sábado, 31 de enero de 2015

ENTRA Y VERÁS

     Me decía un "experto" que para aproximarse al comportamiento o respuesta de un gran pueblo ante  una medida  oficial o gubernativa, nunca esta de más imaginar cual sería la reacción, ante esta contingencia, de un núcleo de población pequeño.
      Bien: tenemos un gran pueblo, Grecia cuyos gobernantes, en cumplimiento de sus promesas electorales, van reactivar una serie de beneficios en favor de las clases menos favorecidas que son mayoría. Esta reactivación tiene un precio y los Gobernantes griegos no tienen dinero presupuestado para atender ese pago.
      Si sucediera esto en un núcleo de población  de mil habitantes, el Alcalde tendría dos soluciones: pedir dinero prestado o dejar de atender otras necesidades incluidas en el presupuesto municipal. Más dinero prestado, no se lo van a entregar,  a no ser que responda con garantías que hoy por hoy están fuera de su alcance. Tendrá el tal Alcalde que desnudar a un santo para vestir a otro. Lo cual tiene su aquél.
      Pero hay una tercera solución: conseguir que funcione la vieja maquina de hacer dinero. Un dinero sobre cuyo valor decidirían los mercados. Lógicamente, el valor de la moneda correspondiente a un pueblo cargado de deudas, sería -.en consecuencia - muy bajo.
     ¿Que harían los dueños individuales de moneda fuerte? Sacarla fuera del pueblo, antes de que las autoridades se queden con ella por la vía ejecutiva,  o esconderla.
     Ese pueblo entraría en un mundo de aventura donde para comer habría que pagar en especie. Y los residentes que pudieren emigrar, lo harían con todas sus consecuencias. También se puede vivir empobrecido a costa del sector público igualmente pobre, o colocarse entre el grupo de dirigentes que son los que tienen las llaves de la hucha.
     Hay soluciones para todo, aunque no para todos.

viernes, 30 de enero de 2015

POLÍTICA CLIENTELAR

   Resulta asombroso que  la corrupción -tanto en el sector privado como en el  público- se detecte en muy concretos comportamientos (sobremanera en los relacionados directamente con el vil metal) y no en otros más desdibujados, pero que no por ello dejan de tener efectos económicos.
   Me voy a fijar en uno: la política clientelar. La corrupción llega a estar hasta bien vista, como si fuera una cortesía con los fieles y leales,  un premio obligado en beneficio de aquellos que se sacrifican y entregan a los líderes de los partidos con generosa devoción.
   Se merecen un premio y nada hay más lógico que dárselo a costa del dinero aportado por el sufrido contribuyente; es decir con el sacrificio ajeno.
   Si un grupo de leales, dedicándose  intensamente en  el corto periodo electoral,  llevan a la victoria a sus líderes políticos, bien sea en un municipio, en  una comunidad autónoma, o en toda la nación, se ganan sus componentes el derecho a un premio, tal que una asesoría, un cargo al menos  interino con probabilidades de hacerse  fijo,  una concesión de las que se dan a dedo o cualquier otra ocurrencia que pueda estar remunerada con cargo al erario público. En fin, la imaginación íbero-vasco-bética-celta-catalaúnica ha llegado en esta especialidad tan  lejos,  que me siento incapaz de  reproducir las mil maneras de primar a los que se ganan la vida, con el esfuerzo del sufrido contribuyente, gracias a unas elecciones.
    Elecciones  tan abundantes, copiosas y dotadas con generosidad, de las que disfrutan los españoles pese a su crisis y pobreza aneja (¡cuantos muertos de hambre al margen de  la florida  senda electoral!).
    Solo quería decir a mis queridos compatriotas que como coño vamos a tener buenos gobernantes, si no empezamos por reconocer que un sistema podrido, solo puede dar basura como resultado. Y menos mal que, en alguna maceta separada, se llegan a cultivar unos pocos ejemplares de excepción.
   Dios aprieta pero no ahoga aunque muchos se queden olvidados en la orilla del camino.

jueves, 29 de enero de 2015

ENCUESTAS NEGATIVAS PERO ESTIMULANTES

    Una última encuesta de reciente publicación, prevé una pérdida espectacular de votos, en el País Vasco, para el PSOE y el PP. Está pasando otro tanto en Cataluña.
    No es casual que,  precisamente, en las dos comunidades citadas sea donde esta tendencia se registre como inevitable, puesto que no estamos hablando de un chaparrón, imputable a hechos recientes, sino de un goteo que tiene historia.
    Los políticos, lo mismo si son de izquierdas que  derechosos o centristas, no se caracterizan por su humildad  y por tanto  suelen estar poco propicios al examen de conciencia. Por tanto, no hablemos para ellos, sino para los lectores en general de cualquier ideología y, por nuestra parte,  sin afanes didácticos.
   Hay varias causas que explican la  decadencia de los partidos e incluso de los pueblos. Pero una de estas causas es fundamental. Dime cómo están y quién manda en las escuelas de un país y te diré quién se hará a la larga  con el poder político.
   En cuanto los seminarios del País Vasco (y también de Cataluña) se politizaron - y todos sabemos en qué dirección - me atreví a vaticinar: se acabaron los curas porque la dogmática no va con ellos mientras estén en la política. Así que la pringamos tía Julia.  Dentro de unos años habrá nacionalistas de izquierdas y de derechas, pero nacionalistas. Los demás irán de pintamonas.
   ¿Por qué no dije esto a su debido tiempo?
    Lo dije, pero como quien llama al sordo Cachano con dos tejas. ¡Ni puñetero caso! La escuela se la llevaron quienes mejor se trabajaron la cosa. Y con la escuela, fue el poder político  a sus manos.
    Ahora, entre socialistas y populares, no hay más cera que la que arde: poca y mala. Mejor que vayan juntos, es decir unidos,  para no desaparecer del todo y pensar con  lógica en su futuro.
   Las encuestas negativas cuando mueven  las conciencias, suelen ser estimulantes.
 

miércoles, 28 de enero de 2015

IMAGINATIVO PERO TAN REAL COMO LA CASTA

   Cuentan de un pariente lejano de mi familia, muy mayor aunque esto no le impidiera vivir solo, que recibió la inesperada visita de dos señoras, muy bien puestas,  que pretendían hablar con el ama de casa.
   - Si preguntan por la que barre, guisa,  lava y plancha la ropa, esa so yo.
   - ¡Ah! ¡Muy bien! -dijeron las señoras-. Nosotras venimos en nombre de la Iglesia Adventicia del Séptimo Día, y querríamos mantener una charla con usted..
   El vejete  se olió  la tostada, puso cara de honestidad y se sinceró:
   - Me van a  perdonar. No creo en la religión católica que es la verdadera y vienen  ustedes.  al final del viaje, a pedirme que cambie de coche. ¡Imposible!
   ¡Así se hace!, pensé para mis adentros. Hay que aguantar el tipo hasta el último aldabonazo. ¡Ole tus caireles, viejo camarada!
   - No sea usted tan rompedor - me dijo un nieto que estudia para intelectual y admira a los profesores que pastorea el hijo de  don Santiago Carrillo en no sé qué universidad de Madrid y me trata de usted..
   - ¿Rompedor? Al contrario.
   - Hay que evolucionar. Mire abuelo: para estos señores de "Podemos"  no hay imposibles. Elogiaron, hasta deshacerse, la política de los populistas mandantes en Venezuela  y compañeros bolivarianos de la región. Luego nos dijeron que defenderían la social democracia de los países nórdicos. Al final sus líderes, han terminando comiendo juntos con  dos significados ex-capitostes de la "casta" tan  denostados como los Sres. Rodríguez Zapatero y Bono.
   - Vamos a entendernos... nieto de mi alma. ¿Quieres decir que lo importante es navegar, cualquiera que sea el viento que nos empuje?.
   - Algo así. Los que al final saldrán  gananciosos son ellos,  los políticos. No los politizados. Para eso se las ingenian y luchan.
   - Pues que lo digan de una vez, sin darnos la paliza prometiendo venturas que nunca alcanzaremos.
   "No hay novedad señora baronesa" que ya se entonaba en los primeros años de la dictadura a pesar del apetecido pan negro tan escaso. Cuentos, todos, más viejos que la pana.
   

martes, 27 de enero de 2015

EL POLIÍTICO Y EL PODER

    El político vive, respira y lucha por alcanzar el poder. En teoría cualquier medio es bueno si conduce al  logro de ese  poder o a conservar el  ya logrado.
   Se llega al poder de muchas formas. Las guerras, constituyeron  y constituyen una forma segura de que el vencedor ocupe y se  mantenga en el sitial del poder. Las guerras resultan muy sangrientas porque gana quien más mata, ¡ay de los vencidos! Las guerras empobrecen, sobre todo al que las pierde Pues a pesar de todo las guerras siguen funcionando y digan lo que digan, el que más y mejor esté preparado para la guerra  y tenga menos escrúpulos es el que vence y manda.
    A veces, hasta los luchadores  natos, se dan cuenta de que la guerra empobrece a los pueblos, y ejercer el poder en un país lleno de pordioseros no tiene aliciente ni produce grandes satisfacciones. En ese momento,  los guerreros césares se sienten iluminados y aspiran a que sus "súbditos" (los pobres casi siempre son súbditos,  cuando no esclavos) sean redimidos por los mismos que los condujeron a la pobreza. Es el caso de Cuba.
   Entonces, primer mandamiento, entra en juego la política. Es una guerra sin desenfundar. Para ganar se han que utilizar todos los medios de convicción.´ Los medios más utilizados,  las armas del político, son la oratoria y la escritura, la soflama y el pasquín, el dominio de las ondas y de las imprentas y paramentos para fijar carteles.
   En suma, se trata de difundir que si hay pobres y sufrimos miserias, es  por culpa y causa de los otros, de los adversarios, sobre todo cuando mandan. Se trata de elegir nuevos políticos  que, con otras maneras, digan las mismas mentiras. Es lo que esta pasando en Grecia.
   ¿Acaso los aspirantes presentan avales de buena conducta y garantías de que van a cumplir lo prometido? ¿Acaso han dado ejemplo de estar donde están en loor de santidad? No, nada de eso. Por tanto, es probable que mucha gente escarmentada se abstenga  a la hora de votar. Tremendo error; luego pasa lo que sucede. Así tenemos docenas de  países que llevan decenas de años votando promesas y novedades a los insolventes  y todo sigue igual o peor. Por rachas, es el caso de España. A las gentes, les cautivan por estar afectadas por el síndrome del cambio.
    ¡Aquella sabia mujer de los Ancares, pobre y  envejecida pero clarividente! Requerida  por un periodista tesonero que  preguntaba ¿a quién va a votar?, no lo dudó: "Sé a quién no voy a votar: a los recién llegados. Mal asunto tener que empezar de cero para terminar como todos. Los que ya están nos salen más baratos".
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domingo, 25 de enero de 2015

MIREMOS A GRECIA

     Ya conocemos los resultados electorales de Grecia; pero lo mismo da. Miremos a Grecia. Porque Grecia nos da la oportunidad de ver si le pelan o no las  barbas a tu vecino.
     Les voy a confiar un secreto a voces. Este régimen  nuestro, tan ejemplar, tan bonito, tan laureado, se inició en un clima de crisis por unos partidos improvisados que no tenían una perra y que, al parecer, recibieron ayudas generosas de algunas fundaciones políticas  europeas y americanas, así como préstamos generosos de las cajas de ahorro, bajo un denominador común: todo vale si España se convierte a la democracia.
  ¿Se devolvieron esos dineros? ¿O se perdonaron en gran  parte por aquello de "todo es bueno para  el convento"? Allí empezó el todo vale por ser aprovechable y  útil para instituir la democracia, lo cual no deja de ser una corrupción.
   Y con el todo vale fue reconocida la validez  de que "el fin justifica  los medios", sin tener en cuenta, si se pretende que una democracia sea eficiente y útil,  - cualquiera que fuere  el programa político de los partidos en liza -,  que lo  primero que hace falta es respetar la calidad ética que demanda toda sociedad  por principio: la de ser justa, equitativa y saludable.
    Pues así la chingamos tía Paca, porque los políticos españoles tan poco  aficionados a la ejemplaridad y a la tolerancia,  le dieron tan poca importancia a la pasta gansa, que ríete del desbarajuste administrativo de las Españas, puestas a  malgastar la plata  de allende  el mar, cuando se descubrieron las Américas.
   Con esa línea de conducta, más o menos, se montó democráticamente una España fantasiosa, alegre y faldicorta,  más cara de sostener que los tercios españoles en Flandes, con unas autonomías de lujo y unas aspiraciones de ensueño.
   De forma que hubo que llamar al esposo de la tía Paca, es decir al tío Paco, que vino con la rebaja; pero ¿quiénes pagaron las facturas pendientes? Las clases medias y el trabajador de a pie.¿Y los otros? Unos se inclinaron por el fraude y los demás, ya se sabe, se fueron a los paraísos fiscales. ¿Esto, o algo parecido, es lo que quieren arreglar los griegos en su propia casa?
   Pues bien: miremos  a  Grecia antes de meter la pata en España. ¡Hasta tenemos esa suerte!


sábado, 24 de enero de 2015

DE LA CÁRCEL Y A MUCHA HONRA.

     El señor XX ha salido de la cárcel  y a mucha honra. Lo habían enchiquerado bajo sospecha   - serios indicios delictivos -  para evitar su más que probable fuga , al entender de la Justicia. Ha salido del trullo y un sector de la prensa lo ha recibido con morbo y en loor de sensacionalismo,  como, se hacía con los protagonistas de los vuelos transoceánicos en el siglo pasado. ¡Cuánto se han depreciado  las exigencias que dan fama!
     El hombre, sobrado de ánimo, fresco como lechuga recién salida del invernadero, ha estado locuaz y no ha tenido inconveniente en reafirmar que los cuarenta  y pico millones de euros  que guarda en Suiza, son suyos y poco menos que intocables.
     Todos han coincido en que XX va  sobrado y  es muy listo. Vamos, algo así como un ejemplo a tener en cuenta por las sucesivas generaciones que se dediquen a llevar las cuentas de los políticos o cosa parecida.
     ¿Pero que ha pasado en realidad ante cuyo planteamiento nadie se aclara?
      Cuando yo trabajé de chupatintas y lameculos en una oficina bancaria dependiente de la gran central que radicaba en Madrid, para abrir la caja se necesitaban tres llaves: la del director de la   sucursal,  la de un apoderado y la del subalterno que manejaba el billetaje y la sobada moneda. Y al cerrar la caja se hacían cuentas, firmaban los tres claveros y se mandaba el resultado numérico a la central en Madrid para superior conocimiento.
     Y en Madrid, los superiores jerárquicos de aquellos dichosos tiempos, cuando aún faltaba mucho para que se inventaran los ordenadores, nunca tuvieron que pisar  Juzgado alguno para responder a denuncias basadas en unos apuntes impropios de un escolar de diez años.
     ¡Que vergüenza! Y para colmo, al salir de la cárcel lo toman de referencia los listos de la clase. ¡No se sabe quién ha caído más bajo!

viernes, 23 de enero de 2015

HASTA DEVOLVER LO AFANADO

         Cuando uno era joven, ¡qué falta de malicia, Dios mío!, la comisión de actos que iban contra los principios éticos más  elementales (como quedarse  con los bienes ajenos), era una desgracia y una vergüenza tanto para el presunto, como para sus familiares, amigos y allegados.
         Pero, ya de mayor, he tenido la oportunidad de ver cómo se pueden amasar millones dedicándose al pillaje, pasar por la cárcel y luego, al salir, sentirse muy honrado y encima aclamado por el turbión de  noticieros que no distinguen, y hasta confunden, la velocidad con el tocino.
         De ahí a ser aclamado el presunto por virtuoso y presentarlo como ejemplo  a tener en cuenta, sólo hay un paso y no sería la primera vez que el aludido, sintiéndose redimido de toda culpa, se diera el gustazo de darnos lecciones de moral,  algo así como  ciscarse en público  con la capa puesta.
         Uno comprende que la política ciegue las conciencias de algunos políticos y comentaristas pesebreros  que, con tal de desplazar al que manda, le arrean estopa y lo ponen a caldo; muchas veces, el mandarín lo tienen merecido por poner la mano en el fuego en defensa de los chorizos de turno. Pero una cosa es ridiculizar a  un tontainas y  otra dar amparo a  un ladrón.
         Ahora bien: si se abriera una escuela de formación profesional para políticos, no estaría de mas una asignatura que agudizara el olfato del alumno, para que aprendiera distinguir  de lejos al  simple adulador del presunto gatuno, que suele venir armado con palanqueta oculta y su codicia a la vista.
         ¡Ah, si les dieran cárcel  hasta la devolución de lo afanado!  Otro gallo cantaría.

jueves, 22 de enero de 2015

LO PÚBLICO Y LO PRIVADO

      Es de maravillarse la facilidad con la que elogian unos lo público y otros lo privado, sin atenerse a otros elementos de juicio que los divulgados por los interesados en uno u otro sector.
     ¿Enseñanza pública o  privada? ¿Medicina pública o privada?
      Y si entra la política en este juego, échense temblar.
      ¿Tenemos la mejor asistencia médica del mundo?. No lo sé; no lo sabe la mayoría de los asistidos, por una sencilla razón: no tenemos referencias fiables para hacer tal aseveración. Particularmente sólo puedo hacer elogios de las personas, doctores, enfermeras, auxiliares que me asistieron en la empresa pública,  pero esto no quita para que viera y padeciera defectos de organización que ese personal sanitario también los detecta y los lamenta.
       En la enseñanza puede que suceda -estoy alejado de ese tema- algo parecido, aunque si se advierte  que, en los centros docentes públicos, el interés de los padres por el progreso de sus hijos es inferior al que se detecta en los privados.  Lo gratuito no se agradece, ni se presta a exigencias,  como cuando hay que  rascarse el  bolsillo para conseguir el servicio.
       Desde luego se nos llena la boca de democracia y luego, en las cosas más elementales nos sometemos con toda docilidad a la burocracia que es, no el gobierno del pueblo por y para el pueblo libre, sino el gobierno  de ese pueblo en exclusiva por los que manejan el boletín oficial.
      En principio les diré que 1.830.000 funcionarios públicos aproximadamente, tienen la posibilidad de elegir la asistencia sanitaria suya y de sus familias, para recibirla a través de  empresas  públicas o privadas.   1.550.000 han elegido la privada. ¿Qué pasaría con la enseñanza pública y la privada si ambas fuera gratuitas y se pudiera elegir?
     Ustedes me dirán.
   


   
   

miércoles, 21 de enero de 2015

LAS DEUDAS SE PAGAN

    Las deudas se pagan, a no ser que el titular se vaya al otro barrio o lo declaren insolvente. En este último caso conviene prepararse porque el endeudado llega a saber lo a que es bueno a través de lo mal que se pasa sin tener dónde caerse muerto.
    Y las deudas se pagan, eso es lo malo,  reduciendo el gasto al máximo de forma voluntaria, antes de verse uno obligado a cumplir ese trámite por imperativo legal. O sea que por las buenas o las malas el endeudado, para salir del trance, se ve impelido a pasarlas canutas, a sufrir humillaciones y sinsabores, pudiendo incluso ser incapacitado y sometido a tutela judicial, que es una forma de esclavitud muy racional, pero muy pesada, para terminar pintando en esta vida menos que una mona.
     Estos son los hechos y por ese camino ustedes sabrán  quiénes van a  padecer más las miserias ineludibles. Por si no lo sabían, se lo diré: los mas débiles.
     Este es el caso de un país llamado Grecia. Podría ser, si nos descuidamos, el caso de otro país llamado España. Es mejor aceptar la carga y disponerse al sacrificio voluntariamente. Pero habría que aceptarla conscientes de dos hechos: Primero: ¿Quién o quiénes nos han llevado a esta situación? Segundo: ¿Cómo evitar (o mitigar) que los sacrificios penalicen a los más débiles?.
     Si yo fuera político activo -que no lo soy ni puedo serlo- empezaría la campaña electoral que nos amenaza, poniéndome ante los electores con ese doble propósito:Primero,  conocer a los causantes del mal causado para escarnio público y para que se sepa por todos  (con nombres, apellidos y su filiación política),  y segundo, proponer un plan de amortización de la carga pendiente, de forma y manera equitativa y justa. Porque si la injusticia es mala, la falta de equidad lo es peor.
     Sería la forma de equilibrar los sacrificios que -digan lo que quieran los políticos con sus falsas promesas- aún nos esperan.

martes, 20 de enero de 2015

TRABAJADORAS CLASES MEDIAS

    Anda un tanto despistado el capitoste -dicho sea con el mayor respeto - del socialismo patrio. Le vi ayer, por TV, explicando su viaje a los EE.UU y no me convenció. Primero, porque aludía,  y citaba, no a los  obreros y sus problemas, sino a las clases medias trabajadoras. Segundo, porque exponía sus argumentos con  un aire inexpresivo y cantarín, que venían  a demostrar que manejaba  ideas aprendidas pero no meditadas, ni mucho menos asimiladas. Con  lo cual, algunos están cavando la sepultura del socialismo español sin tomar conciencia de ello.
     La segunda nota desfavorable la ofreció el Sr. Sánchez en bandeja por si acaso no nos habíamos enterado:  no está al frente de un partido socialista, sino de una social-democracia. Lo dijo varias veces, con tanta insistencia, que uno le entran dudas sobre si era o no el secretario general del PSOE quien decía tales cosas.
     Cuando Don Pablo el bueno fundó el PSOE, tanto él como sus conmilitones quisieron que fuera
socialista, para redimir a los obreros de España. No pensó en las clases medias, entre otras razones porque la clase media es muy heterogénea, muy suya y  políticamente inclasificable. Su militancia se reparte entre todos los partidos y la mayor parte no cree en la política. ¿Por qué? . Porque los políticos cuando quieren arreglar algo, siempre es emputeciendo a los mismos: a la clase media.
     ¡Clase media trabajadora! ¡Qué insensatez! La clase media  laboral, de verdad, es mucho más que eso. No tiene horarios. No le rinde la fatiga. La clase media no es que trabaje: se dedica. La dedicación está por encima del trabajo, lleva todo el día y gran parte de la noche; la dedicación es no sólo para trabajar, sino que llena una vida.
     Yo, si fuera político activo, dejaría a la clase media laboral en paz y procuraría aliviarle las cargas que la inmovilizan.

 

lunes, 19 de enero de 2015

DERECHAS E IZQUIERDAS.

    Dada mi veteranía, veo que muchas  viejas ideas vuelven a repetirse como si fueran inéditas. Reiteradas  con desparpajo y cara dura, sin cita de autor ni alusión alguna a las circunstancias que concurrieron al surgir en público, uno se maravilla por algo que si fuera a ser casualidad, resultaría impropia de un profesor universitario;  y mucho menos yendo en grupo.
    Ustedes habrán oído a los jerarcas de "Podemos" decir que no son de derechas ni de izquierdas queriendo eludir cualquier parecido con los partidos políticos al uso, que según ellos pertenecen a la "casta"; hecho que, al parecer, invalida su legitimidad para actuar  como gobernantes en cualquier ejecutivo de nuevo cuño. Y por lógica, para que no haya dudas y no parecerse en nada al  PP o al PSOE, para no ser como ellos, ni siquiera son de derechas ni de izquierdas. Con lo cual concluyen por parecerse a la Falange Española y de las JONS que, ya en 1933,  patentó esa originalidad de no ser de derechas ni de izquierdas (discurso de José Antonio, fundacional de la Falange). He aquí sus palabras:

    "El movimiento de hoy, que no es de partido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un antipartido, sépase desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas. Porque en el fondo, la derecha es la aspiración a mantener una organización económica, aunque sea injusta, y la izquierda es, en el fondo, el deseo de subvertir una organización económica, aunque al subvertiría se arrastren muchas cosas buenas. Luego, esto se decora en unos y otros con una serie de consideraciones espirituales. Sepan todos los que nos escuchan de buena fe que estas consideraciones espirituales caben todas en nuestro movimiento; pero que nuestro movimiento por nada atará sus destinos al interés de grupo o al interés de clase que anida bajo la división superficial de derechas e izquierdas".

    Solo nos queda averiguar si cualquier parecido de "Podemos" con  un movimiento totalitario, es mera coincidencia.

     

   

sábado, 17 de enero de 2015

NO ESTOY DE ACUERDO

     La mera exposición de hechos que suceden a diario en España -como en otros países del entorno- no puede interpretarse como una resignada aprobación de esa realidad. No estoy conforme con la desigualdad excesiva entre salarios, no lo estoy con los paraísos fiscales, ni con la economía sumergida, ni con el estraperlo, ni con las migraciones incontroladas, ni con los abusos de los políticos, o las promesas incumplidas, o la carencia de medios para atender las necesidades de gentes indefensas, ni con los gastos superfluos por parte de la administración...ni con ese turismo que hace de la calle un putiferio y muchas cosas más.
    No estoy conforme  con aquellos que aprovechan las coyunturas desgraciadas que son muchas, para fomentar  el vocerío  que las exagera. Con aquellos que, además, sufren si la desgracia se remedia, porque  a ellos  no les interesa tanto que los demás padezcan  como contar con  algo arrojadizo para perturbar el normal funcionamiento  de un país.
    A a nadie bien nacido le produce satisfacción  alguna que miles de enfermos no tengan acceso a una medicación eficaz que los cure. Pero es bien  triste que para remediar el fallo, haya quien en el ejercicio de su profesión, pase de la constatación del hecho y de una buena disposición para colaborar en la  búsqueda de soluciones, a fomentar el  insulto y la  descalificación total de quienes hacen cuanto pueden para salir de la anomalía. Hasta les alegra el fracaso.
    Está claro que no estoy de acuerdo con la injusticia, venga de donde viniere. Aunque sea  de aquellos que están en  la proximidad física  o mental del que escribe.

viernes, 16 de enero de 2015

POR ENCIMA DE LA LEY.

     Sostuve ayer, y lo mantengo, que los paraísos fiscales existen porque  así lo quieren los  Estados bajo cuya jurisdicción están. Diríamos que son  una irregularidad consentida en evitación de males mayores. Es la forma de que al gran capital, tan necesario para que no decaiga el pulso económico de un país, se le proporcione un refugio para evitar su fuga a climas mas favorables.
     Nos dirán  que las leyes del mercado mandan  y que usted, fiel súbdito (es decir esclavo económico) si no se marcha con sus capitalito  a otra parte, donde no lo estrujen, es porque no puede.
     En  los años del hambre, las leyes de una dictadura que  tenía al paisanaje en estado de "firmes ar", se prohibió con severas penas el estraperlo. Pero la cosa se fue suavizando ya que  si no llega a ser por los estraperlistas las gentes hambrientas se habrían sublevado y Franco, con ser quien era, no estaba para broncas domésticas, cuando desde fuera lo tenían acongojado. Así que leyes sí, represión sí, pero sin pasarse y según y cómo. En  ese trance fueron menos inteligentes algunos gobernadores civiles.
    Ustedes habrán visto a la diplomacia española intervenir cerca de la Gran Bretaña porque los "llanitos" echaban algunos peñascos en las aguas costeras o por el  contrabando del tabaco. ¿Lo han hecho acaso con el mismo empeño  para que se desmontara el paraíso fiscal gibraltareño?
    Hace poco el Presidente de Gobierno visitó a los mandamases de Andorra. No dijeron por  qué  ni para qué. Se supone que para asuntos relacionados con la fuga de capitales de España hacia ese paraíso andorrano, tan preferido por las fortunas catalanas, según se va sabiendo.
   ¿Y por qué no llegar -me pregunto- a un buen acuerdo con los nativos para que Andorra sea el paraíso fiscal de España, al modo y manera que lo es Gibraltar para las fortunas del Reino Unido?       ¿Pudo ser esa la razón el  viaje del Sr. Rajoy?
    Así conseguiríamos que no se fueran lejos los grandes capitalistas españoles, por si en un momento  dado tenían que echar un cable a sus paisanos, que  viven, sin paraíso, como unos adanes cualquiera.¿O no?

jueves, 15 de enero de 2015

LOS CUENTOS DE LA TELE.

   El problema es éste: cómo reducir las grandes diferencias salariales en y entre distintas empresas. Ejemplo: se da allí donde un peón gana 10 y un ingeniero gana 100. Es injusto y la injusticia, a la larga, crea reacciones  violentas que las pagamos todos.
   La  exposición de estos casos es bien sencilla en período electoral. En principio el hecho de  enunciar la anomalía, es ya una parte de solución. Está claro que no se resuelven los problemas si antes no se exponen en toda  su dimensión.
   Cumplido ese trámite vamos a ver qué nos dice una multinacional que, por citar un caso, fabrica automóviles y da empleo a 500 trabajadores. La media de los operarios de taller, cobra 800 euros al mes libres de descuentos, más dos pagas extras que hacen 1.600 euros que  divididos por doce y sumados a cada mensualidad, hacen que el salario real sea de 933 euros por mes. Los veinte ingenieros de la misma firma, cobran  media mensual, incluidas las extraordinarias, de 4.500 euros.
    Noticias complementarias: si faltaran diez de estos ingenieros por pagarles un sueldo inferior, tendrían que cerrar la empresa. Y si se subieran los ingresos  de cada operario en un diez por ciento, dejaría de ser rentable el negocio.
    Consecuencias: De no mantener un equilibrio proporcionado a las leyes del mercado, la empresa sería inviable y aumentaría el paro. Otra consecuencia: la empresa se deslocalizaría para buscar, en otro país,  el clima favorable salarial que aquí se le niega.
   Moraleja: es muy fácil después de haber desayunado cumplidamente, ir a una emisora de TV y poner a caldo a los  gobiernos que toleran esas diferencias salariales.
   Solución: nacionalizar la empresa  y poner al Estado a fabricar coches, como se hacía en la URSS. Luego,  esperar a ver  quién te los  compra. Al final cargar las pérdidas al erario público.      
   Otra solución: cerrar la empresa y mandar  a todos los empleados al paro. Que es lo que ha pasado en España y puede volver a pasar.
   Y luego dicen que el pescado es caro.

miércoles, 14 de enero de 2015

EL CAPITAL ESCURRIDIZO


     Volvamos a examinar lo poco atractiva que políticamente resulta la estabilidad prometida por el PP. para el periodo electoral que se aproxima, como ideal ante la nueva legislatura. Ir con esa palabreja "estabilidad" incrustada en el programa electoral, es deprimente. A nada que rasques la "estabilidad" significa que todos, con el Gobierno a la cabeza, vamos a estar de acuerdo en que muchas injusticias sigan sin solución.
     Naturalmente, si otro partido salta a la palestra prometiendo acabar, por ejemplo,  con un sistema fiscal que viene siendo soportado por la sufrida clase media, la estabilidad se rompe; y la mayoría quiere que se rompa, aunque no haya seguridad de que lo nuevo nos saque del mal que ya padecemos.
     A la derecha civilizada -no sólo a la española, sino la del primer mundo- hay que achacarle su docilidad frente al gran capital. Que una familia como los Pujol haya paseado  sus dineros por no se sabe cuántos paraísos fiscales impunemente, nos demuestra que los Estados de los países ricos, no pueden con el gran capital; gran capital que  sostiene y defiende (con hipocresía) la existencia de esos paraísos privilegiados. ¿O acaso Luxemburgo no goza de privilegios que para si quisiera Grecia, con el visto bueno de los demás Estados de la UE? Y Gibraltar ¿no dejaría de existir como paraíso fiscal si lo quisiera el Reino Unido de la Gran Bretaña?
     Tenemos ahí el fenómeno de las migraciones. ¿Acaso de seguir las cosas así piensa alguno en mantener "estables" las corrientes migratorias -es decir dentro de unos límites aconsejables- cuando los Estados (donde manda el gran capital) creen que los problemas se arreglan en la estación de término y no en la estación de salida? ¿O acaso no es el gran capital el interesado en que en el primer mundo crezca una masa de mano de obra barata,  clandestina y sin derechos?
    Como es fácil comprender el día en que un partido político de la derecha civilizada se preocupe de veras  por una justicia social de altos vuelos, aunque tenga que disolver ciertas "estabilidades", empezará a ilusionar a muchos que hoy la detestan.
    No olvidemos que la pobreza suele ser muy estable. Demasiado.

martes, 13 de enero de 2015

LA ESTABILIDAD NO VENDE; LA NOVEDAD, SÍ.

     La mayor parte de los políticos no quieren darse cuenta de que llevar a buen puerto a su partido es una empresa. En su limitado horizonte (y conste que las limitaciones de los políticos  están por encima de la media, - ya diré por qué-) no conciben que se llame  empresa (primera acepción del diccionario de la RAE), a toda "acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo". Y algo más: requiere ingenio.
     ¿Que quiero decir? Muy sencillo: en los partidos políticos, cuando están muy asentados, se impone la ley del mínimo esfuerzo.
     Por ejemplo: ofrecer estabilidad en un país donde -a pesar de la crisis- estamos viviendo los recortes y carencias impuestos sin que se mueva un  papel, con la docilidad de un pastor alemán, no tiene sentido. Las multitudes votantes, piden aquello que les falta, no lo que ya tienen. Las gentes no se acuerdan de la buena salud hasta que la pierden.
    Por ejemplo, ahora quieren hacer buenos negocios y ganar buenos sueldos, como en tiempos de la burbuja inmobiliaria. Ya sabemos que ciertos partidos a eso le llaman justicia social, lo cual en lectura meditada supondría que si somos pobres, vamos a repartir el trabajo y la pobreza (quizás como en Cuba); pero en lecturas rápidas, equivale a pensar que todos vamos vivir como en Suecia sin darnos cuenta de que, para eso, lo primero que hace falta es tener suecos que llenen las calles de la nación y los  puestos de responsabilidad y trabajo. Y en España, como suecos hay muy pocos, vivir como ellos es imposible.
    La empresa, por tanto, si es imaginativa, (con  la mirada puesta en promesas incumplidas), tiene que ofrecer algo sugestivo, capaz de cautivar a las masas. Y la estabilidad, señores, hoy por hoy, no vende.
    Seamos prácticos: ¿Por qué las personas con iniciativa y talento, hombres y mujeres tenaces y con imaginación, detestan  y no quieren desempeñar el oficio de políticos? Porque no pueden formar un buen equipo por falta de gente preparada, aunque algunos piensen de buena fe en todo lo contrario. El partido que resuelva esa ecuación terminará dominando en la palestra política nacional (insisto: si cuenta con un buen dirigente y acierta a formar un buen equipo).
    No es el  caso de "Podemos" y  bien que lo siento.
   

UNA REFLEXIÓN NECESARIA.

      El problema es tan viejo como el desahucio que sufrieron nuestros primeros padres al ser arrojados fuera   del paraíso terrenal. Tan pronto como se vieron en la calle, Adán y Eva sólo pensaron en construirse un hogar, un pequeño paraíso donde no pasar frío ni calor.
      Era lógico que la pareja  se sintiera incómoda tan pronto  aparecía por el horizonte alguien  con el que compartir un cierto grado de confort. Y como él, el forastero tampoco se explica que se le vea como un enemigo.
      Surge así  la incomprensión mutua  y con ella la  rivalidad, con la rivalidad el miedo,  con el miedo el deseo de arrojar fuera de la jurisdicción al inesperado vecino. Empezaron  por no entenderse y terminaron por constituir dos colectividades. En el caso nuestro, en la España., como en otras naciones europeas,  han surgido algunos enfrentamientos entre los heredo cristianos  y los heredo islámicos.
     La lucha por la vida, en épocas difíciles, conducía a  pelear  con el prójimo, por pura necesidad. Todo porque ese prójimo te disputaba la comida, la bebida y el cobijo. O sea que visto el pasado, puede decirse que las incomprensiones y roces de nuestros coetáneos tienen la misma raíz. Los mejor situados luchan por mantener su "status" social, antes de que alguien llegado de fuera termine por arruinarle su comodidad,
    En suma, hasta que el forastero no se integra en el grupo mayoritario, se sentirá, diferente, infravalorado e incómodo. Y salvo excepciones, se sentirá excluido, discriminado y, como todo grupo marginal, creerá que los demás lo esquilman, es decir que lo explotan hasta el agotamiento aunque no suceda así.
   Dada esta situación, vayan ustedes a templar gaitas entre colectividades separadas y sabrán lo que es bueno. Los Estados Unidos de Norte América, pese a tantos y tantos redentores, de donde salieron  algunos mártires, llevan siglos queriendo borrar distancias y, cuando menos lo piensan, surgen las diferencias.
    Solo quería constatar que  la Europa de nuestros días tiene ya el problema dentro de casa.  ¿Que hay que hacer? Por lo menos abrir una reflexión  sobre los europeos y su circunstancia, que diría el  filósofo español por antonomasia. A ser posible una reflexión constructiva.

lunes, 12 de enero de 2015

PESIMISMO A RAUDALES

    En la tele de los sábados por la noche, una emisora en concreto me recordaba a un cura de  pueblo obsesionado con el pecado y las penas del infierno en el sermón de cada domingo.
    Para corregir el desenfreno de sus feligreses, se recreaba  en reseñar las penas del infierno. Y lo hacía  con tal  fidelidad interpretativa, de forma tan convincente, que dejaba   a la concurrencia, deprimida, arrastrada, doliente y triste para todo el día .
    Hasta que por fin, en medio de uno de esos sermones acongojantes, un valiente  alzó la voz y dijo: "Sr. Cura:  si hay que ir al infierno, se va; pero deje ya de "reventarnos" el domingo, que es el único día que tenemos para disfrutar de la perra vida que llevamos".
    Y el cura, desde ese momento, se calló como un fiambre.
    Pues bien, en esa tele aludida  con vocación masoquista,  un predicador titulado en económicas, estuvo dale que te pego, a última hora del sábado, dándonos la murga para demostrar lo mal que marcha nuestra economía, la precariedad del empleo que se crea, la imposibilidad de pagar la deuda generada por España y la ruina que nos acecha.
    En la última semana  el tema de la deuda resultaba conmovedor. Tal y como está la cosa resulta aleccionador que el jefe del socialismo patrio, el señor Sánchez,  haya dado una solución para resolver el problema de la deuda en Grecia, cuando los que vamos con la soga al cuello somos los españoles que nos estamos comiendo las habichuelas  de nuestros nietos.
    Sería bueno que las teles derrotistas se dieran cuenta de que peores fueron los años de la posguerra, cuando el semanario llamado  "La Codorniz", -reinventora del humor, para  elevar la moral patria- decía aquello de  "España no hay mas que una" y respondía el amigo: "Es que si fueran dos, todos nos iríamos a la otra".

viernes, 9 de enero de 2015

EL ATRASO DE ESPAÑA.

     El atraso de España es ni más ni menos que el atraso de los españoles. No se entiende esta situación teniendo como tenemos, al frente de los partidos políticos, a los seres más progresistas del mundo. Tan progresistas como para ser capaces de legalizar la sodomización entre un elefante y una hormiga,  si tal hecho viniera auspiciado por lo gerifes de la progresía.
     Pero los informes PISA, redactados a tenor de las pruebas a las que se someten los alumnos pertenecientes a  los países de la OCDE para deducir su nivel de conocimientos escolares, nos sitúan por debajo de la media general, lo que se interpreta como un fracaso de la enseñanza en  España.
     Claro está que los españoles -a la vista de esos resultados permanentes en el tiempo- constituyen un pueblo poco instruido. Y lo peor del caso es que la mayoría de estos españoles,   no tiene conciencia  de esta realidad; a buen seguro, a más de uno le enfadará el hecho de que se manifieste en público esta deficiencia.
     Parece comprobado  que allí donde la población refleja un alto índice de conocimientos, las diferencias sociales se acortan y el nivel  medio de vida mejora. Tal es el caso de los países nórdicos.
     Esto nos lleva a concluir que el progreso de los pueblos no depende tanto del mérito de sus gobernantes, como de la calidad del pueblo gobernado.
     Escuela y despensa, pedía el regenaracionista Joaquín Costa. Bien decía: la escuela por delante.
Ahora nos entretenemos en marcar diferencias entre la escuela pública y la escuela privada. ¿Por que no nos afanamos en defender la escuela buena y eficiente frente a la mala escuela?.
    ¡Así nos luce el pelo!
 
   

jueves, 8 de enero de 2015

LOS BUENOS Y LOS MALOS TERRORISTAS.

    El terrorismo se puede  manifestar de distintas maneras pero, en rigor, es una guerra declarada unilateralmente por una facción comprometida en el ataque directo a una sociedad civil, con  el apoyo de multitudes silenciosas y sin embargo cómplices del terror activo.
    Los que hemos vivido cercados por el terrorismo y rodeados en el quehacer diario por una mayoría andante con el rabo entre piernas,   sabemos que al terrorista  no se le combate con paños calientes ni buenas razones, ni menos con interpretaciones históricas o devaneos filosóficos al uso.
    Al terrorismo se le combate yendo a por los terroristas como enemigos que son, para darles caza y captura de uno en uno, con los derechos humanos presentes enarbolados en un brazo,  pero bien armado el otro para acabar con su poderío; en la guerra, como en la guerra.  En una guerra que, sobre todo, ha de ser preventiva.
     Y eso de  no confundir a los terroristas con sus cómplices incrustados en la sociedad, donde viven como seres honorables, es otro error: son los mismos con distinto cometido. Por lo  general, cuando el terrorista muerde, lo justifican: "¡algo habrá hecho!" dicen de la víctima inocente. Pero si el vencido, es de los suyos, si es terrorista,  defienden su inocencia,  le organizan misas y sufragios, manifestaciones de ,protesta, petición de derechos humanos, explicaciones  mil  para apoyar "su recto proceder": el de activistas o pistoleros convencidos de su honradez combativa  porque no le han dejado otro camino.
     Todo ello sin olvidar la ,existencia, en el campo opuesto al terrorismo, de personajes capaces de utilizar la presión antiterrorista,  para medrar o enriquecerse canallescamente, que de todo hay en la viña de la política del  anti lo que fuere.
     En fin, solo quería decir que es una guerra, para que no hagan caso de tanta literatura como se gasta en estas ocasiones.
 

martes, 6 de enero de 2015

EL DERECHO A VIVIR TIENE UN PRECIO

    Cuando uno  ve el problema que tienen los miles de personas (y digo "los miles" y no "las miles de personas", una incorrección en boga gracias a  los noticieros hablados) que padecen la hepatitis C,  da vergüenza pertenecer al género humano.
    Y  da vergüenza por dos razones: la primera porque, como parece demostrado, los que tienen en su mano la distribución y venta del fármaco curativo,  lo han puesto a un precio prohibitivo, cien veces superior a su coste real,  y han convertido la desgracia ajena  en un proceso especulativo impropio de un estado de necesidad; la segunda,  porque los partidos políticos, en lugar de aplicar unidos sus deseos y su dedicación a resolver la desgracia,  aprovechan el problema para, atacando al Gobierno, sacar de esta circunstancia el mayor  rendimiento electoral posible.
    Ambas realidades no dejan de ser una corrupción y ahí es donde está en juego la dignidad de las personas.
     No quiero decir con ésto que el Gobierno carezca de responsabilidades. Está, ahí donde está,   para ser un buen gestor de la vida y milagros de sus administrados y a la vez contribuyentes;  y cuando el problema desborda los límites normales -como es el caso- hay que saber reconocerlo y plantearlo con toda  su crudeza a los demás partidos políticos y a todos esos contribuyentes en busca de apoyos y soluciones. Porque no es ninguna broma jugar con las esperanzas de curación de más de cuarenta mil enfermos. Si en algún momento debemos ir unidos es ante una desgracia tan generalizada.
     Pero uno es un simple opinante y en España, o cobras por serlo, o solo te dan cancha cuando eres un gilipollas útil para el insulto o para remover la basura. Y la curación de la hepatitis C, por desgracia, también tiene un precio.







CUANDO BAJABA LA PESETA

     En los años 1933-34 del pasado siglo, los periódicos machacaban a los lectores con el anuncio diario de una nueva bajada de la  peseta. Con mis diez-once años no entendía el contenido sustancial de esta noticia y tuve que recurrir al padre: "¿A dónde baja la peseta?". "Bajar, bajar no baja a ningún sitio; baja de valor; es decir, se encarece la vida. Por ejemplo, mandar una carta por correo costaba veinticinco céntimos de peseta y desde que ha bajado el valor de la peseta,  nos cuesta treinta". "¿Y por qué baja?" "Es casi seguro que obedece a varias causas que influyen en las cotizaciones. No sabría explicártelo. Se me ocurre que España es un país de tercera con poca fuerza en los mercados. Está a las órdenes de quienes de verdad controlan el poder".
     Vino la guerra;  al llegar la paz,  el valor de la peseta se fue a ordeñar orugas y la inflación nos desbordó. Con todos los mercados nacionales intervenidos, los españoles conocimos dos fenómenos: la escasez convertida en hambruna y la picaresca dignificada bajo la bandera del estraperlo. Nos moríamos de hambre y si no fuera por los estraperlistas sólo quedaba la  solución de buscar la comida debajo de las piedras.
    Pero ahí no se quedó la cosa. Entre  los nuevos organismos oficiales españoles,  uno de ellos decidió que un dolar valía seis pesetas (más o menos). A ese precio te, los pagaban cuando los vendías. Pero si necesitabas dolares, bien los comprabas por treinta pesetas la unidad o te mandaban a casa a verlas venir. Esa subida de la moneda fuerte respecto a la débil  era la consecuencia de un fenómeno que empezó a llamársele  "inflación" hasta por los menos entendidos en materias económicas.    Naturalmente, los artículos alimenticios que por su escasez generaban mayor demanda, subieron de precio de forma escandalosa. Ya no servía el ejemplo del sello de correos:  ahora, un kilo de patatas que costaba  unos treinta céntimos, pasó a valer dos pesetas. "Los salarios subían por la escalera -se decía en aquellos tiempos- y los precios por el ascensor".
    Todo esto viene a cuento de que unos jóvenes visionarios, que se sienten muy modernos, quieren el rescate de las soberanía de España en materia hacendística,  hoy en manos de las autoridades de la UE. ¿Para  qué?
    Sencillamente: para manejar la maquinilla de hacer billetes y mantener la ilusión de que el progreso económico y social  está relacionado con el aumento del consumo. ¿Y quién garantiza ese consumo si la moneda pierde valor y los artículos  se encarecen y solo pueden adquirirlos unos pocos?
   ¡Se llaman modernos y se tienen por avanzados progresistas! Es lo que pasa en Cuba.

 

lunes, 5 de enero de 2015

¿POR QUÉ SE IRRITAN?

     Parece ser que los sentimientos de las gentes -sin llegar al paroxismo- han sido ligeramente optimistas durante estas Navidades. Algunos  ven  ya  la lucecita lejana que anuncia el final del túnel.
Pues bien, no se sabe por qué esta esperanza, remota y aún problemática, no se quiere reconocer por algunos de los llamados expertos socio políticos; pero además, les molesta, les irrita la aparición de estos síntomas que tan sólo indican que no se ha de bajar la guardia durante una convalecencia larga, exenta de abusos, sacrificada y atenta a cuidadas disciplinas.
     Los contradictores de la austeridad (austericidio en su idioma) tratan de solucionar la cosa con un aumento del gasto público para atender las privaciones de los más necesitados. Lo cual supone un aumento de la deuda pública por encima de unos límites. Pasados esos límites el deudor puede ser declarado insolvente  y en ese mismo instante nadie se aventura a concertar con él nuevos préstamos. Se cierra el grifo. Es así de sencillo. Mejor que la deuda, es crear reservas; pero de tal idea no se da ni una pequeña noticia
     Los vendedores  de longanizas que suavicen las ataduras del personal, no lo ven así y prometen días de alegría, felicidad y consumo hasta el hartazgo,  a ese enfermo que sin una controlada medicación no tiene porvenir alguno.
     ¿Quieren  decir las buenas noticias que todo ha de seguir igual y podemos volver al botellón y a un  fin de fiesta alegre y confiado? Pues no.
     La gran promesa de los partidos sujetos al sentido común, consiste en dotar de credibilidad a su propósito de cumplir y hacer cumplir la ley. Para empezar,  estos políticos han de leerse los textos constitucionales y cumplirlos a rajatabla. Luego, con mucha mano izquierda, imponer su cumplimiento a los demás. Y al final, si preciso fuere, proceder al cambio de esos   textos legales, siguiendo el proceso que señala la propia ley.
     Es un camino largo y a veces tedioso, pero ,el más seguro para  vivir justa y  democráticamente. ¿O no?
   
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sábado, 3 de enero de 2015

CON SAÑA

    Confieso mi debilidad: me atraen los debates políticos y me siento incómodo  cuando constato que los rivales en vez de confrontar hechos y  opiniones (o  tesis doctorales, me da igual), apoyan sus razones en el ataque a las personas,  es decir en el argumento "ad hominen" . Y lo hacen, además, con saña, o sea con  furor, con intención rencorosa.
    Desde que aparecieron los espadachines anti casta, partidarios de la justa indignación,   la santa repulsa contra determinados vicios se ha convertido en un insulto personal. Han  puesto nombre y apellidos al primer adversario que les hace frente  para ponerle tibio  hasta en su documento de identidad.
    Cuando se empieza a perder el respeto a las personas se   propicia la injusticia y en ese clima toda barbaridad es posible.
    Apuntar y  combatir los vicios en cualquier circunstancia, empieza por  obligar, al que acusa, a ser  meticuloso con la verdad cuando  efectúa el recuento de los hechos; y termina por no cargar la culpa a los que, exentos de responsabilidad,  deben  quedar libres de toda condena.
    En el combate dialéctico de los mercados cuando alguien quiere vender sus  productos, no se dedica a difamar al fabricante de la marca competidora; por lo general le basta con pregonar y aportar pruebas alusivas a  las buenas cualidades de sus fabricados y su ventajoso precio de venta. No se entretienen en injuriar al competidor, entre otras razones porque resulta ineficaz a sus propósitos.
    Solo los malos políticos se toman la molestia de levantarse de la cama cabreados y montar en torno suyo un equipo de asesores y noticieros que le proporcionen una  ficha completa de las debilidades de su adversario. Todo para ponerle a bajar de un burro en la primera ocasión que pinten bastos.
   Un político para ganarse la calle, es decir el voto, ha de acertar a ser una buena persona, un gran gestor y un leal amigo del pueblo, al que sabe atenderlo, en la medida de sus posibilidades, siempre que la petición es justa, y sabe, de igual forma, decir  no, a todo  lo que es injusto,  aunque el peticionario sea su correligionario, un pariente o un amigo.
     Algo que falla en la España de nuestros dolores donde la política,  antes que nada,  es clientelar. Por ahí empiezan todas las corrupciones.

 

viernes, 2 de enero de 2015

PRONÓSTICOS DE VICTORIA

     El 24 de julio de 1936, Indalecio  Prieto pronunció el discurso más lógico, mejor razonado y cargado con un  rosario de precisiones documentadas  a propósito del movimiento  militar iniciado días antes contra el Gobierno de la II República.  Según las tesis de Don Indalecio era imposible que los militares subversivos y sus compañeros de viaje se alzaran con el triunfo.
     ¿Por que no acertó Prieto, pese a su clarividencia en el pronóstico? Porque no contaba, ni pudo contar, con un serie de imponderables que influirían totalmente  en el resultado final de la guerra. Lo que Prieto y tantos como él tuvieron presente en julio de 1936 para establecer juicios de valor, sufrió tal cambio, que ya en octubre de ese mismo año los menos sagaces entre los augures, ponían en duda el triunfo de la República.
     En circunstancias más cercanas, al iniciarse la transición, el Partido Comunista de España,con más moral que el Alcoyano, vivía expectantes días de gloria ya que, acompañado de los mejores artistas del cante popular y otras joyas del espectáculo, llenaba cosos taurinos,  campos de fútbol y plazas o espacios públicos, con multitudes fervorosas, que auguraban el triunfo del Sr.  Carrillo y sus muchachos por goleada. Y no fue así, a pesar de los pronósticos victoriosos.
     El  caso es que los gerifaltes de PODEMOS, según lo propagan a los cuatro vientos, alardean,  con lógica de principiantes, de haber cazado el oso griego. Ya se están repartiendo  su piel . Pero no saben o no quieren enterarse de la que les viene encima. ¿O creen que Europa no va a mover pieza?
    Este mes de enero y los siguientes, hasta el otoño, van a ser ilustrativos hasta para  don Cayo, el votante que Delibes puso en la palestra electoral sacándolo de la paz reinante en   una aldea de Castilla.
    No me jugaría un café por los resultados electorales futuros pero inmediatos. Hay demasiada carnaza en el asador.