Me tildan algunos de pesimista. Se equivocan. Soy simplemente un hombre precavido. Normalmente, un hombre al que antes lo han herido.
Dicen que el padre le dijo al hijo que mas amaba: "súbete a la mesa". Y el pequeño no quería. Lo habían enseñado a no subirse a las mesas ni por las paredes. Pero tanto insistía el padre que el niño, por no defraudarlo, trepó y dio dos pasos por la encimera del mueble. No dio el tercero porque de dos bofetadas su progenitor lo derribó. Y cuando tuvo al niño en el suelo acongojado y lloroso, dijo: "para que no te fíes ni de tu padre"
Oigan: es un cuento muy viejo de cuya moraleja nunca hicimos caso y así nos fue.
Todo empezó en la Puerta del Sol. Eran los indignados españoles hartos de unos políticos, poco eficaces, invadidos por la molicie, la buena vida y ya saben lo que suele decirse en estos casos: "el que venga por detrás, que arree".
Era un clamor, un río revuelto.
Y aparecieron al fin los pescadores, seguros de sí mismos, confiados, valientes. Y se gritaron los unos a los otros: <Podemos>. No sé por qué, lo oí con <j>. Pero muy a mi pesar, se hicieron los amos de la pesca, ante la indignación generalizada de los partidos con casta y con caspa.
Pero ahí los tienen ustedes a los auto elegidos (aunque ellos no lo crean) preparándose para ser ministros y cosas así.
Les confieso que me pillaron preparado para no subirme a la mesa donde ya reinaba un ambiente hostil. (Como al niño del cuento que le dieron dos).
¿Y que hacen los posiblemente perdedores ante esta avalancha? Tirarse los trastos a la cabeza y discutir todo el puñetero día sobre si son galgos o podencos los que van a dar una patada en el culo a todos los más menos ya instalados en la conejera, por cierto con derecho a pensión vitalicia tras una mínima cotización.
Éstos ya no aprenden. ¡Que bueno si hubieran tenido un padre como el del cuento! Tal vez el censo de sus respectivos cleptómanos no habría engordado tanto.
domingo, 30 de noviembre de 2014
sábado, 29 de noviembre de 2014
PROMESAS DE POLÍTICOS.
¿Cuál suele ser la idea madre que pone a un político en marcha? Según sus apologistas, -que los hay a barullo- un político se mueve por sus ideales y para "desfacer entuertos", que diría Don Quijote.
Pero mi padre me enseñó, cuando de niño iba la escuela del pueblo, que los libros de historia ayudan, pero sobre todo a no tomar partido por unos en perjuicio de otros. "Aquí todos cometemos errores, pero los políticos, rara vez rinden cuentas por los suyos".
Extiendan su vista sobre la pobre España y ¡ya me dirán! ¿Quién está pagando los errores políticos pasados?
Yo no entendía, pobre de mí, tan chiquitín, aquella frase lapidaria: "Los políticos van a lo suyo y lo suyo es el poder. Si lo tienen, gozan; si lo pierden, sufren".
Cuando oigan hablar a un político de los grandes remedios que piensa aplicar para hacer felices a sus coetáneos, pónganlo en duda. Si sólo se propusieran arreglar un par cosillas, podría ser. Pero eso de resolver diez, veinte, cien cosas a un tiempo, ni el Mesías a pesar de sus dotes para hacer milagros.
Ya saben que Pablo -el nuestro, el político, el de la TV- que se felicitaba y tomaba ejemplo de los avances de la justicia social en Venezuela, se ha caído del caballo, como ya le sucedió a Pablo de Tarso. Ahora, el modelo a imitar es el puesto en practica por los países del norte de Europa. Ha sabido elegir, porque son naciones que gozan de un buen nivel de vida y el paro es mínimo.
Con toda sinceridad, se hace difícil creer al renovado Pablo de nuestros días. . Dirán ustedes: ¿Por qué lo ve tan negro?
Por una sencilla razón. No es lo mismo dirigir el gobierno de un país poblado por suecos, noruegos o daneses, que hacerlo en naciones donde residan españoles, italianos o griegos, traídos al caso con todos los respetos y sin ánimo de ofender. Los gobernantes nórdicos, fracasarían en las riberas del Mediterráneo, a no ser que barrieran a las poblaciones autóctonas y las cambiaran por las nórdicas.
¿Tan mal concepto tiene usted de sus paisanos y otros de parecido sesgo? No, por favor, los quiero mucho, soy uno más, no lo olviden. Tan sólo constato que en la prosperidad de un pueblo tienen más importancia los gobernados que los gobernantes. Entre otras cosas, porque la calidad de los gobernantes depende de la materia prima, o sea de los gobernados, que es de donde salen..
Don Pablo, cuando pone países modélicos como ejemplo, sabe lo qué hace: como quien maneja el alhiguí ante los niños, los mantiene distraídos mientra arrima el ascua a su sardina.
¿Pero es que no hay políticos decentes? Sí; pero no tantos como piensa Don Mariano Rajoy, ni tan pocos como para no tener dónde elegir...
Pero mi padre me enseñó, cuando de niño iba la escuela del pueblo, que los libros de historia ayudan, pero sobre todo a no tomar partido por unos en perjuicio de otros. "Aquí todos cometemos errores, pero los políticos, rara vez rinden cuentas por los suyos".
Extiendan su vista sobre la pobre España y ¡ya me dirán! ¿Quién está pagando los errores políticos pasados?
Yo no entendía, pobre de mí, tan chiquitín, aquella frase lapidaria: "Los políticos van a lo suyo y lo suyo es el poder. Si lo tienen, gozan; si lo pierden, sufren".
Cuando oigan hablar a un político de los grandes remedios que piensa aplicar para hacer felices a sus coetáneos, pónganlo en duda. Si sólo se propusieran arreglar un par cosillas, podría ser. Pero eso de resolver diez, veinte, cien cosas a un tiempo, ni el Mesías a pesar de sus dotes para hacer milagros.
Ya saben que Pablo -el nuestro, el político, el de la TV- que se felicitaba y tomaba ejemplo de los avances de la justicia social en Venezuela, se ha caído del caballo, como ya le sucedió a Pablo de Tarso. Ahora, el modelo a imitar es el puesto en practica por los países del norte de Europa. Ha sabido elegir, porque son naciones que gozan de un buen nivel de vida y el paro es mínimo.
Con toda sinceridad, se hace difícil creer al renovado Pablo de nuestros días. . Dirán ustedes: ¿Por qué lo ve tan negro?
Por una sencilla razón. No es lo mismo dirigir el gobierno de un país poblado por suecos, noruegos o daneses, que hacerlo en naciones donde residan españoles, italianos o griegos, traídos al caso con todos los respetos y sin ánimo de ofender. Los gobernantes nórdicos, fracasarían en las riberas del Mediterráneo, a no ser que barrieran a las poblaciones autóctonas y las cambiaran por las nórdicas.
¿Tan mal concepto tiene usted de sus paisanos y otros de parecido sesgo? No, por favor, los quiero mucho, soy uno más, no lo olviden. Tan sólo constato que en la prosperidad de un pueblo tienen más importancia los gobernados que los gobernantes. Entre otras cosas, porque la calidad de los gobernantes depende de la materia prima, o sea de los gobernados, que es de donde salen..
Don Pablo, cuando pone países modélicos como ejemplo, sabe lo qué hace: como quien maneja el alhiguí ante los niños, los mantiene distraídos mientra arrima el ascua a su sardina.
¿Pero es que no hay políticos decentes? Sí; pero no tantos como piensa Don Mariano Rajoy, ni tan pocos como para no tener dónde elegir...
viernes, 28 de noviembre de 2014
VUELVE AL REDIL
En realidad van a ser los seguidores de <Podemos> los que vuelven al redil. Una sólida aproximación al poder, ha bastado para que Pablo Iglesias y sus compañeros artífices del tinglado, hayan tomado nota del viejo dicho: una cosa es predicar y otra dar trigo.
Nos prometían acabar con la deuda pública de manera expeditiva: no pagándola. O por lo menos, quitándose de encima aquella no imputable a la colectividad de españoles contribuyentes, por no ser causantes del desaguisado que nos endeudó. Ahora hablan de su reestructuración concepto elástico que puede, como la forma de un globo, hincharse o desinflarse a voluntad.
Nos hablaron de adelantar a los sesenta años la edad de jubilación, lo que no dejaba de ser un sueño de juventud; algo inviable, por la sencilla razón de que no cuadran los números; es decir, no hay dinero ni quien lo fabrique para atender a tanta población pasiva. Los de <Podemos> debieron de pensar que jubilando a los de sesenta años, se crearían puestos de trabajo para los jóvenes: por cada sexagenario una vacante. Por cada vacante un joven que sale de las listas del paro. Craso error. Los puestos de trabajo no los crean los jubilados, sino los inversores. Y los inversores, por causa de algunos políticos y de sus promesas, se arrugan y no invierten o se llevan el dinero a otras latitudes.
Nos aseguraban una renta básica universal digna, para todo necesitado; sin tomar en cuenta que habría de darse, también, a todos los dispuestos a empadronarse en la lista de los desamparados, con los que no contaban; y mucho más aún, con los emigrados de otros países, que llegarían como moscas a la miel al saber que en España funcionaba la llamada sopa boba del medievo.
Y, claro está, a la vista de que la banca privada no suelta un duro para inversiones productivas, habría que volver a crear la banca pública, como en tiempos de Franco, banca que dicho sea de paso desmontó la democracia; como también desmontó la caja de las Cajas de ahorro a beneficio de políticos y sindicalistas, que actuaron como el insensato que dio matarile a la gallina de los huevos de oro.
¡Pablo, Pablo! ¿Por qué nos persigues?
Nos prometían acabar con la deuda pública de manera expeditiva: no pagándola. O por lo menos, quitándose de encima aquella no imputable a la colectividad de españoles contribuyentes, por no ser causantes del desaguisado que nos endeudó. Ahora hablan de su reestructuración concepto elástico que puede, como la forma de un globo, hincharse o desinflarse a voluntad.
Nos hablaron de adelantar a los sesenta años la edad de jubilación, lo que no dejaba de ser un sueño de juventud; algo inviable, por la sencilla razón de que no cuadran los números; es decir, no hay dinero ni quien lo fabrique para atender a tanta población pasiva. Los de <Podemos> debieron de pensar que jubilando a los de sesenta años, se crearían puestos de trabajo para los jóvenes: por cada sexagenario una vacante. Por cada vacante un joven que sale de las listas del paro. Craso error. Los puestos de trabajo no los crean los jubilados, sino los inversores. Y los inversores, por causa de algunos políticos y de sus promesas, se arrugan y no invierten o se llevan el dinero a otras latitudes.
Nos aseguraban una renta básica universal digna, para todo necesitado; sin tomar en cuenta que habría de darse, también, a todos los dispuestos a empadronarse en la lista de los desamparados, con los que no contaban; y mucho más aún, con los emigrados de otros países, que llegarían como moscas a la miel al saber que en España funcionaba la llamada sopa boba del medievo.
Y, claro está, a la vista de que la banca privada no suelta un duro para inversiones productivas, habría que volver a crear la banca pública, como en tiempos de Franco, banca que dicho sea de paso desmontó la democracia; como también desmontó la caja de las Cajas de ahorro a beneficio de políticos y sindicalistas, que actuaron como el insensato que dio matarile a la gallina de los huevos de oro.
¡Pablo, Pablo! ¿Por qué nos persigues?
jueves, 27 de noviembre de 2014
SERÍA DEMASIADO.
Palabras entrecomilladas atribuidas a Don Mariano Rajoy en respuesta al Sr. Mas: "Los proveedores van a seguir cobrando los servicios públicos, funcionando y financiándose". Lo ha dicho al referirse a la hoja de ruta del Presidente de la Generalitat, para afearle su proceder secesionista. ¿Qué intenta destacar el Presidente del Gobierno de España cuando anuncia que los proveedores seguirán cobrando sus servicios públicos?
Muy sencillo: Que la Generalitat no cumple sus obligaciones y -para evitar males mayores-, lo hace en su lugar el Gobierno de España, o sean los españoles en general. Para esto se creó el Fondo de Liquidez Autonómico (el FLA) gracias al cual las facturas de proveedores particulares presentadas (y no pagadas), son atendidas, insisto, por los demás españoles. Supongo que más tarde o más temprano se harán cuentas. ¡Ya veremos!...
Es curioso, a la par que deprimente, que en tanto los españoles, a través del FLA, cargan con los impagados de la sanidad catalana para resarcir a las farmacias de las medicinas adelantadas a los enfermos de Cataluña, la Generalitat invierta sus dineros en propagar y promover convocatorias multitudinarias secesionistas en perjuicio de España y los españoles, al costo que sea. ¿España los roba? ¡España paga el más historiado vilipendio que como nación recibió país alguno a lo largo de la historia!
Siento, como una inmensa mayoría de españoles que conocen el tema, que ya es hora de utilizar el artículo 155 de la Constitución para intervenir las finanzas de Cataluña que tan mal administra la Generalitat, puesto que existen sobradas razones para hacerlo.
No por otros motivos, sino por el perjuicio que están causando a todos los españoles (catalanes incluidos) con sus disparatados intentos secesionistas; intentos imputables a quienes, desleales con la Constitución que les ampara, no reparan en los perjuicios que causan a los demás y a la propia Cataluña.
Veremos si el, Gobierno de España, además de apaleado, va a tener que -como vulgar hetaira- poner la cama. ¡Sería demasiado!
Muy sencillo: Que la Generalitat no cumple sus obligaciones y -para evitar males mayores-, lo hace en su lugar el Gobierno de España, o sean los españoles en general. Para esto se creó el Fondo de Liquidez Autonómico (el FLA) gracias al cual las facturas de proveedores particulares presentadas (y no pagadas), son atendidas, insisto, por los demás españoles. Supongo que más tarde o más temprano se harán cuentas. ¡Ya veremos!...
Es curioso, a la par que deprimente, que en tanto los españoles, a través del FLA, cargan con los impagados de la sanidad catalana para resarcir a las farmacias de las medicinas adelantadas a los enfermos de Cataluña, la Generalitat invierta sus dineros en propagar y promover convocatorias multitudinarias secesionistas en perjuicio de España y los españoles, al costo que sea. ¿España los roba? ¡España paga el más historiado vilipendio que como nación recibió país alguno a lo largo de la historia!
Siento, como una inmensa mayoría de españoles que conocen el tema, que ya es hora de utilizar el artículo 155 de la Constitución para intervenir las finanzas de Cataluña que tan mal administra la Generalitat, puesto que existen sobradas razones para hacerlo.
No por otros motivos, sino por el perjuicio que están causando a todos los españoles (catalanes incluidos) con sus disparatados intentos secesionistas; intentos imputables a quienes, desleales con la Constitución que les ampara, no reparan en los perjuicios que causan a los demás y a la propia Cataluña.
Veremos si el, Gobierno de España, además de apaleado, va a tener que -como vulgar hetaira- poner la cama. ¡Sería demasiado!
miércoles, 26 de noviembre de 2014
POLÍTICA ERRÁTICA A FALTA DE IDEARIO
Párense y vean: rara vez se ponen de acuerdo los políticos cuando militan en distintos partidos. Y cuando lo hacen es por mutua conveniencia partidista al margen del interés general. Y al margen de todo ideario.
Al sonriente y amabilísimo Sr. Rodríguez Zapatero, a la sazón Presidente del Gobierno de España, le mandaron aviso de la Unión Europea y le dijeron con sugerente diplomacia: reforme usted el artículo 135 de la Constitución ya que si no lo hace, mandamos una troika que intervenga las finanzas de España vía rescate, tal como pasó con Grecia.
¿Dio este paso por convicción y de acuerdo con sus ideas? No
¿Dio este paso por convicción y de acuerdo con sus ideas? No
Zapatero sabía que los demócratas europeos, en asuntos de dinero, no andan con medias tintas. No remiten un posible conflicto de urgente resolución a conocimiento de un juzgado, para que abra un expediente o curse una denuncia; nada de eso. Estos europeos de la Unión, son gente decidida y no hay tío pásame el río. Nos dicen: "corrijan ustedes ese escandaloso déficit que figura en sus presupuestos, para sanear su economía, o lo hacemos nosotros". "Y para empezar redacten de nuevo el artículo 135 constitucional de forma que se vea despejado el camino".
Y el PSOE del Sr. Rodríguez Zapatero, consciente de lo que hacía, llamó a las puertas del PP, por si acaso, para que no cometiera el error de votar en contra de la reforma pedida desde Europa.
Pues bien ahora, dado que la oposición extrema que critica tal medida deja al PSOE con el culo al aire, ¿qué hace su Secretario General? Rectificar para decir diego donde dijo digo, en la confianza de que el PP, con su mayoría absoluta y pensando que con Europa no caben trampas, lo libere del bochorno. Es decir lo libere, votando en contra de la nueva propuesta socialista, del contratiempo que supone decir hoy una cosa y mañana la contraria por capricho partidista y electorero.
Esto me recuerda que, en cuanto a una buena administración se refiere, hay conductas ilegales que se deben cortar en seco y cuanto antes mejor, como se hace en Europa. Es el caso de algunas y conocidas Comunidades Autónomas, que se pasan por la entrepierna las normas constitucionales y gastan los dineros, sin límite conocido, en asuntos que no son de su competencia. Es indudable que con esta conducta atentan "gravemente al interés general de España!", incumpliendo "las obligaciones que la Constitución u otras leyes les imponen".
El Gobierno de la Nación puede evitar el desafuero eficazmente y en tiempo breve, pues tiene el artículo 155 constitucionalque le otorga ese poder. Pero los gobernantes aludidos duermen tranquilos, puesto que ya han mandado el asunto al juzgado. Que sea la Justicia la que resuelva el problema cuando Dios quiera.
Entre tanto, en la Comunidad Autónoma respectiva se descuajaringan de risa y se inculpan todos a sabiendas de que el "largo me lo fiáis" juega a favor de los autores de la infracción y conscientes de que el tiempo hace impracticables los efectos del arreglo, si es que llega.
Jope con Don Pedro Sánchez el del PSOE. ¡Jope qué listo! ¡Cómo conoce los puntos débiles de los mandamases de España!
Pues bien ahora, dado que la oposición extrema que critica tal medida deja al PSOE con el culo al aire, ¿qué hace su Secretario General? Rectificar para decir diego donde dijo digo, en la confianza de que el PP, con su mayoría absoluta y pensando que con Europa no caben trampas, lo libere del bochorno. Es decir lo libere, votando en contra de la nueva propuesta socialista, del contratiempo que supone decir hoy una cosa y mañana la contraria por capricho partidista y electorero.
Esto me recuerda que, en cuanto a una buena administración se refiere, hay conductas ilegales que se deben cortar en seco y cuanto antes mejor, como se hace en Europa. Es el caso de algunas y conocidas Comunidades Autónomas, que se pasan por la entrepierna las normas constitucionales y gastan los dineros, sin límite conocido, en asuntos que no son de su competencia. Es indudable que con esta conducta atentan "gravemente al interés general de España!", incumpliendo "las obligaciones que la Constitución u otras leyes les imponen".
El Gobierno de la Nación puede evitar el desafuero eficazmente y en tiempo breve, pues tiene el artículo 155 constitucionalque le otorga ese poder. Pero los gobernantes aludidos duermen tranquilos, puesto que ya han mandado el asunto al juzgado. Que sea la Justicia la que resuelva el problema cuando Dios quiera.
Entre tanto, en la Comunidad Autónoma respectiva se descuajaringan de risa y se inculpan todos a sabiendas de que el "largo me lo fiáis" juega a favor de los autores de la infracción y conscientes de que el tiempo hace impracticables los efectos del arreglo, si es que llega.
Jope con Don Pedro Sánchez el del PSOE. ¡Jope qué listo! ¡Cómo conoce los puntos débiles de los mandamases de España!
martes, 25 de noviembre de 2014
EN DEFENSA DEL BIPARTIDISMO
Cuando se convocaron las primeras elecciones democráticas en 1977, la concurrencia de partidos políticos alcanzó tal número, que los medios de comunicación, para referirse a este fenómeno, lo llamaron la sopa de letras.
El sistema electoral elegido actuó de criba y al final fueron poco más de media docena los que lograron tener representación parlamentaria. Se supone que en tanto no se cambie la legislación vigente, muchos pueden ser los llamados y poco los elegidos. Quiere esto decir que la ley de Hont seguirá funcionando, auque se hundan en el camino alguno de los partidos hasta ahora pujantes y que -con gran probabilidad- sean dos o tres los partidos dominantes; las alianzas posteriores conducirán al funcionamiento de un bipartidismo de hecho, ya que al ir unidos consiguen una mayoría absoluta que anula la votaciónde todos los demás.
Por tanto, la estabilidad del equipo gobernante está asegurada. El inconveniente radica en que, a veces, la lista más votada pierde el poder. El ejemplo más expresivo lo da Andalucía, donde el partido más votado, el PP, perdió el poder ante la alianza del PSOE e IU que consiguiron así la mayoría absoluta con la que vienen gobernando.
Lo probable -según las encuestas- es que en la próxima legislatura lleguen a coexistir tres o cuatro mayorías minoritarias, que se verán forzadas a entenderse para poder gobernar: PP, PSOE, <Podemos> y tal vez alguna otra sigla más. Tendrán que negociar entre ellas y pactar el programa más acorde con la ideologia de ambas o tal vez de tres que puedan entrar en el juego de alianzas.
En sua, la ley de Hont defiende la posibilidad de un gobierno estable. ¿De derechas o de izquierdas? No se sabe. Extremadura nos da el ejemplo opuesto al de Andalucía.
Sin embargo, lo más probable es que el partido desplazado del poder sea el PP.
Si el PP no aprovecha el tiempo que pueda quedarle en el poder, dando un golpe de timón a su política contra la corrupión dentro de su partido por un lado, a la seguida frente a los recortes por otro, y al secesionismo catalán, por último, puede dase una costalada de abrigo y pasar de una mayoría absoluta a una minoría ridícula.
El PP tiene, nada menos, que ponerse de acuerdo con sus anteriores votantes. ¡Nada más dura que reanimar a un desengañado!
El sistema electoral elegido actuó de criba y al final fueron poco más de media docena los que lograron tener representación parlamentaria. Se supone que en tanto no se cambie la legislación vigente, muchos pueden ser los llamados y poco los elegidos. Quiere esto decir que la ley de Hont seguirá funcionando, auque se hundan en el camino alguno de los partidos hasta ahora pujantes y que -con gran probabilidad- sean dos o tres los partidos dominantes; las alianzas posteriores conducirán al funcionamiento de un bipartidismo de hecho, ya que al ir unidos consiguen una mayoría absoluta que anula la votaciónde todos los demás.
Por tanto, la estabilidad del equipo gobernante está asegurada. El inconveniente radica en que, a veces, la lista más votada pierde el poder. El ejemplo más expresivo lo da Andalucía, donde el partido más votado, el PP, perdió el poder ante la alianza del PSOE e IU que consiguiron así la mayoría absoluta con la que vienen gobernando.
Lo probable -según las encuestas- es que en la próxima legislatura lleguen a coexistir tres o cuatro mayorías minoritarias, que se verán forzadas a entenderse para poder gobernar: PP, PSOE, <Podemos> y tal vez alguna otra sigla más. Tendrán que negociar entre ellas y pactar el programa más acorde con la ideologia de ambas o tal vez de tres que puedan entrar en el juego de alianzas.
En sua, la ley de Hont defiende la posibilidad de un gobierno estable. ¿De derechas o de izquierdas? No se sabe. Extremadura nos da el ejemplo opuesto al de Andalucía.
Sin embargo, lo más probable es que el partido desplazado del poder sea el PP.
Si el PP no aprovecha el tiempo que pueda quedarle en el poder, dando un golpe de timón a su política contra la corrupión dentro de su partido por un lado, a la seguida frente a los recortes por otro, y al secesionismo catalán, por último, puede dase una costalada de abrigo y pasar de una mayoría absoluta a una minoría ridícula.
El PP tiene, nada menos, que ponerse de acuerdo con sus anteriores votantes. ¡Nada más dura que reanimar a un desengañado!
lunes, 24 de noviembre de 2014
CREDULIDAD O INCREDULIDAD A RAUDALES
Santiago Rusiñol, escritor y pintor catalán asistía a una tertulia bohemia en Barcelona donde se puso sobre el tapete el tema de la credulidad o incredulidad de las gentes. Rusiñol sostenía que el ser humano era desconfiado y por tanto incrédulo por naturaleza. "Si me pusiera en las Ramblas -les dijo- a vender duros a cuatro pesetas, no picaría ni uno". Su amigos, todos a una, le llevaron la contraria. Se cruzaron apuestas y Rusiñol se sentó ante una mesa anunciando en público la oferta: duros a cuatro pesetas. Nadie picó.
Pero Rusiñol, agudo y sensible a las debilidades humanas, supuso con acierto, que nada teme tanto el que se siente timado como la publicidad del caso del que ha sido victima. Si la oferta de los duros a cuatro pesetas la hubieran hecho en privado, el resultado sería bien distinto.
Fue famosa en el siglo XIX la hija de Larra, doña Baldomera, que llegó a pedir dinero prestado al treinta por ciento de interés. Dicen que se hizo con veintiséis mil millones de reales al valor de la época. Dicen, también, que fue la inventora de la estafa piramidal. Se refugió en Suiza, que por no tener tratado de reciprocidad con España no podía ser devuelta al país de origen. Hasta que la detuvieron en Francia, en un descuido.
Tan solo quería decir que el pequeño Nicolás, -hoy famoso- no ha hecho otra cosa que explotar la credulidad de las gentes. A medida que se descubra el timo irá bajando el censo de los crédulos.
Nadie promete tanto ni tan en falso como algunos políticos. Pero como se vota en privado, tienen éxito. Al cabo de años, algunos se arrepienten de haberles votado y otros no se acuerdan de los destrozos causados por los que tanto prometían. Estoy evocando las promesas de <Podemos> y del éxito que ya anuncian los augures: buenos salarios, horarios llevaderos, amenas vacaciones, mejor retiro a los sesenta años y un negrito que nos abanique los días de calor. Muerden el anzuelo como si fuera gloria.
Algo así como atar a los perros con longanizas.¡Qué más quieren los chuchos!
Pero Rusiñol, agudo y sensible a las debilidades humanas, supuso con acierto, que nada teme tanto el que se siente timado como la publicidad del caso del que ha sido victima. Si la oferta de los duros a cuatro pesetas la hubieran hecho en privado, el resultado sería bien distinto.
Fue famosa en el siglo XIX la hija de Larra, doña Baldomera, que llegó a pedir dinero prestado al treinta por ciento de interés. Dicen que se hizo con veintiséis mil millones de reales al valor de la época. Dicen, también, que fue la inventora de la estafa piramidal. Se refugió en Suiza, que por no tener tratado de reciprocidad con España no podía ser devuelta al país de origen. Hasta que la detuvieron en Francia, en un descuido.
Tan solo quería decir que el pequeño Nicolás, -hoy famoso- no ha hecho otra cosa que explotar la credulidad de las gentes. A medida que se descubra el timo irá bajando el censo de los crédulos.
Nadie promete tanto ni tan en falso como algunos políticos. Pero como se vota en privado, tienen éxito. Al cabo de años, algunos se arrepienten de haberles votado y otros no se acuerdan de los destrozos causados por los que tanto prometían. Estoy evocando las promesas de <Podemos> y del éxito que ya anuncian los augures: buenos salarios, horarios llevaderos, amenas vacaciones, mejor retiro a los sesenta años y un negrito que nos abanique los días de calor. Muerden el anzuelo como si fuera gloria.
Algo así como atar a los perros con longanizas.¡Qué más quieren los chuchos!
domingo, 23 de noviembre de 2014
TAMBIÉN ES POSIBLE HACER POLÍTICA.
Me refiero al hablar de política al "arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin" (RAE)
En esta línea interpretativa, entre los objetivos importantes que le cayeron en suerte al Gobierno presidido por D. Mariano Rajoy estaban: la solución del problema creado por el movimiento secesionista catalán (muy vinculado, no se olvide, al vasco) y el fin del desbarajuste económico social heredado del Gobierno del PSOE.
El Gobierno del PP tenía (y tiene) mayoría absoluta para afrontar ambos problemas y la posibilidad de contar con medios para ilustrar a las masas sobre las decisiones adoptadas, así como sobre su utilidad y sobre los sacrificios justificados que podían comportar.
El Gobierno pudo tener en cuenta lo poco propicios que son en España los partidos políticos de la izquierda a solidarizarse, por muy patrióticas que sean, con las decisiones de la derecha. La tendencia, desde tiempo inmemorial les inclina a estas izquierdas a dejar sola ante el peligro a la derecha, aunque se pierdan en el intento bienes inestimables para todos. Ahora bien, el Gobierno, cuando los demás partidos lo dejan solo, es decir contando con esa soledad, podría pedir el respaldo del pueblo soberano para legitimar aún más sus decisiones. Y podría, ante problemas de indubitable gravedad, como es la pretendida secesión catalana, defender la soberanía del pueblo español recurriendo al artículo 155 constitucional, puesto que es público y notorio que una Comunidad Autónoma, la de Cataluña, no cumple con las obligaciones que la Constitución y otras leyes le imponen.
También tiene el Gobierno a su disposición, el artículo 92 constitucional, que le permite someter, las decisiones políticas de especial trascendencia, a un referéndum consultivo de todos los ciudadanos, con el que se ganaría el respaldo del pueblo. Por ejemplo, ahora que algunos partidos, con el dinero de todos están alentando el secesionismo catalán desde las propias instituciones del Estado (que se crearon para estar unidos) podría el Gobierno de España preguntar a los españoles su opinión sobre tan trascendental asunto.
Advierta el lector, cuán distinta sería la situación de España, ante el problema catalán, si para empezar se hubiera pedido a todos los españoles, en un referéndum, que contestaran a una sola, sencilla y poco comprometida pregunta: ¿Autoriza usted al Gobierno español para analizar concienzudamente y publicar las consecuencias que la secesión de Cataluña tendría para los catalanes y para el resto de los españoles? ¿Sí? ¿No? Calcule la importancia de este respaldo que podría ser masivo. Las preguntas inocentes son las que hacen mella y dan conformidades.
Pero claro, el calendario lo han marcado los secesionistas y la pregunta que más les convenía la hicieron ellos en perjuicio de los demás españoles. Así, cediendo la iniciativa al adversario, no se puede ganar ni siquiera una batalla dialéctica.
Por cierto, el Gobierno aún está a tiempo de hacer política. Le queda un año escaso. Yo diría que debería hacerla por uebos. No son dos faltas ortográficas. Miren el diccionario de la RAE.
En esta línea interpretativa, entre los objetivos importantes que le cayeron en suerte al Gobierno presidido por D. Mariano Rajoy estaban: la solución del problema creado por el movimiento secesionista catalán (muy vinculado, no se olvide, al vasco) y el fin del desbarajuste económico social heredado del Gobierno del PSOE.
El Gobierno del PP tenía (y tiene) mayoría absoluta para afrontar ambos problemas y la posibilidad de contar con medios para ilustrar a las masas sobre las decisiones adoptadas, así como sobre su utilidad y sobre los sacrificios justificados que podían comportar.
El Gobierno pudo tener en cuenta lo poco propicios que son en España los partidos políticos de la izquierda a solidarizarse, por muy patrióticas que sean, con las decisiones de la derecha. La tendencia, desde tiempo inmemorial les inclina a estas izquierdas a dejar sola ante el peligro a la derecha, aunque se pierdan en el intento bienes inestimables para todos. Ahora bien, el Gobierno, cuando los demás partidos lo dejan solo, es decir contando con esa soledad, podría pedir el respaldo del pueblo soberano para legitimar aún más sus decisiones. Y podría, ante problemas de indubitable gravedad, como es la pretendida secesión catalana, defender la soberanía del pueblo español recurriendo al artículo 155 constitucional, puesto que es público y notorio que una Comunidad Autónoma, la de Cataluña, no cumple con las obligaciones que la Constitución y otras leyes le imponen.
También tiene el Gobierno a su disposición, el artículo 92 constitucional, que le permite someter, las decisiones políticas de especial trascendencia, a un referéndum consultivo de todos los ciudadanos, con el que se ganaría el respaldo del pueblo. Por ejemplo, ahora que algunos partidos, con el dinero de todos están alentando el secesionismo catalán desde las propias instituciones del Estado (que se crearon para estar unidos) podría el Gobierno de España preguntar a los españoles su opinión sobre tan trascendental asunto.
Advierta el lector, cuán distinta sería la situación de España, ante el problema catalán, si para empezar se hubiera pedido a todos los españoles, en un referéndum, que contestaran a una sola, sencilla y poco comprometida pregunta: ¿Autoriza usted al Gobierno español para analizar concienzudamente y publicar las consecuencias que la secesión de Cataluña tendría para los catalanes y para el resto de los españoles? ¿Sí? ¿No? Calcule la importancia de este respaldo que podría ser masivo. Las preguntas inocentes son las que hacen mella y dan conformidades.
Pero claro, el calendario lo han marcado los secesionistas y la pregunta que más les convenía la hicieron ellos en perjuicio de los demás españoles. Así, cediendo la iniciativa al adversario, no se puede ganar ni siquiera una batalla dialéctica.
Por cierto, el Gobierno aún está a tiempo de hacer política. Le queda un año escaso. Yo diría que debería hacerla por uebos. No son dos faltas ortográficas. Miren el diccionario de la RAE.
sábado, 22 de noviembre de 2014
DOS CLASES DE EMPRESAS
No quiero engañar a nadie. Carezco de título alguno que me capacite para hablar de economía, pero voy a tirarme al agua con un pequeño salvavidas: el sentido común. Algo me ayuda la experiencia de mi mejor amigo: abrió una empresa con muy poco dinero y como en el cuento del circo, le crecieron los enanos.A fuerza de escuchar sus cuitas, algo se aprende.
Hay un periodista polítólogo que brama desde una emisora de TV cada vez que sale a relucir el problema del paro. Se encabrita, sobre todo, cuando constata los ínfimos salarios que se pagan a trabajadores que además son eventuales y que, si hoy tienen los justo para mal comer, la semana que viene tendrán que buscarse el sustento por caridad.
- Es muy sencillo: no hay empresarios.
- ¿Y por qué no los hay?
- Muy sencillo también: por ser muy costoso pechar con un sin número de obligaciones, para tan problemáticos beneficios (o ninguno) como pasa hoy con la mayor parte de las empresas.
- ¿No medirá usted que a las grandes empresas les van mal los negocios?
- Ciertamente. Les van viento en popa. Verá usted son multinacionales que además guardan sus valores en paraísos fiscales. Y si en algún país las cosas no les van como quisieran, estas grandes empresas negocian con los gobiernos -aun con los más avanzados en política social- las condiciones para no deslocalizarse. Y los gobiernos ceden, por evitar que aumenten las cifras del paro. Las medianas y pequeñas empresas, junto con los consumidores inermes, tienen que cargar con el peso del que se libran las multinacionales. Y como no pueden con tanta carga, se cierran las empresas o se toman sus dosis de ajo y agua los sufridos consumidores.
- ¿Hay político que pueda arreglar ésto?
- No. Ni siquiera los de <Podemos> Pueden prometer, pero no arreglar. Las reglas del mercado son las que son y donde no hay beneficio, no hay mercado ni salarios dignos. Al final, algunos Estados socialistas, queriendo suplir al capitalismo que huye, ponen sus propias fábricas que terminan pagando salarios más ruines que los del maldito libre mercado. (Véase Cuba, o China, etc.)
- Tiene algún arreglo esta situación.
- Sólo una que es más vieja que la pana. Que cada trabajador se convierta en propietario o copropietario de la empresa productiva. Que sea, él mismo, el creador de su puesto de trabajo y se pague el salario que le permita el desarrollo de la empresa de la que es dueño o condueño.
- ¿Y los consumidores? Tendrán que seguir con sus dosis de ajo y agua. Véase lo que sucede con la energía eléctrica.
Digo todo lo dicho, por no ver tan cabreado como suele a ese periodista que se queja de los políticos al uso. No le falta razón, pero por otras causas. Las que hoy denuncia solo las arregla el tiempo y la ciencia. Pero la ciencia coloca a los españoles en los últimos lugares y así nos va. Y en esto la culpa es de todos. ¿O no?
Hay un periodista polítólogo que brama desde una emisora de TV cada vez que sale a relucir el problema del paro. Se encabrita, sobre todo, cuando constata los ínfimos salarios que se pagan a trabajadores que además son eventuales y que, si hoy tienen los justo para mal comer, la semana que viene tendrán que buscarse el sustento por caridad.
- Es muy sencillo: no hay empresarios.
- ¿Y por qué no los hay?
- Muy sencillo también: por ser muy costoso pechar con un sin número de obligaciones, para tan problemáticos beneficios (o ninguno) como pasa hoy con la mayor parte de las empresas.
- ¿No medirá usted que a las grandes empresas les van mal los negocios?
- Ciertamente. Les van viento en popa. Verá usted son multinacionales que además guardan sus valores en paraísos fiscales. Y si en algún país las cosas no les van como quisieran, estas grandes empresas negocian con los gobiernos -aun con los más avanzados en política social- las condiciones para no deslocalizarse. Y los gobiernos ceden, por evitar que aumenten las cifras del paro. Las medianas y pequeñas empresas, junto con los consumidores inermes, tienen que cargar con el peso del que se libran las multinacionales. Y como no pueden con tanta carga, se cierran las empresas o se toman sus dosis de ajo y agua los sufridos consumidores.
- ¿Hay político que pueda arreglar ésto?
- No. Ni siquiera los de <Podemos> Pueden prometer, pero no arreglar. Las reglas del mercado son las que son y donde no hay beneficio, no hay mercado ni salarios dignos. Al final, algunos Estados socialistas, queriendo suplir al capitalismo que huye, ponen sus propias fábricas que terminan pagando salarios más ruines que los del maldito libre mercado. (Véase Cuba, o China, etc.)
- Tiene algún arreglo esta situación.
- Sólo una que es más vieja que la pana. Que cada trabajador se convierta en propietario o copropietario de la empresa productiva. Que sea, él mismo, el creador de su puesto de trabajo y se pague el salario que le permita el desarrollo de la empresa de la que es dueño o condueño.
- ¿Y los consumidores? Tendrán que seguir con sus dosis de ajo y agua. Véase lo que sucede con la energía eléctrica.
Digo todo lo dicho, por no ver tan cabreado como suele a ese periodista que se queja de los políticos al uso. No le falta razón, pero por otras causas. Las que hoy denuncia solo las arregla el tiempo y la ciencia. Pero la ciencia coloca a los españoles en los últimos lugares y así nos va. Y en esto la culpa es de todos. ¿O no?
viernes, 21 de noviembre de 2014
VENCER AL SECESIONISMO CATALÁN
Está claro que el pueblo de Cataluña fue favorable a la Constitución hoy vigente gracias al voto de una mayoría absoluta.
Han pasado más de treinta y cinco años y, hoy, una supuesta mayoría nos dice: La Constitución ha envejecido de tal forma que ya no nos vale. Y concluye: Ha cambiado tanto España que, por razones políticas, se ha de renovar también la ley de leyes.
Para ratificar este aserto se han manifestado millones de catalanes pidiendo no tanto la reforma constitucional, como la independencia total de Cataluña, dando a entender que no hay ley que pueda esgrimirse frente a la voluntad masiva de un pueblo.
Es tan expresiva y rotunda esta dialéctica, ha calado tan profundamente que, al parecer, una mayoría de la población catalana y, por supuesto, otra mayoría de politólogos de toda especie, nos abruman con sus razonamientos en favor del diálogo entre secesionistas y constitucionalistas; diálogo, como punto de partida de un cambio legal tan proclamado como ineludible a los cuatro vientos.
Las diferencias entre ambos bandos - secesionistas contra constitucionalistas - son tan grandes, que podrían estar años debatiendo el tema sin llegar a un acuerdo. Pero cerrarse a la negociación supone el reconocimiento implícito de la fuerza dialéctica del adversario, lo cual constituye el primer paso seguro hacia la derrota por la vía de un casi inevitable referéndum.
Por tanto parece aconsejable la negociación, desde una posición unitaria firme de los unos, contra la inexpugnable defensa del secesionismo catalán de los otros. Los unos muy desunidos y los otros formando piña.
Para ganar la partida, los constitucionalistas necesitan tiempo, medios y un cambio de actitud favorable para ir unidos, sobre todo, con los que siguen sintiéndose españoles sin perder la identidad catalana.
Parece inevitable que la batalla final haya de ganarse por votos y es probable que, de vencer los secesionistas, se vean abandonados a su suerte millones de catalanes de sentir español. Esta probabilidad, tan asumida por decenas de miles de residentes en Cataluña, ha decidido el cambio de voto de muchos, ante el riesgo de que la soledad de España que hoy padecen se convierta en un exilio interior.
Si los partidos constitucionalistas no se unen, tendrá que ser el Gobierno de turno el que tome alguna iniciativa para recuperar muchos de los votos perdidos ya en Cataluña. Iniciativa que valdrá para muy poco si los gobernantes no da un paso decidido contra la mangancia que los parasita.
No olvidemos que, al fin y al cabo, el secesionismo catalán se sustenta en unas muchedumbres movilizadas desde clanes influyentes que dominan la universidad, la escuela, las finanzas, los medios de comunicación, los púlpitos, etc. etc. para al fin imponerse en la calle. Si desde el resto de España no se unen contingentes parecidos, pocas esperanzas les quedarán a los que no desean secesión alguna cuando los pueblos tienden a unirse.
Este es un problema cuya solución solo puede abordarse con visión de estadistas. Pero es dudoso que en una democracia parasitaria como la implantada en España, surjan los hombres de Estado. No es la Constitución la pasada de moda; son los españoles - catalanes separatistas incluidos - los que no están a la altura de las circunstancias por el máximo índice de parásitos que soportan.
Sólo una España decente podría vencer al secesionismo catalán.
Han pasado más de treinta y cinco años y, hoy, una supuesta mayoría nos dice: La Constitución ha envejecido de tal forma que ya no nos vale. Y concluye: Ha cambiado tanto España que, por razones políticas, se ha de renovar también la ley de leyes.
Para ratificar este aserto se han manifestado millones de catalanes pidiendo no tanto la reforma constitucional, como la independencia total de Cataluña, dando a entender que no hay ley que pueda esgrimirse frente a la voluntad masiva de un pueblo.
Es tan expresiva y rotunda esta dialéctica, ha calado tan profundamente que, al parecer, una mayoría de la población catalana y, por supuesto, otra mayoría de politólogos de toda especie, nos abruman con sus razonamientos en favor del diálogo entre secesionistas y constitucionalistas; diálogo, como punto de partida de un cambio legal tan proclamado como ineludible a los cuatro vientos.
Las diferencias entre ambos bandos - secesionistas contra constitucionalistas - son tan grandes, que podrían estar años debatiendo el tema sin llegar a un acuerdo. Pero cerrarse a la negociación supone el reconocimiento implícito de la fuerza dialéctica del adversario, lo cual constituye el primer paso seguro hacia la derrota por la vía de un casi inevitable referéndum.
Por tanto parece aconsejable la negociación, desde una posición unitaria firme de los unos, contra la inexpugnable defensa del secesionismo catalán de los otros. Los unos muy desunidos y los otros formando piña.
Para ganar la partida, los constitucionalistas necesitan tiempo, medios y un cambio de actitud favorable para ir unidos, sobre todo, con los que siguen sintiéndose españoles sin perder la identidad catalana.
Parece inevitable que la batalla final haya de ganarse por votos y es probable que, de vencer los secesionistas, se vean abandonados a su suerte millones de catalanes de sentir español. Esta probabilidad, tan asumida por decenas de miles de residentes en Cataluña, ha decidido el cambio de voto de muchos, ante el riesgo de que la soledad de España que hoy padecen se convierta en un exilio interior.
Si los partidos constitucionalistas no se unen, tendrá que ser el Gobierno de turno el que tome alguna iniciativa para recuperar muchos de los votos perdidos ya en Cataluña. Iniciativa que valdrá para muy poco si los gobernantes no da un paso decidido contra la mangancia que los parasita.
No olvidemos que, al fin y al cabo, el secesionismo catalán se sustenta en unas muchedumbres movilizadas desde clanes influyentes que dominan la universidad, la escuela, las finanzas, los medios de comunicación, los púlpitos, etc. etc. para al fin imponerse en la calle. Si desde el resto de España no se unen contingentes parecidos, pocas esperanzas les quedarán a los que no desean secesión alguna cuando los pueblos tienden a unirse.
Este es un problema cuya solución solo puede abordarse con visión de estadistas. Pero es dudoso que en una democracia parasitaria como la implantada en España, surjan los hombres de Estado. No es la Constitución la pasada de moda; son los españoles - catalanes separatistas incluidos - los que no están a la altura de las circunstancias por el máximo índice de parásitos que soportan.
Sólo una España decente podría vencer al secesionismo catalán.
jueves, 20 de noviembre de 2014
TODO VIENE A SER LO MISMO.
Tan pronto aparecieron el hombre y la mujer sobre la tierra, trataron de agruparse para formar familias, clanes, tribus, y más tarde pueblos, países, naciones. Y en todas estas agrupaciones se repetía el mismo esquema: unos pocos mandaban y los demás lo admitían.
En cada esquema la jerarquía - los mandamases - marcaba unas normas e imponía un programa de vida y, por lo general, supeditaban su futuro a seres supra humanos, a quien pedir milagros o implorar misericordia para eludir males y desgracias. Al fin, entonces como siempre, la humanidad quería garantizarse unos mínimos de salud, dinero y amor.
Estas, poco más o menos, eran las aspiraciones de los amotinados en la Puerta del Sol en Madrid y todos sus seguidores. No se asusten. Motín en tan solo el movimiento desordenado de una muchedumbre, por lo común contra la autoridad constituida.
Nadie negará que <Podemos> está integrado por muchos de los protagonistas del motín madrileño, ahora debidamente jerarquizados y admitidos como legales por la autoridad competente.. Han seguido el camino lógico de toda agrupación que trata de supervivir y hacer más felices a sus seguidores.Su programa promete, como todos los políticos, salud, dinero y amor. Que luego lo logren, es otro cantar.
Quiero fijar la atención del lector en algo que estimo es importante. Era costumbre en todo tiempo y lugar, que los políticos, vinieran acompañados de brujos, chamanes, adivinos, profetas, augures, sumos sacerdotes, etc. También hoy sucede algo parecido: cada partido político tiene asesores, economistas, sociólogos, periodistas, encuestadores, politólogos, etc. . Ni unos y otros, ni antes ni ahora, podían faltar, salvo en un partido, en <Podemos> .
Uno creía que los de <Podemos>, como profesores universitarios que son y asesores de políticos allende los mares que fueron, no estarían necesitados de esta asistencia tan ligada a la "casta".pero según los poderes mediáticos cuentan ya con un nutrido equipo de economistas que están poniendo en limpio los puntos programáticos que defienden para que no haya engaño.
"No pagaremos la deuda" -dijeron- y los nuevos asesores les han dicho que digan: "reestructuraremos la deuda", que no es lo mismo pero se le parece. Es decir que están pasando la lija y la bayeta pulidora sobre ciertas asperezas para captar nuevos votos.
Con lo cual se van acortando distancias entre los partidos tradicionales y la novedosa aparición de <Podemos>.
Como puede comprobarse este partido ya tiene su jerifalte o macho alfa, su comisión ejecutiva y consejo directivo, o como se llamen, elegidos entre listas cerradas. Detrás van el pueblo, las multitudes, las masas, a las que siempre, siempre, -según han prometido- se les consultará todo previamente. ¿Pero quién garantiza el cumplimiento de tan bella promesa?
Mucho me temo que todo viene a ser lo mismo: nuevos políticos con iguales mentiras. ¿O no?
En cada esquema la jerarquía - los mandamases - marcaba unas normas e imponía un programa de vida y, por lo general, supeditaban su futuro a seres supra humanos, a quien pedir milagros o implorar misericordia para eludir males y desgracias. Al fin, entonces como siempre, la humanidad quería garantizarse unos mínimos de salud, dinero y amor.
Estas, poco más o menos, eran las aspiraciones de los amotinados en la Puerta del Sol en Madrid y todos sus seguidores. No se asusten. Motín en tan solo el movimiento desordenado de una muchedumbre, por lo común contra la autoridad constituida.
Nadie negará que <Podemos> está integrado por muchos de los protagonistas del motín madrileño, ahora debidamente jerarquizados y admitidos como legales por la autoridad competente.. Han seguido el camino lógico de toda agrupación que trata de supervivir y hacer más felices a sus seguidores.Su programa promete, como todos los políticos, salud, dinero y amor. Que luego lo logren, es otro cantar.
Quiero fijar la atención del lector en algo que estimo es importante. Era costumbre en todo tiempo y lugar, que los políticos, vinieran acompañados de brujos, chamanes, adivinos, profetas, augures, sumos sacerdotes, etc. También hoy sucede algo parecido: cada partido político tiene asesores, economistas, sociólogos, periodistas, encuestadores, politólogos, etc. . Ni unos y otros, ni antes ni ahora, podían faltar, salvo en un partido, en <Podemos> .
Uno creía que los de <Podemos>, como profesores universitarios que son y asesores de políticos allende los mares que fueron, no estarían necesitados de esta asistencia tan ligada a la "casta".pero según los poderes mediáticos cuentan ya con un nutrido equipo de economistas que están poniendo en limpio los puntos programáticos que defienden para que no haya engaño.
"No pagaremos la deuda" -dijeron- y los nuevos asesores les han dicho que digan: "reestructuraremos la deuda", que no es lo mismo pero se le parece. Es decir que están pasando la lija y la bayeta pulidora sobre ciertas asperezas para captar nuevos votos.
Con lo cual se van acortando distancias entre los partidos tradicionales y la novedosa aparición de <Podemos>.
Como puede comprobarse este partido ya tiene su jerifalte o macho alfa, su comisión ejecutiva y consejo directivo, o como se llamen, elegidos entre listas cerradas. Detrás van el pueblo, las multitudes, las masas, a las que siempre, siempre, -según han prometido- se les consultará todo previamente. ¿Pero quién garantiza el cumplimiento de tan bella promesa?
Mucho me temo que todo viene a ser lo mismo: nuevos políticos con iguales mentiras. ¿O no?
miércoles, 19 de noviembre de 2014
LA HORA DE DIMITIR.
José Larraz fue Ministro de Hacienda en el primer Gobierno formado por Franco al término de la Guerra Civil. Próximo a la Editorial Católica, se le consideraba una figura de las finanzas cuando se ventilaba el futuro de una España arruinada como consecuencia del conflicto bélico. Larraz expuso su programa y dejó una copia escrita. Franco dio la callada por respuesta y en una posterior reunión del Consejo de Ministros se aprobó un plan autárquico, totalmente opuesto al defendido por el Ministro. Larraz dimitió sin mas contemplaciones
No podemos aventurar que habría pasado si hubiera llegado a prosperar el plan de Larraz. Lo que si sabemos es que la autarquía derivó en pobreza, hambre y miseria para millones de españoles.
Con algo tan sencillo cómo no acertar al elegir un plan de actuación ante un problema político social, se puede conducir a un pueblo a su desgracia. En circunstancias muy distintas a la de posguerra y con otros problemas, España -gracias a sus políticos- ha entrado en una encrucijada peligrosa (situación difícil en la que no se sabe qué decidir). Larraz marcó la pauta: es el momento de las dimisiones. Y como no creo que dimitan los directamente responsables de la situación, han de hacerlo los que vienen apoyándolos y no están conformes con el giro que toman las cosas.
No se falta a la lealtad a nada, ni a nadie, y menos a España, si se dice que el problema secesionista de Cataluña tiene sus orígenes en las postrimerías del siglo XIX. Y tampoco si se afirma que los catalanes separatistas desde entonces ( no confundirse) nunca supieron ver el camino que se abría, para la prosperidad general, desde su perspectiva hegemónica respecto al resto de España; prosperidad también para ellos. Tampoco cabe sostener que los "unionistas" españoles hayan sido capaces de superar las diferencias con una auténtica aproximación a las demandas catalanas.
Que conste que escribo sin tener en cuenta las próximas elecciones, que es lo que deberían hacer los buenos políticos para aproximarse al acierto. Pero no: las miran (a las elecciones) con el criterio del mono que cierra el puño y no suelta las avellanas aunque ello suponga su pérdida de libertad. Otro día, les contaré.
Pues bien, es la hora de las dimisiones, no por nada, sino por el fracaso que ya se masca. ¿O no?
No podemos aventurar que habría pasado si hubiera llegado a prosperar el plan de Larraz. Lo que si sabemos es que la autarquía derivó en pobreza, hambre y miseria para millones de españoles.
Con algo tan sencillo cómo no acertar al elegir un plan de actuación ante un problema político social, se puede conducir a un pueblo a su desgracia. En circunstancias muy distintas a la de posguerra y con otros problemas, España -gracias a sus políticos- ha entrado en una encrucijada peligrosa (situación difícil en la que no se sabe qué decidir). Larraz marcó la pauta: es el momento de las dimisiones. Y como no creo que dimitan los directamente responsables de la situación, han de hacerlo los que vienen apoyándolos y no están conformes con el giro que toman las cosas.
No se falta a la lealtad a nada, ni a nadie, y menos a España, si se dice que el problema secesionista de Cataluña tiene sus orígenes en las postrimerías del siglo XIX. Y tampoco si se afirma que los catalanes separatistas desde entonces ( no confundirse) nunca supieron ver el camino que se abría, para la prosperidad general, desde su perspectiva hegemónica respecto al resto de España; prosperidad también para ellos. Tampoco cabe sostener que los "unionistas" españoles hayan sido capaces de superar las diferencias con una auténtica aproximación a las demandas catalanas.
Que conste que escribo sin tener en cuenta las próximas elecciones, que es lo que deberían hacer los buenos políticos para aproximarse al acierto. Pero no: las miran (a las elecciones) con el criterio del mono que cierra el puño y no suelta las avellanas aunque ello suponga su pérdida de libertad. Otro día, les contaré.
Pues bien, es la hora de las dimisiones, no por nada, sino por el fracaso que ya se masca. ¿O no?
martes, 18 de noviembre de 2014
LO PRIVADO Y LO PUBLICO.
Tratemos de observar desapasionadamente lo que ocurre en España. Se habla mucho, y los políticos nos lo proponen como meta, del Estado de bienestar, de un país de ensueño donde la vida resulte fácil y confortable para todos, lo cual exigiría elevar el nivel de renta medio de cada ciudadano, - varón o dama, niño o niña -, a cifras resultantes de multiplicar por dos o por tres el índice actual de renta per capita.
La verdad es que estos niveles de renta no los puede alcanzar pueblo alguno, si antes gran número de sus ciudadanos, - es decir las mayorías que lo forman- no alcanza a dominar un grado de conocimientos y de hábitos laboriosos y un conjunto de virtudes que eleven su capacidad productiva, sin olvidar la rectitud de comportamientos cívicos, muy por encima de los índices actuales.
Es decir que los gobernantes, además de darnos ejemplo, habrían de exigir a esas mayorías mayoritarias, unas metas de civismo (vamos a llamarlo así) de muy dudoso logro para los españoles de nuestros días, no empeñados, por ahora, en conseguirlo. Para eso harían falta grandes dosis de iniciativa privada aplicada con indudable constancia y rectitud. El beneficio, es decir el Estado de bienestar para todo un pueblo, solo llegaría por ese camino, o sea por el deseo de todos y cada uno en mejorar su situación. Insisto: gracias a la iniciativa privada, el Estado, proveedor de la iniciativa pública, se limitaría a no estorbar, salvo en defensa de las capas sociales más necesitadas o de cuanto atañe al bien común.
Cuando la iniciativa privada funciona, es cuando mejor marcha el sector público.¿Por qué? Por una sencilla razón: porque quiénes saben por experiencia lo que cuesta levantar la persiana de cualquier actividad, son los ciudadanos con iniciativa que también saben que si el sector público no pecha con las cargas no rentables, todo se iría al garete.
El bienestar en España, en las condiciones actuales, por muchas promesas que hagan los políticos, llegaría para unos pocos y demasiadas veces por la vía de toco mocho y mañas parecidas, ante cuyas artes el sector público es mucho más vulnerable que el privado. Por eso hay tantos políticos, o ligados a la política, partidarios de la corrupción.
La alternativa viable para el logro de un Estado de bienestar, viene de la mano de una mayor y mejor iniciativa privada, la cual resulta de muy difícil implantación, salvo en países con excelente escuela y colectivos libres; países muy dados a la lucha pacífica para triunfar y sumamente honestos en sus actividades; por supuesto enemigos de los paraísos fiscales.
Frente a esta realidad que exige un notable y constante esfuerzo, en los países dados al baratillo crecen y se desarrollan las grandes promesas a cargo de políticos bien intencionados pero inexpertos, que suelen terminar socializándolo todo, generando nuevos vasallos dominados por las empresas públicas antes en manos de la iniciativa privada. En suma terminan por aplicar el principio de la igualdad, el camino más seguro para un equitativo e igualitario reparto de la pobreza.
Estad atentos a las musas que cantan las bondades del sector público. Nunca te dejes avasallar. Cuando todo sea público, te ofrecerán igualdad. Pero no lo olvides: será un igualitario reparto de la pobreza.
La verdad es que estos niveles de renta no los puede alcanzar pueblo alguno, si antes gran número de sus ciudadanos, - es decir las mayorías que lo forman- no alcanza a dominar un grado de conocimientos y de hábitos laboriosos y un conjunto de virtudes que eleven su capacidad productiva, sin olvidar la rectitud de comportamientos cívicos, muy por encima de los índices actuales.
Es decir que los gobernantes, además de darnos ejemplo, habrían de exigir a esas mayorías mayoritarias, unas metas de civismo (vamos a llamarlo así) de muy dudoso logro para los españoles de nuestros días, no empeñados, por ahora, en conseguirlo. Para eso harían falta grandes dosis de iniciativa privada aplicada con indudable constancia y rectitud. El beneficio, es decir el Estado de bienestar para todo un pueblo, solo llegaría por ese camino, o sea por el deseo de todos y cada uno en mejorar su situación. Insisto: gracias a la iniciativa privada, el Estado, proveedor de la iniciativa pública, se limitaría a no estorbar, salvo en defensa de las capas sociales más necesitadas o de cuanto atañe al bien común.
Cuando la iniciativa privada funciona, es cuando mejor marcha el sector público.¿Por qué? Por una sencilla razón: porque quiénes saben por experiencia lo que cuesta levantar la persiana de cualquier actividad, son los ciudadanos con iniciativa que también saben que si el sector público no pecha con las cargas no rentables, todo se iría al garete.
El bienestar en España, en las condiciones actuales, por muchas promesas que hagan los políticos, llegaría para unos pocos y demasiadas veces por la vía de toco mocho y mañas parecidas, ante cuyas artes el sector público es mucho más vulnerable que el privado. Por eso hay tantos políticos, o ligados a la política, partidarios de la corrupción.
La alternativa viable para el logro de un Estado de bienestar, viene de la mano de una mayor y mejor iniciativa privada, la cual resulta de muy difícil implantación, salvo en países con excelente escuela y colectivos libres; países muy dados a la lucha pacífica para triunfar y sumamente honestos en sus actividades; por supuesto enemigos de los paraísos fiscales.
Frente a esta realidad que exige un notable y constante esfuerzo, en los países dados al baratillo crecen y se desarrollan las grandes promesas a cargo de políticos bien intencionados pero inexpertos, que suelen terminar socializándolo todo, generando nuevos vasallos dominados por las empresas públicas antes en manos de la iniciativa privada. En suma terminan por aplicar el principio de la igualdad, el camino más seguro para un equitativo e igualitario reparto de la pobreza.
Estad atentos a las musas que cantan las bondades del sector público. Nunca te dejes avasallar. Cuando todo sea público, te ofrecerán igualdad. Pero no lo olvides: será un igualitario reparto de la pobreza.
lunes, 17 de noviembre de 2014
LA REFORMA POLITICA
Estamos asistiendo a una nueva confrontación electoral, con dos puntos de choque que tendrán que ingerir los españoles quiéranlo o no: el unionista contra el secesionista -modelo territorial del Estado- y el predominio del sector público a costa del privado -modelo social del Estado-.
Ambos problemas estaban latentes aquí como en otros países, pero en España han surgido con fuerza por una razón poderosa: la recesión económica que ha llevado a millones de personas a situaciones trágicas con ausencia de toda esperanza.
La gran promesa, básica para la solución del problema y de las carencias que nos dominan, se cobija tras el parapeto de la democracia. Se promueve la deificación de los demócratas - es su piel de cordero- calificados como únicos capaces de proporcionar el ungüento mágico de la felicidad a los desasistidos.
Consiste tal ungüento en promover el dictado político de los "pueblos", tomando como base las manifestaciones multitudinarias; la vociferante expresión de sus deseos, que se vende como democracia participativa directa.
No hay nada nuevo bajo el sol. Cosas parecidas ocurrieron en la guerra civil del 36, cuando el poder bajó a la calle, con métodos de expresión y argumentos muy diversos: unos persuasivos y otros coactivos. Ahora en España estamos en la fase persuasiva. Veremos lo que nos reserva el futuro.
Porque digan lo que quieran los nuevos redentores de la humanidad hispana, eso de las multitudes, es música celestial. El macho alfa es lo que siempre fue, un ambicioso de poder y aunque se ponga la piel de cordero y se desenvuelva ante sus semejantes con mansedumbre y palabrería amable, sus ansias de poder se manifiestan aquí como en toda tierra de garbanzos. Consiste en dominar a las multitudes.
Todas las sociedades, en todo tiempo y lugar, para supervivir han tenido que jerarquizarse. El macho alfa, no pierde el tiempo, y lo primero que hace es marcar su territorio aunque para ello tenga que echar fuera a sus competidores. ¿Cómo? Por las buenas: votos. Por las malas: coces y dentelladas. Es decir, violencia verbal y luego física, si fuera preciso.
Pero claro, también en todo tiempo y lugar el poseedor de riquezas varias, termina por ser el auténtico mandarín vestido, esta vez, con piel de serpiente. El mandarín económico vive y desarrolla su poder en climas propicios. Y si no lo son se marcha y hasta crea paraísos fiscales.
Observen a los populistas: ¡No quieren nada con los plutócratas! Entonces crece el sector público. El dinero cambia de manos. ¿Pero llega al pueblo? Difícilmente. Los machos y las hembras alfa, os lo podrían contar. Pero si lo hacen, mienten. Véanse las repúblicas populares, Cuba, Venezuela, etc.
Todas fueron o son demócratas. La vida en ansí.
Ambos problemas estaban latentes aquí como en otros países, pero en España han surgido con fuerza por una razón poderosa: la recesión económica que ha llevado a millones de personas a situaciones trágicas con ausencia de toda esperanza.
La gran promesa, básica para la solución del problema y de las carencias que nos dominan, se cobija tras el parapeto de la democracia. Se promueve la deificación de los demócratas - es su piel de cordero- calificados como únicos capaces de proporcionar el ungüento mágico de la felicidad a los desasistidos.
Consiste tal ungüento en promover el dictado político de los "pueblos", tomando como base las manifestaciones multitudinarias; la vociferante expresión de sus deseos, que se vende como democracia participativa directa.
No hay nada nuevo bajo el sol. Cosas parecidas ocurrieron en la guerra civil del 36, cuando el poder bajó a la calle, con métodos de expresión y argumentos muy diversos: unos persuasivos y otros coactivos. Ahora en España estamos en la fase persuasiva. Veremos lo que nos reserva el futuro.
Porque digan lo que quieran los nuevos redentores de la humanidad hispana, eso de las multitudes, es música celestial. El macho alfa es lo que siempre fue, un ambicioso de poder y aunque se ponga la piel de cordero y se desenvuelva ante sus semejantes con mansedumbre y palabrería amable, sus ansias de poder se manifiestan aquí como en toda tierra de garbanzos. Consiste en dominar a las multitudes.
Todas las sociedades, en todo tiempo y lugar, para supervivir han tenido que jerarquizarse. El macho alfa, no pierde el tiempo, y lo primero que hace es marcar su territorio aunque para ello tenga que echar fuera a sus competidores. ¿Cómo? Por las buenas: votos. Por las malas: coces y dentelladas. Es decir, violencia verbal y luego física, si fuera preciso.
Pero claro, también en todo tiempo y lugar el poseedor de riquezas varias, termina por ser el auténtico mandarín vestido, esta vez, con piel de serpiente. El mandarín económico vive y desarrolla su poder en climas propicios. Y si no lo son se marcha y hasta crea paraísos fiscales.
Observen a los populistas: ¡No quieren nada con los plutócratas! Entonces crece el sector público. El dinero cambia de manos. ¿Pero llega al pueblo? Difícilmente. Los machos y las hembras alfa, os lo podrían contar. Pero si lo hacen, mienten. Véanse las repúblicas populares, Cuba, Venezuela, etc.
Todas fueron o son demócratas. La vida en ansí.
viernes, 14 de noviembre de 2014
LA HORA DE MOJARSE
Mojarse equivale a comprometerse con una opción clara en un negocio o conflicto.
El conflicto es el que tienen planteado a toda España los secesionistas catalanes, pretendiendo la independencia total de este territorio.
Algunos creen que se podría sosegar a los tales secesionistas con una reforma de la Constitución. Otros, mas bien, opinan lo contrario y piden solucionar el problema poniendo en práctica lo dispuesto en el artículo 155 constitucional, que permite la intervención transitoria de las instituciones autonómicas. Esta intervención estaría más que justificada, sobre todo para poner en orden las finanzas de una Comunidad Autónoma en la que sus gobernantes no gobiernan, por meterse en jardines independentistas; además, mal administran sus recursos y están endeudados hasta las orejas y arrastrando a toda España a retrasar la solución de problemas más importantes..
Por motivos -que no razones- poco explicados, el Gobierno no quiere ni oler las facultades que le otorga este artículo 155 y contempla impasible (aunque alterado en su fuero interno) el toque de caireles al que lo tienen sometido los secesionistas. Ellos, los que gobiernan, sabrán por qué lo hacen.
Es posible que entiendan que los efectos de esa intervención son negativos y, en consecuencia, para el Gobierno no tiene cuenta meterse en camisas de once varas, que decían nuestros abuelos.
Se entiende, pero algo habrá que hacer, por lo menos para ayudar a esa bendita criatura, llamada Alicia, que se desgañita la buena señora en los campos cataláunicos en su idea de no perder votos para el PP en esa también tierra de garbanzos; y de paso, ese hacer algo, serviría para dar una inyección de moral a los que en Cataluña se sienten españoles y catalanes y a los que en toda
España, no quieren ver cuarteada su Patria.
¿Podrían reformar la Constitución? Podrían, pero...
Mejor tratarlo por separado. Otro día será.
jueves, 13 de noviembre de 2014
HACER HISTORIA Y CREAR PAÌS
Si se examina el panorama mundial con objeto de ver qué países tienen un bienestar que incide en la mayoría de su población -tanto en nuestra época como en otras ya históricas- advertiremos que coinciden unas circunstancias comunes: están poblados por una sociedad que goza de un alto nivel ético, científico y hacendístico.
Si en España -y en otras muchas naciones, claro está- tuviéramos conciencia de que para alcanzar el bienestar deseado por una mayoría de la población hay que ganar la batalla en esos tres sectores, dejaríamos a un lado las tareas estériles y estaríamos todos, gobernantes y gobernados, enfrascados en la tarea de acabar con los corruptos, en el empeño de mejorar los conocimientos científicos y en el afán de sanear y bien administrar las haciendas públicas y de paso las privadas. (No debe de confundirse administrar con ganar; si se gana y mal administra, no habremos conseguido nada).
Es cosa de gobernantes y gobernados, porque mal asunto si alguien cree que todo está en manos de los políticos. Suelen ser capaces de embaucar a las masas sintiéndose muy generosos con los caudales que, vía impuestos, todos aportamos (por cierto, unos más que otros).
Aquel que empezó de curilla de pueblo y luego resultó ser un hombre de alto criterio, don José María Arizmendiarrieta, (aliento espiritual del grupo cooperativo nacido en Mondragón), dejó escrito que "los que optan por hacer historia y cambian el curso de los acontecimientos, tienen la ventaja, sobre los que deciden esperar pasivos, de
ver los resultados del cambio".
Pero en España, el gran Camilo José de Cela, hizo que triunfara la moda de "el que resiste gana".
¿Por dónde han de ir nuestros gobernantes?
Ellos dirán; pero son muchos los que creen que ha llegado la hora de hacer historia y de hacer país. Claro está: es más fácil sentarse a la puerta de la jaima a ver pasar el cadáver de tu enemigo.
Todo sería posible si nos afanáramos en vivir -empezando por los que tienen tareas de responsabilidad- dentro de una exigente ética, metidos en la vanguardia científica del mundo, y administrando bien lo poco que tenemos.
No me lo digan; ya lo sé. Pensará más de uno: "No nos diga chocholadas. España es como es y los políticos lo bordan (para ellos)."
Y yo respondo: "Si es así como usted dice y es como dice usted, que me preparen el capitoné. Es mejor huir con los muebles por delante, que mal venderlos para pagar el transporte que te saque de este posible infierno".
Si en España -y en otras muchas naciones, claro está- tuviéramos conciencia de que para alcanzar el bienestar deseado por una mayoría de la población hay que ganar la batalla en esos tres sectores, dejaríamos a un lado las tareas estériles y estaríamos todos, gobernantes y gobernados, enfrascados en la tarea de acabar con los corruptos, en el empeño de mejorar los conocimientos científicos y en el afán de sanear y bien administrar las haciendas públicas y de paso las privadas. (No debe de confundirse administrar con ganar; si se gana y mal administra, no habremos conseguido nada).
Es cosa de gobernantes y gobernados, porque mal asunto si alguien cree que todo está en manos de los políticos. Suelen ser capaces de embaucar a las masas sintiéndose muy generosos con los caudales que, vía impuestos, todos aportamos (por cierto, unos más que otros).
Aquel que empezó de curilla de pueblo y luego resultó ser un hombre de alto criterio, don José María Arizmendiarrieta, (aliento espiritual del grupo cooperativo nacido en Mondragón), dejó escrito que "los que optan por hacer historia y cambian el curso de los acontecimientos, tienen la ventaja, sobre los que deciden esperar pasivos, de
ver los resultados del cambio".
Pero en España, el gran Camilo José de Cela, hizo que triunfara la moda de "el que resiste gana".
¿Por dónde han de ir nuestros gobernantes?
Ellos dirán; pero son muchos los que creen que ha llegado la hora de hacer historia y de hacer país. Claro está: es más fácil sentarse a la puerta de la jaima a ver pasar el cadáver de tu enemigo.
Todo sería posible si nos afanáramos en vivir -empezando por los que tienen tareas de responsabilidad- dentro de una exigente ética, metidos en la vanguardia científica del mundo, y administrando bien lo poco que tenemos.
No me lo digan; ya lo sé. Pensará más de uno: "No nos diga chocholadas. España es como es y los políticos lo bordan (para ellos)."
Y yo respondo: "Si es así como usted dice y es como dice usted, que me preparen el capitoné. Es mejor huir con los muebles por delante, que mal venderlos para pagar el transporte que te saque de este posible infierno".
miércoles, 12 de noviembre de 2014
LA UNIDAD DE ESPAÑA.
Mi artículo de ayer ha despertado en algunos la sospecha de que yo soy partidario de la ruptura de España. Pues no. No lo soy, pero tampoco me gusta el cariz que está tomando el conflicto; y no por culpa de los que siendo unitarios, fuimos y somos también testigos de cómo los gobiernos nacionales que se han sucedido desde la transición, se han bajado los pantalones; todo para que los catalanes secesionistas, y otros de distinta camada, nos den una patada en el culo a todos los españoles. Esta es la puñetera verdad.
Entonces hay dos soluciones para resolver este problema que añadir al paro, y otras desgracias:
- Poner un cañón ante la Generalitat con idea de volarla, como hicieron los republicanos por los años treinta del pasado siglo...
- O que sea el Gobierno de España quien políticamente vaya por delante de los separatistas y tome decisiones que se someterían en referéndum a la aprobación de todos los españoles, que por cierto tampoco son súbditos de ninguna cuadrilla de mangantes. Y no quito una coma.
Por supuesto soy partidario de ensayar la segunda solución.
Ningún gobernante avisado convoca a los electores patrios para perder un referéndum. Para ganar a los separatistas catalanes hay que apostar fuerte y no de farol. Ahí es donde tienen que entrar en juego los especialistas del Derecho. No vale cualquiera. No olviden que toda la estructura político legal del franquismo se desmontó cumpliendo las leyes fundamentales del Movimiento. ¿Cómo podría darse con una fórmula que satisficiera, no a los separatistas, pero sí a una mayoría de catalanes que quieren lo mejor para Cataluña y que fuera mayoritariamente votada en un referéndum?
En principio haciendo política de altura. En un tono irónico daba yo una fórmula, a sabiendas de que casi nadie conoce la diferencia existente entre una confederación y una federación. Así está la cosa.
Pero la verdad es la que es: siempre será mejor para el destino de todos los españoles que la reforma se patrocine por los partidos unitarios con el apoyo de la UE, a que la iniciativa parta de los secesionistas cualquiera que sean sus buenas intenciones.
Entonces hay dos soluciones para resolver este problema que añadir al paro, y otras desgracias:
- Poner un cañón ante la Generalitat con idea de volarla, como hicieron los republicanos por los años treinta del pasado siglo...
- O que sea el Gobierno de España quien políticamente vaya por delante de los separatistas y tome decisiones que se someterían en referéndum a la aprobación de todos los españoles, que por cierto tampoco son súbditos de ninguna cuadrilla de mangantes. Y no quito una coma.
Por supuesto soy partidario de ensayar la segunda solución.
Ningún gobernante avisado convoca a los electores patrios para perder un referéndum. Para ganar a los separatistas catalanes hay que apostar fuerte y no de farol. Ahí es donde tienen que entrar en juego los especialistas del Derecho. No vale cualquiera. No olviden que toda la estructura político legal del franquismo se desmontó cumpliendo las leyes fundamentales del Movimiento. ¿Cómo podría darse con una fórmula que satisficiera, no a los separatistas, pero sí a una mayoría de catalanes que quieren lo mejor para Cataluña y que fuera mayoritariamente votada en un referéndum?
En principio haciendo política de altura. En un tono irónico daba yo una fórmula, a sabiendas de que casi nadie conoce la diferencia existente entre una confederación y una federación. Así está la cosa.
Pero la verdad es la que es: siempre será mejor para el destino de todos los españoles que la reforma se patrocine por los partidos unitarios con el apoyo de la UE, a que la iniciativa parta de los secesionistas cualquiera que sean sus buenas intenciones.
lunes, 10 de noviembre de 2014
CATALUÑA ¿Y AHORA QUÉ?
Celebrada la consulta cataláunica, al Gobierno central le toca mover ficha. No puede sentarse junto a la vía a ver cómo pasa el tren.
Coinciden todos los analistas en que resulta necesario abrir un período de reformas que, quiérase o no, van a empezar por darle un repaso al Título VIII constitucional que regula el ir venir de las autonomías. Es decir, hay que revisar y legislar de nuevo sobre ese complejo mundo donde cada territorio autónomo, -como decían los cristianos viejos- viene haciendo de su capa un sayo, en esta España de nuestros sinsabores; por ejemplo la consulta catalana del pasado domingo, pese a las leyes que negaban su licitud.
Y el desbarajuste es tal, que en tanto unos llaman democracia a cumplir la ley, otros - como hacía don Francisco - se entregan a convocar referéndums hechos a su medida que ganan siempre y de corrido (como Franco) y ¡así cualquiera! Los nacionalistas no lo quieren ver pero asoman la oreja totalitaria en cuanto te descuidas. Y como en tiempos de crisis todo vale, las masas siguen a los más audaces aunque sean unos granujas. Hasta hay quien los aplaude.
Así que - dicho lo dicho - sólo una reforma constitucional anticipada, va a resultar del agrado de ciertas turbas, muchedumbre de gente confusa y desorientada; también a las de <Podemos>, a quienes - pese a no ser parlamentarios- les gustaría tocar pelota en este invento.
Las fuerzas políticas en general, salvo alguna que anda despistada - y entre ellas la del PP - tienen avanzado algún proyecto, tal que el PSOE que nos quiere federar.
Pero veamos: ¿Qué es lo fundamental? Pues lo fundamental es aquello que quieran los nacionalistas separatistas. ¿Y que quieren? La independencia sin salirse de Europa. Si no se les da esto, seguirán en sus trece, dale que te pego como Andrés el de la navajica (otro días les contaré cual era su único deseo). Y el Gobierno de España, se mantiene soñando por su cuenta y nunca tan alejado como ahora del sentir de su querido pueblo.
Los nacionalistas no separatistas, - los suficientes para enfrentarse a los separatistas -, admitirían (ya lo van diciendo por ahí), una Iberia confederada. Los peperos andan todavía creyendo que los van engañar con alguna triquiñuela tributaria. Los socialistas sueñan en federar España. La tarea consiste en acortar distancias.
Puestos a ciscar la enmienda constitucional prevista -porque el peligro está en chingarlo todo- me inclinaría desde un PP bien preparado (es difícil pero tiene gente para ello) por apuntarme a una Confederación Ibérica (lo de ibérico cuela, lo español, no) con un triple compromiso, por lo menos:
- Cada comunidad autónoma (llamada Estado) seria independiente, salvo en las competencias pactadas y exclusivas que todas y cada una obligatoriamente tendría que ceder a la Confederación Ibérica.
- El criterio para adjudicar estas competencias sería el mismo que se aplica en la UE, basado en principios racionales y eficientes, como son los de proporcionalidad y subsidiariedad u otros que cumplieran tal condicionamiento.
- La alta inspección y el control final de todos los instrumentos o instituciones que garanticen el cumplimiento de las obligaciones por parte de los Estados confederados (también los económicos) así como el poder para intervenirlos en caso de incumplimiento, serían ejercidos por la Confederación.
Una vez constituida la Confederación y asegurado su funcionamiento, podría invitarse a participar en la misma al Estado de Portugal.
Comprenderán -todo hay que decirlo- que si escribo así sin ser nacionalista, es por una poderosísima razón: prefiero una confederación instituida desde el PP, que otra que me pueda llegar como consecuencia de la desidia de los peperos y organizada desde el nacionalismo para los separatistas
Me atrevería a decirle al PP, con lo averiado que está, que algo audaz ha de inventar para no verse arrastrado por el tsunami que se les viene encima.
Eso sí, teniendo en cuenta en que de hecho, no por ley, catalanes y vascos funcionan como si estuvieran confederados.
Coinciden todos los analistas en que resulta necesario abrir un período de reformas que, quiérase o no, van a empezar por darle un repaso al Título VIII constitucional que regula el ir venir de las autonomías. Es decir, hay que revisar y legislar de nuevo sobre ese complejo mundo donde cada territorio autónomo, -como decían los cristianos viejos- viene haciendo de su capa un sayo, en esta España de nuestros sinsabores; por ejemplo la consulta catalana del pasado domingo, pese a las leyes que negaban su licitud.
Y el desbarajuste es tal, que en tanto unos llaman democracia a cumplir la ley, otros - como hacía don Francisco - se entregan a convocar referéndums hechos a su medida que ganan siempre y de corrido (como Franco) y ¡así cualquiera! Los nacionalistas no lo quieren ver pero asoman la oreja totalitaria en cuanto te descuidas. Y como en tiempos de crisis todo vale, las masas siguen a los más audaces aunque sean unos granujas. Hasta hay quien los aplaude.
Así que - dicho lo dicho - sólo una reforma constitucional anticipada, va a resultar del agrado de ciertas turbas, muchedumbre de gente confusa y desorientada; también a las de <Podemos>, a quienes - pese a no ser parlamentarios- les gustaría tocar pelota en este invento.
Las fuerzas políticas en general, salvo alguna que anda despistada - y entre ellas la del PP - tienen avanzado algún proyecto, tal que el PSOE que nos quiere federar.
Pero veamos: ¿Qué es lo fundamental? Pues lo fundamental es aquello que quieran los nacionalistas separatistas. ¿Y que quieren? La independencia sin salirse de Europa. Si no se les da esto, seguirán en sus trece, dale que te pego como Andrés el de la navajica (otro días les contaré cual era su único deseo). Y el Gobierno de España, se mantiene soñando por su cuenta y nunca tan alejado como ahora del sentir de su querido pueblo.
Los nacionalistas no separatistas, - los suficientes para enfrentarse a los separatistas -, admitirían (ya lo van diciendo por ahí), una Iberia confederada. Los peperos andan todavía creyendo que los van engañar con alguna triquiñuela tributaria. Los socialistas sueñan en federar España. La tarea consiste en acortar distancias.
Puestos a ciscar la enmienda constitucional prevista -porque el peligro está en chingarlo todo- me inclinaría desde un PP bien preparado (es difícil pero tiene gente para ello) por apuntarme a una Confederación Ibérica (lo de ibérico cuela, lo español, no) con un triple compromiso, por lo menos:
- Cada comunidad autónoma (llamada Estado) seria independiente, salvo en las competencias pactadas y exclusivas que todas y cada una obligatoriamente tendría que ceder a la Confederación Ibérica.
- El criterio para adjudicar estas competencias sería el mismo que se aplica en la UE, basado en principios racionales y eficientes, como son los de proporcionalidad y subsidiariedad u otros que cumplieran tal condicionamiento.
- La alta inspección y el control final de todos los instrumentos o instituciones que garanticen el cumplimiento de las obligaciones por parte de los Estados confederados (también los económicos) así como el poder para intervenirlos en caso de incumplimiento, serían ejercidos por la Confederación.
Una vez constituida la Confederación y asegurado su funcionamiento, podría invitarse a participar en la misma al Estado de Portugal.
Comprenderán -todo hay que decirlo- que si escribo así sin ser nacionalista, es por una poderosísima razón: prefiero una confederación instituida desde el PP, que otra que me pueda llegar como consecuencia de la desidia de los peperos y organizada desde el nacionalismo para los separatistas
Me atrevería a decirle al PP, con lo averiado que está, que algo audaz ha de inventar para no verse arrastrado por el tsunami que se les viene encima.
Eso sí, teniendo en cuenta en que de hecho, no por ley, catalanes y vascos funcionan como si estuvieran confederados.
domingo, 9 de noviembre de 2014
EL MACHO ALFA
Es sabido: el macho alfa es el de mayor rango en una comunidad de animales de la misma especie. Pablo Iglesias, refiriéndose a <Podemos>, proclamó en público que no era el macho alfa de este partido político.
Todo empezó con multitudes indignadas ocupando calles céntricas para hacer público su disgusto. Tenían razón. El país estaba hecho unos zorros y alguien tenía que denunciarlo venciendo ese miedo reverencial que todo contribuyente manifiesta respecto a las autoridades que lo hunden y presionan fiscalmente.
La Puerta del Sol de Madrid se convirtió en el apeadero de una muchedumbre campando a su aire para demostrar que sus componentes estaban hasta la cogotera de tanto gobernante chingando a los de siempre. Allí estaban los machos alfa que aspiraban a liderar esa comunidad de indignados. Pero... aún no era tiempo de identificarse. El enemigo de un macho alfa lo es otro del mismo signo, aunque vivan con los de la misma camada. Cuando llegue el momento de ventilar su liderazgo, lo defenderán a mordiscos, a cornadas o a coces, ¡quién sabe!
Pablo Iglesias, voluntariamente afirmó: yo no soy un macho alfa. Era el momento de jerarquizar el colectivo y el, manifiestamente, ya iba en cabeza. Pero presumía de lo contrario. Añagazas, o zorrerías del que quiere el mando.
Al poco. le rindieron tributo sus correligionarios. Lo eligieron como macho alfa. Se inició la jerarquización por lo más alto y llegó el momento de elegir no sé qué consejo rector o cosa parecida que, por principio, reafirmaría al macho alfa de la organización, como jefe supremo.
Entonces el macho alfa echó las meaditas de rigor para marcar su terreno y cuando su compinche, el Sr. Echenique, quiso que algunos de su idea fueran consejeros, olfateó el terreno ya del todo meadito por Iglesias. Tuvo que plegarse a la realidad, al mandato de su rival , porque donde hay patrón no manda marinero y el terreno estaba ya marcado.
O sea que ya vamos adelante con un partido muy organizado para hacerse eco del clamor popular, pero muy parecido a los de la casta.
Poco a poco, claro ... pero vienen a ser, pronto lo veremos, los mismos perros, incluso con los mismos collares.
¡Apuesto un café con sacarina!
Todo empezó con multitudes indignadas ocupando calles céntricas para hacer público su disgusto. Tenían razón. El país estaba hecho unos zorros y alguien tenía que denunciarlo venciendo ese miedo reverencial que todo contribuyente manifiesta respecto a las autoridades que lo hunden y presionan fiscalmente.
La Puerta del Sol de Madrid se convirtió en el apeadero de una muchedumbre campando a su aire para demostrar que sus componentes estaban hasta la cogotera de tanto gobernante chingando a los de siempre. Allí estaban los machos alfa que aspiraban a liderar esa comunidad de indignados. Pero... aún no era tiempo de identificarse. El enemigo de un macho alfa lo es otro del mismo signo, aunque vivan con los de la misma camada. Cuando llegue el momento de ventilar su liderazgo, lo defenderán a mordiscos, a cornadas o a coces, ¡quién sabe!
Pablo Iglesias, voluntariamente afirmó: yo no soy un macho alfa. Era el momento de jerarquizar el colectivo y el, manifiestamente, ya iba en cabeza. Pero presumía de lo contrario. Añagazas, o zorrerías del que quiere el mando.
Al poco. le rindieron tributo sus correligionarios. Lo eligieron como macho alfa. Se inició la jerarquización por lo más alto y llegó el momento de elegir no sé qué consejo rector o cosa parecida que, por principio, reafirmaría al macho alfa de la organización, como jefe supremo.
Entonces el macho alfa echó las meaditas de rigor para marcar su terreno y cuando su compinche, el Sr. Echenique, quiso que algunos de su idea fueran consejeros, olfateó el terreno ya del todo meadito por Iglesias. Tuvo que plegarse a la realidad, al mandato de su rival , porque donde hay patrón no manda marinero y el terreno estaba ya marcado.
O sea que ya vamos adelante con un partido muy organizado para hacerse eco del clamor popular, pero muy parecido a los de la casta.
Poco a poco, claro ... pero vienen a ser, pronto lo veremos, los mismos perros, incluso con los mismos collares.
¡Apuesto un café con sacarina!
sábado, 8 de noviembre de 2014
DOLOROSO PERO VERÍDICO
Sí; muy doloroso.
Los grandes fracasos del Gobierno español, respaldado por el PP con mayoría absoluta, han sido maquillados por el propio partido y asumidos con buen gesto por sus responsables, como si no hubiera pasado nada.
Primer fracaso: el paro. El Gobierno no puede con este problema. Todas sus reformas económicas y laborales han valido para poco. Hay dinero, pero los inversores no lo mueven, no se fían. Entre unos y otros, entre los que pueden o no pueden, entre secesionistas y unionistas, no se dan garantías que aseguren la estabilidad política. El dinero huye y malo si no vuelve.
Segundo fracaso: el independentismo catalán. Ha cobrado tal fuerza porque el Gobierno, pese a proclamarse defensor de la ley, ha consentido en que la vulneren desde las instituciones del Estado; es el caso de la Generalitat. Cataluña es el caballo de Troya de la Nación española. Un caballo que lo hemos alimentado entre todos. También por los Gobiernos de España. Con la manifestación masiva del domingo ante las urnas - muy bien preparada por los secesionistas con el apoyo del Gobierno catalán y asumida con muy "buena educación" por nuestros gobernantes de España -, no se ha hecho otra cosa que fortalecer el movimiento soberanista catalán que ya gozaba de muy buena salud
Tercer fracaso: la ley del aborto. Es tan expresivo el paso atrás, que no merece comentario. Ha dejado en la cuneta a muchos españoles bien intencionados.
Cuarto fracaso: la corrupción, tan dramática y veraz, como para echarse a llorar desde tantos y tantos hogares que votaron al PP por suponer la ejemplaridad de todos sus dirigentes. En muchos de esos hogares, se llora de verdad. El partido del centro derecha español no puede ofrecerse como modelo. Por eso lloran y por que desde el PP dirigente, se ha contaminado el prestigio de millones de honestos votantes de sus siglas.
El primer efecto político de estos fracasos, sus consecuencias, las van a padecer más agudamente los españoles de las clases medias, ahora mismo están en desbandada. El PP se vacía solo.
El segundo efecto político, lo padecerán los catalanes españoles, sobre todo cuando gobierne la ERC, partido totalitario si los hay, que seguirá en sus trece y basará su secesionismo en el resultado de esta consulta, como primer y eficaz argumento ante propios y extraños.
El tercer efecto político, está a la vista: el nacionalismo del País Vasco no puede transigir con una situación inferior a la catalana. España se desarticulará en cascada. Les ayudará el federalismo socialista.
El cuarto de estos efectos, afectará a los Gobiernos que en España se han sucedido desde que los españoles votaron por la democracia. Gobiernos que pasarán a la historia como malabaristas de la política, pero sin grandes aspiraciones. Solo han atendido la tarea de tapar agujeros, pero nunca supieron crear país. Y lo ha hecho con tan poco acierto que, a fuerza de restañaduras, está la pieza principal para tirarla a la chatarra. No es extraño que tantos quieran irse de su verdadera patria.
Los grandes fracasos del Gobierno español, respaldado por el PP con mayoría absoluta, han sido maquillados por el propio partido y asumidos con buen gesto por sus responsables, como si no hubiera pasado nada.
Primer fracaso: el paro. El Gobierno no puede con este problema. Todas sus reformas económicas y laborales han valido para poco. Hay dinero, pero los inversores no lo mueven, no se fían. Entre unos y otros, entre los que pueden o no pueden, entre secesionistas y unionistas, no se dan garantías que aseguren la estabilidad política. El dinero huye y malo si no vuelve.
Segundo fracaso: el independentismo catalán. Ha cobrado tal fuerza porque el Gobierno, pese a proclamarse defensor de la ley, ha consentido en que la vulneren desde las instituciones del Estado; es el caso de la Generalitat. Cataluña es el caballo de Troya de la Nación española. Un caballo que lo hemos alimentado entre todos. También por los Gobiernos de España. Con la manifestación masiva del domingo ante las urnas - muy bien preparada por los secesionistas con el apoyo del Gobierno catalán y asumida con muy "buena educación" por nuestros gobernantes de España -, no se ha hecho otra cosa que fortalecer el movimiento soberanista catalán que ya gozaba de muy buena salud
Tercer fracaso: la ley del aborto. Es tan expresivo el paso atrás, que no merece comentario. Ha dejado en la cuneta a muchos españoles bien intencionados.
Cuarto fracaso: la corrupción, tan dramática y veraz, como para echarse a llorar desde tantos y tantos hogares que votaron al PP por suponer la ejemplaridad de todos sus dirigentes. En muchos de esos hogares, se llora de verdad. El partido del centro derecha español no puede ofrecerse como modelo. Por eso lloran y por que desde el PP dirigente, se ha contaminado el prestigio de millones de honestos votantes de sus siglas.
El primer efecto político de estos fracasos, sus consecuencias, las van a padecer más agudamente los españoles de las clases medias, ahora mismo están en desbandada. El PP se vacía solo.
El segundo efecto político, lo padecerán los catalanes españoles, sobre todo cuando gobierne la ERC, partido totalitario si los hay, que seguirá en sus trece y basará su secesionismo en el resultado de esta consulta, como primer y eficaz argumento ante propios y extraños.
El tercer efecto político, está a la vista: el nacionalismo del País Vasco no puede transigir con una situación inferior a la catalana. España se desarticulará en cascada. Les ayudará el federalismo socialista.
El cuarto de estos efectos, afectará a los Gobiernos que en España se han sucedido desde que los españoles votaron por la democracia. Gobiernos que pasarán a la historia como malabaristas de la política, pero sin grandes aspiraciones. Solo han atendido la tarea de tapar agujeros, pero nunca supieron crear país. Y lo ha hecho con tan poco acierto que, a fuerza de restañaduras, está la pieza principal para tirarla a la chatarra. No es extraño que tantos quieran irse de su verdadera patria.
viernes, 7 de noviembre de 2014
LOS POLITICOS A LA DERIVA
Los dirigentes del PP triunfantes en
las últimas elecciones, entendieron que la gran preocupación de sus
electores era el paro y que para vencerlo nada mejor que un plan de
recortes del gasto, hecho con criterios económicos. Pusieron la política
al servicio de la economía.
Toda España se lleno de
augures economistas, mientras al sufrido contribuyente de las clases medias
para abajo, se le sometía a unas dosis de austeridad para caballos.
Muchos españoles que no eran economistas, pero con sentido común, al poner
el Gobierno de la Nación su énfasis corrector en los números, con olvido
del sentir de las personas, dieron la
voz de alarma. Por ejemplo, era de todo punto ilógico que en tanto a los peor dotados económicamente se les
aumentaba la presión tributaria, se publicara una amnistía fiscal en favor de quienes venían, desde
años atrás, defraudando al Estado con
sus dineros a buen recaudo en paraísos fiscales.
Dieron los del sentido común la voz de alarma, pero no sirvió de nada. Los economistas hacían números y después de presionar con más tributos a los más débiles, idearon los recortes del gasto público; recortes preferentemente orientados a chingar a los de siempre. Los economistas, pasando por encima de los políticos a los que habían anestesiado con su ciencia, llevaron al país a una ruina moral. De todo aquello no podía nacer nada bueno.
Claro que era lógico reducir el gasto público, pero no cargando el peso sobre los más débiles y traicionando los dictados políticos.
Antes de estas medidas, era una necedad de libro no
reconocer que la bolsa de fraude fiscal
española era fantástica y gozaba de muy buena salud para atacar el mal con eficiencia; que la economía sumergida
rebosaba todos los límites y se incentivaba desde el propio Estado, y eso no
podía continuar así; que el gasto superfluo de la administración pública se
había disparado desde que funcionó la reforma autonómica y era necesario
corregir la situación con urgencia; que
los despilfarros para costear la vida
de políticos nunca satisfechos con sus
haberes, para el pago de asesores para
todo, para abonar al personal de
confianza y otros capítulos anexos, se habían
ido a las nubes. Y estaban ahí a caño abierto, los coches oficiales, los viajes, los
regalos, las comilonas, las fiestas, las inauguraciones, las inversiones
inútiles, etc. No eran como algunos sostenían el chocolate del loro…
Parecía lógico que debiera
de cortarse todo gasto superfluo antes de buscar el apoyo
de los menos pudientes; parecía de sentido común. Pues no: los economistas la
jodieron, mis queridos lectores, y ayudaron a los polìticos a seguir en su error; en vez de ir a solucionar el problema por do más pecado había, se tiraron a degüello
contra los más inocentes.
¿Qué esperaban? Los resultados están a la vista.
jueves, 6 de noviembre de 2014
LA RADIOGRAFÍA DEL MIEDO AL CAMBIO
Los españoles dotados de algún conocimiento y con cierta experiencia, se vienen guiando por aquella sentencia que los historiadores atribuyen a Iñigo de Loyola: "en tiempos de tribulación, no hacer mudanza".
Como verán, nunca se habló tanto de economía y nunca las masas llegaron a pensar tanto en lo mal que anda la cosa. Quiero decir que en muchas ocasiones históricas estuvimos peor, la gente del montón sufría y, una de dos: estallaba o se aguantaba. Ahora, esa misma gente sufre por los miedos de hoy y por los que le caerán encima en un futuro; los padece bien informado, pero no se mueve; no hace nada, y menos invertir para crear trabajo.
El dato último - referido a España - nos lo proporciona una encuesta exploradora de las intenciones de voto. Lo curioso del caso es que la creencia general sobre este sistema de adivinar el futuro, es francamente negativa. Pero los mismos que difaman el aparataje exploratorio del voto, lo soban, lo manosean hasta el hartazgo y al fin se lo tragan sin reparos. ¡Cosas de la vida! Para muchos, los resultados que arroja la encuesta, son la radiografía del miedo. Creo que el propio Gobierno está acongojado y no sabe por dónde tirar.
Lo malo es que sean los propios gobernantes quienes tengan asumida -todo puede ser- la futura y no lejana derrota, lo cual determina que muchos, por este aludido miedo, estén tratando de huir para encontrar un refugio seguro. O al revés que, encerrados en una tozudez política, crean -también por miedo al cambio- que todo va a seguir igual y no mueven bola.
En estas condiciones de incertidumbre, ya me dirán quién se anima a montar empresas en España para combatir la endemia del paro.
Se van las horas discutiendo si los futuros ganadores, los de PODEMOS, son galgos o podencos. Para muchos, seguro, son un peligro. Pero ahí están, viéndolos llegar con la placidez de mansas piezas de segura caza.
Como verán, nunca se habló tanto de economía y nunca las masas llegaron a pensar tanto en lo mal que anda la cosa. Quiero decir que en muchas ocasiones históricas estuvimos peor, la gente del montón sufría y, una de dos: estallaba o se aguantaba. Ahora, esa misma gente sufre por los miedos de hoy y por los que le caerán encima en un futuro; los padece bien informado, pero no se mueve; no hace nada, y menos invertir para crear trabajo.
El dato último - referido a España - nos lo proporciona una encuesta exploradora de las intenciones de voto. Lo curioso del caso es que la creencia general sobre este sistema de adivinar el futuro, es francamente negativa. Pero los mismos que difaman el aparataje exploratorio del voto, lo soban, lo manosean hasta el hartazgo y al fin se lo tragan sin reparos. ¡Cosas de la vida! Para muchos, los resultados que arroja la encuesta, son la radiografía del miedo. Creo que el propio Gobierno está acongojado y no sabe por dónde tirar.
Lo malo es que sean los propios gobernantes quienes tengan asumida -todo puede ser- la futura y no lejana derrota, lo cual determina que muchos, por este aludido miedo, estén tratando de huir para encontrar un refugio seguro. O al revés que, encerrados en una tozudez política, crean -también por miedo al cambio- que todo va a seguir igual y no mueven bola.
En estas condiciones de incertidumbre, ya me dirán quién se anima a montar empresas en España para combatir la endemia del paro.
Se van las horas discutiendo si los futuros ganadores, los de PODEMOS, son galgos o podencos. Para muchos, seguro, son un peligro. Pero ahí están, viéndolos llegar con la placidez de mansas piezas de segura caza.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
EL OCASO DE UN PARTIDO.
Es muy difícil, siguiendo las huellas de lo que ocurre en España, evadirse del tema catalán. Y más todavía cuando estamos asistiendo como testigos de primera fila, a una serie de actos de rebeldía contra el Gobierno de la Nación por parte del Gobierno de la Comunidad Autónoma de Cataluña.
Lo asombroso del caso es que el Gobierno de España (poder ejecutivo) parece haber renunciado a ejercer sus competencias y, a cambio, opta por confiar al poder judicial la solución del problema.
Se da una paradójica situación en la que -aunque parezca mentira- los pájaros tiran contra las escopetas. Los rebeldes secesionistas catalanes también van al juzgado para poner al Gobierno de la Nación en su sitio, ya que - según su criterio - está haciendo tabla rasa de una serie de principios fundamentales, empezando por el de la libertad de expresión.
Y otra paradoja más: Es indudable a estas alturas que el Gobierno de la C.A. de Cataluña, está actuado de forma "que atenta gravemente al interés general" en este caso de España y de la inmensa mayoría de españoles (artículo 155 de la Constitución). Estamos cansados de oír al Presidente del Gobierno de España que, como tal, está obligado a cumplir y hacer cumplir las leyes. Y el artículo 155 es ley.
¿A qué espera? Les diré: El Artículo 155 Constitucional, que permite al Gobierno dejar fuera de juego a las instituciones autonómicas catalanas por estar haciendo de su capa un sayo en perjuicio de los intereses generales, reza que ese Gobierno, el de España, "podrá adoptar las medidas necesarias" para evitar el mal. O sea, que es un recurso optativo: "podrá".
Entonces ,¿qué? Entonces, ¡nada! . Lo probable es que no se utilice ese recurso, que el mal se consume y sea más crónico y grave de lo que ya lo es. Un paso más, por otro lado, hacia la liquidación de un partido que pierde votos a esgalla.
Lo asombroso del caso es que el Gobierno de España (poder ejecutivo) parece haber renunciado a ejercer sus competencias y, a cambio, opta por confiar al poder judicial la solución del problema.
Se da una paradójica situación en la que -aunque parezca mentira- los pájaros tiran contra las escopetas. Los rebeldes secesionistas catalanes también van al juzgado para poner al Gobierno de la Nación en su sitio, ya que - según su criterio - está haciendo tabla rasa de una serie de principios fundamentales, empezando por el de la libertad de expresión.
Y otra paradoja más: Es indudable a estas alturas que el Gobierno de la C.A. de Cataluña, está actuado de forma "que atenta gravemente al interés general" en este caso de España y de la inmensa mayoría de españoles (artículo 155 de la Constitución). Estamos cansados de oír al Presidente del Gobierno de España que, como tal, está obligado a cumplir y hacer cumplir las leyes. Y el artículo 155 es ley.
¿A qué espera? Les diré: El Artículo 155 Constitucional, que permite al Gobierno dejar fuera de juego a las instituciones autonómicas catalanas por estar haciendo de su capa un sayo en perjuicio de los intereses generales, reza que ese Gobierno, el de España, "podrá adoptar las medidas necesarias" para evitar el mal. O sea, que es un recurso optativo: "podrá".
Entonces ,¿qué? Entonces, ¡nada! . Lo probable es que no se utilice ese recurso, que el mal se consume y sea más crónico y grave de lo que ya lo es. Un paso más, por otro lado, hacia la liquidación de un partido que pierde votos a esgalla.
martes, 4 de noviembre de 2014
EL ELECTORADO DESCONFÍA Y PIDE CAMBIO
La reforma tributaria que más aceptación tiene, la más populista, es la que va orientada a una nueva y más justa distribución de las cargas fiscales. No estamos ante un problema sencillo, ni mucho menos, pero siendo cierto que los impuestos directos se soportan mayoritariamente por quienes cobran por nómina -sea esta pública o privada-, todos entienden que sería justo, equitativo y razonable un cambio que pusiera las cosas en su sitio. Es decir: sería deseable una reforma fiscal que exigiera más a los más pudientes, a los más ricos; que exigiera, por lo menos, una equitativa aportación al erario público acorde con la suma de ingresos que se generan por los millonarios con sus actividades y negocios. Y para que esto fuera posible, habría que modificar las normas que posibilitan la llamada ingeniería fiscal, además de combatir con éxito el fraude tan generalizado en España.
Sea como fuere, el personal advierte que esta injusta distribución de la carga fiscal, unida a la carga social, tiene repercusiones muy graves en un mal que se está haciendo crónico: el paro.
El electorado -que desconfía de los políticos heredados de la democracia y con razón,- está a la espera de un cambio, basado en dos pilares: justicia fiscal y justicia social; y es así, porque entiende que ninguna de las dos funciona ni tiene trazas de funcionar con los políticos de siempre.
Un partido nuevo ha saltado a la palestra política con una nueva música. Estoy seguro que están ahora preparando la letra para que se produzca el feliz encuentro entre los que tienen hambre y los que prometen saciar sus ganas de comer
El que salga a buscar votos ignorante de esta realidad, puede darse por perdido. Ya lo dicen las encuestas. ¿Y cuál va a ser lar realidad final?
Va a ser que la patada que los electores van a dar al PP, al PSOE, a CYU, a IU, etc.
recaerá en el culo de sus afiliados y simpatizantes. Son los que sufrirán las consecuencias de la derrota.
Son partidos que a fuerza de prometer y no dar allí donde tuvieron poder -aunque sus dirigentes crean otra cosa-, han perdido credibilidad. Tendrían que dimitir esos dirigentes en cascada y poner otros nuevos cargados de prestigio, si es que los tienen para recuperar el crédito perdido.
Pero el poder corrompe, pierde a las conciencias y hace adictos. Y la dimisión parece ser tan dolorosa, que antes la cárcel.
¡Así nos va! Sin olvidar la tormenta que se anuncia.
Sea como fuere, el personal advierte que esta injusta distribución de la carga fiscal, unida a la carga social, tiene repercusiones muy graves en un mal que se está haciendo crónico: el paro.
El electorado -que desconfía de los políticos heredados de la democracia y con razón,- está a la espera de un cambio, basado en dos pilares: justicia fiscal y justicia social; y es así, porque entiende que ninguna de las dos funciona ni tiene trazas de funcionar con los políticos de siempre.
Un partido nuevo ha saltado a la palestra política con una nueva música. Estoy seguro que están ahora preparando la letra para que se produzca el feliz encuentro entre los que tienen hambre y los que prometen saciar sus ganas de comer
El que salga a buscar votos ignorante de esta realidad, puede darse por perdido. Ya lo dicen las encuestas. ¿Y cuál va a ser lar realidad final?
Va a ser que la patada que los electores van a dar al PP, al PSOE, a CYU, a IU, etc.
recaerá en el culo de sus afiliados y simpatizantes. Son los que sufrirán las consecuencias de la derrota.
Son partidos que a fuerza de prometer y no dar allí donde tuvieron poder -aunque sus dirigentes crean otra cosa-, han perdido credibilidad. Tendrían que dimitir esos dirigentes en cascada y poner otros nuevos cargados de prestigio, si es que los tienen para recuperar el crédito perdido.
Pero el poder corrompe, pierde a las conciencias y hace adictos. Y la dimisión parece ser tan dolorosa, que antes la cárcel.
¡Así nos va! Sin olvidar la tormenta que se anuncia.
lunes, 3 de noviembre de 2014
SECESIONISMO CATALAN IMPERATIVO Y RAMPANTE
Durante la guerra civil, año de 1937 y siguientes, el Gobierno
central republicano pasaba por un periodo de debilidad extrema,
inmovilizado para resolver asuntos de más calado a causa de las dificultades y miserias de la guerra.
En Cataluña, una vez vencida la orgía revolucionaria de los primeros meses, el Gobierno de la Generalitat se hizo con el poder. Fue cuando los sedicentes independentistas se hicieron valer, asumiendo de hecho competencias del Poder central. Comenzaron a ejercerlas tan ricamente sin que nadie les diera una orden que cortara el desafuero. Manuel Azaña, Presidente de la II República lo dejó reflejado por escrito de modo expreso: “La Generalidad funciona insurreccionada contra el Gobierno (…) asalta servicios y funciones del Estado, encaminándose a una separación de hecho. Legisla en lo que no le compete, administra lo que no le pertenece. Mientras otros se baten y mueren, Cataluña hace política.” “Hablan de que en ella (en la guerra) interviene Cataluña no como provincia, sino como nación. Como nación central, observan algunos.”
Después de setenta y cinco años largos, estamos en
situación análoga: con distintos canes pero con los mismos collares. Antes con
guerra, ahora con paz. ¿No se dan cuenta los tales secesionistas de que los
nacionalismos se desdibujan para dar paso a organizaciones de más amplio
formato?En Cataluña, una vez vencida la orgía revolucionaria de los primeros meses, el Gobierno de la Generalitat se hizo con el poder. Fue cuando los sedicentes independentistas se hicieron valer, asumiendo de hecho competencias del Poder central. Comenzaron a ejercerlas tan ricamente sin que nadie les diera una orden que cortara el desafuero. Manuel Azaña, Presidente de la II República lo dejó reflejado por escrito de modo expreso: “La Generalidad funciona insurreccionada contra el Gobierno (…) asalta servicios y funciones del Estado, encaminándose a una separación de hecho. Legisla en lo que no le compete, administra lo que no le pertenece. Mientras otros se baten y mueren, Cataluña hace política.” “Hablan de que en ella (en la guerra) interviene Cataluña no como provincia, sino como nación. Como nación central, observan algunos.”
La globalización exige la formación de grandes bloques para vencer las dificultades de ,las masas: EE.UU con Canadá, Rusia, China, Europa... están ya en marcha. No se trata de ahogar a las naciones: se trata de asociarlas para poder subsistir con alguna dignidad. ¿No se dan cuenta de que se van desvaneciendo los viejos nacionalismos?
Adviertan que la fórmula catalana apoyada en la exaltación de un nacionalismo de masas, tiene un gran parecido con otras del siglo pasado: en especial el nacionalismo furibundo surgido en la Alemania de los años 30. La irresistible ascensión del nacional socialismo fue posible gracias a la aclamación de las masas resentidas a causa del Tratado de Versalles, coincidiendo su demanda con una crisis económica mundial. ¡Qué casualidad! Aquí, al grito de "España nos roba", han conseguido efectos parecidos.
¡También nosotros queremos estar en Europa!, dicen los secesionistas. Tiene su gracia: Salirse de donde uno ya está para pedir el reingreso. La lógica dice que no; que hay mejores medios. Para pesar en Europa, desde Cataluña, hay que ser alguien en España. Creo que los catalanes tienen entidad y medios suficientes para influir positivamente en España, dentro de un orden legal. No es así, porque en España -incluida Cataluña- impera una mediocridad rampante.
domingo, 2 de noviembre de 2014
UNOS POLÍTICOS MAL ORIENTADOS.
Desde mis muchos y ajetreados años comprenderán que vea a los políticos y escuche sus promesas con cierto escepticismo. Es decir, dudo de que tengan un cabal conocimiento del alcance de su oferta que, en el fondo, encierra su buena voluntad para que los ciudadanos y ciudadanas sean felices, pero nada más. (Ciudadanos y ciudadanas, como diría todo buen socialista afectado por el deseo de que todos los mortales se igualen por el sexo; lo cual es imposible porque ellas, sencillamente, son mucho más inteligentes y valiosas que ellos, y a las pruebas me remito: la líder andaluza frente al macho alfa de todos los socialismos federados).
Si algo resulta dudoso es el razonamiento proselitista emitido por la CINCO (el 01/11/2014) y protagonizado por don Pedro Sánchez, que ya -a estas alturas y con la que cae- se considera triunfador de la próximas elecciones generales. (Ya han analizado las entrañas de los animalejos sus augures, que como es sabido nunca fallan).
Aparte este festivo y optimista pecadillo, parece que el enemigo a batir por el PSOE, según el susodicho don Pedro, es el PP. Hasta el más lerdo de mi pueblo sabe que quien está merendándose el rosco electoral socialista es PODEMOS.
Y mientras el Sr. Sánchez se equivoca de diana, el PP anda a la deriva sin darse cuenta de que los pelotones son para las ocasiones. Este es el momento en que el PP ha de darse cuenta de que el enemigo lo tiene en casa y que el buen político no es el que castiga porque es el amo, sino el que saja para sanear el cuerpo social, poniendo por delante todos los cloroformos que le ofrece la ley, pero sin olvidar el uso del bisturí para drenar los líquidos y sólidos perversos.
Donde un buen político vería -tanto en Cataluña como en la podredumbre que rodea al partido- una ocasión para lucirse y ganar las elecciones, el PP está cavando su propia fosa.
¿O no?
Si algo resulta dudoso es el razonamiento proselitista emitido por la CINCO (el 01/11/2014) y protagonizado por don Pedro Sánchez, que ya -a estas alturas y con la que cae- se considera triunfador de la próximas elecciones generales. (Ya han analizado las entrañas de los animalejos sus augures, que como es sabido nunca fallan).
Aparte este festivo y optimista pecadillo, parece que el enemigo a batir por el PSOE, según el susodicho don Pedro, es el PP. Hasta el más lerdo de mi pueblo sabe que quien está merendándose el rosco electoral socialista es PODEMOS.
Y mientras el Sr. Sánchez se equivoca de diana, el PP anda a la deriva sin darse cuenta de que los pelotones son para las ocasiones. Este es el momento en que el PP ha de darse cuenta de que el enemigo lo tiene en casa y que el buen político no es el que castiga porque es el amo, sino el que saja para sanear el cuerpo social, poniendo por delante todos los cloroformos que le ofrece la ley, pero sin olvidar el uso del bisturí para drenar los líquidos y sólidos perversos.
Donde un buen político vería -tanto en Cataluña como en la podredumbre que rodea al partido- una ocasión para lucirse y ganar las elecciones, el PP está cavando su propia fosa.
¿O no?
sábado, 1 de noviembre de 2014
CHANTAJE SOBERANISTA.
La Sra. Vicepresidenta del Gobierno, a preguntas de una periodista en rueda de prensa (viernes 31/10/2014) nos dio a entender que, pese a los reiterados incumplimientos legales imputables a las autoridades de la Generalitat de Cataluña, el Gobierno de España no ha querido que sea la ciudadanía catalana la que pague las cosecuencias y, por esta razón, se han librado, con cargo al Fondo de Liquidez Autonómica, las cantidades correspondientes a los haberes de sus funcionarios, a las facturas de sus farmacéuticos y a los ingresos de otros posibles perjudicados .
¡Qué buenas son las Madres Ursulinas!
El Gobierno español, con esa conducta, se ha sometido a un chantaje inducido desde el poder por los soberanistas catalanes. Digan lo que quieran los detractores de este Gobierno, o sus palmeros, éste ha optado por servirse de una diplomacia de vuelo corto para no irritar a las masas y, tal vez, a la búsqueda de la gratitud del personal no perjudicado, aunque para ello se haya dado un trato desigual con respecto a otros españoles; curiosamente, se van a ver discriminados los cumplidores, en beneficio de unos gobernantes desleales. ¡Hay que hoderse, -que diría la tÍa Paca- con la carga de leña! Todo vale para desmontar esa virguería de "España nos roba", cuando lo mejor sería ir a cuentas de una puñetera vez ante un tribunal imparcial, para dejar las cosas claras y
obrar en consecuencia.
Lo justo doña Soraya, habría sido servirse de la ley para corregir a los que la incumplen y para este caso tenían - y tienen- la posibilidad de intervenir la Hacienda de la C.A. de Cataluña, con lo cual, dicho sea de paso, además de prestar una gran servicio a los catalanes para disminuir su deuda, se lo rendían también a España, tan necesitada, la pobre, de un ajuste de conductas empezando por do más pecado había.
No les voy a recordar a ustedes que el artículo 155 de la Constitución Española está previsto para casos como éste. Todo menos disculparse orillando la ley, para mitigar los efectos de otro incumplimiento legal.
¡Cuánta razón tenía la tía Paca! Pero ¡qué buenas son las Madres Ursulinas cuando sacan a las chicas de excursión!
¡Qué buenas son las Madres Ursulinas!
El Gobierno español, con esa conducta, se ha sometido a un chantaje inducido desde el poder por los soberanistas catalanes. Digan lo que quieran los detractores de este Gobierno, o sus palmeros, éste ha optado por servirse de una diplomacia de vuelo corto para no irritar a las masas y, tal vez, a la búsqueda de la gratitud del personal no perjudicado, aunque para ello se haya dado un trato desigual con respecto a otros españoles; curiosamente, se van a ver discriminados los cumplidores, en beneficio de unos gobernantes desleales. ¡Hay que hoderse, -que diría la tÍa Paca- con la carga de leña! Todo vale para desmontar esa virguería de "España nos roba", cuando lo mejor sería ir a cuentas de una puñetera vez ante un tribunal imparcial, para dejar las cosas claras y
obrar en consecuencia.
Lo justo doña Soraya, habría sido servirse de la ley para corregir a los que la incumplen y para este caso tenían - y tienen- la posibilidad de intervenir la Hacienda de la C.A. de Cataluña, con lo cual, dicho sea de paso, además de prestar una gran servicio a los catalanes para disminuir su deuda, se lo rendían también a España, tan necesitada, la pobre, de un ajuste de conductas empezando por do más pecado había.
No les voy a recordar a ustedes que el artículo 155 de la Constitución Española está previsto para casos como éste. Todo menos disculparse orillando la ley, para mitigar los efectos de otro incumplimiento legal.
¡Cuánta razón tenía la tía Paca! Pero ¡qué buenas son las Madres Ursulinas cuando sacan a las chicas de excursión!
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