bien! En esas estamos.
      Pero   da a la nariz que para esa "socialización"  con éxito,  sobran "profesores"  pero no tenemos Caperucitas ni lobos domesticados. Es muy sencillo: cuando los españoles -empezando por los políticos- estén, en el ejercicio de la tarea diaria y demás responsabilidades,  a la altura de  los nórdicos, habremos empezado a resolver la mayor parte de nuestros problemas. Y hasta tendremos muchos menos pobres. Y no serán necesarios tantos políticos.
     Lo comprende un niño.  ¡Ya les diré por qué!
   


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sábado, 21 de febrero de 2015

COMPLEJO DE SUPERIORIDAD

    A los  españoles en general, y los políticos que los manejan,  les va la marcha del cambio. El socialismo, el populismo, el liberalismo tanto les da,  con tal de que supongan un cambio. Y el cambio, se entiende, en política lo es siempre en sentido positivo. Tú prometes cambio y las multitudes entienden, sin más, que es para mejorar.
    El elector está bombardeado políticamente por dos corrientes de opinión: una  sirve para poner a sus contrarios como reyes del estercolero donde anidan y, otra, para mostrarse ellos mismos como reyes también, de la honestidad, del juego limpio, de la  pureza de sangre política y de la igualdad. Este es el cambio que prometen: limpiar la basura y crear un medio de vida limpio como la bandeja instrumental de  un quirófano donde todos seamos iguales..
    Los políticos son tan burdos en sus promesas que solo utilizan dos tipo de cebo: el gusano y la mosca. Sus victimas son tan ingenuas que casi siempre muerden el anzuelo, a  veces hasta sin cebo.
    El partido triunfador en las últimas elecciones griegas, prometió muchas cosas, pero la mas jugosa era la de recuperar la soberanía para el pueblo griego, ahora sometido al yugo de la Unión Europea; sometido y humillado, y eso nunca debió de suceder. ¡Claro!, por  culpa de los otros. Los de ahora, son los listos, pero han claudicado. Y es que, digan lo que quieran, el pez grande se como al chico cuando manda el hambre. Claro que el chico se puede hacer grande, pero para eso hay que mantener unidos muchos pueblos, que es lo que intentan algunos  europeos.
    A los partidos políticos en campaña electoral democrática, sólo deberían consentírseles un máximo de tres  promesas ajustadas a sus reconocidas  competencias y ni una más. Si no las cumplen, habría que retirarles el permiso para concurrir a otras elecciones.
    Ese si que sería un cambio. Por lo menos acabaría con el complejo de superioridad de un noventa por ciento de los  políticos al uso. ¡Y me quedo corto!  
 
 
     

viernes, 20 de febrero de 2015

EL HUESO DE GIBRALTAR.

     El enclave de Gibraltar es un paraíso fiscal, pese a los intentos del gobierno de la colonia (o como quieran llamarla los británicos), que vive su propia prosperidad en medio de una zona deprimida.
     Lo peor de esta situación es que lo llanitos atribuyen la pobreza que les rodea a la incapacidad española para crear trabajo y remediar esta situación. ¡Puede que sí!
     Los distintos Gobiernos de España han tratado de enfrentarse al Reino Unido desde un punto de vista histórico-legal, revolviendo las entrañas del Tratado de Utrech con nulos resultados prácticos.
     A diferencia nuestra, cuando el Reino Unido ha querido conseguir algo, lo ha hecho a la  brava, sin temor a  las protestas españolas que nunca consiguieran anular tales  abusos:  por ejemplo el aeropuerto que funciona en Gibraltar a beneficio de los intereses británicos que  invade una zona neutra y afecta   los derechos de España.
     Esto nos demuestra la debilidad de España frente al poderío del Reino Unido  que - pese a ,lo listos que somos- la vivimos con la mayor naturalidad y honda resignación.
     Padecemos un abuso reiterado en la zona gibraltareña , sin que ni a  tirios ni a troyanos  (a los británicos por un lado y a los llanitos por otro) les importe un rábano que   miles de españoles estén sometidos a criterios coloniales  nunca legitimados.
     Esta resignada conformidad  - por la paz un avemaría -, ha permitido que ese espacio, que con  acierto se llama la vergüenza de Gibraltar, sea zona hábil para  prácticas mercantiles y financieras que nada tienen que ver con el origen  de esta colonia.
    Si los Gobiernos de España no saben  (o no quieren)  plantear este problema ante la  Unión Europea y en los organismos internacionales que entienden de la cosa,  es porque siguen creyendo que la soberanía  colonial lo permite todo. Y si así fuera, le sobran méritos a España para gozar de los mismos derechos que el Reino Unido para abrir   chiringuitos paradisíacos, en cualquier islote o punto un  tanto deprimido de nuestras  costas.
   No es una cuestión  patriótica. Es una razón socio-económica la que debe inspirar una respuesta en este sentido. Miren el mapa de mundo, por favor, y expliquen por qué otras naciones europeas gozan de sus propios paraísos fiscales y España no;  y además ha de padecerlos.
   O todos o ninguno. Si por mí fuera, ninguno.

jueves, 19 de febrero de 2015

LOS GRANDES REMEDIOS.

     Al fin, por muchas variantes que logremos aplicar en pro de la prosperidad de los pueblos, los remedios está contados: en el fondo los países, como lo seres humanos o las familias, correrán menos riesgos y vivirán mejor si sus gastos se ajustan y sirven para satisfacer las necesidades presupuestarias, sin sobrepasar a los  ingresos.
     Cuando tal cosa sucede, cuando los ejercicios se cierran con superávit después de haber satisfecho todas las cargas presupuestarias, la estabilidad del país permite que se fomente la economía productiva y puedan crearse puestos de trabajo.
     Un política que busque el equilibrio económico, puede poco a poco a remontar los años de crisis. Pero los partidos políticos saben  que prometer da votos y todos, en esa carrera por alcanzar el poder, son  capaces de sembrar promesas a sabiendas de que la tierra no da para tanto como se le pide. La tierra y las personas,  porque  los que pagan la cuenta siempre son  seres humanos. Los políticos tienen por norma difundir lo que van a dar, pero  nunca informan sobre cuanto   costará a  cada uno de los contribuyentes esas promesas. Todos  estaremos   afectados, salvo aquellos que defraudan al fisco.
    Dicho todo lo cual, hay que dejar testimonio de la cobardía de la clase política, cuando a sabiendas de que aprueban gastos inútiles  que no tienen  su razón de ser, olvidan o no se enteran de que  esa liviandad de proceder va en perjuicio de las personas más necesitadas. Insisto: Hay injusticias notables cuyo remedio está en manos de los gobernantes, pero no se atreven con ellas, por miedo a herir susceptibilidades del gran capital o de grupos corporativamente fuertes. Un ejemplo: la perduración de los paraísos fiscales, un fuero injusto causa de que los pobres  sean más pobres.
    El dicho de que a grandes males han de aplicarse grandes remedios, no se cumple. De verdad, un año electoral como el que nos irá sorprendiendo, crea esperanzas de cambio. Pero  este cambio no lo traerán los políticos en general. No obstante, no perdamos la esperanza. Tal vez surja alguno que a título individual acierte a romper moldes en el sentido constructivo que tiene este concepto.  Sería para España un golpe de fortuna.

miércoles, 18 de febrero de 2015

LOS DEL PLAN VILLALOBOS.

      El Plan Villalobos,(D. Filiberto Villalobos, Ministro de Instrucción Pública  en 1934) era una esperanzadora reforma  de la enseñanza secundaria española, a la que nos tuvimos que acomodar los que entonces empezamos el bachiller. En el primer curso coincidimos, en el único Instituto de Vitoria, cerca de doscientos alumnos. Los catedráticos y profesores, poco amigos de la puntualidad, llegaban siempre tarde y daban comienzo a las clases con la costumbre rutinaria de   pasar lista. Se perdían así cuarenta minutos de la hora lectiva y los veinte restantes  se reservaban para que dieran la lección un par de alumnos. Así se nos iba el curso y, pese a todo,  tenia uno que ser muy zoquete para no aprobarlo. Pero el saber, saber, lo que se entiende  por saber entre cristianos, para nosotros era una incógnita. Luego vino la guerra... Mejor si pasamos página.  Menos mal que en los dos últimos años pisamos todos el acelerador por la cuenta que nos tenía.
      El Plan podía ser magnífico, pero su desarrollo,para nosotros,  fue un desastre.Yo me pasaba las horas de clase  leyendo algún libro a escondidas; lo que cayera en mis manos. Creo que eso me salvó, hasta donde la lectura puede servir a un autodidacta.
      Todo lo cual confirma que, por buenos que sean los  legisladores, es la materia prima, - el bicho y sus congéneres a los que va destinada la ley,  alumnos profesores- ,  la que hace que el resultado final sea o no una  birria.
      No obstante,  volvamos al informe Mc. Kinsey. Nos informa:  "analizados los sistemas de enseñanza de veinticinco países, para ver por qué unas escuelas tenían éxito y otras no, encontraron tres factores importantes:  1. Conseguir a las personas más aptas para ejercer la docencia. 2. Desarrollarlas hasta convertirlas en instructores eficientes. 3. Garantizar que el sistema sea capaz de brindar la mejor instrucción posible a todos los niños".
      Su conclusión fue: "1. La calidad de un sistema educativo, tiene como techo, la calidad de los  docentes. 2. La única manera de mejorar los resultados es mejorando la instrucción. 3. El alto desempeño requiere el éxito de todos los niños".
      No es extraño que para dedicarse a la docencia en Finlandia, se siga  un plan de formación al que solo tienen acceso los alumnos que alcanzan  la puntuación más alta en la enseñanza secundaria. ¿Se hace algo parecido en España? ¿Algún político no ha dicho  quiere implantar entre nosotros  una social democracia como las nórdicas?
     ¡Qué valor! Primero, tendríamos que llenar España de  nórdicos. Y aunque nos de vergüenza "no podemos". No estamos enseñados para ser como ellos. Nos va más el botellón y la fiesta a pierna suelta. Hasta en la escuela. Eso sí, por la gracia de Dios (digo yo) tenemos otras virtudes. No hay mas que ver y oír las tertulias políticas.  El mundo es ansí.  Pero los hay peores. No deja  de ser un consuelo.
  

martes, 17 de febrero de 2015

DESCONEXIÓN ENTRE PADRES Y ESCUELA

     Me lo dijo muy en serio una profesora de Instituto jubilada. Tuvo la santa paciencia y de escucharme para luego responder muy  brevemente.
      Mi pregunta: ¿Por qué en la enseñanza española hay tanto repetidor, tanto fracaso escolar?. Su respuesta: Las causas son variadas, pero para mí la más importante es el poco interés  que muestran una mayoría de  padres por el progreso de sus hijos.
     ¡Jope!, dije para lo más íntimo de mi conciencia. Y me puse a enredar con el ordenador hasta dar con un valioso legajo (en sentido metafórico) que podríamos llamar "Informe Mc Kinsey", que pienso será harto conocido entre profesionales por lo sustancioso del tema.
     A mí me viene pareciendo  que en España (incluidas las CC.AA.) se gasta en enseñanza en demasía, a tenor de los  resultados tan pobres que detectan las pruebas clasificatorias de la OCDE. Estos resultados van en perjuicio de todos, pero mas si cabe, en  detrimento de los sectores sociales peor dotados económicamente. No aprenden, pese al mucho gasto. ¡Ya me dirán la que les espera!
     Mc. Kinsey dice: "Pese a masivos aumentos del gasto y ambiciosos intentos de reforma, el desempeño de muchos sistemas educativos, apenas si ha mejorado en décadas".
     Claro está: Tenía razón la profesora. Si los padres  estuvieran capacitados para juzgar y tuvieran interés en seguir la evolución de la enseñanza de sus hijos,  otro gallo  cantaría. Pero hoy ¿de que sirven las reformas y gastar mas  dinero si una representación documentada de  padres no toca pelota - aunque otra cosa quieran hacernos creer- en el avance o no de la enseñanza asimilada por sus hijos?
     Y mientras tanto, los políticos quieren llevar la discusión a un comparativo enfrentamiento entre  la enseñanza pública y la privada, como si una fuera  la buena y otra la mala. Y pregunto: ¿tiene algo que ver el culo con las témporas? ¿No será que las dos van por ahí de cráneo?
     Pero les diré más cosas, para   comprobación de cómo y para qué se manejan las promesas electorales referidas a la enseñanza.
     Lo dejamos para otro día.
   

lunes, 16 de febrero de 2015

ESTAMOS REMONTANDO UN CAMBIO.

    ¡Dios nos libre! Cuando leo a los más avanzados sociólogos, advierto que casi todos coinciden en avisarnos  que es iluso pensar en la recuperación de  situaciones que debemos dar ya por perdidas; nada más  alejado de la dura realidad que ilusionarse con épocas doradas, que tan poco fueron gran cosa.
    Para dejar las cosas claras:  el Estado que se anunciaba como garante del bienestar de las multitudes viene a ser una burbuja que ha estallado o está a punto de estallar  (caso de Grecia), a no ser que alguien la desinfle por etapas (puede ser el caso  de España). Aún más nítido: si alguien piensa que las sociedades de medio pelo -como la española- pueden contar con un Estado, en la mas amplia extensión del término, capaz de garantizar pensiones dignas para la mayoría, o medicina pública para todos, o remedios farmacéuticos sin límite, o enseñanza gratuita en todos los grados u otras menudencias asistenciales subvencionadas, es aconsejable que vaya enterándose de que, tal y como esos servicios están configurados, no se pueden sostener. No hay dinero para tanto como se promete.
    Y una de dos: cambiamos de modelo o, con lo que tenemos, se iniciará una lenta degradación, un arruinamiento  crónico que, bien mirada la cosa, ya está en marcha.
    ¿Y qué se puede hacer?
     Lo que han hecho siempre las gentes cuando viene mal dadas: ingeniárselas para ganar más y gastar menos. Habrá que dedicarse  a conseguir eficiencia en la escuela, en la preparación de profesionales, en la universidad, en las investigaciones y en las tareas de cada día. Y eficiente no es el que trabaja siguiendo  una rutina: es el que rinde;  una virtud poco apreciada en España.
      Al fin, es cuestión de acostumbrarse. Cuando no hay jamelgo, ya se sabe: ¡Carretera y manta! Y para eso sobran políticos, organismos  inútiles y monsergas. Por ahí va la idea: por reducir el gasto público innecesario y aumentar los ingresos del Estado empezando por meter  en fila, para que  se ponga al día,  a la ingente lista de defraudadores del fisco.

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sábado, 14 de febrero de 2015

OFERTA Y DEMANDA DE TRABAJO.

   Por mucho que se razonen y mantengan teorías en pro de la dignificación   de los puestos de trabajo, la excesiva oferta de mano de obra poco cualificada y la escasa demanda de trabajadores impone su ley: por esa razón prosperan la economía sumergida, los trabajos a tiempo parcial, los bajos salarios, la inmigración, las empresas clandestinas, etc. En suma crece la masa de los "colocados" al margen de la ley (que es la mayor indignidad laboral) e incluso aumenta la existencia de grupos sin nada que perder  obligados a vivir muy pobremente y bajo vigilancia policial.
   Entonces para paliar los efectos de esta situación se implora ante los Estados la adopción de medidas de justicia social, que en el fondo no son otras que las de subsidiar a los necesitados.
   El efecto es inmediato: aumenta el número de parados no tanto con los de casa,  sino con los que llegan de fuera. Soy consciente de que el sólo hecho de constatar esta realidad es políticamente incorrecto, e incluso a nada que uno se descuide se expone a que lo llamen racista y hasta genocida y de ahí a defenestrarlo sólo hay un paso.
   Pero estos subsidios solo son posibles si se aumenta la presión tributaria y, en el caso de  no poder sobrepasar unos límites, buscando la forma de crear empleos públicos, que es lo que sucede en los países donde se pone en práctica el socialismo real. Empleos que al final se convierten, en el mejor de los casos, en el más justo y equitativo reparto de una pobreza generalizada.
   Ahora examinen ustedes los distintos programas de los partidos políticos y vean los equilibrios que tienen quehacer  para prometer y luego dar la mitad de la mitad, si acaso les llega; también pueden  cargarse de deudas  que pagarán nuestros nietos, pese al hecho de  nacer arruinados..
   Todo por no reconocer que la forma de que prospere un país, solo es  posible con una gran preparación profesional de su habitantes y con mayor desarrollo y práctica  de los valores éticos; es decir con muchos menos gobernantes y políticos y mas decencia personal.
   Y como en España,  para ejercer de políticos hay excesiva demanda y para ser decentes poca oferta, ¡así andamos de chingados!
 

viernes, 13 de febrero de 2015

LA HONRA Y LOS BESOS.

     Dicen que el democristiano Julio Andreotti, dijo un buen día:"Los políticos no están  para solucionar problemas, sino para hacer callar a quienes  los provocan". Mejor diríamos a quienes los vocean.
     Es bien sencillo: ¿Cuáles son los problemas que un político llamado Tomás Gómez provoca en  perjuicio del partido, según otro  político de la misma cuerda  llamado Pedro Sánchez?.
     ¡Lo mismo da! Lo importante es silenciar al Sr. Gómez y muerto el can se acabó la rabia. (Muerto políticamente, se entiende, no la líemos). Y en ese episodio se mueve la cosa.
     En el fondo, tenía razón el político italiano. Al fin y al cabo, es algo que se parece a lo que ocurre con el nuevo partido surgido en España con el esperanzador nombre de "Podemos"; por ahora solo se ha dedicado a buscar votos pregonando los problemas que acogotan a los españoles, pero no nos dicen sus líderes cómo y en qué plazos van a solucionarlos. ¿Y en qué  piensan sus rivales?  En acallarlos, sobre todo, porque la solución no existe o está muy lejana, ya que para dar con  ella habría que empezar por llevar a muchos adultos a  la escuela. Y esto, sólo de pensarlo, da risa.
    Como dan risa otros acontecimientos. Por ejemplo los besos que le dio al caído, Sr. Gómez,  su lacrimoso compañero Sr. Carmona,   después de exclamar con acento melodramático:  "Pongo en el fuego, no una, sino mis dos manos,  por tú honra!"
    ¡Cosas verdes amigo Sancho que harán fablar a las piedras!

jueves, 12 de febrero de 2015

UN INFIERNO FISCAL PARA EL ESPAÑOL EN NÓMINA.

    Lo más doloroso para el contribuyente de a pie y en nómina, es ver cómo en su patria querida lo ordeñan en nombre del Estado, de las CC.AA.  y de  los municipios, mientras en sus alrededores, viven a cuerpo de rey toda clase de pícaros que desde siglos han conseguido que nadie les toque un pelo ( y mucho menos las glándulas mamarias para el ordeño).
    Y por si  usted es uno más entre los millones de ordeñados por estar en nómina,  quiero hacerle ver que si, por los azares del destino, le pillan en un renuncio (por ejemplo en el  impago de una hipoteca) se harán públicas de hecho sus vergüenzas y se enterará   todo cristo de cómo usted y su familia las pasan canutas, a la mayor gloria de su patria y de muchos de sus políticos, aunque estos vivan tocándose las glándulas seminíferas,  como tantas veces sucede.
    Estos son los hechos y para más fornicación de las aludidas víctimas, hemos de aguantar el cachondeo que se traen los pesebreros del gran capital, indignándose porque algún ministro se ha permitido la licencia de citar a ciertos grupos o a determinadas personas que esconden sus fortunas para no tributar, de forma que lo que ellos no aportan se convierte en mayor presión  tributaria para los que si lo hacen, por su culpa, en demasía.
    Ese silencio sacrosanto que se prodiga en defensa de los defraudadores y de los  residenciados en paraísos fiscales, es cómplice con los que laboran por la existencia del  infierno fiscal en el que viven la mayor parte de los contribuyente modestos, aquí en España,  a los que para más humillar, les retiran de la nómina un anticipo mensual a cuenta, de forma  que el modesto contribuyente termina por ser   un prestamista forzoso de los erarios públicos.
    Nos mean y dicen que es lluvia.

   

miércoles, 11 de febrero de 2015

EL SILENCIO DE LOS MINISTROS

   España es un país maravilloso donde todos reclaman  sus derechos y nadie alude a sus deberes; como si éstos no existieran. Es tan maravilloso que, cuando cualquier indocumentado pisa el suelo español saltándose las vallas fronterizas,  marca con el índice y el corazón la V de victoria, como dando entender: "¡Por fin! ¡Ya soy alguien! !Ya tengo mis derechos!. ¡A ver quién se atreve aquí y ahora a tocarme un pelo!"
  Uno de estos derechos es la libertad de expresión, en virtud de la cual usted puede ciscarse en la madre que parió al más pintado, sin miedo alguno a ser denunciado por injurias; a no ser, claro está, que sea rentable denunciar  al presunto  en el  juzgado,  cosa que no siempre ocurre. Lo que quiero decir es que las leyes limitan la libertad de expresión, pero no el cualquier momento .
   Y en estas circunstancias sale un ministro que se dirige  a un  ciudadano, incumplidor nato y deudor del erario público,  al que le dice: "¡Ya  está bien!¡Va siendo hora de que pague usted a la hacienda pública esos cientos de miles de euros que ha defraudado!".
   Entonces salta el  "gurú" de turno por  la TV de moda, que sostiene: "Eso que ha hecho el ministro, es inmoral;  falta a la ética ministerial".  Y lo pone a parir.
   Por lo  visto hay una ley  no escrita que impone, frente a la libertad de expresión,  el silencio de los ministros. ¿O no existe esa ley?
   Pues bien, si no existe esa ley, ¿quién es nadie para limitar un derecho? Y si existiera  ¿no sería una estupenda noticia denunciar a un ministro por incumplimiento de una ley?
   ¡Ojalá dijera el  ministro del ramo, acogiéndose a la libertad de expresión,  cuáles son los negocios que hacen en Gibraltar las empresas del IBEX 35 -que sirven para fijar los índices de valoración en la Bolsa española- que tienen sociedades domiciliadas en ese paraíso fiscal. ¡Ese si que sería un magnífico regalo-servicio  para los contribuyentes españoles!
    Estoy en contra del silencio de los ministros. Pido que se regule su deber de informar a los ciudadanos españoles sobre los abusos hacendísticos de personas y sociedades.

martes, 10 de febrero de 2015

LA LIBERTAD DE ENSEÑANZA

    La libertad de enseñanza, reconocida y amparada por la carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y expresamente por la Constitución española, en la vida real no existe en España. Los centros docentes son en su mayoría públicos o están subvencionados por las  administraciones públicas y la influencia de los padres o de los alumnos en el proyecto educativo, es de hecho  nula o estéril, aunque otra cosa pudiera parecer.
   Es inútil, por tanto, tratar de  elegir con libertad un centro acorde con  los deseos de los padres, donde instruir y educar a sus hijos. Al final, caen en manos de profesores sujetos a una norma oficial y por ende a los vaivenes políticos, en gran parte doctrinales. Solo las familias muy  pudientes pueden costearse  colegios de pago de  total confianza.
   Por otra parte se ha extendido como un mantra que la enseñanza pública, por desinteresada, neutra y eficiente,  es la que únicamente debe funcionar con carácter gratuito para las familias en todas las escalas pensando en un principio de igualdad,  como si  los escolares tuvieran las mismas aptitudes; criterio de igualdad según el cual hasta  los más listos han de avanzar en sus estudios al compás de los peor dotados.
   El problema  no es de fácil solución si,  como sucede en la actualidad,  los padres -en general- se pliegan a que a sus hijos les den la enseñanza a través del boletín oficial de la Comunidad autónoma respectiva.
   Son ellos, los padres, lo que han de tomar conciencia de la situación que padecen, para lo cual han de empezar por conocer a fondo el centro donde instruyen y educan a sus hijos para luego, con conocimiento de causa, optar por lo que estimen más conveniente.
   Por fas o por nefas, una mayoría de padres españoles está contentos con lo que tienen  y se limitan a mandar a su hijos al "cole" y  ¡ya vale! Ni siquiera se preguntan por qué  los niños españoles quedan tan mal clasificados en las pruebas internacionales.
   En  otros países, se prima a los buenos profesores; aquí a los buenos futbolistas. A los primeros se les ignora. A los segundos se les adora. Así nos va el negocio social.

lunes, 9 de febrero de 2015

ESTO ES LA REPANOCHA.

    La palabra "repanocha", admitida por la RAE,  se refiere en lenguaje coloquial a lo extraordinario por bueno, malo, absurdo o fuera de lo normal.
    No se por qué -puedo estar equivocado, lo admito- si en algo tengo fe es en el comportamiento de lo seres humanos en virtud de su clave genética. Tengo en cuenta, claro está,a los genes positivos, pero  -en pie de igualdad- no puedo dejar en el cajón del olvido a los negativos..  Tal vez influya en esto que digo, que mis abuelos murieron muy  viejos y gracias a eso estoy llevando mi cuarta edad con el espíritu de  un mueble antiguo, pero no viejo, y por tanto aún útil;  es decir  que la genética,  (y gracias a Dios, no se olvide) me ha salvado por ahora de ser un material de desecho.
    Genéticamente los españoles (incluidos catalanes, vascones, celtas, cántabros, iberos, autrigones, béticos, romanos, árabes y judíos, etc.), salvo gloriosas y santificadas excepciones, muy estimables por  cierto, descendemos de un pueblo muy mezclado, bravo, generoso y creyente que lo mismo se apunta a una fe religiosa de profundos y trascendentales propósitos , que al ungüento amarillo; pueblo que a su vez puede exponer un repertorio inagotable de prácticas picarescas. La historia lo cuenta y los genes, quiérase  no, se mantienen  vivos en nuestros descendientes. Véanse los resultados aquí y allá por donde pasaron nuestros abuelos, unos más pícaros que  otros, cierto.Y usted, caro lector no se preocupe: como he dicho hay excepciones.
    El caso es que yo creía  que ese nuevo partido recién fundado era también`la excepción que confirmaba la regla, Henos aquí, sin embargo, ante el hecho de que en menos de seis meses se ha ido descubriendo lo contrario: los genes están ahí vivos y coleando.
    La repanocha: antes aparecían de uno en uno; hoy, gracias a un nuevo partido político, aparecen  en manadas.
 

sábado, 7 de febrero de 2015

LA DEMOCRACIA DIRECTA

   La democracia directa, que algunos llaman asamblearia, es un viejo invento que aún  funciona en los pequeños pueblos que surgieron en la edad media en la primitiva Castilla y comarcas vecinas tales como algunas  de Cantabria, Vasconia y varias  más, cuando la mayor parte de ellas eran unas behetrías (no les imponían un señor, sino que lo elegían los vecinos) instituidas para convivir en paz; bastante tenían aquellos cristianos viejos con su lucha contra la morisma, muy dada la rapiña.
   Y la democracia directa se pudo imponer por los anarquistas y de hecho lo intentaron en su fracasada revolución de 1933, que ya nadie recuerda, ahogada entre episodios sangrientos.
   En un pueblito alavés, cuyo nombre no hace al caso, triunfaron por espacio de un día los revolucionarios y reunidos en asamblea democrática convocada  para  todo el pueblo,  acordaron, los asistentes al acto,  el reparto de tierras y bienes en función de un principio justo, equitativo y saludable: "hay que aliviar de cargas a los  que menos tienen e imponérselas  a los más ricos. Vamos a empezar con los rebaños. Desde hoy, todos  serán del pueblo. Y para celebrarlo empezaremos por sacrificar  diez corderos y hacer una comida popular en la que participemos todos".
    Reunieron los rebaños  y se nombró un comité pastoril para administrar su explotación. El principal rebaño, del rico del pueblo, se confundió y mezcló con todos los demás. Pero los diez corderos elegidos para el festejo, eran del rico que, por azar, estaba ausente de viaje en Vitoria. Lo esperaron a su regreso y nada más bajar del autobús quedó informado del triunfo de la revolución:  todo en paz y en gracia de Dios.
   "Está usted invitado a la comida organizada para celebrar el triunfo revolucionario". Allí se enteró de que los diez corderos sacrificados eran de su rebaño. Le amargaron la tarde. Al día siguiente los revolucionarios rindieron la democracia directa ante el empuje de la otra democracia: la representativa, que venía protegida por la Guardia Civil.
   Esto quiere decir -dicen que dijo dijo el cura del pueblo-, que todas las democracias son malas si no están formadas por demócratas. ¿Son demócratas los de "Podemos" o se quieren comer con el pretexto los corderos del rico?
  La solución a finales de año. Quedan diez meses. Pero más de uno tiene ya todo preparado: "Agarra tu  dinero y vuela". Como los griegos.

viernes, 6 de febrero de 2015

LA CLAVE ELECTORAL DEL TRIUNFO

   Convenientemente difamado el PP a lo largo de su mandato, por la negligencia de unos y el abuso deshonesto de  otros, se ha desdibujado el mérito que tiene  haber vencido una situación crítica heredada de la anterior legislatura. Y ahí puede estar la clave de los resultados electorales que se nos vienen encima.
   Después de unos sacrificios considerables, -aunque inferiores a los que  padeceríamos si hubiéramos sido víctimas de un "rescate"- estamos ante el  riesgo de caer víctimas de un desastre electoral, que nos  llevaría, al calor de las prometidas bondades de un "cambio", a caer en los mismos peligros que por el momento se han podido evitar.
   De la ,conducta pre-electoral del PP se  deduce que está poniendo en marcha un motor, para la captación del voto, basado en el "miedo" que dan  los que se anuncian como ganadores; "miedo" a perder la estabilidad socio económica que se vislumbra para los españoles, si no ganara las elecciones el PP.
   Los otros, los  rivales más destacados del PP, muy al contrario, ponen como cebo captador de votos el hechizo del "cambio"; "cambio" de una España pobre y desigual, por otra de ensueño, de la que se desterrarían de un plumazo todas las lacras de la vieja política y  se haría justicia primando a los mas débiles a costa de los más poderosos.
   Desde mi modesto punto de vista,  no sé si  los jerifes del PP se dan cuenta que entre las dos ofertas no hay color. Y pienso,   una de  dos, o  en el PP están dormidos o  mal asesorados. En cualquiera de los casos, si no despiertan o cambian de asesores, va ser  muy difícil que ganen con cierta holgura las próximas elecciones. Me recuerdan la fabula aquella de Samaniego: "A la orilla de un pozo sobre las fresca hierba/un incauto mancebo dormía a pierna suelta..."
   Está en el centro derecha - mayoritario sin duda alguna- todo el pescado por vender, pero hay que salir a la calle a ofrecer la mercancía que no es otra, (una vez reconocidos los errores, como ya se ha hecho, y ratificado   el  arrepentimiento y el propósito de enmienda), que la de su propio  "cambio", tan sugestivo que ya está en marcha; el "cambio"  hacia  una España  reconocida y prestigiada en Europa, donde pretende ocupar un puesto de relieve en beneficio de todos lo españoles. Esa es la esencia. Los adornos pueden revalorizarla.
   Ayudemos a los votantes, que no son tontos, a votar al "cambio" hacia arriba, y  que sean  ellos solos, los electores, quienes  descubran  que incluye la ventaja de la estabilidad.





jueves, 5 de febrero de 2015

POR DONDE MUEREN LOS PECES

     Los líderes ganadores de las elecciones en Grecia, reclamaban la  soberanía perdida por el pueblo griego desde su ingreso en la UE.  De  hecho, su Ministro de Finanzas renegó en público de la  llamada "Troika" que, en representación de los acreedores que tienen prestado dinero a Grecia, ha venido marcando la linea seguir por los países endeudados con ellos, para superar su crisis y pagar su deuda.
    Desde las instituciones de la UE no dieron importancia a esta demanda, que fue atendida, y cambiaron el  nombre del organismo interventor y de las personas comisionadas a tal fin.
    Los griegos se sintieron satisfechos,  cuando en realidad no hubo cambió sustancial alguno: la medicina era la misma aunque con distinto nombre e, igualmente, los médicos eran otros, pero con la misma medicina. Y los griegos tan contentos: ¡Ya somos soberanos!
   Al final, ni les rebajan la deuda, ni se atienden otras propuestas para dilatar el pago de sus débitos, acomodándolos a ventajosas circunstancias ligadas a un problemático crecimiento del país. Los organismos europeos han sido concisos y claros: estas son las condiciones así que, como todos los demás socios, paga y calla, a no ser que Grecia decida dejar de pertenecer al club de la Unión Europea y entonces ¡allá se las componga!; teniendo en cuenta que la deuda seguirá existiendo y tendrán que pagarla.
    Viene a cuento de la fragilidad de las promesas y del subsiguiente fracaso de muchos políticos que, pese a todo, funcionan con el resorte de un tentetieso. ¿Acaso son capaces los engañados de reconocer el engaño? Nada de eso. Se unen al tentetieso y pagan las consecuencias tan felices. De ahí vienen la valoración que en las encuestas se dan a los más  torpes. Alaban su propia ignorancia.
    Pero digan lo que digan, por la boca muere el pez.
   

miércoles, 4 de febrero de 2015

CREACIÓN DE PUESTOS DE TRABAJO.


     Si uno se atiene a las noticias que se dan por los medios de comunicación, la responsabilidad asumible para la creación  o destrucción de empleo, corresponde al Gobierno de la nación; al Gobierno central.
     En efecto, según sea la política socio-económica impuesta a través de los presupuestos -política restrictiva o expansiva- se puede perjudicar o favorecer la creación del clima favorable o desfavorable para el fomento empresarial y, por consiguiente, para la creación o no de empleo.
     Pero con los Gobiernos pasa lo mismo que con las familias: donde no hay cecina, surge la mohina: es decir la tristeza, la melancolía, el disgusto. Y al final el cabreo.
     Para fomentar las políticas expansivas hace falta dinero y cuando no lo  hay, el ingenio humano no han ideado otra solución que la de pedirlo prestado.
     ¡Hombre: también se puede robar!. Es cierto. Eso hacían los bandoleros trabucaires y  es lo que hacen  algunos políticos;  pero todo tiene un límite y, sobre todo, los ladrones rara vez crean puestos de trabajo.
     Vamos al caso: crear un puesto de trabajo supone contar  con una cierta cantidad de dinero. Para simplificar, el coste de un  empleo se puede cifrar como si fuera  un bien material.
     Es decir que cada  uno, si se costea su propio empleo (como hacen los autónomos), puede hacerse dueño de un puesto de trabajo.
     Se comprende que asumir esta realidad supone un esfuerzo imaginativo. Cuando una sociedad sea capaz de admitir que la inversión en puestos de trabajo solo es posible si es rentable, se habrá dado el primer paso para una revolución laboral consistente en que   los gobiernos, cuanto menos estorben, es mejor para crear, puestos de trabajo.
    Es un tanto difícil que sean los gobiernos (es decirlos los políticos) quienes sean responsables únicos o mas importantes para crear o destruir trabajo. Son las personas, cada una o asociadas,  las que al final se colocan.  Para ello hay que valer  o tener alguna habilidad, cosa que depende del propio interés fundamentalmente.
    Las oficinas de colocación son un fracaso, a no ser que se constituyan en banderín  de enganche para una guerra.

martes, 3 de febrero de 2015

LOS INTERESES DE LA MAYORÍA

     Vean y distingan, señores políticos: las empresas  que gastan sus dineros en publicidad, para incrementar la venta de un producto entre el gran público, no pierden el tiempo hablando mal de sus competidores, por la sencilla razón de que tal estrategia no vende.
    Para vender inducen al posible comprador a que conozca las virtudes del producto  y sus cualidades, la seriedad del fabricante, las garantías de devolución y otros recursos en la misma línea de prestigio que rodea a la oferta;   le inducen, sobre todo, a que tome nota de cómo puede el tal producto satisfacer sus necesidades o sus intereses.
    En política de lo que trata es de ganarse la calle  vendiendo promesas y compromisos. No existe un producto tangible. Por tanto, la oferta hay que rodearla de seriedad y de razones; no de frases vacías ni de sentimientos hostiles, de gesticulaciones circenses, ni de golpes de pecho...Todo eso es teatro. Es decir la oferta que vale -además de estar razonada- es la que se hace por personas responsables, personas con prestigio y no por el primer robaperas  que  -sin programa  alguno bien razonado- se lanza a  representar papeles salvadores o a proclamarse como un nuevo mesías..
     Pero no van por ahí los afanes de una mayoría de políticos que han convertido el arte de convencer, en un manojo de insultos, de groserías e ideas chabacanas para desprestigiar al adversario.
Algo que, se puede  comprobar, no sucede en las ventas comerciales. A nadie que vaya a comprar un automóvil, se le ocurre preguntar por una marca de la competencia, pero si lo hiciera,  el vendedor de turno se saldría por la tangente;  ni en broma perdería el tiempo hablando mal de sus rivales. Por una razón: esa conducta no vende.
     Los políticos, incapaces de situarse  ante sus electores con prosa clara y didáctica para convencer a la mayoría, se desgañitan, claman,  se les hincha la vena, escupen rabia, sudan tinta, para enseñarnos  lo malos que son sus rivales. Y crean un fenómeno de  fácil respuesta: la maledicencia induce a  votar en favor del  enemigo.
     Bastaría  probar con  un lenguaje sencillo y claro que su política o su idea en venta es la mejor, por una serie de razones que han de ser expuestas de forma convincente; es la que mejor puede llevar la prosperidad al pueblo. En suma, hay que demostrar que su ideario  conviene a los intereses de una mayoría ciudadana seria y responsable. No es hablar por hablar,  las promesas han de venir refrendadas por hechos. Obras son amores...   Y para exponer todo esto hacen falta dotes; no gritos,  ni gestos iracundos, ni réplicas personales, ni palabras despectivas, ni otras garambainas...
    Quizás a nuestros políticos les sobre  suficiencia y les falten unos ramalazos de  humildad. Cuando se las dan de sabios,  resultan ser muy necios. .
    Eso sí: solo deberían hablar los pocos que saben cautivar al público. Los dotados con el don de gentes, del  que ya se hablaba en  los santos evangelios,  únicos capaces de crear convicciones profundas.
    En fin: nos jugamos mucho en este año electoral. ¡Un café a que seguirán zurrándose la badana!




           

lunes, 2 de febrero de 2015

NO TOCAN PELOTA.

   Los cántabros dieron pie para que a su tierra la llamaran Cantabria; los vascones para que  la suya fuera Vasconia.  Claro está que los catalanes hicieron Cataluña. Me peta dejarme ir con la historia.
   En general el centro derecha social de Vasconia tiene un sensibilidad diferente de la que mueve a sus conmilitones del resto de España. Algo tiene que ver su historia. Esto les ha hecho  ir por delante y que no acabe este centro derecha social vasco español por identificarse, al pie de la letra,  con el que apareció en otros lugares, demasiado entreverado por mercaderes dispuestos a pringarse sin remedio, como se ha visto, al paso alegre de una democracia pastueña.
   Hace más de treinta  años,  mi mejor amigo (y me dio la oportunidad de constatarlo) le presentó a don Manuel Fraga Iribarne, en una de sus anheladas y redentoras visitas a Vitoria, una síntesis ideológica para promover un plan de activación de aquella derecha de Álava, de Vizcaya y de Guipúzcoa, tan castigada entonces por las embestidas de ETA. Un plan activista con tres polos de atención: el social,  el cultural y el autonómico.
   El social, para ocuparse, en particular,  de  familias pobremente dotadas creando para ellas un plan laboral de oportunidades; el cultural, para armonizar el uso de los dos idiomas ( español y euskera) y, en consecuencia, para estimular el diálogo entre las dos culturas y sus dos escuelas; y el autonómico, para respetar y mejorar la autonomía de los territorios forales  (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya) frente al auge que los nacionalistas querían dar, y han dado, a los entes nacionales, a la nación que llaman Euskadi.
   Era un esquema, que sigue siendo válido, para al menos abrir un debate que pudiere interesar  a los que se sienten vasco españoles.
   ¿Y qué dijo Don Manuel? Se fue de Vitoria y el papel se traspapeló, sin duda. O lo traspapelaron. Nunca nadie habló de esta propuesta. Y su  autor cerró  la síntesis en una  carpeta atada con balduque del fino y le colgó esta etiqueta telegráfica: "Podrían pensar en algo mejor. Se conforman con lo que tienen. Es natural. La pereza es la mejor aliada de la falta de imaginación. Sentémonos a la puerta de la jaima... Urge esperar".
  Así  tenemos un centro derecha vasco español, que como grupo social, está en  fase manifiestamente mejorable. No toca pelota, salvo en Álava y cada vez menos. Y duele que  así sea.